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Manjar Sabático

02-04-2022

Isaías 10

1 ¡Ay de los que decretan leyes injustas, y escriben tiranía que ellos han prescrito,
2 para apartar del juicio a los pobres, y para quitar el derecho a los afligidos de mi pueblo; para despojar a las viudas, y robar a los huérfanos!
3 ¿Y qué haréis en el día de la visitación? ¿A quién os acogeréis para que os ayude, cuando viniere de lejos el asolamiento? ¿Y en dónde dejaréis vuestra gloria?
4 Sin mí se inclinarán entre los presos, y entre los muertos caerán. Ni con todo esto ha cesado su furor, pero su mano todavía [está] extendida.
5 Oh Asiria, vara y bordón de mi furor; en su mano he puesto mi ira.
6 Le mandaré contra una nación impía, y contra el pueblo de mi ira le enviaré, para que quite despojos, y arrebate presa, y lo ponga para ser hollado como lodo de las calles.
7 Aunque él no lo pensará así, ni su corazón lo imaginará de esta manera; sino que su pensamiento será desarraigar y cortar naciones no pocas.
8 Porque él dice: Mis príncipes, ¿no [son] todos reyes?
9 ¿No [es] Calno como Carquemis, Hamat como Arfad, y Samaria como Damasco?
10 Como halló mi mano los reinos de los ídolos, siendo sus imágenes más que las de Jerusalén y de Samaria;
11 como hice a Samaria y a sus ídolos, ¿no haré también así a Jerusalén y a sus ídolos?
12 Pero acontecerá que después que el Señor hubiere acabado toda su obra en el monte de Sión, y en Jerusalén, visitaré sobre el fruto de la soberbia del corazón del rey de Asiria, y sobre la gloria de la altivez de sus ojos.
13 Porque dijo: Con el poder de mi mano lo he hecho, y con mi sabiduría; porque he sido prudente; y quité los términos de los pueblos, y saqué sus tesoros, y como hombre valiente derribé a [sus] habitantes:
14 Y halló mi mano como nido las riquezas de los pueblos; y como se recogen los huevos abandonados, así me apoderé yo de toda la tierra; y no hubo quien moviese ala, o abriese boca y graznase.
15 ¿Se gloriará el hacha contra el que con ella corta? ¿Se ensoberbecerá la sierra contra el que la mueve? ¡Como si el bordón se levantase contra el que lo levanta! ¡Como si se levantase la vara [como si] no fuese leño!
16 Por tanto el Señor Jehová de los ejércitos enviará flaqueza sobre sus gordos; y debajo de su gloria encenderá una hoguera como ardor de fuego.
17 Y la luz de Israel será por fuego, y su Santo por llama, que abrase y consuma en un día sus cardos y sus espinos.
18 Consumirá la gloria de su bosque y de su campo fértil, desde el alma hasta la carne: y vendrá a ser como abanderado en derrota.
19 Y los árboles que quedaren en su bosque, serán en número que un niño los pueda contar.
20 Y acontecerá en aquel tiempo, que los que hubieren quedado de Israel, y los que hubieren quedado de la casa de Jacob, nunca más se apoyarán en el que los hirió; sino que se apoyarán con verdad en Jehová el Santo de Israel.
21 El remanente volverá, el remanente de Jacob [volverá] al Dios poderoso.
22 Porque si tu pueblo, oh Israel, fuere como las arenas del mar, el remanente de él volverá; la destrucción acordada rebosará justicia.
23 Pues el Señor, Jehová de los ejércitos hará consumación, ya determinada, en medio de la tierra.
24 Por tanto el Señor, Jehová de los ejércitos dice así: Pueblo mío, morador de Sión, no temas de Asiria. Con vara te herirá, y contra ti alzará su bordón, a la manera de Egipto;
25 Mas de aquí a muy poco tiempo, se acabará el furor y mi enojo, para destrucción de ellos.
26 Y Jehová de los ejércitos levantará azote contra él, como en la matanza de Madián en la peña de Oreb; y alzará su vara sobre el mar, como en Egipto.
27 Y acontecerá en aquel tiempo, que su carga será quitada de tu hombro, y su yugo de tu cerviz, y el yugo será destruido por causa de la unción.
28 Vino hasta Ajat, pasó hasta Migrón; en Micmas contará su ejército:
29 Pasaron el vado; alojaron en Geba: Ramá tembló; Gabaa de Saúl huyó.
30 Grita en alta voz, hija de Galim; haz que se oiga hacia Lais, pobrecilla Anatot.
31 Madmena se alborotó; los moradores de Gebim se juntaron para huir.
32 Aún vendrá día cuando reposará en Nob; alzará su mano [contra] el monte de la hija de Sión, al collado de Jerusalén.
33 He aquí el Señor Jehová de los ejércitos desgajará el ramaje con violencia; y los de grande altura serán cortados, y los altos [serán] humillados.
34 Y cortará con hierro la espesura del bosque, y el Líbano caerá ante un poderoso.

Joyas de los Testimonios Tomo 2 Capítulo 6: ¿Robará el hombre a Dios?

El Señor ha ordenado que la difusión de la luz y la verdad en la tierra dependan de los esfuerzos voluntarios y las ofrendas de aquellos que han participado de los dones celestiales. Son comparativamente pocos los llamados a viajar como ministros o como misioneros, pero multitudes han de cooperar con sus recursos en la difusión de la verdad. {2JT 40.1; 2TT.40.1}

La historia de Ananías y Safira nos es dada para que podamos comprender el pecado del engaño en relación con nuestros donativos y ofrendas. Ellos habían prometido voluntariamente dar una porción de su propiedad para el adelantamiento de la causa de Cristo; pero, cuando tuvieron los recursos en sus manos, se negaron a cumplir aquella obligación aunque deseaban al mismo tiempo aparentar que lo habían dado todo. Recibieron un castigo ejemplar para que sirviese de advertencia perpetua a los cristianos de todas las épocas. El mismo pecado prevalece terriblemente en la actualidad, aunque no oímos hablar de tan señalados castigos. El Señor muestra una vez a los hombres cuánto aborrece la violación de sus requerimientos sagrados y su dignidad, y luego los deja seguir los principios generales de la administración divina. {2JT 40.2; 2TT.40.2}

Las ofrendas voluntarias y el diezmo constituyen la renta del Evangelio. Dios pide cierta porción de los recursos confiados al hombre: un diezmo; pero deja a todos libres para decir cuánto es el diezmo, y si ellos quieren o no dar más que esto. Han de dar según se proponen en su corazón. Pero cuando el corazón está conmovido por la influencia del Espíritu Santo, y se ha hecho un voto de dar cierta cantidad, el que hizo el voto ya no tiene derecho sobre la porción consagrada. Hizo su promesa delante de los hombres, y ellos son llamados a atestiguar la transacción. Al mismo tiempo incurrió él en una obligación del carácter más sagrado para cooperar con el Señor en la edificación de su reino en la tierra. Una promesa así, hecha a los hombres, ¿sería considerada ineludible? ¿No son más sagradas e ineludibles las promesas hechas a Dios? ¿Son las que juzga el tribunal de la conciencia menos válidas que los contratos hechos con los hombres? {2JT 40.3; 2TT.40.3}

Cuando la luz divina resplandece en el corazón con claridad y poder inusitados, el egoísmo habitual pierde su asidero y hay disposición a dar para la causa de Dios. Nadie puede contar con que se le dejará cumplir las promesas hechas entonces sin que Satanás proteste. No le agrada ver fortalecido el reino del Redentor en la tierra. El sugiere que la promesa hecha era excesiva, que lo estorbará a uno en sus esfuerzos para adquirir propiedades, o satisfacer los deseos de su familia. Es asombroso el poder que Satanás tiene sobre la mente humana. Trabaja muy asiduamente para mantener al corazón embargado por el yo. {2JT 41.1; 2TT.41.1}

El único medio que Dios ha dispuesto para hacer progresar su causa consiste en bendecir a los hombres con propiedades. Les da la luz del sol y la lluvia; hace florecer la vegetación; les da salud y capacidad de adquirir recursos. Todas nuestras bendiciones provienen de su mano bondadosa. En retribución, quiere él que los hombres y las mujeres manifiesten su gratitud devolviéndole una porción en diezmos y ofrendas, en ofrendas de agradecimiento y ofrendas voluntarias. {2JT 41.2; 2TT.41.2}

Los corazones humanos se endurecen por el egoísmo, y como en el caso de Ananías y Safira, se sienten tentados a retener parte del precio, aunque simulando cumplir con las reglas del diezmo. ¿Robará el hombre a Dios? Si los recursos afluyesen a la tesorería en conformidad exacta con el plan de Dios, en la proporción de un diezmo de toda ganancia, abundarían para llevar adelante su obra. {2JT 41.3; 2TT.41.3}

Bien, dice uno, siguen llegando los pedidos de dar para la causa. Estoy cansado de dar. ¿Es verdad? Entonces, permítame preguntarle: ¿Está Vd. cansado de recibir de la benéfica mano de Dios? Mientras él no cese de bendecirle, no cesará Vd. de estar bajo la obligación de devolverle la porción que exige. Él le bendice a Vd. para que esté en situación de beneficiar a otros. Cuando Vd. esté cansado de recibir, entonces podrá decir: Estoy cansado de tantas invitaciones a dar. Dios reserva para sí una porción de todo lo que recibimos. Cuando se la devolvemos, bendice el resto, pero si la retenemos, tarde o temprano el conjunto resulta maldito. Primero viene el derecho de Dios; todo otro derecho es secundario. {2JT 41.4; 2TT.41.4}

En toda iglesia debe establecerse un fondo para los pobres. Luego cada miembro presentará una ofrenda de agradecimiento a Dios cada semana o cada mes, según resulte más conveniente. Esta ofrenda expresará nuestra gratitud por los dones de la salud, el alimento y las ropas cómodas. Y en la medida en que Dios nos bendijo con estas comodidades, apartaremos recursos para los pobres, los dolientes y los angustiados. Quisiera llamar especialmente la atención de los hermanos a este punto. Recordemos a los pobres. Privémonos de algunos de nuestros lujos; sí, aun de comodidades, y ayudemos a aquellos que pueden obtener solamente la más escasa alimentación e indumentaria. Al obrar en su favor, obramos para Jesús en la persona de sus santos. Él se identifica con la humanidad doliente. No aguardemos hasta que hayan sido satisfechas todas nuestras necesidades imaginarias. No confiemos en nuestros sentimientos para dar cuando nos sintamos dispuestos a ello, y retener cuando no nos inclinemos a dar. Demos regularmente, sea diez, veinte o cincuenta centavos por semana, según lo que quisiéramos ver anotado en el registro celestial en el día de Dios. {2JT 42.1; 2TT.42.1}

Queremos agradeceros por vuestros buenos deseos, pero los pobres no pueden vivir cómodamente sólo con buenos deseos. Deben recibir alimentos y ropas como pruebas tangibles de vuestra bondad. Dios no quiere que ninguno de sus seguidores mendigue su pan. Os ha dado en abundancia para que podáis suplir las necesidades que ellos no alcanzan a suplir con su laboriosidad y estricta economía. No aguardéis a que llamen vuestra atención a sus necesidades. Obrad como Job. Lo que él no sabía, lo averiguaba. Haced una gira de inspección, y ved lo que se necesita, y cómo puede suplirse mejor. {2JT 42.2; 2TT.42.2}

Se me ha mostrado que muchos de nuestros hermanos están robando al Señor en los diezmos y las ofrendas, y como resultado la obra se perjudica grandemente. La maldición de Dios descansará sobre los que están viviendo de las bondades de Dios, y sin embargo cierran su corazón y nada o casi nada hacen para que progrese su causa. Hermanos y hermanas, ¿cómo puede el Padre benéfico continuar haciéndoos sus mayordomos y daros recursos que debéis usar para él, si lo retenéis todo, aseverando egoístamente que es vuestro? {2JT 43.1; 2TT.43.1}

En vez de devolver a Dios los medios que él ha puesto en sus manos, muchos los invierten en más tierras. Este mal está creciendo entre nuestros hermanos. Tenían antes todo lo que podían atender, pero el amor al dinero o un deseo de ser tenidos por tan ricos como sus vecinos, los induce a enterrar sus recursos en el mundo, y retener lo que deben con justicia a Dios. ¿Podemos sorprendernos si no son prosperados, y si Dios no bendice sus cosechas y se ven chasqueados? {2JT 43.2; 2TT.43.2}

Si nuestros hermanos pudiesen recordar que Dios puede bendecir veinte hectáreas de tierra y hacerlas producir tanto como cien, no continuarían sepultándose en más tierras, sino que dejarían fluir sus recursos a la tesorería de Dios. “Mirad por vosotros —dice Cristo,— que vuestros corazones no sean cargados de glotonería y embriaguez, y de los cuidados de esta vida.” Lucas 21:34. Le agrada a Satanás haceros ensanchar vuestras granjas e invertir vuestros recursos en empresas mundanas, porque al obrar así, no sólo impedís que la causa progrese, sino que, por la ansiedad y el recargo del trabajo, reducís vuestras perspectivas de obtener la vida eterna. {2JT 43.3; 2TT.43.3}

Debiéramos prestar ahora atención a la orden de nuestro Salvador: “Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejecen, tesoro en los cielos que nunca falta; donde ladrón no llega, ni polilla corrompe.” Lucas 12:33. Ahora es cuando nuestros hermanos debieran estar reduciendo sus propiedades en vez de aumentarlas. Estamos por trasladarnos a una patria mejor, a saber, la celestial. No seamos, pues, moradores de la tierra, sino más bien reduzcamos nuestras cosas a la menor cantidad posible. {2JT 43.4; 2TT.43.4}

Se acerca el tiempo en que no podremos vender a ningún precio. Pronto se promulgará el decreto que prohibirá a los hombres comprar o vender si no tienen la marca de la bestia. {2JT 44.1; 2TT.44.1}

* * * * * * *

El Señor me ha mostrado repetidas veces que es contrario a la Biblia hacer provisión alguna para nuestras necesidades temporales en el tiempo de angustia. Vi que, si los santos tuvieran alimento guardado o en el campo, en el tiempo de angustia, cuando la espada, el hambre y la pestilencia asolasen la tierra, les sería arrebatado por manos violentas, y extraños cosecharían sus campos. Será entonces el momento en que habremos de confiar plenamente en Dios y él nos sostendrá. Vi que en ese momento nuestro pan y nuestras aguas serán seguras, y que no nos faltarán ni sufriremos hambre; porque Dios puede tender una mesa para nosotros en el desierto. Si fuese necesario mandaría a los cuervos para que nos alimentaran, como alimentaron a Elías, o haría caer maná del cielo como lo hizo caer para los israelitas. {2JT 44.2; 2TT.44.2}

Las casas y las tierras no prestarán utilidad a los santos en el tiempo de tribulación, porque tendrán que huir ante turbas enfurecidas, y no podrán vender sus posesiones para hacer progresar la causa de la verdad presente. Me fue mostrado que es voluntad de Dios que los santos se libren de todo estorbo antes que llegue el tiempo de angustia, y hagan un pacto con Dios por sacrificio. Si ponen su propiedad sobre el altar, y preguntan fervientemente a Dios cuál es su deber, les enseñará cuándo deben deshacerse de estas cosas. Entonces estarán libres en el tiempo de tribulación y sin el estorbo de pesos muertos. {2JT 44.3; 2TT.44.3}

Testimonio: 08-10-2017

Amados, el 8 de octubre a las 6 de la mañana, el 8 de octubre de 2017, mientras estábamos en familia haciendo el culto y pidiéndole al Señor por todas estas situaciones que están pasando alrededor del mundo —y nosotros lo que estamos viviendo acá en Puerto Rico— , mientras meditábamos en todo esto, y estábamos leyendo la matutina Maranatha” —que es tremenda matutina para este tiempo, porque especifica todo lo que está pasando ahora mismo—, de repente, ya, como que ya no estaba más ahí en el culto. Y fui llevada a una llanura cerca de una montaña. {Daisy Escalante: 08-10-2017 , es.p1}

Entonces yo me vi que estaba sembrando en cubos y, de repente, se me mostraron varias montañas y yo veía hombres que construían pequeños barcos en ellas. Al ver la montaña tan grande, estos barcos, que se construían, yo los veía que estaban a un 25, 50 o un 75 por ciento de la altura de las montañas. Y eran unas arcas, unos barquitos pequeñitos. Y, entonces, las personas que estaban trabajando en ellos estaban bien afanados porque, ellos, se veía que estaban haciendo con urgencia ese trabajo. Entonces, de repente, también me mostraron filas de personas en estas montañas y ellos comenzaron a subir. Y entraban en las arquitas, en estos barquitos, que ya estaban terminados. {Daisy Escalante: 08-10-2017 , es.p2}

Entonces, cuando todos entraron, comenzó una terrible tempestad. Y yo veía cómo todo se movía fuertemente. No sé cómo, de repente, ya estaba yo dentro de un arca, y pude ver que habíamos entrado, y que estábamos por familias, más muchas de estas no estaban completas. {Daisy Escalante: 08-10-2017 , es.p3}

Entonces, las familias que estábamos ahí, sufríamos porque veíamos que nuestras familias no estaban completas, y entonces comenzó una situación bien triste de sufrimiento dentro de estos barquitos. De repente, comenzó a sentirse el combate de la furia de la tempestad que estaba afuera y todos nos volteábamos en el arca por el movimiento fuerte de lo que estaba pasando afuera. Entonces en un momento dado pensé: “vamos a perecer”. Pero en ese momento apareció mi acompañante y me dijo: “ve y mira con atención”. Entonces vi un ángel que estaba en la puerta y custodiaba la entrada de ésta. Entonces, también, fui llevada al exterior de la pequeña arquita, del pequeño barco, y pude ver cómo ésta, y las otras, también eran sacudidas fuertemente. Más no podían perecer porque ángeles excelsos de Dios, con toda su gloria, custodiaban estas arcas, estos pequeños barquitos. Entonces mi acompañante me dijo: “sólo un poco, sólo un poco, y todo pasará”. Entonces, de repente, cuando terminó de decir eso, todo paró y la calma volvió. {Daisy Escalante: 08-10-2017 , es.p4}

Entonces vi las arquitas, estos barquitos comenzaron a abrirse, abrieron sus puertas. Entonces todos salieron corriendo montaña abajo, sus rostros brillaban, ya no reflejaban temor. Entonces se abalanzaron pues a las multitudes y les hablaban, más yo no podía escuchar lo que estaban hablando. Yo sé que unos les contestaban y otros [los] ignoraban, pero los que contestaban comenzaban, también, a brillar. Esto lo pude ver que era simultáneo en todo lugar del globo terráqueo. {Daisy Escalante: 08-10-2017 , es.p5}

Entonces, muchos más recibían la brillante paz de Dios en sus rostros. Luego, mientras estaba viendo todo esto y decía: “Señor, ¡qué maravilloso! ¡Mira cómo muchas personas están aceptando, y mira cómo la paz tuya está en el rostro de ellos, y cómo comienzan a brillar!” {Daisy Escalante: 08-10-2017 , es.p6}

De repente alguien dio una señal, pero esta señal no provenía del cielo era de hombres, con oscuridad en sus rostros, que comenzaron a perseguir a los que portaban luz en sus rostros. Entonces, a su vez, siguió otra señal, está si era proveniente de los excelsos ángeles. Entonces éstos nos dieron la orden de volver a subir a las montañas y cuando me fijé en las montañas, pues ya no existían las arcas, ya no estaban ahí. Eran las mismas montañas, pero las arcas ya no estaban. Entonces, ahora, íbamos monte arriba y ángeles encabezaban la multitud y también la retaguardia. Entonces nos dirigieron a montañas, eran montañas bien escarpadas. Y fuimos a escondrijos que sólo los ángeles conocían, y allí estábamos reunidos, a pesar de que todo estaba revoltoso, allí éramos sustentados por la oración y la presencia de estos ángeles excelsos. {Daisy Escalante: 08-10-2017 , es.p7}

Entonces, pronto, las familias se comenzaron a reunir otra vez; pero, lamentablemente, muchas de las familias estaban incompletas. Entonces comenzaron a sufrir por la pérdida. Entonces el sufrimiento, amados, allí era tal que no se deseaba que Jesús viniese aún para que hubiese tiempo para ellos; eso deseaban las familias que estaban allí, que estaban incompletas. Entonces fui donde un ángel que nos custodiaba y le dije: “¿ya es el fin?”, le pregunté. Y él me dijo: “sí, así es”. Y le dije: “y de los que faltan aquí, ¿se perdieron para siempre?” Yo veía muchas familias que conocía, aun mi propia familia, y veíamos que faltaban integrantes de estas familias allí. Entonces, por eso yo hice estas preguntas. Entonces me dijo, con dolor en sus labios y mirándome triste: “así es, ya es el fin”. {Daisy Escalante: 08-10-2017 , es.p8}

Entonces comencé a llorar, a llorar con llanto bien fuerte. En ese momento me desmayé y él puso su mano sobre mí y me dijo: “Él enjugará toda lágrima y el dolor no existirá más”. {Daisy Escalante: 08-10-2017 , es.p9}

Entonces, mientras estábamos en este sufrimiento tan terrible, escuché un trueno, era como un estruendo bien fuerte, y otro y otro. Eran truenos que arropaban el globo terráqueo completo. Entonces entendimos lo allí dicho y nos gozábamos de la inminente liberación. Afuera, en el globo terráqueo, todo estaba en conmoción. El tormentoso huracán no tiene fuerza ante tal magnitud de destrucción de lo que allí yo estaba viendo, de lo que se me estaba mostrando. {Daisy Escalante: 08-10-2017 , es.p10}

Entonces, no sentíamos que íbamos a perecer, pero sufríamos por los que estaban ante tan gran furor, de lo que allí estaba pasando, en el mundo. Entonces, de repente, mientras todo esto estaba en conmoción, vimos una señal en el cielo, una pequeña nube, la cual el ángel custodio nos dejó saber que era la señal del Hijo de Dios. {Daisy Escalante: 08-10-2017 , es.p11}

Entonces nos regocijamos con la noticia, pero sufríamos por nuestros seres que no veíamos allí, que sabíamos que, pues ya era el fin y, ya no había oportunidad para ellos, estaban perdidos. Entonces comenzamos a elevarnos y ángeles nos subían a la nube a recibir a nuestro gran Dios. Entonces allí nuestro Gran Soberano miró nuestro dolor, era un dolor terrible que nos infligía la separación de nuestros seres queridos. Entonces levantó su diestra el cielo y dijo: “He aquí Yo hago nuevas todas las cosas, ¡venid, benditos de mi Padre!” {Daisy Escalante: 08-10-2017 , es.p12}

Entonces en ese instante, nuestras lágrimas cesaron y todos exclamamos: “¡Aleluya!, Bendito y santo Dios”. Entonces, así, nuestras lágrimas ya no existieron más, y fuimos ascendiendo jubilosos a la Patria Celestial, y ahí ya no se me mostró más. {Daisy Escalante: 08-10-2017 , es.p13}

Ahí ya todo pasó, pero yo alabo y glorifico a mi gran Dios por su promesa y su segura esperanza de salvación. Yo espero, por gracia de Dios, que todos podamos ir a la Patria Celestial, aunque se me mostró, ahí, que muchos vamos a sufrir porque nuestras familias no están completas. {Daisy Escalante: 08-10-2017 , es.p14}

Que los que lleguemos allá, seamos salvos por gracia del Señor, y que podamos aceptar este bendito sacrificio de Cristo Jesús para que podamos gozar con Él eternamente. Sean todos bendecidos en Cristo. Que Dios me los bendiga. {Daisy Escalante: 08-10-2017 , es.p15}

Testimonio: 24-02-2018

Amados, a eso de las 11:50 pm, esta noche que pasó, 24 de febrero de 2018, me levantó esta voz. Fue una voz que, cuando la escuché estaba dormida y, ahí, me despertó. Esa voz me dijo: esfuérzate y no vaciles. Dios habla en parábolas para que sólo sus verdaderos hijos le entiendan. Estos avanzarán sin vacilar, pues son los entendidos”. {Daisy Escalante: 24-02-2018 , es.p1}

En ese momento, cuando escuché eso, pues, ya, me levanté. Luego de esto no podía dormir, estaba recibiendo muchas instrucciones de cosas que, en lo personal, debía hacer; y ayudar a otras personas, también. Entonces, esto me daba vueltas en la cabeza, estas palabras: “Dios habla en parábolas para que sólo sus hijos las puedan entender”. Entonces, en ese momento, cuando estaba pensando en todo esto, pues, me refirió un ejemplo, me dijo: “Isaías 26”. Ya me lo había mencionado anteriormente, entonces me dijo que: “sólo los entendidos entenderán”. {Daisy Escalante: 24-02-2018 , es.p2}

Así que me levanté, oré, le pedí a Dios que me ayudase a llegar a más personas para que no sufrieran y que pudieran prepararse para la inminente venida del Señor. Así que, en este momento, en mi súplica, en mi oración, se me indicó que iba a ser así y que no me preocupara. Se me indicó que nuestra iglesia SDA [Adventista del Séptimo Día] está tomando la vida de sus feligreses en sus manos y las lleva al despeñadero. Se refirió a ellos como perros mudos que ven el peligro y se gozan en caer, y hacer caer a otros, pero que su retribución ya estaba designada. Entonces, en ese momento, vi como una película, vi un pequeño puñado de personas conscientes que están levantando la voz para que muchos no perezcan y puedan prepararse para lo que tenemos encima. {Daisy Escalante: 24-02-2018 , es.p3}

En ese momento, fui instruida en no vacilar y seguir la línea de la verdad que, cada vez, se está acentuando más; porque el cielo así lo ha estipulado. Vi una guerra terrible entre la organización SDA [Adventista del Séptimo Día] y los verdaderos siervos de Dios. Era una lucha máxima de destrucción, más los últimos eran librados por la mano divina. En ese momento, la escena terminó y volvió la voz, otra vez, a decir: “Dios habla por parábolas para que sus hijos verdaderos las entiendan”. {Daisy Escalante: 24-02-2018 , es.p4}

Entonces, amados, después de un rato de estar meditando en esto, orando, me volví a acostar meditando en esto y dándole gracias a Dios por su infinita misericordia para con su pueblo verdadero. No sé en qué momento, pero nomás concilié el sueño profundo, fui llevada a este lugar que era un salón en los bajos de una iglesia. Allí vi toda clase de actividades, todos estaban absortos en ellas, desde comidas hasta películas. Entonces de repente alguien entró corriendo y dijo: “viene la turba”. En esos momentos, entró todo tipo de uniformado y comenzaron, todos, a correr por las urbanizaciones, ciudades. Saliendo, allí, fuera de ese cuarto, por una parte, atrás —que tenían estos bajos de la iglesia—, había una puerta y salieron, todos, corriendo. Pero, por más que ellos corrían, no importaba dónde se metieran, siempre los agarraban. Entonces yo les gritaba con todas mis fuerzas que fueran a los campos, que corrieran a los campos. Pero mis ruegos eran en vano, pues había barricadas alrededor de aquella ciudad y ellos no podían salir por más que lo intentaban. {Daisy Escalante: 24-02-2018 , es.p5}

Entonces mi acompañante, en ese momento, me dijo: “vamos”. Entonces, yo no quería irme porque allí yo vi pastores, ancianos, diáconos, mucha gente conocida, que el desánimo o la incredulidad o la demora los cogió y no hicieron los preparativos para la fuga. Entonces, ahora, pues, yo los veía cómo eran llevados a grandes planteles, estos planteles estaban rodeados por serpentinas [alambres con púa] y estaban siendo maltratados y lloraban amargamente, ellos, allí, sin consuelo. De manera que yo le pedí que me dejaran allí, que yo les pudiese ayudar, que me permitieran ayudar. {Daisy Escalante: 24-02-2018 , es.p6}

Entonces, pues, no me fue permitido, sino que fuimos a otro lugar. Nos adentramos en un campo donde había personas. Estas personas estaban arando la tierra; otros, estaban sembrando; otros, cosechando; otros, preparando surcos para siembra y regadío. Entonces, me fueron mostradas unas terrazas de siembra, que también acumulaban agua; cómo se preparaba esto para que funcionara de esta manera. Entonces, allí, se sembraban los más bellos verdes que yo he visto jamás. Todas las personas que estaban allí en aquel lugar no se veían afectadas por lo que estaba pasando en la ciudad. [Los de] este grupo estaban tranquilos, pues, absortos en sus menesteres. Y no estaban echando ni a ver lo que estaba pasando en las ciudades. {Daisy Escalante: 24-02-2018 , es.p7}

En ese momento fui llevada a una cabaña grande en ese lugar, y ahí, todos, con grandes súplicas pedían a Dios que los perdonara, que los librase y que los dirigiese. Entonces, se me dijo que pusiera atención a esos tres actos: a pedir perdón, a pedir liberación, y a pedir dirección. En ese momento, estaba yo absorta en esto y, se escuchó un tumulto a lo lejos, pero se iba intensificando más y más y más y más. Entonces, pues, estábamos como alerta. Entonces, mientras más se acercaba este tumulto más se intensificaba el griterío y el vocerío. Entonces, los que estábamos allí presentes temíamos, pues sabíamos lo que significaba aquel ruido, o por lo menos yo lo sabía, porque ya sabía lo que había estado pasando en las ciudades, pues de ahí venía. {Daisy Escalante: 24-02-2018 , es.p8}

Entonces, todos nos tiramos de rodillas a orar y empezamos a clamar por liberación. En ese momento, mi acompañante me dijo: “ven y ve”. Entonces, fuimos suspendidos en el aire y vi la turba que venía. En ese momento, muchos ángeles bajaron prestos en ayuda de los fieles hijos de Dios. Fue un momento maravilloso donde las montañas casi no podían sostener [a] aquella hueste angelical [que,] con espadas desenvainadas, estaba fija en la turbulenta turba. Entonces, en ese momento, mi acompañante me dijo: “¿qué ves?”, y le dije: “¡oh! ¡veo al pueblo del Dios viviente protegido por excelsos ángeles!” ¡Fue maravillosa aquella escena! Estaba, yo, absorta viendo todo esto y, a la misma vez, bien conmovida. Entonces, cuando le dije así, que veía al pueblo del Dios viviente protegido por excelsos ángeles me contestó: “no importa el sacrificio, vale la pena ser fiel”. Entonces en ese momento dije un amén bien grande y dije: “¡bendito Dios!” Y en ese momento, ahí, desperté. {Daisy Escalante: 24-02-2018 , es.p9}

Amados hermanos, no seamos lentos, no seamos perezosos en hacer la voluntad de Dios. Porque nos va a costar mucho y no a nosotros, nada más, sino a nuestros pequeños, a nuestros adolescentes, a nuestros jóvenes. A aquellos que, por ellos mismos, por alguna razón, a lo mejor, no pueden salir; sino que dependen de los adultos para salir de estas conflagraciones, tan terribles, que van a venir a las ciudades. {Daisy Escalante: 24-02-2018 , es.p10}

¡Preparémonos! Preparemos nuestro corazón delante del Señor. Matemos el yo, matemos la vanagloria. Matemos todo aquello, en el nombre del Señor, que nos impide hacer la voluntad de Dios. ¡Salgamos prestos, presurosos! ¡Salgamos gozosos sabiendo que estamos cumpliendo la voluntad de Dios! No importan, no importan, las penas que suframos, no importa lo que dejemos atrás, ¡todo vale por el reino de Dios! {Daisy Escalante: 24-02-2018 , es.p11}

Es mi oración y mi ruego que todos nos preparemos, y que sigamos preparándonos —los que ya estamos en esto—, para estas cosas que, ya, las tenemos casi encima. Y para eventos futuros, y, sobre todo, en la vida espiritual, para encontrarnos con nuestro Dios. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 24-02-2018 , es.p12}

Isaías 26

1 En aquel día cantarán este cántico en la tierra de Judá: Fuerte ciudad tenemos; salvación puso [Dios por] muros y antemuro.
2 Abrid las puertas, y entrará la nación justa que guarda la verdad.
3 Tú guardarás en completa paz, [a aquel] cuyo pensamiento [en ti] persevera; porque en ti ha confiado.
4 Confiad en Jehová perpetuamente; porque en el Señor Jehová [está] la fortaleza eterna.
5 Porque derribó los que moraban en lugar alto; humilló la ciudad enaltecida, la humilló hasta la tierra, la derribó hasta el polvo.
6 La hollará pie, los pies del pobre, los pasos de los menesterosos.
7 El camino del justo es rectitud: Tú [que eres] recto, pesas el camino del justo.
8 También en el camino de tus juicios, oh Jehová, te hemos esperado; tu nombre y tu memoria [son] el deseo de [nuestra] alma.
9 Con mi alma te he deseado en la noche; y con mi espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte; porque luego que [hay] juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia.
10 [Aunque] se le muestre piedad al impío, no aprenderá justicia; en tierra de rectitud hará iniquidad, y no mirará a la majestad de Jehová.
11 Jehová, levantada está tu mano, [pero] ellos no ven; verán al fin, y se avergonzarán los que envidian a tu pueblo; y a tus enemigos fuego los consumirá.
12 Jehová, tú establecerás paz para nosotros; porque también has hecho en nosotros todas nuestras obras.
13 Jehová Dios nuestro, [otros] señores fuera de ti se han enseñoreado de nosotros; pero en ti solamente nos acordaremos de tu nombre.
14 Muertos [son], no vivirán; han fallecido, no se levantarán; porque los visitaste y destruiste, e hiciste que pereciera toda su memoria.
15 Tú has engrandecido la nación, oh Jehová, tú has engrandecido la nación; te hiciste glorioso; la has extendido hasta todos los términos de la tierra.
16 Jehová, en la tribulación te buscaron; derramaron oración cuando los castigaste.
17 Como la mujer encinta cuando se acerca el tiempo de dar a luz gime y da gritos en sus dolores, así hemos sido delante de ti, oh Jehová.
18 Concebimos, tuvimos dolores de parto, pero fue como si diéramos a luz viento. Ninguna liberación hicimos en la tierra, ni cayeron los moradores del mundo.
19 Tus muertos vivirán; [junto con] mi cuerpo muerto resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu rocío [es] cual rocío de hortalizas; y la tierra echará los muertos.
20 Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete como por un momento, en tanto que pasa la indignación.
21 Porque he aquí que Jehová sale de su lugar, para castigar la maldad de los moradores de la tierra; y la tierra descubrirá su sangre, y no encubrirá más a sus muertos.

Testimonio: 01-09-2018

Amados, septiembre 1, 2018. El Señor me impresionó mucho acerca de cómo debemos evitar tener amor a lo pasado y al futuro, me decía: cuidado con los recuerdos y las emociones”. Vi cómo en libreros y cajones se guardaban cosas, cosas del pasado, que vez tras vez las personas miraban y preferían vivir en ese pasado, lamentándose por ese pasado o deseando volver a vivir ese momento. También, otros, estaban pensando solamente en el futuro, [en] lo que iban a hacer, planes, etcétera; pero estas personas obviaban el presente. El presente para ellos no era importante. Algunos que obviaban los cajones, y otros, cuando se aferraban a los cajones para ver las cosas, varios de ellos cuando abrieron los cajones yo veía como salían cosas que ya estaban podridas, cosas que ya estaban apestando, pero ellos seguían acariciando ese pasado y permanecían así, en ese estado. {Daisy Escalante: 01-09-2018, es.p1}

Vi otros que su vida también giraba en el futuro, y sus sueños y ambiciones eran su vida, y no permitían que nadie los sacara de ese éxtasis en el cual ellos estaban viviendo en ese momento. En ese momento, se me indicó que, a menos que no se hicieran esfuerzos grandes y rotundos referentes a esto, cada una de estas personas que estaba viviendo en el pasado, o en el futuro, iba a permanecer así. Se me dijo que ninguno que no vivía muy consciente del presente podrá prevalecer, pues Dios no está en el futuro ni en el pasado, Él vive en nuestro presente. Fue nuestro garante, sí en el pasado, y será nuestro Salvador en el futuro, pero en el presente es que esto es aplicable a nuestras vidas. El hoy es nuestra oportunidad, hoy es lo único que nos pertenece y no somos dueños del pasado ni del futuro, pero sí del hoy, del ahora, del momento en que estamos viviendo. Y, en ese momento, es donde está Dios, ofreciendo el perdón a cada uno de nosotros para que lo aceptemos y seamos aprobados por Él para la vida eterna. Este es el momento, luego será tarde. {Daisy Escalante: 01-09-2018, es.p2}

Estas fueron las palabras que se me dijeron y se me dijo: “Oseas 4:8”, y en ese momento ahí desperté. Analicemos esto, amados hermanos, y que sea hoy, en el presente, que es donde está Jesús, que lo busquemos de todo corazón y, así, podamos delante de Él pedir con un corazón contrito y humillado, que nos perdone, que nos regenere, que nos prepare para ese momento futuro. Pero, para estar preparados para el futuro, necesitamos en el presente siempre estar con Cristo Jesús. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 01-09-2018, es.p3}

Oseas 4:8

8 Comen del pecado de mi pueblo, y en su maldad levantan su alma.

Testimonio: 01-08-2019

Agosto 1, 2019. En sueños fui llevada a un grupo de personas, [que] estaban reunidas hablando de los eventos finales. Veía yo cómo, sólo uno, hablaba a los demás enérgicamente mientras que los demás escuchaban sin mucha atención. Cada uno tenía en su mano algo a lo cual se aferraba. Se me dijo que me acercara a ver, y así lo hice. Pude ver que eran fotos, algunos tenían fotos de casa, carros, otros bienes materiales, otros tenían fotos de iglesia. Y vi, mientras pasaba uno por uno, una foto que no comprendí al verla. Vi en aquella foto una convención grande de muchas personas y, al frente de ellos, alguien hablando. Entonces pregunté: “¿qué es esto?” Se me dejó saber que era una convención de ministerios independientes junto con ministerio organizacional. Y pregunté: “¿qué significa?” Se me dejó dicho que cada uno tiene su raíz ligada al mundo, en este tiempo de tan apremiante preparación. Dijo mi acompañante: “¡ay, ay, ay del que a sabiendas duerme, y del que pone su salvación en manos de otro! El desaliento y desánimo llegan, porque en vez de estar conectados con la Fuente Viva, están conectados con seres mortales diciendo: ‘yo soy de Cefas’ y ‘yo soy de Pablo’. ¡Arrepentíos! ¡vuélvanse de su mal proceder pues el tiempo es casi cumplido, donde cada uno rendirá cuenta de su propia alma! Y, ¿qué podrá el esposo? ¿podrá salvar la esposa? ¿y el padre podrá salvar al hijo? ¿o el creyente salvar al incrédulo? ¿o no sabéis que en el cielo habrán esposos sin esposas e hijos sin padres y padres sin hijos? ¡El sentimentalismo arrastra al pueblo! ¡Despertaos! Si realmente amáis a aquellos que deseáis que sean salvos, ¡no sigáis sus pasos! Más bien, sed firmes en acción y devoción al Padre Celestial y así, por vuestra fidelidad, podrán ser salvos”. {Daisy Escalante: 01-08-2019 , es.p1}

En ese momento, amados, me dijo: “Joel 3”. Palabras fieles y verdaderas del Señor para cada uno nosotros. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 01-08-2019 , es.p2}

Joel 3

1 Porque he aquí que en aquellos días, y en aquel tiempo en que haré volver la cautividad de Judá y de Jerusalén,
2 reuniré a todas las naciones, y las haré descender al valle de Josafat, y allí entraré en juicio con ellas a causa de mi pueblo, y de Israel mi heredad, a los cuales esparcieron entre las naciones, y repartieron mi tierra;
3 y echaron suertes sobre mi pueblo, y a los niños dieron por una ramera, y vendieron las niñas por vino para beber.
4 Y también, ¿qué tengo yo con vosotras, Tiro y Sidón, y todos los términos de Filistea? ¿Queréis vengaros de mí? Y si de mí os vengáis, bien pronto haré yo recaer la paga sobre vuestra cabeza.
5 Porque habéis llevado mi plata y mi oro, y mis cosas preciosas y hermosas metisteis en vuestros templos;
6 y vendisteis los hijos de Judá y los hijos de Jerusalén a los hijos de los griegos, para alejarlos de sus términos.
7 He aquí los levantaré yo del lugar donde los vendisteis, y volveré vuestra paga sobre vuestra cabeza.
8 Y venderé vuestros hijos y vuestras hijas en la mano de los hijos de Judá, y ellos los venderán a los sabeos, nación lejana; porque Jehová ha hablado.
9 Pregonad esto entre las naciones, proclamad guerra, despertad a los valientes, acérquense, vengan todos los hombres de guerra.
10 Haced espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el débil: Fuerte [soy].
11 Juntaos y venid, gentes todas de alrededor, y congregaos; haz venir allí, oh Jehová, tus fuertes.
12 Las gentes se despierten, y suban al valle de Josafat; porque allí me sentaré para juzgar a todas las gentes de alrededor.
13 Echad la hoz, porque la mies está ya madura. Venid, descended; porque el lagar está lleno, rebosan las lagaretas; porque grande [es] la maldad de ellos.
14 Multitudes, multitudes en el valle de la decisión; porque cercano [está] el día de Jehová en el valle de la decisión.
15 El sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor.
16 Jehová rugirá desde Sión, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos y la tierra; mas Jehová [será] la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos de Israel.
17 Y conoceréis que yo [soy] Jehová vuestro Dios, que habito en Sión, monte de mi santidad; y será Jerusalén santa, y extraños no pasarán más por ella.
18 Y será en aquel tiempo, que los montes destilarán mosto, y los collados fluirán leche, y por todos los arroyos de Judá correrán aguas; y saldrá una fuente de la casa de Jehová, y regará el valle de Sitim.
19 Egipto será destruido, y Edom será vuelto en desierto asolado, por la injuria hecha a los hijos de Judá; porque derramaron en su tierra la sangre inocente.
20 Mas Judá para siempre será habitada, y Jerusalén por generación y generación.
21 Y limpiaré su sangre que [aún] no he limpiado; y Jehová morará en Sión.

Testimonio: 03-08-2019

03 de agosto del 2019. En sueños, fui llevada frente a unos grandes edificios, estos edificios se veían muy altos, tan altos que era imposible para mí ver su fin, pues las nubes los cubrían. Yo [los] miraba, cuando una pregunta saltó [en] mi mente: “¿qué hago yo aquí?” En ese momento, miré a mi alrededor y vi muchas personas en las calles que caminaban de aquí para allá sin ninguna preocupación. Más noté que, algunos, no caminaban enérgicamente. Y mi vista, los seguía. {Daisy Escalante: 03-08-2019 , es.p1}

Entonces, escuché una explosión en el cielo; como un trueno, pero con luz. Como un rayo atravesó el cielo encima de aquellos rascacielos, y vi cómo, aquellos que caminaban lentamente antes, cayeron agonizantes al suelo. Seguí el estruendo en los cielos y veía luces como la aurora boreal, con sus esplendorosos colores, circundar el cielo. Nuevamente miré a las personas, cada una de las que caminaba enérgicamente iba perdiendo velocidad, poco a poco, hasta que caían al suelo. Entonces pregunté: “¿qué sucede? ¿qué es esto?” Entonces, dijo mi acompañante: “ondas electromagnéticas, asesinas del sistema nervioso cerebral, atacan, y la maquinaria viviente sucumbe ante ellas. Es hora, salgamos de aquí”. {Daisy Escalante: 03-08-2019 , es.p2}

Me dijo: “corre por las calles y grita a voz en cuello: ‘¡salid, salid! para que no perezcáis'”. Dije: “¡oh, Señor! Se los he dicho antes, ¡y no creen!” Entonces, me contestó: “los entendidos entenderán”. Entonces, en ese momento, amados, corrí. Hice como se me dijo, no miraba hacia atrás, sólo corría y gritaba las palabras que me dictaron. Mis piernas me dejaban [por] el cansancio, y mi voz languidecía. Y, en ese momento, una oscuridad arropó aquel lugar, casi, no veía mis pies. Clamé: “¡Señor, ayúdanos!” En ese momento dije: “¿por qué dije ‘ayúdanos’ si sólo soy yo?” Pero, al decir esto miré hacia atrás mío, y vi a muchos, no pude contarlos, pero no estaba sola. Y dije: “Señor, aquí está tu rebaño, ¡sálvanos, guíanos!” En ese momento, una luz apareció frente a nosotros. Pudimos marchar, a paso seguro, viendo el camino entre las densas tinieblas. Caminamos un largo tramo hasta que salimos del pavimento, llegamos a camino de tierra y luego a camino de hierba. El camino no era plano, sino que se tornó subiendo, cuesta arriba. La luz seguía iluminando nuestro camino y nos internamos en medio de densos árboles. Ahí, entre ellos, la luz paró y reposamos un poco. Miré hacia atrás, desde la montaña hacia la llanura, y veía en el cielo, encima de la ciudad, aquellas luces que había visto antes, cuando estaba en ella. Entonces, miré nuestro cielo, arriba de nosotros. Todo era paz y estaba cuajado de estrellas. En ese momento escuché: “Salmo 2”. {Daisy Escalante: 03-08-2019 , es.p3}

La escena cambió amados, y ahora estábamos en las montañas, en casas pequeñas, con mínimas, mínimas, cosas. Vi cómo, cada mañana salíamos al huerto a cuidar de las plantas, preparar más tierra para sembrar y recoger alimentos. Vi cómo algunas tierras eran fáciles y otras más difíciles, pero cada una cumplía su misión en la vida de cada uno de los que la trabajaban. Se me dejó saber que, mientras más rudo es nuestro carácter, más trabajo tendríamos que pasar. Y, que, cada prueba no pasada, no se apartará de nosotros hasta que la pasemos porque es necesario para el fortalecimiento de nuestro carácter. Mientras oía y veía esto, vi un grupo de personas entre los árboles, cantando, orando y alabando a Dios por sus maravillas. Veía los frutos crecer, no por sus obras, sino [por] el poder de un gran Dios que lo sustentaba con su poder. {Daisy Escalante: 03-08-2019 , es.p4}

Entonces vi un hombre sembrando, su rostro era rudo y de hablar áspero. Este hombre lloraba y gemía por su mal carácter, y con gran ahínco y arduo trabajo labraba la tierra. Lo vi comenzar un surco tras otro. Luego, le vi buscar la semilla y comenzó a sembrar, cuidaba su siembra día a día sin descansar. Vi, entonces, que una oruga llegó a su plantación y comenzó a comer su siembra. Éste, al darse cuenta, gruñó y se desesperó. Luego, mirando al cielo exclamó: “¡Señor, no tengo nada, sólo esto! ¡ayúdame, por favor!” Le vi ir planta por planta buscando a la intrusa oruga hasta que la encontró, y libró su plantación de aquella intrusa. Día tras día, con amante cuidado y abnegación cuidaba su pequeño huerto, así yo lo veía. Le volví a ver al fin de la siembra. Era el momento de la cosecha y pregunté: “¿quién es él?” Se me contestó: “el mismo que la sembró”. Y dije: “no, aquel era un hombre rudo, áspero y de mal hablar, y este es otro”. “Así es”, se me dijo. “Los ministros silenciosos son usados por nuestro grande y poderoso Dios y, sin darse cuenta el ser humano, al hacer esto, cae bajo la influencia de su Espíritu. Y éste [ser humano] es cambiado imperceptiblemente. El enemigo lo sabe y por eso odia y persigue a todos aquellos que desean ir a las montañas. Todo acérrimo enemigo de la verdad, desdeña (trata con indiferencia) este paso tan importante y preparatorio para la transformación del carácter, [este paso] tan vital para la salvación. Recordad”, me dijo, “¿dónde estaba Eliseo cuando Elías lo encontró? Apresúrate a decir, y no calles”, me dijo, “porque aquí el aquilón viene por su presa, ¿y qué será del que aún no esté listo? Sed sumisos y aprended de Aquel que es manso y humilde de corazón, que siendo, también, Dios se sometió a su Padre en todo, hasta la muerte de cruz, para que el mortal pueda llegar a vivir eternamente. No os engañéis, porque el día vendrá, y es ahora, en que toda carne será juzgada por Aquel que pesa los motivos y conoce el corazón, el cual dará a cada uno según sus obras”. {Daisy Escalante: 03-08-2019 , es.p5}

Hizo una pausa, amados, y continuó: “os lo he dicho antes. ¿Qué hace que el cristiano esté siempre lozano?”, preguntó. Recordad al árbol de hojas perennes. Procurad ornamento de un espíritu humilde y tranquilo. Esto, a la vista de Dios, es de gran precio. Cuidad como tesoro el regalo: del amor, la paz, la paciencia, la benignidad, la bondad, la fe, la mansedumbre, la templanza, todos estos frutos del árbol cristiano. Éste, plantado junto a corrientes de agua, su fruto siempre será a su tiempo. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo. El que ha de venir vendrá y no tardará. Alistaos, pues, en Él”. {Daisy Escalante: 03-08-2019 , es.p6}

Que el Señor me los bendiga, y oro porque cada uno de nosotros seamos más que vencedores en Cristo Jesús. Bendiciones. {Daisy Escalante: 03-08-2019 , es.p7}

Salmos 2

1 ¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan vanidad?
2 Se levantan los reyes de la tierra, y los príncipes consultan unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo:
3 Rompamos sus coyundas, y echemos de nosotros sus cuerdas.
4 El que mora en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos.
5 Entonces hablará a ellos en su furor, y los turbará con su ira.
6 Pero yo he puesto a mi Rey sobre Sión, mi santo monte.
7 Yo publicaré el decreto: Jehová me ha dicho: Mi Hijo [eres] tú; yo te engendré hoy.
8 Pídeme, y te daré por heredad las naciones, y [por] posesión tuya los confines de la tierra.
9 Los quebrantarás con vara de hierro; como vaso de alfarero los desmenuzarás.
10 Y ahora, reyes, entended: Admitid corrección, jueces de la tierra.
11 Servid a Jehová con temor, y alegraos con temblor.
12 Besad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino, cuando se encendiere un poco su furor. Bienaventurados todos los que en Él confían.

Testimonio: 09-02-2021

Febrero 9, 2021; 2:45 de la tarde. Se me refirieron estas palabras: “Di a mi pueblo, ¿cómo queréis y rogáis porque Yo haga caso a vuestras peticiones y vosotros no me hacéis caso? ¡Dad frutos dignos de arrepentimiento y hallaréis descanso para vuestras almas! El que se envalentone contra un ‘Así dice Jehová’ su luz se apagará y nunca más se encenderá. Y conocerán todos que Jehová habló y no fue escuchado”. {Daisy Escalante: 09-02-2021 , es.p1}

Amados, palabras fieles y verdaderas del Eterno que dejo para cada uno de vosotros. Que el Señor nos bendiga. {Daisy Escalante: 09-02-2021 , es.p2}

Himno 18: ¡Suenen dulces himnos!
Himno 202: En el mundo turbulento