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Manjar Sabático

01-10-2021

Colosenses 4

1 Amos, tratad a [vuestros] siervos como es justo y recto, sabiendo que vosotros también tenéis un Amo en el cielo.
2 Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias;
3 orando juntamente también por nosotros, que Dios nos abra la puerta de la palabra, para que hablemos el misterio de Cristo, por el cual estoy también preso;
4 para que lo manifieste como debo hablar.
5 Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo.
6 [Sea] vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.
7 Todos mis asuntos os hará saber Tíquico, amado hermano y fiel ministro y consiervo en el Señor;
8 al cual os he enviado para esto mismo, para que conozca vuestro estado, y conforte vuestros corazones,
9 con Onésimo, fiel y amado hermano, el cual es de vosotros. Todo lo que acá acontece, os lo harán saber.
10 Aristarco, mi compañero de prisiones, os saluda, y Marcos el sobrino de Bernabé, acerca del cual recibisteis mandamientos; si viniere a vosotros, recibidle;
11 y Jesús, que es llamado Justo; que son de la circuncisión. Sólo éstos son [mis] colaboradores en el reino de Dios; y me han sido consuelo.
12 Os saluda Epafras, el cual es [uno] de vosotros, siervo de Cristo; siempre esforzándose por vosotros en oración, para que estéis firmes, perfectos y completos en toda la voluntad de Dios.
13 Porque yo doy testimonio de él, que tiene gran celo por vosotros, y por los [que están] en Laodicea, y por los [que están] en Hierápolis.
14 Os saluda Lucas, el médico amado, y Demas.
15 Saludad a los hermanos que están en Laodicea, y a Ninfas, y a la iglesia que está en su casa.
16 Y cuando esta epístola haya sido leída entre vosotros, haced que también se lea en la iglesia de los laodicenses; y que la [epístola] de Laodicea la leáis también vosotros.
17 Y decid a Arquipo: Mira que cumplas el ministerio que recibiste en el Señor.
18 Las salutaciones de mi mano, de Pablo. Acordaos de mis prisiones. La gracia [sea] con vosotros. Amén. [Escrita desde Roma, y enviada con Tíquico y Onésimo].

1 Pedro 2

1 Desechando, pues, toda malicia, y todo engaño, e hipocresía, y envidia, y toda maledicencia,
2 desead, como niños recién nacidos, la leche no adulterada de la palabra, para que por ella crezcáis;
3 si es que habéis gustado la benignidad del Señor;
4 al cual acercándoos, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas escogida [y] preciosa para Dios.
5 Vosotros también, como piedras vivas, sois edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por Jesucristo.
6 Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sión la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; Y el que creyere en Él, no será avergonzado.
7 Para vosotros, pues, los que creéis; [Él es] precioso; mas para los desobedientes, la piedra que los edificadores desecharon; ésta fue hecha la cabeza del ángulo;
8 Y: Piedra de tropiezo, y roca de escándalo [a los] que tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; para lo cual fueron también ordenados.
9 Mas vosotros [sois] linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido; para que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.
10 Vosotros, que en tiempo pasado no [erais] pueblo, mas ahora [sois] el pueblo de Dios; que no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.
11 Amados, yo [os] ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de las concupiscencias carnales que batallan contra el alma;
12 manteniendo vuestra honesta manera de vivir entre los gentiles; para que, en lo que ellos murmuran de vosotros como de malhechores, al ver [vuestras] buenas obras, glorifiquen a Dios en el día de la visitación.
13 Sujetaos a toda ordenación humana por causa del Señor; ya sea al rey, como a superior,
14 ya a los gobernadores, como por Él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien.
15 Porque ésta es la voluntad de Dios; que haciendo el bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres vanos.
16 Como libres, mas no usando la libertad para cobertura de malicia, sino como siervos de Dios.
17 Honrad a todos. Amad la hermandad. Temed a Dios. Honrad al rey.
18 Siervos, sujetaos con todo temor a vuestros amos; no solamente a los buenos y amables, sino también a los que son severos.
19 Porque esto [es] loable, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente.
20 Porque ¿qué gloria [es], si pecando vosotros sois abofeteados, y lo sufrís? Pero si haciendo bien sois afligidos, y lo sufrís, esto ciertamente es agradable delante de Dios.
21 Porque para esto fuisteis llamados; pues que también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que vosotros sigáis sus pisadas:
22 El cual no hizo pecado; ni fue hallado engaño en su boca:
23 Quien cuando le maldecían no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino que [se] encomendaba a Aquél que juzga justamente:
24 Quien llevó Él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, siendo muertos a los pecados, vivamos a la justicia; por las heridas del cual habéis sido sanados.
25 Porque vosotros erais como ovejas descarriadas; mas ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.

Joyas de los Testimonios, tomo 1 (1JT), capítulo 67: "La iglesia de Laodicea". Subtítulo: "La causa de la ceguera espiritual".

En mi última visión se me mostró que este mensaje decidido del Testigo Fiel no ha cumplido aún el designio de Dios. La gente duerme en sus pecados. Continúa declarándose rica, y sin necesidad de nada. Muchos preguntan: ¿Por qué se dan todos estos reproches? ¿Por qué los Testimonios nos acusan continuamente de apostasía y graves pecados? Amamos la verdad; estamos prosperando; no necesitamos esos testimonios de amonestación y reproche. Pero miren sus corazones estos murmuradores y comparen su vida con las enseñanzas prácticas de la Biblia; humillen sus almas delante de Dios; ilumine la gracia de Dios las tinieblas; y caerán las escamas de sus ojos y se percatarán de su verdadera pobreza y miseria espirituales. Sentirán la necesidad de comprar oro, que es la fe y el amor puro; ropa blanca, que es el carácter inmaculado, purificado en la sangre de su amado Redentor; y colirio, que es la gracia de Dios, y que les dará un claro discernimiento de las cosas espirituales para descubrir el pecado. Estas cosas son más preciosas que el oro de Ofir. {1JT 329.2}

Se me ha mostrado que la mayor razón por la cual los hijos de Dios se encuentran ahora en este estado de ceguera espiritual, es que no quieren recibir la corrección. Muchos han despreciado los reproches y amonestaciones que se les dirigieron. El Testigo Fiel condena la tibieza de los hijos de Dios, que confiere a Satanás gran poder sobre ellos en este tiempo de espera y vigilancia. Los egoístas, los orgullosos y los amantes del pecado se ven siempre asaltados por dudas. Satanás sabe sugerir dudas e idear objeciones contra el testimonio directo que Dios envía, y muchos piensan que es una virtud, un indicio de inteligencia ser incrédulos, dudar y argüir. Los que desean dudar tendrán bastante oportunidad de hacerlo. Dios no se propone suprimir todo motivo de incredulidad. El da evidencias que deben ser investigadas cuidadosamente con mente humilde y espíritu dispuesto a recibir enseñanza; y todos deben decidir por el peso de las evidencias. {1JT 329.3}

La vida eterna es de valor infinito y nos costará todo lo que poseemos. Se me mostró que no estimamos debidamente las cosas eternas. Todo lo que es digno de posesión, aun en este mundo, debe obtenerse mediante esfuerzo y a veces por el sacrificio más penoso. Y ello es tan sólo para obtener un tesoro perecedero. ¿Estaremos menos dispuestos a soportar conflictos y trabajos y a hacer esfuerzos fervientes y grandes sacrificios, para obtener un tesoro que es de valor incalculable y una vida que se mide con la del Infinito? ¿Puede el cielo costarnos demasiado? {1JT 330.1}

La fe y el amor son tesoros áureos, elementos que faltan en gran manera entre el pueblo de Dios. Se me ha mostrado que la incredulidad en los testimonios de amonestación, estímulo y reproche está apartando la luz del pueblo de Dios. La incredulidad les cierra los ojos para que ignoren su verdadera condición. El Testigo Fiel describe así su ceguera: “Y no conoces que tú eres un cuitado y miserable y pobre y ciego y desnudo.” Apocalipsis 3:17. {1JT 330.2}

La fe en la pronta venida de Cristo se está desvaneciendo. “Mi señor se tarda en venir” (Mateo 24:48), es no sólo lo que se dice en el corazón, sino que se expresa en palabras y muy definidamente en las obras. En este tiempo de vigilia, el estupor anubla los sentidos del pueblo de Dios con respecto a las señales de los tiempos. La terrible iniquidad que tanto abunda requiere la mayor diligencia y el testimonio vivo para impedir que el pecado penetre en la iglesia. La fe ha estado disminuyendo en grado temible, y únicamente el ejercicio puede hacerla aumentar. {1JT 330.3}

Cuando nació el mensaje del tercer ángel, los que se dedicaban a la obra de Dios tenían algo que arriesgar, tenían que hacer sacrificios. Empezaron esta obra en la pobreza y sufrieron las mayores privaciones y oprobios. Arrostraban una oposición resuelta que los impulsaba hacia Dios en su necesidad y mantenía viva su fe. Nuestro actual plan de la benevolencia sistemática sostiene ampliamente a nuestros predicadores y no hay necesidad de que ellos ejerzan fe en que serán sostenidos. Los que ahora emprenden la predicación de la verdad no tienen nada que arriesgar. No corren peligros, ni tienen que hacer sacrificios especiales. El sistema de la verdad está listo y a mano, y se provee a los obreros de publicaciones que defienden las verdades que ellos promulgan. {1JT 331.1}

Algunos jóvenes se inician en la obra sin tener un sentimiento real de su exaltado carácter. No tienen que soportar privaciones, penurias ni severos conflictos que requerirían el ejercicio de la fe. No cultivan la abnegación práctica ni albergan un espíritu de sacrificio. Algunos se están poniendo orgullosos y engreídos, y no tienen verdadera preocupación por la obra. El Testigo Fiel dice a estos ministros: “Sé pues celoso, y arrepiéntete.” Apocalipsis 3:19. Algunos de ellos se ensoberbecen tanto que son realmente un estorbo y una maldición para la preciosa causa de Dios. No ejercen una influencia salvadora sobre los demás. Estos hombres necesitan convertirse cabalmente a Dios y ser santificados por las verdades que presentan a otros. {1JT 331.2}

Muchos se sienten impacientes e irritados porque son frecuentemente molestados por amonestaciones y reproches que les hacen acordar de sus pecados. Dice el Testigo Fiel: “Yo conozco tus obras.” Apocalipsis 3:15. Los motivos, los propósitos, la incredulidad, las sospechas y los celos, pueden ocultarse de los hombres, pero no de Cristo. El Testigo Fiel viene como consejero: “Yo te amonesto que de mí compres oro afinado en fuego, para que seas hecho rico, y seas vestido de vestiduras blancas, para que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo: sé pues celoso, y arrepiéntete. He aquí, yo estoy a la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono; así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.” Apocalipsis 3:18-21. {1JT 332.1}

Testimonio: 15-04-2017

Amados, esta madrugada de sábado, amaneciendo, el 15 de abril del 2017, estaba yo durmiendo y, en mis sueños, vi este personaje blanco, con vestiduras blancas largas hasta el piso, que se me paró al frente. Yo no podía ver su rostro, porque brillaba. Pero pude ver que extendió sus manos, y traía una tabla, traía una tabla en las manos. Y me dijo: “vengo, he salido [de] delante del Señor, y he sido comisionado para hacerte entender cómo guardar los mandamientos”. Pero, cuando yo miro, solamente veo una tabla y veo cuatro mandamientos, en vez de los diez. Yo me asusté y dije: “¡pero es que son diez, no son cuatro!” Y él me dice: “ahora vengo para enseñarte los primeros cuatro, la primera tabla, luego voy a ser enviado para enseñarte los otros seis”. Yo me sentí un poco asustada al principio porque en mi mente siempre estaba el diez, el diez, el diez, pero cuando él me dijo así, me tranquilicé. {Daisy Escalante: 15-04-2017 , es.p1}

Y empezó. Me dijo: “es que los mandamientos, la gente no se ha dado cuenta, pero es algo que va más allá de lo que la mente humana puede entender y de la vitalidad que tienen. Lo vitales que son para que podamos ser sellados, para estar delante del Señor”. {Daisy Escalante: 15-04-2017 , es.p2}

Así que él me comenzó a dar el primer mandamiento: “No tendrás dioses ajenos delante de Mí”. Cuando me dijo: “no tendrás dioses ajenos delante de Mí”, me comenzó a explicar. Me comenzó a explicar: “¡Dios es tan santo! ¡Dios es tan sublime! Si yo me levanto por las mañanas y no tengo mi mente en Dios, ya hay un dios ajeno ahí, porque estoy pensando en otras cosas. Si yo salgo de mi casa, lo primero que debo hacer es inclinarme delante de mi Dios. Pedirle a Dios: que me cuide, que me guíe, que me ilumine, que me proteja; para yo estar en ese camino por donde Él me va a llevar ese día. Si yo estoy en su naturaleza” —me puso un ejemplo [de algo que me había pasado] y me lo recordó; a mí eso sí me pasó, ayer, en el preparativo para el sábado—. Yo estaba bregando con una ropa, en mi jardín, que tenía colgada en un cordel, y, de repente, veo que un caracol se subió a una de las camisas. Yo agarré el caracol y dije: “¡mira! ¿qué hace este aquí?” Y [lo] cogí y lo tiré. Y el caracol, pues ahí, salió por el aire y no sé, sabrá Dios, dónde fue a caer. Y él me acordó ese evento. Y me dijo: “no, esa es la creación de Dios, esa es la creación de Dios y tenemos que tratarla con respeto. Si Dios es tu Dios y Él está en primer lugar, todo y cada cosa que está viva en la naturaleza, ya sean las plantas, los animales o las otras personas, son la creación de Dios. Y, si Dios es mi Dios, y yo no tengo dioses ajenos delante de Él, yo tengo que respetar eso, porque es la creación de mi Dios. Él es mi único Dios supremo”. {Daisy Escalante: 15-04-2017 , es.p3}

Otra de las cosas que también me dijo es que si nosotros en todo momento estamos poniendo el yo —nuestra conveniencia, lo que nosotros queremos, nuestros anhelos, todo—, antes de hacer la voluntad de Dios, ya estamos poniendo un dios ajeno delante de Él. Y me dice: “todos, todos, todos, ¡todos! están pecando en este primer mandamiento, inclusive tú”. Y cuando me dijo así, pues, yo decía: “señor, pero es que no. Es que, ¡imagínate! vivimos en este mundo y vemos tantas cosas y todo lo tenemos ahí al frente”. Él me decía: “tienes que tener mi ley en tu mente, tienes que tener la ley del Señor en tu mente, en todo momento y en todo lugar, para que así puedas no incurrir en tener otros dioses delante de Él. Porque Él es demasiado santo. En todo momento y en todo lugar: esa era la comunión; y eso era lo que tenía presente Moisés, que tenía Elías, que tenía Enoc, que tenía Abraham, que aprendió a tener Jacob, al final de su jornada aquí en la tierra”. Entonces yo decía: “señor, pero, ¿quién podrá llegar a esto en este tiempo de tanta corrupción, de tantas situaciones, de tanto corre, corre?” Y él me decía: “hay un pueblo, hay un pueblo, pero ellos no han entendido a cabalidad la importancia tan grande de mi ley”. {Daisy Escalante: 15-04-2017 , es.p4}

Él me daba un lapso de tiempo para que yo pudiera asimilar lo que me estaba diciendo, y volvía y me lo repetía: “no tendrás dioses ajenos delante de Mí”. Y hasta ahí quedaba: “no tendrás dioses ajenos delante de Mí”. Y me comenzaba a enseñar. Como que yo podía ver cuando estábamos haciendo las cosas del diario —ya sea los que están en las casas, o en los trabajos, o en el campo—, cómo sus pensamientos estaban en otras cosas; cuando el deber era estar con el pensamiento, todo el tiempo, en las cosas de Dios. {Daisy Escalante: 15-04-2017 , es.p5}

Porque Él me decía: “si buscan el reino de Dios y su justicia, todo lo demás vendrá por añadidura, todo. Porque Él sabe las necesidades básicas que nosotros tenemos aquí, en la tierra. Pero, como primero estamos buscando según, esas, nuestras necesidades básicas, Él no puede ayudarnos y no nos puede dar lo que realmente estamos pidiendo; porque no lo estamos buscando a Él. Y Él no va a pasar por encima de su ley —que ha estipulado—. [Lo] primero es buscarlo a Él. Y luego, Él nos va [a] abrir las puertas para que nosotros podamos hacer, y obtener, las cosas que necesitamos en esta vida, para estar aquí el tiempito que nos queda; porque Él ya está regresando”. {Daisy Escalante: 15-04-2017 , es.p6}

Ya, luego de eso, me dijo: “no te inclinarás a ellas ni las honrarás”. Y yo decía: “señor, pero ahí no, no; ¡no estamos adorando ídolos!”. Entonces él me decía: “no, es que esto va mucho más allá. Cuando nosotros ponemos el yo en primer lugar, nosotros nos estamos inclinando ante ese ídolo. Cuando yo me levanto por la mañana y mi primer pensar es en: lo que yo quiero, lo que voy a comer, lo que voy a hacer; ya, ese es mi ídolo. Ya me estoy inclinando ahí delante de él”. También me decía: “cuando tú vas a hacer algo y, por tu propio plan tú lo haces, y no le consultas al Señor y no lo pones en oración, ya tú te estás inclinando ante eso. Y eso es lo que mi pueblo debe entender. El motivo por el cual Elías, Enoc, Moisés, Jacob, al final de su vida, y Abraham pudieron llegar a donde llegaron fue porque ellos no tenían criterio propio. Ellos, todo, primero lo pasaban por el escrutinio de la vista de Dios, del pensamiento de Dios. Todo se lo consultaban: ‘Señor, tú sabes que estoy pensando en hacer esto, pero, ¿qué quieres tú? ¿está bien?’ Presentaban ese plan a Dios. Y el Señor se los transcribía a ellos en su mente si no era correcto, o le pasaba la palabra ‘aceptado’ si es que estaba correcto. Y eso, mi pueblo no lo está haciendo, por eso es que no están recibiendo el discernimiento como debe ser para saber los tiempos en que estamos; porque están violando la ley de Dios. Todo es lo que ellos quieren, como ellos lo quieren, como ellos lo planean; y el cielo no funciona de esa manera. En el cielo todo es según Dios. [Como Él] lo estipula, así todos hacemos. Y todos estamos en armonía, y todos estamos en tranquilidad, y todos podemos gozar de esa paz que solamente Él nos puede dar por medio de la obediencia”. {Daisy Escalante: 15-04-2017 , es.p7}

Y me lo volvía a repetir: “no tendrás dioses ajenos delante de Mí, no te vas a inclinar a ellos, no los vas a honrar”. Y me repetía: “ustedes, los seres humanos, honran mucho el yo. Honran mucho los títulos. Honran mucho las celebridades. Honran mucho las personas que, según ustedes, son más altas unas que otras en cuestión de pensamiento. Y, sin embargo, estamos obviando el pensamiento de Dios, el pensamiento de Aquel que, realmente, es el que los puede guiar y los puede llevar hacia la Canaán Celestial”. {Daisy Escalante: 15-04-2017 , es.p8}

Después me dice: “no tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano, porque Él no va a dar por inocente a aquel que tome su Nombre en vano”. Ya ahí, no hubo palabras. Me llevaron frente a un trono que brillaba. Yo veía a Uno sentado ahí, pero yo no podía ver quién era. Brillaba demasiado. Yo veía ángeles. Estos ángeles, nomás iban a mencionar el nombre de Dios, se inclinaban, ponían su rostro casi en el suelo y sus alas los cubrían. Y él me decía: “si nosotros, que somos seres santos, cuando vamos a hablar del nombre de Dios” -me dijo muchos nombres, los cuales todos se referían a Dios-, nos inclinamos; ¡nosotros nos espantamos cuando vemos cómo ustedes mencionan el nombre de nuestro Creador! —¡de su Redentor, de su Salvador!— Ustedes, como si nada. No se inclinan, ¡es una irreverencia! Estamos violando el mandamiento cuando decimos el nombre de nuestro Dios apresuradamente, en refranes, descomedidamente, sin darle la reverencia que Él se merece”. {Daisy Escalante: 15-04-2017 , es.p9}

Y yo veía cómo venían otras como personas -por así decirlo-, y tenían coronas. Ellos llegaban delante del trono de Dios y lo primero que hacían era quitarse su corona de la cabeza. Iban inclinándose hasta que quedaban arrodillados y ponían su corona al lado de ellos. Y bajaban la cabeza completamente hacia el suelo, lo reverenciaban. Y ya, luego, Él les extendía las manos y ellos se incorporaban otra vez. Se levantaban sin ponerse la corona, la corona la mantenían en la mano en su pecho. Yo veía como que hablaban algo, pero no sé qué es lo que estaban hablando. Y cuando, ya, se iban a despedir, otra vez se inclinaban, otra vez se les extendía la mano. Ellos se levantaban. Luego, se ponían de espaldas a Él porque ya se iban. Entonces, se ponían su corona y, así, se iban. {Daisy Escalante: 15-04-2017 , es.p10}

Y él me dijo: “esta es la reverencia. Esta es la reverencia que practicamos aquí en el cielo. Esta es la reverencia que nosotros tenemos delante de nuestro Dios. Y esta es la reverencia que ustedes deben comenzar a practicar desde la tierra, porque esto es lo que ustedes van a venir a hacer acá cuando sean salvos”. ¡Fue tan lindo, fue tan maravilloso, fue tan solemne ese momento! {Daisy Escalante: 15-04-2017 , es.p11}

Ahora yo entiendo cuando, a veces, leo las visiones de Elena G. de White o los sueños que ella tuvo, por qué ella decía que, cuando iba allá, pedía no regresar. Porque es estar en ese lugar que, humanamente, todos deseamos: de paz, de tranquilidad, de ya no haber más corre-corre, no más problemas. Pero sí les puedo decir, hermanos, como me lo volvieron a repetir, que ese amado hogar —que tanto deseamos los que esperamos la venida y añoramos que el Señor venga, ya, a buscar a su pueblo—, está a las puertas, ¡está a las puertas! ¡Y pronto vamos a estar allá! {Daisy Escalante: 15-04-2017 , es.p12}

Y, luego, pasó al cuarto mandamiento: “acuérdate del día sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, más el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios. No hagas en él obra alguna: tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos, la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, y reposó en el día séptimo; por tanto, Jehová bendijo el día sábado, y lo santificó” ¡Ay, amados! Acá también se me dio la demostración. Yo fui llevada a ver a Adán y Eva cuando estaban en el huerto del Edén. ¡Era maravilloso ver esa pareja! ¡Wow! ¡En ese mundo tan bello, tan maravilloso! Muy diferente a lo que vemos nosotros ahora. Ahora me puedo dar cuenta que, nosotros, lo que estamos viendo es nada más una pisca de lo que quedó después que el pecado entró. ¡Era tan bello, tan maravilloso, tan perfecto! Allí no existían las enredaderas, así, entretejiendo los árboles de la forma tan fea que se ve hoy. Allí las flores, todas, eran maravillosas. Vi que era viernes, y ya, casi a la puesta de sol, aparecía un coro de ángeles en el cielo. Comenzaron a cantar unos himnos, ¡tan bellos, tan maravillosos! No, no recuerdo ninguno, porque no los conozco, pero no puedo olvidar lo maravilloso que era. Es que ellos cantaban y cantaban, y cantaban tan solemne, tan pausado, tan tranquilos. Pude percibir que cantaron siete veces, siete tonadas distintas; es decir, siete cánticos distintos. La santa pareja miraba maravillada y, tan pronto terminaron de cantar, apareció Jesús. ¡Apareció Jesús con ellos!, a recibir el propio sábado que Él instituyó desde el huerto del Edén. Estaba allí Él. También estaba otra persona que, el ángel me dijo que, era el Padre. Más yo lo que veía era solamente sus espaldas. Y, entre medio de los árboles, soplaba una brisa suave, refrescante, podíamos sentirla en el rostro; más los árboles no se agitaban con la furia como vemos ahora cuando el viento pega a los árboles. ¡Era algo tan apacible! Y las flores se movían de lado a lado con esa majestuosidad, ¡algo tan maravilloso! Y el que estaba conmigo me dijo: “ese es el Espíritu Santo que está aquí con nosotros; porque los tres se unieron ese primer día de reposo para recibir el santo sábado con la santa pareja”. {Daisy Escalante: 15-04-2017 , es.p13}

Luego vi cómo se despidieron. Y fueron al cielo. Y, acá, en la tierra llegó la noche. Vi cómo ellos iban a descansar debajo de enramadas, y estaban gozosos y felices. Pero fui, en ese momento, llevada al cielo para ver cómo, allá, hacían en el día sábado. Vi mucha gente, mucha gente, que llegaba a la Santa Ciudad, todos, ellos, a recibir el sábado del Señor. Mientras aquí estaba de noche, allá, que no existe eso, estaban todos alabando y regocijándose en el Señor en su día santo. Yo le pregunté al ángel, le dije: “pero acá hay dos noches, cuando para unos es de día para la otra mitad del mundo es de noche”. Y él me decía: “Él siempre está los días, de día, con sus hijos y a la recibida del sábado también. Pero sale un momento, mientras uno y el otro lado está descansando, para gozarse también en el cielo con los otros seres que van a adorar de sábado en sábado, allá, en la Patria Celestial”. ¡Fue tan maravilloso ver eso, hermanos! {Daisy Escalante: 15-04-2017 , es.p14}

Y él me decía: “¡mis sábados, mis sábados! ¡Deshonran mis sábados haciendo reuniones! ¡hablando palabras que no son las palabras que Yo estoy esperando en este sábado! Porque Yo estoy, ahí, con ellos. Y Yo estoy viendo todas las cosas. No abren mi Palabra, no la escudriñan, no abren el Espíritu de Profecía, no quieren saber acerca de lo que Yo he revelado. Están en sus propios pensamientos. Algunos, deseando que pasen esas veinticuatro horas para hacer lo que ellos quieren, para seguir con sus planes. Es como si esas veinticuatro horas estorbaran, como si ellos no quisieran que existieran, pero, por un compromiso de que los ven, o porque dicen que son adventistas del séptimo día, ahí están. Pero su corazón no está ahí. {Daisy Escalante: 15-04-2017 , es.p15}

Y Él me mostraba muchas cosas. Él me mostraba cómo las personas —unos, estaban pensando en los placeres sexuales, en los placeres mundanales—, [pensaban] en todo tipo de cosas que el enemigo nos pone al frente, [lo que] menos [estaban] pensando [era] en las cosas de Dios. Me dice: “¿sabes por qué Abraham, por qué Elías, por qué Enoc, por qué Moisés y Jacob —al final de su vida pudo entender—, pudieron vencer, y pudieron llegar a ese ideal que yo espero de cada uno de ustedes? Porque ellos entendieron estas cosas. Porque, los primeros tres mandamientos de esta primera tabla, si no los obedecemos al pie de la letra y no los aplicamos en la forma en que te estoy describiendo, el sábado va a ser una tortura. No lo vamos a llamar delicia, porque se va a quedar ese switch [interruptor] prendido, dentro de nosotros. Y, todo el tiempo, vamos a estar pensando —en esas veinticuatro horas—, acerca de lo que dejamos de hacer, de lo que tuvimos que parar, pero deseosos de que vuelva, otra vez, a comenzar el día domingo para seguir en nuestras andadas. El que quiera obedecer el sábado como es, respetarle como es, y darle el honor que se merece ese día, [ésta] es [la forma]: honrar al Rey de reyes y Señor de señores, es separar esas veinticuatro horas para su servicio, para que Él nos instruya. Porque Él deja su trono, Él deja el cielo para venir acá, con nosotros, a instruirnos. ¡El mundo lo está perdiendo! Y, si no logramos hacer que los primeros tres mandamientos florezcan en nuestras vidas, nunca vamos a poder lograr que el cuarto mandamiento sea como Dios quiere. El que no obedezca aquí, en la tierra —a sabiendas—, lo que es guardar el cuarto mandamiento como Dios quiere, no va a obtener la salvación”. Y decía: “¡diles! ¡diles que, por favor, entren a la Palabra! ¡Diles que Él está allí esas veinticuatro horas para enseñarles! Diles que, aunque ellos no ven esa bendición, ahí está, que tomen de ella, ¡porque lo que Él quiere es salvarlos!” {Daisy Escalante: 15-04-2017 , es.p16}

Como siempre les digo, mi esposo me preguntó esta mañana, cuando le estaba contando, si era bueno que otras personas lo supieran. Y yo dije: “bueno, van a decir que qué me creo”. Porque, pues, yo no pido estas cosas, estas cosas llegan. Pero yo, amados, les digo de todo corazón que, yo me creo nada, yo soy nada. Soy una pecadora, igual que ustedes; una pecadora que necesita del Señor y que, también, necesita aprender estas cosas para poder ser salva, igual que ustedes. Solamente se los comparto para que sea el Espíritu Santo del Señor el [que] nos dirija y podamos hacer las cosas como Dios manda. Porque Él está muy cerca, ¡Él está muy cerca! Y Él está mandando -entiendo yo-, estas cosas para que realmente le pongamos importancia a lo que realmente es importante. {Daisy Escalante: 15-04-2017 , es.p17}

Hermanos, que Dios me los bendiga. Y, pues, ¿qué puedo decirles? Que sea el Señor el que esté con cada uno de nosotros y nos ilumine. Y que pronto podamos estar, todos, en la Patria Celestial. ¡Bendiciones para todos! {Daisy Escalante: 15-04-2017 , es.p18}

Testimonio: 24-04-2017

Amados, hoy es 24 de abril, y otra vez he recibido un sueño bastante extenso. Es continuación de los primeros cuatro mandamientos que, la vez pasada, les puse; lo que el Señor me inspiró y me mostró a través de su ley. Esto surgió desde las 2 de la mañana hasta las 6:30 de la mañana, hoy lunes 24 de abril. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p1}

Pues, como siempre, cuando el Señor me urge a compartir algo, lo hago. He tenido muchas persecuciones de lo que anteriormente he compartido. Pero yo soy nadie. Sencillamente sigo lo que Dios me dice, lo que quiere que yo haga. Así que lo voy a compartir y cada uno de ustedes tome sus conclusiones, y que el Espíritu Santo del Señor los dirija. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p2}

Eran las 2 de la mañana cuando comenzó esto, ya que comenzó entre dormida y despierta. Apenas, pues, había ido al baño y, cuando llegué, vi que eran las dos de la mañana; y, apenas me quedé entre dormida y despierta, comenzó a pasar esto. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p3}

Apareció otra vez el ángel brillante, me dijo: “yo soy el ángel que salgo delante de Jehová y vengo a explicarte la otra tabla de los diez mandamientos”. En letras de oro, siempre, aparecían los mandamientos. Como me dijo él: “te vengo a explicar la segunda tabla, los otros seis mandamientos”. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p4}

El primero: “Honra a tu padre y a tu madre”, y sabemos, ¿verdad?, “para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da”. Se me explicó que los padres son una expresión, o extensión, del amor ágape que el cielo goza dando a cada familia. Pero que no honramos a nuestros padres cuando, sabemos que necesitan y, no estamos ahí para ellos. Vi a cada hijo, por generaciones, pensando en sus propios planes, metas, y dejaban atrás lo que verdaderamente era importante: ponían a sus padres a cuidados de otros en casas de cuidado, viviendas. Y el afecto natural de ellos se iba opacando con las cosas de este mundo, y era reemplazado por sus ambiciones. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p5}

Me fue mostrado, también, y vi, padres y madres que eran maltratados en forma verbal y física por sus hijos. Cómo, hijos conocedores de la verdad, hacían sufrir a sus padres; éstos lloraban y gemían ante Dios por sus hijos. Y ángeles salían prestos con las oraciones ante Jesús. Y vi cómo Jesús levantaba sus manos y éstos, otra vez, salían prestos a asistir, junto al Espíritu Santo, a estos hijos que estaban descarriados. Muchos de estos hijos rechazaban la advertencia. Pero otros la aceptaban y su gozo volvía, otra vez, y regresaban nuevamente, y se reunían con sus padres y vivían felices. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p6}

Cuando estaba yo viendo todo esto, me dijo el ángel: “ninguno que, siendo instruido, se apartare y no se arrepienta, se podrá salvar, aunque estos padres intercedan por ellos”. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p7}

Vi cómo había muchos padres y madres, en hospitales, con problemas fuertes de salud por el sufrimiento que le infligían estos hijos. Y estos sufrían, allí, grandemente por ver a sus hijos felices en el camino de la perdición; y, por más que oraban y les advertían, ellos no querían hacer caso. Vi también padres que amonestaban a sus hijos y éstos volvían, otra vez, a ellos; pero muchos, no volvían. Me dijo el ángel: “mira”. Y yo vi, y vi, una luz grande, y era muy brillante, y ésta se ponía en medio de los padres y [de] los hijos. Y ellos comenzaban a brillar tanto, que yo casi no los podía ver. Así que pregunté [que] qué era eso que yo casi no podía ver. Entonces él me dijo que ese era el espíritu y el poder de Elías, el poder de convencimiento final: el último llamado de gracia antes de que [ésta] acabe. Pues está a punto de acabar, amados, eso así se me dijo. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p8}

Entonces, los que lo acepten, serán aceptados en el Amado. Así que, luego, vi cómo se desvanecía esa luz, y padres e hijos se abrazaban y caminaban juntos. Pero otros, cuando esta luz estaba en ellos, y la luz como que se desapareció un poco, vi cómo, algunos, se iban para un lado y otros para el otro. Unos llevaban luz, y otros no. Entonces, yo pregunté: “pero estos que se separan, ¿por qué unos llevan luz y los otros no?” Entonces, me dijo: “mira otra vez”. Y cuando miré, vi como que densas nubes negras se posaban sobre algunos que se separaban, mientras los otros llevaban luz. Y yo le pregunté, porque quería saber bien, y me dijo que, los que estaban con luz, eran los que habían aceptado al Señor. Pero, lamentablemente, eran familias que unos aceptaban y otros no, y había una separación. Y, aunque, los que iban con luz, estaban con esa luz brillante, lloraban porque veían cómo sus familiares, que ellos amaban, no lo habían aceptado [al Señor]. Pues, ¡fue bien tremendo, bien sufrido! Porque, como siempre les he dicho, se me muestran personas que conozco. En esta vez, muchas de ellas, no las conocía, pero algunas, sí. ¡Y era muy triste ver lo que estaba pasando! {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p9}

También vi padres en oscuridad e hijos que estaban en luz, y también, hijos en oscuridad y padres en luz. Pues había separación entre las familias. Y el ángel me dijo: “este es el libre albedrío y nosotros no podemos, aunque queramos, intervenir en eso”. Así que me mostró cómo: la televisión, las novelas, [las] películas, los cines, los libros, los electrónicos, los estudios, [los] trabajos, [las] ideas, [los] sueños, todos estos, separaban los hijos de padres y padres de hijos. Y el afecto natural se perdía, poco a poco, en la humanidad. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p10}

En otros grupos vi cómo: su hablar, andar, pensar, era la Palabra de Dios. Estos grupos que vi eran muy diferentes al grupo anterior. Ellos, todo, era la Palabra de Dios: en hablar, en andar, en pensar, en su naturaleza, se gozaban en la naturaleza de Dios, en la meditación, en el plan de salvación, en su ley. Y, éstos, eran sacudidos con unos ataques súper, súper, ¡súper fuertes!, amados. ¡Unas cosas que no se pueden, casi, ni describir! Pero, éstos, permanecían unidos, porque estaban unidos bajo Cristo Jesús. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p11}

Así también, según fue pasando el sueño, vi cómo, algunos padres, dejaban que sus hijos se gobernaran sin ninguna estipulación de un Escrito Está. Y, pues, les acariciaba una gran amargura a estos padres, cuando veían lo que había pasado con sus hijos según iban creciendo. También vi que todo hijo que hacía su voluntad, y olvidaba su cometido, era infeliz. Andaban en depresión, andaban ansiosos y, a veces, hasta, muy enfermos. Pues quien los dirigía era [sólo] el enemigo de las almas. Por eso es que habían perdido este afecto natural y ya no amaban a aquellos que los habían traído al mundo, y que oraban por ellos. Me puse a pensar y dije: “Señor, pero, ¿qué va a pasar con esta situación?” Y me dice: “si nuestros ojos se pudieran abrir y ver cómo, desde el vientre, cada bebé es educado para salvación o para perdición, ¡los padres harían un mejor uso de ese don que el cielo les da!” Así que yo decía: “¡wow! ¡qué gran responsabilidad es ser padre y madre! ¡con qué liviandad se toma! ¡y no pensamos!” Me estaba diciendo el ángel que engendramos semillas buenas o malas, tanto para salvación como para perdición. Así que, esto fue lo que se me dijo en este primer mandamiento de: “honra a tu padre y a tu madre”. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p12}

Luego, me salió en letras, otra vez de oro, el próximo mandamiento: “No matarás”. Vi cómo este mandamiento se violaba sin ningún ataque físico. El sufrimiento que los hijos daban a los padres, los mataba. El sufrimiento que esposos daban a esposas, las mataba; y viceversa. Vi cómo padres mataban a hijos: de sufrimientos, de dolor, [de] abandono, y [de] desesperación. ¡Fue tan terrible, amados, ver esas escenas! ¡No podía verlo! Era como si los podía ver por dentro y su vitalidad interna se iba apagando poco a poco. Vi familias con hijos, donde se ausentaban, los padres, por tiempos largos y prolongados, y la carga solamente recaía sobre la mamá. Ésta seguía debilitándose, poco a poco; se enfermaba, ya casi no se podía mover. Y el ángel me dice: “a estos esposos, Dios los acusa de homicidio; están acusados de homicidio ante la ley de Dios”. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p13}

Vi también cómo, muchos, se levantaban contra otros: con injurias, con persecuciones verbales, con desacreditaciones. Y me dijo él que, estos, también son acusados de homicidio. Me dijo el ángel: “todo, todo, ¡todo!, ¡todo!, diles que todo, ¡todo está escrito!” {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p14}

Vi cómo, muchos, también, rechazaban los remedios que el cielo nos había provisto, en su gran amor. Y estaban tan enfermos, de muerte, tan enfermos, que no se podían parar. Estaban súper pálidos. Y el ángel me dijo: “también éstos, son acusados de homicidio”. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p15}

Vi un ángel; este ángel era instigador de estas cosas. ¡Y era terrible e infernal su obra! ¡Todo a su paso era desolación y muerte! Y, si nosotros lo invitábamos a venir, no se haría esperar. Cuando pregunté: “y, ¿quién es este ángel?” Me dijo: “este ángel es el ángel del abismo, nosotros lo invitamos en nuestras acciones, en nuestras decisiones, y él siempre está presente”. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p16}

Vi cómo, unos, sembraron en campos bellos donde había aire puro, donde el sol les daba. Ellos estaban en contacto con árboles, con flores. Hacían que sus mejillas, que estaban opacas por enfermedad se volvieran enrojecidas. El ángel me dijo: “¿ves este grupo? ¿éste grupo? Este grupo ha recibido su justa paga: el que bien siembra, así segará”. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p17}

Pero, después, fui llevada, como si fuera, a hospitales y vi cosas que estaban llenas de drogas. Bueno, las drogas, allí, eran la orden del día. Los cuerpos de los que allí estaban, casi, no se podían mover, y ellos morían por intoxicación. Yo veía cómo, su torrente sanguíneo, estaba lleno de muchas drogas, de mucha suciedad, y me decía: “ellos mueren por el torrente sanguíneo, [por]que está envenenado”. Entonces, vi que, en estas gentes que preparan estas drogas, hay una mente que no era humana, que era la que estaba trabajando a través de esto. Y, esa mente, era la que hacía que ellos pudieran preparar estas drogas, ¡y muchos las acariciaban! Pero el ángel me dijo: “mira, ¡mira!, mira qué es lo que está pasando”. Vi que las personas tenían pegadas a su pecho las drogas que les daban, como que las acariciaban, cuando [de pronto] éstas se convirtieron en escorpiones que tenían unas ponzoñas grandes. Y se les pegaban y les envenenaban sus cuerpos de gravedad. Y eran muertos muchos de ellos. Entonces el ángel, también, me dijo: “estos también, estos también son acusados de homicidio voluntario”. Y me siguió diciendo: “medida por medida, de acuerdo a su conocimiento será medido”. Esto, a mí, me estremecía porque yo decía: “Señor, pero, ¡wow!, ¡tantas veces que le hemos hablado a las personas de la reforma prosalud y todas estas cosas!” Pero él me seguía repitiendo: “medida por medida, de acuerdo a su conocimiento es que va a ser medido”. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p18}

Luego, también, vi cómo el ángel maligno hablaba a los oídos de los humanos. Y les sugería que acabaran con sus vidas, [y] con la vida de otros. Y, luego que lo había logrado, se reía, ¡pero se reía con una risa espantosa! Estremecía todo, se sentía que se estremecía el planeta, ¡que rugía! Y algunos eran protegidos por una luz. Porque él también quería destruirlos. Pero, cuando él quería destruirlos, no podía porque tenían una protección especial. Él rugía de la ira porque quería tocarlos, y no podía. Entonces el ángel me dice: “los eventos corren y es necesario hacer esto y lo otro”. Me lo repitió varias veces: “es necesario hacer esto y lo otro”. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p19}

Así que, ya, luego que me fue mostrado esto, me pasó otra vez las letras de oro y me dijo: “lee”. Me dijo: “lee”. Y yo dije: “dice ‘No cometerás adulterio'”. Entonces él me dijo: “ven y ve”. Y cuando vi, vi matrimonios, estaban bien casados, casados por la iglesia, por la ley. Pero ellos mancillaban su lecho con aberraciones ilícitas, y había una nube de ángeles malignos que rodeaban y cubrían su lecho. ¡Era terrible, yo no podía creer lo que estaba viendo, amados! Y me dijo: “depravación tras depravación bajo el manto del matrimonio. Esto, lo que va a crear es: desolación, enfermedades, estrés e infelicidad. Todos estos apetitos depravados buscarán mayor deleite en otros”, ¡es terrible, es terrible lo que está pasando! Entonces vi personas, que eran divorciadas, se volvían a casar sin que antes sus cónyuges estuvieran muertos o casados; y la iglesia los recibía y les entregaba puestos con toda liberalidad. El ángel me gritó en este momento. Yo me asusté porque el ángel gritó. Siempre me hablaba, pero esta vez gritó, y cuando gritó dijo: “¡esto no es aceptado! ¡Dios no está ahí!, ¡esto es abominación!, ¡esto es abominación!” Y él gritaba y decía: “¡el adulterio!, ¡el adulterio está a la orden del día! ¡Sus mentes están depravadas, sus ojos no son puros y, menos, sus acciones!” ¡Era terrible, hermanos, lo que allí estaba pasando! {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p20}

Luego, me pasó una escena terrible y vi un templo grande, era muy bonito; lo que veía allí me hacía pensar que era un día de sábado. Había un desfile entre la iglesia. Y se me dijo que mirara y, cuando miré, vi las preparaciones en las casas de los que eran adventistas, porque entiendo que eran adventistas porque se estaban preparando para el sábado. Pero todo era lujo; había mucha ostentación, vanagloria, falacias. No le daban la importancia real del momento, ¡de lo que realmente es el sábado del Señor! Ya, luego, llegó la mañana del sábado y todos estaban bien vestidos: trajes que moldeaban los cuerpos de las damas y todas, ellas, desfilaban por la iglesia. Entonces, el ángel me dijo: “mira ahora, mira otra vez”. Entonces, vi damas con bustos de fuera, muslos que se veían a la vista, ropas apretadas, eran de unos colores llamativos que casi uno no podía ver. Entonces, cada una, al llegar a la puerta, estaba gozosa. Pero su gozo no era real, porque, cuando yo les miraba en su cuello, ellas llevaban, todas, una bufanda. Yo decía: “pero es que esta bufanda es rara porque se mueve y no está haciendo viento”. Entonces cuando me acerqué a una de ellas para ver por qué se movía, pues no hacía viento; al mirar la bufanda, pues, la bufanda se levantó por una esquina y había unos ojos amarillentos grandes, estaban rasgados, me miraban desafiantes, y se volvió a acomodar en el cuello de la persona que la llevaba. Entonces algo me dijo: “mira más adentro”. Y, cuando miré más adentro, vi muchas personas que estaban con esta misma bufanda. Todas eran damas; algunas, no tenían, pero, la mayoría, tenían. Entonces, cuando miré al púlpito había una dama que estaba dirigiendo. Y, ella, también tenía una corbata igual a las descritas. Entonces, en cierto momento —cuando ella estaba dirigiendo—, la corbata de ella dio como una señal, que yo pude entender que era una señal a las demás corbatas que tenían las otras en el cuello. Y todas comenzaron a moverse: se bajaban del cuello de ellas por los pies, y subían por los pies y los muslos de los caballeros. Entonces yo decía: “pero, ¡mira! ¡los va a picar!” {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p21}

Pero el ángel me dice: “mira, concéntrate”. Me di cuenta que no había concentración para la Palabra viva, que todo eran vívidas pasiones lo que estaba en las cabezas de estas personas, eran sueños y deseos. [Los] apetitos carnales estaban a la orden del día en aquel lugar, todas las depravaciones, menos la Palabra de Dios. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p22}

Entonces el ángel volvió a gritar y, cuando volvió a gritar, yo me asusté —porque, pues, un ángel gritando es algo que es, así, como urgente—. Entonces él gritó tres palabras, amados, que yo no me puedo quitar de la cabeza, el gritó: “¡inmundicia! ¡abominación! ¡traición!” Yo me quedé aterrada, ¡nunca había visto a mi acompañante tan incómodo! Era, para él, tan desesperante aquella situación que cambió su rostro, para no mirar. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p23}

Mientras tanto, yo miraba dentro de la iglesia y todo seguía su curso normal, y el ángel me dijo: “¡esto es adulterio y fornicación, y los que de él participan no podrán obtener salvación!” Yo me quedé tan triste, amados, ¡fue tan triste aquella escena! ¡fue tan triste ese momento! Pero, luego, salí de ahí. Era un recorrido muy rápido. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p24}

Fui llevada como a cuerpos de agua. Vi una playa que era hermosa, ¡hermosa la playa! Pero, en un momento, me dice: “mira bien”. Y, cuando miro bien, veo muchos demonios que abundaban allí. El ángel me dijo: “ven, mira, ¡esto es una obra terrible!” Pero yo no entendí. Pregunté: “¿cuál es la obra?” Entonces él me dijo: “a su tiempo lo sabrás”. Vi cómo había depravación en estos lugares, ¡pero unas cosas terribles! ¡terribles! Y él me decía: “todo, todo está anotado, ¡todo está anotado en los libros que viste frente al trono!” {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p25}

Luego, amados, me fueron mostradas, otra vez, unas letras brillantes y decían: “No robarás”. Luego de esto me mostraron saqueos y muertes por dinero y poder. El ángel me decía: “esto, tú lo conoces; pero ven, voy a mostrarte”. Así que me llevaron, como levantada, era alto, y era alto en la tierra, porque pude ver los continentes. Había muchas personas que estaban orando, sufriendo, ¡clamando! Había una tristeza, una búsqueda de las cosas de Dios —¡terrible!—, en diferentes lugares. Estaban clamando por sabiduría de lo Alto para llevar sin mezcla la Palabra de Verdad a este mundo, que estaba en unas tinieblas terribles. Entonces, pues, me puse gozosa porque dije: “bueno, Señor, hay personas que te están buscando, personas que te están buscando en espíritu y en verdad”. Y eso para mí fue un aliciente, porque había sufrido mucho por lo que antes había estado viendo. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p26}

Entonces, cuando el ángel me dijo, otra vez: “ven, mira”, vi cómo las canastas de la iglesia eran llenas de dinero. Todas se desbordaban. Y los que las recibían, pues, se alegraban mucho. Y yo le dije: “¡que maravilloso! Ahora estas personas que vi que están sufriendo por Jesús, van a ser aliviados”. Pero el ángel me dijo: “observa otra vez”. Y, cuando observé otra vez, vi cómo este dinero era llevado por sendas equivocadas; caía muy lejos de aquellos que estaban clamando a Dios por sabiduría de lo Alto. Estos recursos, amados, eran desviados, eran llevados a personas que ya estaban enriquecidas, y esto los enriquecía más. [Eran] llevados a gentes prominentes, gentes que se lucraban, que minimizaban el mensaje, que era una mezcla de lo bueno con lo malo. Entonces me desesperé, porque yo dije: “¡Señor! Pero, ¡¿cómo puede ser?! ¿cómo puede ser que esto esté pasando?” Entonces, en mi desesperación, le dije: “¡haz algo, haz algo! ¡muchos sufren! ¡pasan hambre y son muy limitados de lo básico! Y, si algo de esto les llegara a ellos, pues, va a ser mucho mejor para ellos”. Pero el ángel me dijo: “no, no podemos. No podemos intervenir. Éste es el libre albedrío de cada uno y no podemos violarlo. Así que, el verdadero mensaje”, me dijo él, “se llevará con mucho sufrimiento y escasez. Solamente así podrá llegar sin mezcla alguna”. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p27}

¡Yo no entendía! ¡Era muy difícil ver cómo, los que verdaderamente hacían la obra, eran muy limitados en las cosas que tenían! Pero, ellos, ¡seguían hacia adelante con ese celo, con ese esmero! Era como si cada problema, cada situación que ellos tenían, los alentaba a seguir hacia adelante. Mientras, este grupo yo lo veía que estaba luchando, ¡luchando!; el otro grupo vivía lucrando. Vivía cómodo, sin límites en lo que querían. [Lo que querían,] ahí lo tenían. Sin embargo, no tenían luz, porque ellos mezclaban, mezclaban la verdad con la mentira, mezclaban el mensaje. Y, mientras yo estaba viendo esto, sufría porque veía los siervos de Dios que estaban pasando situaciones realmente bien terribles, bien extremas de pobreza. El ángel me dijo: “todo, ¡todo!, está anotado. Ojo por ojo, diente por diente. Ni uno, ni lo otro, escapa al escrutinio de Dios, ¡nuestro gran Dios! ¡Todo, todo está visto!, todo está visto por Él, Él sabe todas las cosas”. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p28}

Así que, en ese momento, amados, yo empecé a llorar mucho. Empecé a llorar mucho porque había hambre, había hambre de saber la verdad pura, y era muy escasa en ese momento. Pero, de repente, fui llevada como a una bodega. Era un cuarto grande, este cuarto tenía muchos tesoros, tenía mucho dinero. Cerca de mí habían como unas monedas bien grandes. Entonces, extendí mi mano para tocar una de las monedas que brillaba, y el ángel me dijo: “no, no lo hagas, porque si [lo haces,] vas a ser desechada”. Entonces me asusté y retiré rápido mi mano. Cuando miré otra vez, vi muchos que venían, venían a aquel cuarto donde tenía muchos tesoros. Ellos se inclinaban y entregaban todo lo que tenían por llevarse algo de aquel lugar. Entonces pregunté: “pero, ¿quién es el dueño de toda esta riqueza, de todo esto que estamos viendo aquí?”. Y él me dijo: “el dueño de ésta [riqueza] es Belial. Mira”. Entonces, al mirar, vi muchas culebras que se sumergían por debajo de aquellas monedas, de los tesoros que había. Entonces, ellas acariciaban a los que se postraban ante este tesoro. Les pasaban por encima, como que los sobaban, y, luego, se acercaban a su pecho y los mordían. Yo veía cómo, ellos, caían al suelo y, en un momento, comenzaban a jadear hasta que dejaban de respirar. Entonces, ¡el ángel comenzó a llorar! ¡Es muy triste, amados, ver un ángel llorar! ¡Porque es un ángel celestial! Y nosotros pensamos que allá, arriba, todo es gozo y que no hay tristezas. ¡Pero sí hay tristezas! Porque en este mundo hay muchas tristezas y ellos sufren por nosotros. Así que el ángel me dijo: “ellos son acusados de robo, acusados de asesinato y de adulterio delante de nuestro gran Dios. Por eso es que has visto que han caído al piso y han dejado de respirar”. Luego de ahí, salí. Como les dije anteriormente, el recorrido fue muy rápido. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p29}

Se me mostraron otras palabras, estaban también en oro como las anteriores, y decían las palabras: “No darás falso testimonio”. Entonces, me hizo una pregunta, el ángel me dijo: “¿entiendes esto?” Entonces le dije: “creo que sí”. Entonces él me dijo: “ven y ve”. Entonces vi juntas, donde se reúnen personas, y estaban allí denigrando, y difamando, la pureza del evangelio de Dios y a sus mensajeros. Vi cómo bajaban la norma al punto de que no había línea de distinción y, si venía alguien a levantarla, era oprimido y era vituperado. Vi cómo, muchos, no soportaban la persecución y ser denigrados, y todas las acusaciones que hacían en contra de ellos. Entonces, se salían de las filas de Dios para nunca más volver. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p30}

También vi otros que, poco a poco, cedían a la presión para no sentirse rechazados. Pero vi otros que, a cada toque que les daban —cuando estos ataques fuertes venían donde ellos—, pues, ¡ellos brillaban más, y más, y más! Y no se dejaban tumbar por esto que estaba pasando. Pero el odio contra ellos era tanto que el ángel del mal se veía escribiendo libretos —yo podía ver cómo, en las mentes de las personas que querían atacarlos, había como un ángel maligno—, y estaba escribiendo en las mentes de aquellos que acusaban al que no se sometía. Entonces, estos ángeles malignos, instigadores, dominaban a estos acusadores y los encolerizaban de odio. Y, ellos, procuraban la ruina de estas personas. Pero, ellos, se encolerizaban más y más, ¡aún el que escribía las mentes de ellos!; porque una luz potente brillaba alrededor de aquellos. Y aquellos no podían recibir el toque mortal que éstos querían darles. Entonces, en ese momento, cuando estaba viendo todo esto, el ángel me dijo: “estos son instigadores, son acusados de homicidio, son acusados de adulterio, son acusados de falso testimonio, y ellos violan los primeros cuatro mandamientos de la ley”. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p31}

¡Fue tan tremendo! Porque yo, que he estado en reuniones, en juntas y todas estas cosas —ya que soy nacida y criada en este evangelio—, me he podido dar cuenta con esto —y con cosas en el pasado, me pude dar cuenta de que muchas de estas cosas son reales y—, que esto es así. Así que me decía el ángel: “la norma es muy alta, más de lo que dicen o imaginan. Y todos, todos, todos, ¡todos se van a llevar una gran sorpresa!” {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p32}

Luego de esto, otra vez, se me mostraron otras palabras, y me dijo: “No codiciarás”. El ángel, otra vez, me preguntó: “¿entiendes?” Volví a contestarle lo mismo: “creo que sí”. Entonces me dijo: “no sólo es desear lo material de alguien, [de] otra persona. Esto va más allá. Ven, te voy a mostrar”. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p33}

Entonces vi a satanás deseando el poder de Jesús. Vi cómo preparaba la campaña en el cielo entre los ángeles santos. Pude ver los estragos del pecado en aquellos ángeles. [Pude ver] que no se arrepentía ni del dolor ni de la gran separación que causó a todo el universo; no nada más a nosotros. Me dijo el ángel que: “la codicia es la llave a todos los males”. Que: “andar [en pos] de otros dioses es por codicia”. Que: “inclinarse ante ellos es codicia. Tomar el nombre de Dios en vano, y maldecirlo, es por codicia. No reposar el día que Él estipuló, que es el sábado santo del Señor —el séptimo día—, es por codicia. No honrar al padre, y [a la] madre, es por codicia. El matar es por codicia. Los adulterios [son] por codicia. Los robos [son] por codicia. Hablar falso testimonio y denigrar una persona, también, es por codicia. Todo [tiene] por raíz la codicia”. Él me decía que: “la codicia es la maldad suprema que cambió a este ángel de luz en satanás. La codicia fue la que sacó, también, a Adán y [a] Eva del huerto del Edén”. Esto se me dejó claro allí, [claramente] dicho. Me decía que: “la codicia, también, es la que acaba con la paz. La codicia es la que separa las familias. La codicia es la que te separa de nuestro Creador y de nuestro Redentor”, nos decía él. Allí, el ángel acabó. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p34}

Y fui llevada ante un trono blanco. Era, el trono, ¡bello, precioso, resplandeciente! Y allí estaba Uno sentado. Yo no podía ver su rostro, pero si sus manos y sus pies. Él pidió un libro, y yo vi cuando se lo llevaron. Entonces, Él lo abrió y Él leía nombres, nombres de generaciones que, según me dijo el ángel, eran nombres de personas que estaban vivas. Pero vi, al lado de este trono y del que estaba sentado, dos ángeles —también sentados—, como en unos escritorios —también blancos, y resplandecientes, como el trono—. Cada uno, también, tenía un libro y, según el nombre que se leía y la decisión que se tomaba, pues, un ángel escribía o el otro escribía. Más no escribían los dos a la vez. Entonces, en esos momentos, cuando esto estaba pasando, un ángel fue llamado y se le dio una vara muy larga. ¡Esta vara resplandecía muchísimo! Y él salió, porque le dieron una orden —más yo no escuché la orden—. El ángel me dijo: “¡ven, vamos tras él! porque es la vara con la que él va a medir”. Entonces, [fuimos] detrás de él. Él llegó a una iglesia. Él entró a la iglesia. Él empezó a medir [a] las personas. Y, amados, de las iglesias: ¡uno o dos eran los que daban la medida, no más de eso! ¡Ninguno de los otros daban la medida! ¡Y yo sufría mucho! porque el ángel me había dicho que, según la medida, iban a ser apuntados en un libro o en el otro. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p35}

También fui llevada a casas, porque íbamos tras el ángel que llevaba la vara, y vi unas familias que pasaban la medida, pero también vi otras que no. Entonces el ángel me dijo: “¡la obra de este ángel es terrible! Mira”. Cuando vi la cara del ángel que estaba con la vara, ¡de su rostro salían como espadas y estaban como prendidas en llamas de fuego! Y me dijo: “¡basta!”. Y cuando me dijo: “¡basta!”, yo, pues, otra vez, me sorprendí. Y ya no pude seguirle mirando el rostro al ángel que llevaba la vara. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p36}

Entonces fuimos como a catedrales, eran palacios —eran cosas grandes—, ciudades. Y, a todos, se les ponía la caña de medir para ver si daban la medida. Pero, amados, ¡el resultado era terrible! ¡era terrible! ¡Yo lloraba al ver esos resultados! porque eran bien pocos, ¡bien pocos!, los que daban la medida. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p37}

Entonces, luego, fui llevada a un campo. Había campos, montañas, laderas, ¡era maravilloso! Allí yo vi: gente pobre, gente sencilla, gente humilde, luchando con las faenas del día. No todos daban la medida, pero sí la mayoría. Así que el ángel me dijo: “¡este es el lugar que los prepara para dar la medida! Diles que este es el lugar que los prepara para dar la medida”. Y me lo repitió varias veces. También me dijo que les dijera que se apresuraran pues el tiempo es corto. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p38}

Vi personas con mucha luz, ¡mucha luz estaba alrededor de ellos! Resplandecían como la luz del trono que antes había visto. Y ellos se acercaban a otras personas y algo pasaba que, también, a los que ellos se acercaban, pues, brillaban. Entonces pregunté por qué esa luz se contagiaba. Entonces me dijo el ángel: “atiende lo que te diré. La ira de las naciones vendrá. Los investidos por el Espíritu Santo, están, ya, en preparación. Los eventos correrán muy rápido. Diles que la ley dominical está a un paso y, a muchos, los cogerá por sorpresa. Los que salgan por miedo, y no por convicción, perecerán, [no importa] el lugar [al] que vayan, pues no hay convicción. Y yo estoy viendo todo. Llegará el momento de no comprar y vender. Apresúrate y diles”. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p39}

Entonces me dijo: “mira y ve”. Vi, amados, vi allí el fuerte pregón. Vi el evangelio que estaba predicado, ciento por ciento, en su pureza. ¡Fue algo maravilloso! Es algo que no conocemos. ¡No ha existido! Por lo menos en el mundo que conocemos ahora, en este tiempo. ¡Era sin mezcla! ¡era un testimonio directo! Las personas que lo recibían se estremecían y, muchos, salían como del hechizo. Yo veía como que ellos temblaban y como que salían del hechizo; como que se les abrían los ojos, como que despertaban, ¡su corazón se volvía tierno delante de Dios! Vi que eran más los que se convertían que los que estaban dando el fuerte pregón. Y, mientras ellos se estremecían y despertaban y aceptaban al Señor, ángeles los subían y los dirigían hacia las montañas. Cuando todo esto acabó, el desfile de todos estos, vi como que el cielo se oscureció. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p40}

Vinieron truenos, relámpagos y comenzaron unas enfermedades terribles, ¡terribles!, a caer sobre la humanidad. Los habitantes lloraban, pero se enojaban y maldecían, ¡no pedían ayuda al Señor! ¡era terrible! ¡Había desesperación! ¡Ya nada era igual! ¡Todo gemía de dolor! Todos, ¡todos estaban en sufrimiento! {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p41}

Menos, los que estábamos en las montañas con los ángeles. ¡Nos sentíamos felices! Lo único que nos preocupaba era que fuéramos hallados fieles ante Dios; esa, era nuestra única preocupación en ese momento. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p42}

Luego, también, vimos cómo, muchos de los enfermos, comenzaban a subir por las montañas. ¡Y empezamos a clamar por auxilio! Pero, en ese momento, vimos cuando el cielo nos auxilió. Y El que estaba sentado en el trono en el cielo apareció. ¡Yo lo vi en las nubes! Vi cuando venía y nos regocijamos, y todos, comenzamos a gritar: “¡gloria a Dios! ¡Aleluya!” Nosotros sabíamos ya —ya nos llegó la convicción a todos los que estábamos ahí—, que, en ese momento, ya nada nos podía tocar. ¡Ese momento fue maravilloso! Mi panorama cambió. En ese momento, ¡lo gocé! ¡lo gocé en ese momento! ¡Es maravilloso saber que vamos a salir de este mundo y que ya no va a haber más sufrimiento! ¡Ya no va a haber más dolor! ¡Ya, todo lo que conocemos como maldad, ya no va a existir! Pero, en este momento, ya mi panorama cambió. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p43}

Y se me dijo, ya, al final: “¡corre, corre! ¡Y diles que el juicio está por acabar! Los estoy midiendo y, sólo el que dé la medida, va a ser salvo. ¡Sólo el que dé la medida! Mi medida es muy alta. Solos no pueden, tienen que aferrarse de Mí para poder alcanzarla. Diles que voy pronto”. Y me volvió a repetir: “diles que voy muy pronto y estoy a un minuto, ¡a un minuto! de quitarme las ropas sacerdotales y ponerme las vestiduras de Rey de reyes y Señor de señores. ¡Hagan los preparativos porque ya voy por mi pueblo! Mi ley es mi regla. Rijo el universo con ella y es mi ley de amor. Yo no cambio, Yo Soy el mismo ayer, hoy, [y] por los siglos. Yo Soy el que Soy, el gran Yo Soy”. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p44}

Solamente lo que quiero decirles de mi parte, que, de todo corazón, quisiera que todo el mundo se salvara, pero, lamentablemente, no va a ser así. Pero, ¡por favor! ¡busquemos a Dios de todo corazón! No nos relajemos mientras hay tiempo de gracia, porque nos vamos a perder. Y vamos a echar a perder a otros con nuestra liviandad, con nuestra tibieza. ¡Por favor, amados, en el nombre del Señor se los pido, humillémonos delante del Señor! ¡Busquemos su perdón! ¡busquemos su aceptación! ¡Y Él se va a encargar de cada uno de nosotros! Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 24-04-2017 , es.p45}

Testimonio: 08-07-2017

Amados, hoy, julio 8, 2017, sábado, en la madrugada, una voz en sueños me dijo: “es casi hora. Ya todo está listo. ¡Corre! ¡Dile a mi verdadero pueblo que se aliste, que se apuren a hacer lo que saben que deben hacer!” {Daisy Escalante: 08-07-2017 , es.p1}

Se me mostraron unas personas, estas personas iban con pocas cosas en sus manos, lo que ellos podían cargar con sus manos. Otras iban con unas cajas, vi que eran cajas como plásticas porque las vi que tenían colores así como plásticos. Ellos las cargaban. Iban saliendo, corriendo desde diferentes partes de las ciudades. {Daisy Escalante: 08-07-2017 , es.p2}

Entonces vi como que ellos iban internándose en las montañas. Vi cómo comenzaban a subir. Había muchos árboles, iban entrando, ellos, por esas laderas e iban apresurados con lo que tenían en mano. Así que llegaban también a lugares en donde —en algunos de ellos—, ya había otras personas. Pero otros, llegaban a lugares donde solamente ellos estaban, solos. Ambos grupos cuando los vi, pude ver sus rostros y estaban llorando, estaban muy asustados, estaban tristes. Entonces comencé a preguntar: “¿por qué? ¿por qué están así?” Entonces mi acompañante me dijo: “ellos sabían, pero se dilataron y sus posesiones los controlaron y al fin se les vino encima. ¡Todo se les vino encima! ¡Todo, todo! ¡el fin ya llegó y todo se les vino encima!” {Daisy Escalante: 08-07-2017 , es.p3}

Así que los comencé a ver desesperados. Ellos corrían a prepararse, pero con lágrimas en sus ojos, y no sabían qué hacer, ¡avanzaban muy poco! Entonces yo les decía: “pero es que tienen que hacer algunas cosas y no las están haciendo. ¿Cómo, cómo les puedo ayudar?” Entonces él me decía: “no hay tiempo, tienes que correr, tienes que decirles que se preparen, porque en este momento ya no va a haber tiempo”. {Daisy Escalante: 08-07-2017 , es.p4}

Así que, de repente la escena se cambió. Como que fui llevada al cielo, porque vi ahí una mesa grande y lista. Esa mesa tenía todo preparado, vi platos, todo como se prepara una mesa acá en la tierra, pero pude ver lo que había en la mesa, había: pan, frutas, semillas. Entonces, la mesa era bien grande, ¡era bien grande! Pero, de repente, cuando estaba viendo todo eso, vi que llegó alguien y puso otro cubierto sobre la mesa. Entonces pregunté: “¡pero esta mesa es gigante!, está ya lista, ¡y están poniendo otro cubierto!” Pregunté: “¿por qué él está poniendo eso?” Entonces mi acompañante me dijo: “observa, y observa bien”. Entonces miré y vi entre unas montañas un río, un río amados, ¡precioso, hermoso!, y había allí una persona. Y, por lo que vi, pude apreciar que esta persona estaba bautizando a otra —porque lo estaba sumergiendo bajo el agua completamente y, luego, lo sacaba—. Entonces, vi también a un hombre con la Biblia en la mano y le estaba hablando a otros. Y vi a otros, también, otras personas que por ellos mismos estaban atesorando la Palabra de Dios —pues tenían una Biblia en la mano y la pegaban a su pecho—. {Daisy Escalante: 08-07-2017 , es.p5}

En estos tres actos que vi, que me mostraron en ese momento, algo común estaba pasando. Y era que, cuando estaban pasando estas cosas, tanto el que se bautizaba como al que le leían la Palabra de Dios —lo instruían—, o al que leía por sí sólo, una lengua de fuego se posaba sobre ellos. Entonces pregunté a mi acompañante qué era esa lengua de fuego, y él me dijo: “ven y ve. Hoy serás testigo de esto”. Así que, ¡fui llevada a un lugar precioso! Era reluciente y tenía un arcoíris de fondo, y bajo el arcoíris había tres seres. Los tres, sus rostros brillaban y sus túnicas blancas brillaban y llegaban casi hasta sus pies, pero algo los diferenciaba. {Daisy Escalante: 08-07-2017 , es.p6}

El primero tenía pelo blanco y un cinto en su pecho que era color oro. El segundo tenía pelo castaño y un cinto en su pecho color rojo, y al terminar la túnica tenía como campanitas que sonaban, ese era el segundo. El tercero, su pelo era brillante, igual que su rostro, más se le podía apreciar la forma de su pelo y el cinto que llevaba en su pecho era azul. Entonces, al ver esto, yo caí al suelo. Y mi acompañante me levantó y me dijo: “no temas”. ¡Yo estaba que temblaba, mis rodillas casi no me aguantaban! Y me dijo: “hoy eres testigo de esto”. {Daisy Escalante: 08-07-2017 , es.p7}

Entonces, miré a mi acompañante, lo miré y le dije: “¿sabes lo que pasa allá en la tierra referente a esto?, ¿sabes todo lo que está ocurriendo? ¿todas las cosas que están pasando? ¿todas las habladurías que se están haciendo acerca de esto?” Y él me dijo: “sí, lo sabemos, por eso debes saber. Escucha y observa”. {Daisy Escalante: 08-07-2017 , es.p8}

Me comenzó a describir, y me dijo: “el cinto color rojo, el cinto que estás viendo ahí, de color oro, ¡perdón!, y cabellos blancos, es el Padre. Y al decir esto, éste fue [el Padre] y se sentó en un trono tras él. Lo vi haciendo este ejercicio y Él extendió un cetro y se lo dio al que tenía el cinto rojo en su pecho con campanas al final de la túnica. Entonces cuando Él [el Padre] extendió el cetro para dárselo al que tenía el cinto rojo —con campanitas en su túnica al final—, cuando el Ser extendió la mano para coger el cetro, y miré sus manos, ¡de ellas estaban saliendo sangre! Entonces me desesperé y pregunté: “¿qué pasa? ¿por qué sangra?” Entonces, mi acompañante me dijo: “éste es Dios, Cristo Jesús, el que murió en la cruz y ahora intercede por su pueblo”. ¡Comencé a llorar amargamente! ¡me sentí tan pecadora por estar allí, viendo a mi Salvador! Y caí al suelo nuevamente. Mi acompañante me volvió a levantar y me dijo: “escucha atentamente, observa, ¿ves este personaje?”, y me señaló el tercer personaje. Su rostro brilla como el de los demás, y aún su pelo, también, brilla, pero su cinto es azul. “Su obra es la de convencer a la humanidad de pecado y de juicio, llevarlos al arrepentimiento y sellarlos para salvación”. {Daisy Escalante: 08-07-2017 , es.p9}

Cuando me dijo esto, me dijo: “observa”. Entonces vi que este ser se impulsó, y lo vi salir del cielo como un rayo. Y veía yo el globo terráqueo a distancia, veía sus mares, y sus continentes. Entonces lo vi, y su rayo se comenzó a desfragmentar en miles e iban a todas las direcciones de la tierra. Cuando vi esto pregunté: “¿qué es lo que está haciendo?” Entonces a la misma vez, me dijo: “escucha y observa”. Entonces, mientras veía eso, a la misma vez, frente a mí, estaban los otros dos seres. Me dijo: “obsérvalos bien, son tres, en sus diferentes mandos”. {Daisy Escalante: 08-07-2017 , es.p10}

Entonces vi al vestido de blanco con un cinto de oro y cabellos blancos entrar como a una sala, con otros personajes que portaban coronas. Y vi al vestido de blanco con cinto rojo y campanitas al final de sus vestiduras entrar al Santuario, al Lugar Santísimo. Así que di unos pocos pasos hacia Él, porque quería tocarle, pero fui detenida. Mi acompañante me dijo: “aún no es el momento”. Y le dije: “¡sólo quiero besar sus pies!, ¡sólo quiero abrazarlo y decirle cuánto lo amo y agradecerle por lo que hizo por mí!” Entonces él me dijo: “él lo sabe; pero aún no es el momento. Observa, observa bien”. Así que vi cómo el Ser con túnica blanca y pelo brillante —con cinto azul—, que había salido a la tierra y se desfragmentaba por toda la tierra, para impactarla, hacía su obra y tocaba humanos. Éstos caían de rodillas. Comenzaban a brillar. Inmediatamente, se abrían los libros. {Daisy Escalante: 08-07-2017 , es.p11}

Vi allí, amados, tres libros, pero no eran iguales en grosor. Uno era más grueso, uno menos grueso, y otro más delgado. Así que comencé a preguntar: “¿por qué se veían así?” Entonces, mi acompañante me dijo: “estos son los libros, los libros del cielo. Todo, aquí está registrado. El más grueso es el Libro de las Memorias, todo hecho bueno o malo de la humanidad, por los siglos, ahí está”. También me dijo: “el menos grueso es el Libro de la Muerte, allí están los nombres de los que, por su elección, se perderán”. Ambos libros estaban abiertos ante mí, más yo no podía leerlos. El tercero era más delgado, y me dijo: “observa. ¿Viste al Ser que fue a la tierra con cinto azul? También es Dios, el Espíritu Santo. Y, mientras Él trabaja con los mortales, mira lo que pasa”. Vi cómo la obra del Espíritu Santo era grande y terrible. Él tocaba la mente y corazón y, si rechazaban, el nombre de aquella persona pasaba al libro segundo, el de la muerte. Y, si aceptaba, su nombre se escribía en el Libro de la Vida en letras doradas que brillaban. {Daisy Escalante: 08-07-2017 , es.p12}

Así que comencé a preguntar: “¡pero estos son vivos, y su caso se está decidiendo! ¿por qué?” “Ya esta obra comenzó”, me dijo mi acompañante, “hoy eres testigo de esto”. ¡Así que me dio un gran temor! Pensé en mi caso, y mis rodillas me dejaron y volví a caer al suelo. Mi acompañante me dijo: “anda, no temas, levántate. Hoy has presenciado las maravillas del Señor. Estos tres Seres, estas tres Deidades, son tres independientes, en cuerpo uno del otro, como has visto. Y su obra está por acabar. Diles, pues, sus ovejas oirán su voz y éstas no endurecerán ya más su corazón. Cada caso, del que conoce, está siendo evaluado y aquí será anotado. ¡Corre, pues ya todo está dispuesto!”, me volvió a decir. Y extendió su mano. Y mi acompañante, cuando extendió la mano, la extendió al lado este de donde estábamos parados, y vi una gran hueste angelical con algo en la mano. Y pregunté: “¿qué es esto?” Y me dijo: “ellos se preparan para la segunda venida. ¡Corre, diles que hoy es el día aceptable! Que, si escuchan, no endurezcan su corazón; más los entendidos, esos van a entender”. {Daisy Escalante: 08-07-2017 , es.p13}

Sentí temor, mucho temor. Pero él me dijo: “no temas, esfuérzate y sé valiente. ¡Apúrate, el fin se acerca!”

Ahí desperté amados, con el sabor en mi espíritu de que todo lo de aquí no vale nada en comparación a lo que nos espera allá. ¡Luchemos, amados! ¡luchemos por llegar! ¡el fin está muy cerca! ¡Y cada caso de nosotros se está decidiendo! Quiera Dios que cada uno de nosotros podamos ser hallados escritos en el Libro de la Vida. {Daisy Escalante: 08-07-2017 , es.p14}

Himno 32: Despide hoy tu grey
Himno 44: Cristo, ya la noche cierra