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Manjar Sabático

03-12-2021

Salmos 50

1 «Salmo de Asaf» El Dios de dioses, Jehová, ha hablado, y convocado la tierra desde el nacimiento del sol hasta donde se pone.
2 De Sión, perfección de hermosura, Dios ha resplandecido.
3 Vendrá nuestro Dios, y no callará; fuego consumirá delante de Él, y en derredor suyo habrá tempestad grande.
4 Convocará a los cielos de arriba, y a la tierra, para juzgar a su pueblo.
5 Juntadme mis santos; los que hicieron conmigo pacto con sacrificio.
6 Y los cielos declararán su justicia; Porque Dios es el Juez. (Selah)
7 Oye, pueblo mío, y hablaré: Escucha, Israel, y testificaré contra ti: Yo soy Dios, el Dios tuyo.
8 No te reprenderé sobre tus sacrificios, ni por tus holocaustos, que delante de mí están siempre.
9 No tomaré de tu casa becerros, ni machos cabríos de tus apriscos.
10 Porque mía es toda bestia del bosque, y los millares de animales en los collados.
11 Conozco todas las aves de los montes, y mías son las fieras del campo.
12 Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; porque mío es el mundo y su plenitud.
13 ¿He de comer yo carne de toros, o he de beber sangre de machos cabríos?
14 Sacrifica a Dios alabanza, y paga tus votos al Altísimo.
15 E invócame en el día de la angustia: Te libraré, y tú me honrarás.
16 Pero al malo dijo Dios: ¿Qué tienes tú que narrar mis leyes, y que tomar mi pacto en tu boca?
17 Pues tú aborreces la instrucción, y echas a tu espalda mis palabras.
18 Si veías al ladrón, tú corrías con él; y con los adúlteros era tu parte.
19 Tu boca metías en mal, y tu lengua componía engaño.
20 Tomabas asiento, y hablabas contra tu hermano; contra el hijo de tu madre ponías infamia.
21 Estas cosas hiciste, y yo he callado; pensabas que de cierto sería yo como tú; [pero] yo te reprenderé, y las pondré delante de tus ojos.
22 Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios; no sea que os despedace, sin que haya quien libre.
23 El que sacrifica alabanza me honrará; y al que ordenare su camino, le mostraré la salvación de Dios.

Patriarcas y Profetas. Capítulo 62: El ungimiento de David.

Este capítulo está basado en 1 Samuel 16:1-13.

A pocas millas, al sur de Jerusalén, “la ciudad del gran Rey” (Salmos 48:2), está Belén donde nació David, el hijo de Isaí, más de mil años antes que el Niño Jesús hallara su cuna en el establo, y fuera adorado por los magos del oriente. Siglos antes del advenimiento del Salvador, David, en plena adolescencia cuidaba sus rebaños mientras pacían en las colinas que rodean a Belén. El sencillo pastor entonaba los himnos que él mismo componía y con la música de su arpa acompañaba dulcemente la melodía de su voz fresca y juvenil. El Señor había escogido a David, y lo estaba preparando, en su vida solitaria con sus rebaños, para la obra que se proponía confiarle en los años venideros. {PP 625.1}

Mientras que David vivía así en el retiro de su vida humilde de pastor, el Señor Dios habló al profeta Samuel acerca de él. “¿Hasta cuándo llorarás por Saúl, habiéndolo yo rechazado para que no reine sobre Israel? Llena tu cuerno de aceite y ven, te enviaré a Isaí de Belén, porque de entre sus hijos me he elegido un rey. […] Toma contigo una becerra de la vacada, y di: “A ofrecer sacrificio a Jehová he venido”. Invita a Isaí al sacrificio y yo te enseñaré lo que has de hacer; me ungirás al que yo te diga. Hizo, pues, Samuel como le dijo Jehová. Luego que él llegó a Belén, los ancianos de la ciudad salieron a recibirlo con miedo, y le preguntaron: “¿Es pacífica tu venida?” Sí, […] respondió él”. Los ancianos aceptaron una invitación al sacrificio, y Samuel llamó también a Isaí y sus hijos. Se construyó un altar, y el sacrificio quedó listo. Toda la casa de Isaí estaba presente, con la excepción de David, el hijo menor, al que se había dejado cuidando las ovejas, pues no era seguro dejar a los rebaños sin protección. {PP 625.2}

Cuando el sacrificio hubo terminado, y antes de participar del festín subsiguiente, Samuel inició su inspección profética de los bien parecidos hijos de Isaí. Eliab era el mayor, y el que más se parecía a Saúl en estatura y hermosura. Sus bellas facciones y su cuerpo bien desarrollado llamaron la atención del profeta. Cuando Samuel miró su porte principesco, pensó ciertamente que era el hombre a quien Dios había escogido como sucesor de Saúl; y esperó la aprobación divina para ungirlo. Pero Jehová no miraba la apariencia exterior. Eliab no temía al Señor. Si se le hubiera llamado al trono, habría sido un soberano orgulloso y exigente. La palabra del Señor a Samuel fue: “No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre, pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón”. {PP 626.1}

Ninguna belleza exterior puede recomendar el alma ante Dios. La sabiduría y la excelencia del carácter y de la conducta expresan la verdadera belleza del hombre; el valor intrínseco y la excelencia del corazón determinan que seamos aceptados por el Señor de los ejércitos. ¡Cuán profundamente debiéramos sentir esta verdad al juzgarnos a nosotros mismos y a los demás! Del error de Samuel podemos aprender cuán vana es la estima que se basa en la hermosura del rostro o la nobleza de la estatura. Podemos ver cuán incapaz es la sabiduría del hombre para comprender los secretos del corazón o los consejos de Dios, sin una iluminación especial del cielo. Los pensamientos y modos de Dios en relación con sus criaturas superan nuestras mentes finitas; pero podemos tener la seguridad de que sus hijos serán llevados a ocupar precisamente el sitio para el cual están preparados, y serán capacitados para hacer la obra encomendada a sus manos, con tal que sometan su voluntad a Dios, para que sus propósitos benéficos no sean frustrados por la perversidad del hombre. {PP 626.2}

Terminó Samuel la inspección de Eliab, y los seis hermanos que asistieron al servicio desfilaron sucesivamente para ser observados por el profeta; pero el Señor no dio señal de que había elegido a alguno de ellos. En suspenso penoso, Samuel miró al último de los jóvenes; el profeta estaba perplejo y confuso. Le preguntó a Isaí: “¿Son estos todos tus hijos?” El padre contestó: “Queda aún el menor, que apacienta las ovejas”. Samuel ordenó que le hicieran llegar, diciendo: “No nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí”. {PP 627.1}

El solitario pastorcillo se sorprendió al recibir la llamada inesperada del mensajero, que le anunció que el profeta había llegado a Belén y le mandaba llamar. Preguntó asombrado por qué el profeta y juez de Israel deseaba verlo; pero sin tardanza alguna obedeció al llamamiento. “Era rubio, de hermoso parecer y de bello aspecto”. Mientras Samuel miraba con placer al joven pastor, bien parecido, varonil y modesto, le habló la voz del Señor diciendo: “Levántate y úngelo, porque este es”. En el humilde cargo de pastor, David había demostrado que era valeroso y fiel; y ahora Dios le había escogido para que fuera el capitán de su pueblo. “Samuel tomó el cuerno del aceite y lo ungió en medio de sus hermanos. A partir de aquel día vino sobre David el espíritu de Jehová”. El profeta había cumplido la obra que se le había designado, y con el corazón aliviado regresó a Ramá. {PP 627.2}

Samuel no había hablado de su misión, ni siquiera a la familia de Isaí, y realizó en secreto la ceremonia del ungimiento de David. Fue para el joven un anunció del destino elevado que le esperaba, para que, en medio de todos los diversos incidentes y peligros de sus años venideros, este conocimiento lo inspirara a ser fiel al propósito que Dios quería lograr por medio de su vida. {PP 627.3}

El gran honor conferido a David no lo ensoberbeció. A pesar del elevado cargo que había de desempeñar, siguió tranquilamente en su ocupación, contento de esperar el desarrollo de los planes del Señor a su tiempo y manera. Tan humilde y modesto como antes de su ungimiento, el pastorcillo regresó a las colinas, para vigilar y cuidar sus rebaños tan cariñosamente como antes. Pero con nueva inspiración componía sus melodías, y tocaba el arpa. Ante él se extendía un panorama de belleza rica y variada. Las vides, con sus racimos, brillaban al sol. Los árboles del bosque, con su verde follaje, se mecían con la brisa. Veía al sol, que inundaba los cielos de luz, saliendo como un novio de su aposento, y regocijándose como hombre fuerte que va a correr una carrera. Allí estaban las imponentes cumbres de los cerros que se elevaban hacia el firmamento; en la lejanía se destacaban las peñas estériles de la montaña amurallada de Moab; y sobre todo se extendía el azul suave de la bóveda celestial. {PP 627.4}

Y más allá estaba Dios. Él no podía verlo, pero sus obras entonaban alabanzas. La luz del día, al dorar el bosque y la montaña, el prado y el arroyo, elevaba a la mente y la inducía a contemplar al Padre de las luces, Autor de todo don bueno y perfecto. Las revelaciones diarias del carácter y la majestad de su Creador llenaban el corazón, del joven poeta, de adoración y regocijo. {PP 628.1}

En la contemplación de Dios y de sus obras, las facultades de la mente y del corazón de David se desarrollaban y fortalecían para la obra de su vida posterior. Diariamente iba participando en una comunión más íntima con Dios. Su mente penetraba constantemente en nuevas profundidades en busca de temas que le inspirasen cantos y arrancasen música a su arpa. La rica melodía de su voz difundida a los cuatro vientos repercutía en las colinas como si fuera en respuesta a los cantos de regocijo de los ángeles en el cielo. {PP 628.2}

¿Quién puede medir los resultados de aquellos años de labor y peregrinaje entre las colinas solitarias? La comunión con la naturaleza y con Dios, el cuidado diligente de sus rebaños, los peligros y libramientos, los dolores y regocijos de su humilde suerte, no sólo habían de moldear el carácter de David e influir en su vida futura, sino que también por medio de los salmos del dulce cantor de Israel, en todas las edades venideras, habrían de comunicar amor y fe al corazón de los hijos de Dios, acercándolos al corazón siempre amoroso de Aquel en quien viven todas sus criaturas. {PP 628.3}

David, en la belleza y el vigor de su juventud, se preparaba para ocupar una elevada posición entre los más nobles de la tierra. Empleaba sus talentos, como dones preciosos de Dios, para alabar la gloria del divino Dador. Las oportunidades que tenía de entregarse a la contemplación y la meditación sirvieron para enriquecerlo con aquella sabiduría y piedad que hicieron de él el amado de Dios y de los ángeles. Mientras contemplaba las perfecciones de su Creador, se revelaban a su alma concepciones más claras de Dios. Temas que antes le eran oscuros, se aclaraban para él con luz meridiana, se allanaban las dificultades, se armonizaban las perplejidades, y cada nuevo rayo de luz le arrancaba nuevos arrobamientos e himnos más dulces de devoción, para gloria de Dios y del Redentor. El amor que lo inspiraba, los dolores que lo oprimían, los triunfos que lo acompañaban, eran temas para su pensamiento activo; y cuando contemplaba el amor de Dios en todas las providencias de su vida, el corazón le latía con adoración y gratitud más fervientes, su voz resonaba en una melodía más rica y más dulce; su arpa era arrebatada con un gozo más exaltado; y el pastorcillo procedía de fuerza en fuerza, de sabiduría en sabiduría; pues el Espíritu del Señor lo acompañaba. {PP 628.4}

Testimonio: 08-09-2018 #02

Amados, también en septiembre 8, 2018. Después que desperté del sueño que tuve con el águila, me quedé meditando en todo esto, pidiéndole al Señor, orándole al Señor, rogando por todos y cada uno de nosotros, por su pueblo en la ancha faz de la tierra. Quedé dormida nuevamente y tuve un segundo sueño. {Daisy Escalante: 08-09-2018 #02, es.p1}

En él me vi en un lugar. Allí, en ese lugar donde me vi, había varias personas. Yo les trataba de hacer entender la preparación que se debía estar haciendo y les urgí a hacerla, más todos estaban confusos. En ese momento yo vi dos manos gigantes que aparecieron suspendidas en el aire y cogieron a todos y comenzaron a mecerlos. ¡Los estaba arrullando! Entonces yo les amonestaba, pero no hacían caso. En un [momento] me acerqué a aquellas grandes manos que los arrullaban, y bajé una joven y comencé a estremecerla por los hombros y trataba de sacarle de aquel trance de dormitación, más ella caminó hasta la mano y volvió a subirse en ella y se acomodó y ahí se quedó. {Daisy Escalante: 08-09-2018 #02, es.p2}

En ese momento se me dijo: déjalos, ya es tarde, vámonos”. Entonces, partimos de ahí y yo fui llevada a un edificio que no parecía iglesia por fuera, más cuando abrí sus dos puertas de entrada vi que era una iglesia, y allí estaba uno predicando. Me adentré hasta el medio de la iglesia y les exhortaba a la humillación, más todos se me quedaron mirando con ojos como muertos, desorientados. El predicador había dejado de hablar y en ese momento volvió a hablar y dijo: “hermanos, hemos acabado, quedan despedidos”. Entonces, todos se levantaron y cuando el último en la sala salió fuera de la puerta de aquella iglesia, un fuego intenso pasó frente a la puerta y se los llevó a todos, yo escuché sus gritos más no los vi más. ¡Fue terrible aquella escena! {Daisy Escalante: 08-09-2018 #02, es.p3}

Salimos de allí y fui como a algo parecido como un estadio. Este era enorme y entré en medio del mismo. Y vi que, en la arena, había un hombre y una mujer en una tarima, hablando por un micrófono. Entonces, se me indicó subir a la tarima y subí y mi acompañante subió conmigo. Éste quitó el micrófono al caballero que hablaba, me lo dio y me dijo: “repite lo que yo te diga”. Entonces él comenzó a hablar: “el limpio seguirá limpiándose, y el sucio seguirá ensuciándose. El que no se humille hasta el polvo no podrá subsistir en el tiempo de prueba, pues no tendrá ninguna protección”. Estas fueron las palabras que él me dictó, y asimismo las dije. {Daisy Escalante: 08-09-2018 #02, es.p4}

Entonces vi cómo, los que estaban sentados en aquel lugar, muchos de ellos se les comenzaron a oscurecer los rostros. Entonces en ese momento, cuando yo vi eso, fue tremendo ver que esos rostros de aquellas personas, que yo les veía el rostro a la distancia ya no les veía porque como una nube negra se les puso al frente. Más otros, sus rostros, se tornaban blancos, brillantes. {Daisy Escalante: 08-09-2018 #02, es.p5}

Entonces, en ese momento, yo salí por la puerta de aquel lugar con mi acompañante y él me dijo: “mira hacia atrás”. Entonces miré y vi que todos los que tenían rostros blancos salían y nos seguían. Entonces se me dijo: “abre tus manos y no mires hacia atrás, otra vez, y agarra los que puedas con ellas”. Así que yo estiré mis manos hacia los lados y sentía que agarraba manos humanas más yo no veía de quiénes eran, pero sentí el peso al halarlas. Entonces se me dijo: “corre y no pares hasta que te diga”. Yo empecé a correr y sentía que mi peso, al halarlos, era fuerte para mi cuerpo, pero yo seguía luchando y seguía corriendo. {Daisy Escalante: 08-09-2018 #02, es.p6}

Entonces corrí y llegué a una montaña y en ella había una cueva, se me indicó entrar en esa cueva. Estaba custodiada por dos hermosos, ¡preciosos ángeles! Ahí entramos y estuvimos seguros ante la calamidad, y en ese momento, ahí desperté. {Daisy Escalante: 08-09-2018 #02, es.p7}

Amados hermanos, el Señor tiene todo listo, todo preparado para sus verdaderos hijos. No debemos temer, Él tiene protección para cada uno de aquellos que realmente le buscan en espíritu y en verdad, para aquellos que se humillan hasta el polvo. Que, sólo, lo más importante es seguir a Jesús, más que ideas preconcebidas y más que cualquier cosa en este mundo. Humillémonos delante de Dios, busquemos su rostro, busquemos su salvación, porque realmente es la única salvaguarda que podemos obtener en esta tierra. [Para] todas estas cosas que se avecinan —y todas estas cosas que aún más se van a estar intensificando—, [desde] donde va a venir nuestra protección, únicamente, es directamente de lo Alto. Que nuestra fe no falte, sino que nos aferremos de Cristo Jesús en todo momento y en todo lugar, es mi ruego y oración para cada uno de ustedes. Que así sea en el nombre de Jesús. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 08-09-2018 #02, es.p8}

Testimonio: 20-10-2018 #01

Amados, octubre 20, 2018. En sueños, el Señor me mostró un lienzo enorme. Los ángeles venían a echar canastas. Eran, cuando veía lo que ellos echaban, yo veía que ellos estaban recolectando personas por todo el mundo. Entonces estos ángeles, yo los veía en diferentes campos, estaban cortando algo parecido a la hierba o zacate alto y todas tenían una espiga. Me dijo mi acompañante: observa”. Entonces, vi muchos ángeles segando en aquel gran campo y, mientras unos segaban, otros cargaban y otros salían con el cargamento. Entonces yo quedé mirando esto cuando, de pronto, vi, a los que salían con el cargamento, volar prestamente a un lugar donde se extendía ese gran lienzo —éste tenía huecos muy finos y era también muy resistente. Yo los vi echar su cargamento ahí y retirarse, al ellos retirarse de ese lugar, yo veía cómo, otros ángeles, prestamente pasaban por encima del lienzo y debajo de él salían unas semillas que otros ángeles colectaban y llevaban a un gran embudo. Entonces los que quedaban en el lienzo, veía yo era algo así como sin peso, pues el viento soplaba y estos salían rápidamente volando del lienzo. {Daisy Escalante: 20-10-2018 #01, es.p1}

Entonces, yo miraba esto, cuando mi acompañante me dijo: “observa”. Entonces yo vi los ángeles que trabajaban arduamente en el embudo, todos trabajaban allí con una gran habilidad y presteza tremenda. Estos echaban en él los granos salidos del lienzo, pero este embudo tenía, casi en su final, unas finas navajas que sólo algunos granos salían enteros y la mayoría salían en polvo. Y, mientras yo miraba esto, pregunté qué significaba aquello, porque yo no entendía. Entonces mi acompañante contestó: “ve y entiende”. Entonces vi el cedazo enorme, que recibe de los ángeles cosechadores el producto obtenido del campo. “Ahí se separa lo servible de lo inservible”, me dijo. “Luego esto, aparentemente servible, es echado al embudo. Allí es donde realmente se denota lo servible y se pulveriza lo inservible. Observa” —me dijo. {Daisy Escalante: 20-10-2018 #01, es.p2}

Entonces, yo miré, y vi dos ángeles prestos, y muy hábiles en su trabajo, que tomaban los granos enteros, los que eran servibles, y con rigurosidad y cuidado los ponían en sacos resplandecientes, blancos y los llevaban detrás de unas enormes puertas y ahí los dejaban. Vi encima de las puertas un escrito: ‘Granero Celestial’. {Daisy Escalante: 20-10-2018 #01, es.p3}

Entonces, me disponía yo a preguntar, cuando mi acompañante me dijo: “ya es casi concluido el trabajo de separar la paja del trigo. Muchos han creído a hombres que dicen asegurar que esto no ha comenzado; más, hoy eres testigo de esto, la paja y el trigo no pueden permanecer juntos, pues, cuando llegan los problemas, esta vuela con el viento de la tempestad, más el grano queda. Más aún, este grano es necesario que pase por el crisol de la gran tempestad y sólo los fuertes, los resistentes, saldrán ilesos para ser juntados y llevados al Granero Celestial, esta es nuestra obra en este momento”. Entonces pregunté: “¿en cuál paso están?” Me respondió: “estamos en el fin del trabajo del cedazo: recogiendo los granos que caen; pues, pronto, entrarán al embudo y, cualquier apariencia, ahí será descubierta”. {Daisy Escalante: 20-10-2018 #01, es.p4}

Ahí amados desperté, y meditaba yo en estas cosas, cuando se me dijo: “Malaquías 4”. Así que me quedé ahí, amados, meditando en estas cosas y espero que cada uno de nosotros también meditemos porque el Señor está muy interesado, amados hermanos, en que sepamos en qué tiempo estamos viviendo para que veamos la urgencia de que necesitamos profundamente de Él para ser salvos, si es que realmente queremos ser salvos. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 20-10-2018 #01, es.p5}

Malaquías 4

1 Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno; y todos los soberbios, y todos los que hacen maldad, serán estopa; y aquel día vendrá y los abrasará, dice Jehová de los ejércitos, el cual no les dejará ni raíz ni rama.
2 Mas para vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.
3 Y hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo haré esto, dice Jehová de los ejércitos.
4 Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel.
5 He aquí, yo os envío a Elías el profeta, antes que venga el día de Jehová grande y terrible.
6 Él convertirá el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres; no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.

Testimonio: 23-05-2019 #02

Amados, 23 de mayo del 2019. A las 10:56 de la mañana, mientras seguía trabajando en la huerta, vino otra vez palabra del Señor a mí diciendo: “no enviaré lluvia sobre aquellas plantaciones que no estén, ya, sembradas. Violar un precepto de su ley, hacer caso omiso a las advertencias, ignorar las reprensiones y denigrar sus mensajes de amor son un insulto al Creador. Y éste será culpable de homicidio voluntario hacia su persona. La constricción contra el Espíritu Santo, en todas sus facetas de amonestación al pueblo que conoce, está en la última fase; y así el que estaba limpiándose será limpio, y el que se ensucia seguirá ensuciándose”. {Daisy Escalante: 23-05-2019 #02, es.p1}

“Una norma elevada está ante nosotros, totalmente alcanzable con el poder de Cristo Jesús. El rechazo voluntario a ésta, o negar la eficacia de ella, es mortal. El fin está ante nosotros, si titubeamos o bajamos la guardia ahora, perderemos la vida eterna, se me dejó saber. {Daisy Escalante: 23-05-2019 #02, es.p2}

Amados, oro por todos, que el Señor nuestro Dios, grande y poderoso nos sostenga ante la gran tempestad. Bendiciones. {Daisy Escalante: 23-05-2019 #02, es.p3}

Testimonio: 21-06-2019

Amados, 21 de junio 2019. En sueños, me fue mostrado cómo el ser humano quiere seguir su curso de vida sin medir las consecuencias. Y no echa a ver que día tras día lo que se mide es el carácter. La única cosa que, si es aprobada por Dios con su sello de perfección, llevaremos al cielo. Dijo mi acompañante: “el defecto ajeno no será la perdición de otro, sino el defecto propio es el culpable de perdición. Procurad con ayuno y ruego [ser] limpios de vuestra propia levadura. Pedid [para que] vuestra sal sea de buena calidad pues ésta alcaliniza el cuerpo de tal manera que la levadura no puede subsistir. Proseguid tras la meta rogando que vuestra vasija sea de barro nuevo, para que, así, sea llena con la gran medida del aceite. Nunca se echará vino nuevo en odres viejos, pues éstos se quebrarán. Rogad por esto. Volved a la dieta original para que vuestro intelecto sea esclarecido y recordad que la temperancia es la balanza que evita los extremos. Limpiad vuestro torrente sanguíneo con las hierbas amargas y poned prestos el agua pura en vuestros cuerpos. Trabajad muy temprano cuando sale la primera luz, y respirad con ahínco el aire mañanero. Allí, en vuestra labor, elevad palabras de ferviente súplica por vuestra abundante cosecha, pues el Dios de la siega premiará la obra de vuestras manos por vuestra fidelidad. Descansad a su tiempo cuando la noche es llegada. Vivid en acción de gracias, elevando vuestras voces en canto y unión con los ángeles en agradecimiento y reverencia a vuestro Padre Celestial”. {Daisy Escalante: 21-06-2019 , es.p1}

“Recordad la sencillez alimentaria de Juan el bautista, la cual se componía de algarrobas y miel pura. Por este ejemplo aquella nación fue impactada y, muchos, condenados. Vivid vidas sencillas sabiendo que vuestro galardón está cerca. Vivid redimiendo el tiempo en todo momento. Dad presto cuidado a las plantas porque ellas están para vuestro albergue y sustento. No menosprecies a las aves porque, aún Elías, fue alimentado por ellas. La tierra, envejecida, con tierno cuidado dará su fruto, pues cada microorganismo, a mi mandato, trabaja en esto. ¿O sabes tú, oh mortal, a dónde llegan las raíces del flamboyán y de dónde la palmera absorbe sus torrentes de agua? Miradla erguida y verde bajo el sol incandescente, como gran guerrera de supervivencia, se eleva hacia el cielo sin queja alguna. ¿No habréis de aprender de ella? El gorrión diligente, muy temprano se levanta, y recoge en su pico lo que el cielo le provee por su perseverancia. La abeja, que colecta el néctar, va de flor en flor llevando vida y recogiendo su sustento, pues aún para esto hay tiempo. La hormiga laboriosa no conoce descanso, mientras su casa está en desorden y su sustento nulo. ¿Acaso no come la oruga, el pulgón, el saltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros? Y, aun así, en mi misericordia, os sustento”. {Daisy Escalante: 21-06-2019 , es.p2}

“Cuidad de los lobos que vienen a arremeter contra el rebaño, porque a lo malo le dicen bueno y a lo bueno le llaman malo; no penséis que en medio de ellos estaréis a salvo, sólo debéis reposar lejos de ellos, en suelo seguro. Estad en lugares”, siguió diciendo, “donde nadie quiere estar. Esto es una zaranda para los lobos, pues estos aman su comodidad y la presa fácil”. {Daisy Escalante: 21-06-2019 , es.p3}

“¿Habéis escuchado decir: ‘quedaos en Jerusalén y seréis salvos, porque los impíos no llegarán a ella y los malos, de ella, huirán’? Más Yo os digo que mis lágrimas corrieron por mis mejillas al ver el futuro de aquella hermosa ciudad, sentada como una gran reina, imponente, siempre favorecida por el cielo. Sus moradores no echaron a ver que quien la recogió y la crió, el que la hermoseó, vino a casarse con ella y ésta lo despreció hasta la muerte. Y, ¿qué crees que hizo el despreciado? Se apartó y su favor no fue más con ella y ésta careció de protección. También avisó a los suyos, y les dio señal, y éstos la esparcieron y los que la creyeron, al verla, salieron confiando en ella y su cumplimiento. Y, ¿sabes, oh, tú, pueblo sordo y tardo en entendimiento, lo que pasó? Allí quedó Escrito. ¿Cómo, pues, dirás que los que se quedaron vivieron y los que salieron murieron? ¿Acaso en Egipto el pueblo fue purificado? Y, ¿fuera del arca Noé y su familia fueron salvos? ¿Acaso Abraham quedó en su tierra y [entre] su parentela para ser salvo? ¿Acaso Lot quedó en Sodoma y Gomorra, y allí fue salvado del fuego? Este pueblo goza, y se goza, en las fábulas, y conspiran contra la verdad, pero mis palabras —por siempre vivas y verdaderas—, se oirán”. {Daisy Escalante: 21-06-2019 , es.p4}

“¡Avanza, pueblo mío! porque la salvación estriba en la obediencia implícita al Dios de la siega. Cuídate de no ser engañado por aquellos que buscan el lucro, sin saber que su tiempo se ha cumplido. Sed sobrios, buscad mi rostro, pues, sólo así, seréis librados de la ira venidera”. {Daisy Escalante: 21-06-2019 , es.p5}

Palabras fieles y verdaderas del Señor para cada uno de vosotros. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 21-06-2019 , es.p6}

Testimonio: 06-07-2019

Amados, 6 de julio 2019. En sueños fui suspendida en los aires y pude ver muchos grupos que se decían realmente adorar a Dios, en “a la ley y al testimonio”. Mientras yo los veía, se me mostraron dos personajes, uno estaba con vestiduras romanas y otro con un uniforme militar. En medio de ellos, una vela encendida cuyo pábilo casi se estaba agotando. Mientras yo observaba esto, el pabilo se agotó y la luz se apagó. Pregunté: “¿por qué esto?” Se me dijo: “el tiempo es cumplido, observa”. Vi un movimiento de las naciones con sus armamentos, un movimiento grandemente abarcante por todo el planeta, y observé catástrofes de gran magnitud, aún más grande de lo que vemos hoy, y gran desesperación mundial. El alimento escaseaba a gran velocidad y las masas lloraban como un niño por falta de alimento. Vi cómo se usaba todo tipo de manipulación para someter a las masas y, si no se dejaban por alguna razón, la fuerza era usada sin ninguna restricción. {Daisy Escalante: 06-07-2019 , es.p1}

Dijo mi acompañante: “no se confíe el residuo en su propia fortaleza, y no piense que está listo para esto, pues ningún mortal podrá soportar esto sin la ayuda del príncipe Emmanuel”. {Daisy Escalante: 06-07-2019 , es.p2}

Vi como un viento recio, entonces, arremetió contra los montes, y sacudió con gran furia a los que allí estaban, y vi cómo estos grupos eran diezmados. Mi ser tembló y dije: “¡oh Dios! ¿por qué esto?” Se me dejó saber que allí la prueba será extremadamente grande y minuciosamente llevada a cabo. El ángel separador separa lo que sirve de lo que no sirve, todo lo que es puro de lo impuro. Y aún [habrá] muchos que, creyendo estar en el sitio correcto, deberán salir porque la prueba de ese lugar será en gran demasía. {Daisy Escalante: 06-07-2019 , es.p3}

Amados, vi muchos cambios de última hora antes del viento sumamente recio, vi ángeles excelsos custodiados [revestidos de una coraza] que, rápidamente, llegaban para estar alrededor del residuo, mientras, el ángel con el tintero de escribano, hacía su trabajo. Dijo mi acompañante: “¡ubicaos, ubicaos, seguid las instrucciones! Para que, así, podáis soportar, con la ayuda del príncipe Emmanuel lo máximo del recio viento. No durmáis, no seáis indolentes, obrad antes de que sea la noche, dad frutos dignos de arrepentimiento, y rogad a Dios que os junte en su granero”. {Daisy Escalante: 06-07-2019 , es.p4}

Amados, después de estas palabras se me dio Isaías 64. Quiera Dios que cada uno de nosotros podamos estar cimentados sobre la roca que es Cristo Jesús y bajo las alas de nuestro amado Salvador. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 06-07-2019 , es.p5}

Isaías 64

1 ¡Oh si rompiese los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes,
2 como fuego abrasador de fundiciones, fuego que hace hervir las aguas, para que hicieras notorio tu nombre a tus enemigos, y las naciones temblasen a tu presencia!
3 Cuando hiciste cosas terribles, cuales nunca esperábamos, y descendiste, se deslizaron los montes ante tu presencia.
4 Porque desde el principio del mundo no se ha escuchado, ni oído ha percibido, ni ojo ha visto a Dios fuera de ti, que hiciese por el que en Él espera.
5 Saliste al encuentro del que con alegría hacía justicia, de [los que] se acordaban de ti en tus caminos (he aquí, tú te enojaste cuando pecamos), en ellos hay perpetuidad, y seremos salvos.
6 Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.
7 Y nadie [hay] que invoque tu nombre, que se despierte para asirse de ti; por lo cual escondiste de nosotros tu rostro, y nos dejaste marchitar en poder de nuestras maldades.
8 Ahora pues, Jehová, tú [eres] nuestro Padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos [somos] todos nosotros.
9 No te enojes sobremanera, oh Jehová, ni tengas perpetua memoria de la iniquidad; he aquí mira ahora, pueblo tuyo [somos] todos nosotros.
10 Tus santas ciudades están desiertas, Sión es un desierto, Jerusalén una soledad.
11 La casa de nuestro santuario y de nuestra gloria, en la cual te alabaron nuestros padres, fue consumida por el fuego; y todas nuestras cosas preciosas han sido destruidas.
12 ¿Te estarás quieto, oh Jehová, sobre estas cosas? ¿Callarás, y nos afligirás sobremanera?

Himno 134: Dios tanto amó al mundo
Himno 185: Hay un mundo feliz más allá