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Manjar Sabático

04-04-2020

Romanos 4:8

8 Bienaventurado el varón a quien el Señor no imputará pecado.

Patriarcas Y Profetas, Pag. 72

Dios dio a Noé las dimensiones exactas del arca, y explícitas instrucciones acerca de todos los detalles de su construcción. La sabiduría humana no podría haber ideado una estructura de tanta solidez y durabilidad. Dios fue el diseñador, y Noé el maestro constructor. Se construyó como el casco de un barco, para que pudiera flotar en el agua, pero en ciertos aspectos se parecía más a una casa. Tenía tres pisos, con solo una puerta en un costado. La luz entraba por la parte superior, y las distintas secciones estaban arregladas de tal manera que todas recibían luz. En la construcción del arca se empleó madera de ciprés, que duraría cientos de años. La construcción de esta estructura fue un proceso lento y trabajoso. A pesar de la gran fuerza que poseían los hombres de aquel entonces, debido al gran tamaño de los árboles y la naturaleza de la madera, se necesitaba mucho más tiempo que ahora para prepararla. Se hizo todo lo humanamente posible para que la obra quedara perfecta; sin embargo, el arca de por sí no hubiera podido soportar la tempestad que vendría sobre la tierra. Únicamente Dios podía guardar a sus siervos de las aguas borrascosas. {PP 72.1}

“Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvaría; y por esa fe condenó al mundo y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe”. Hebreos 11:7. Mientras Noé daba al mundo su mensaje de amonestación, sus obras demostraban su sinceridad. Así se perfeccionó y manifestó su fe. Dio al mundo el ejemplo de creer exactamente lo que Dios dice. Todo lo que poseía lo invirtió en el arca. Cuando empezó a construir aquel inmenso barco en tierra seca, multitudes vinieron de todos los rumbos a ver aquella extraña escena, y a oír las palabras serias y fervientes de aquel singular predicador. Cada martillazo dado en la construcción del arca era un testimonio para la gente. {PP 72.2}

Al principio, pareció que muchos recibirían la advertencia; sin embargo, no se volvieron a Dios con verdadero arrepentimiento. No quisieron renunciar a sus pecados. Durante el tiempo que precedió al diluvio, su fe fue probada, pero ellos no resistieron esa prueba. Vencidos por la incredulidad reinante, se unieron a sus antiguos compañeros para rechazar el solemne mensaje. Algunos estaban profundamente convencidos, y hubieran atendido la amonestación; pero eran tantos los que se mofaban y los ridiculizaban, que terminaron por participar del mismo espíritu, resistieron a las invitaciones de la misericordia, y pronto se hallaron entre los más atrevidos e insolentes burladores; pues nadie es tan desenfrenado ni se hunde tanto en el pecado como los que una vez conocieron la luz, pero resistieron al Espíritu que convence de pecado. {PP 72.3}

Testimonio: 13-09-2019 #01

Septiembre, 13, del 2019. En la noche, en sueños, yo veía que estaba en un lugar que se estaba usando de iglesia. Estábamos preparando el programa y, de repente, todo se resquebrajó, el dirigente tenía su cabeza dividida y no lograba transmitir orden. Vi que los jóvenes se desorientaron porque el líder transmitía ambivalencia. Entonces traté de hacerles saber, más por alguna razón no lo lograba. Los jóvenes se dieron a la disipación y luché por llevarlos otra vez a la claridad, fue un tanto difícil, pero con la ayuda de Dios, se pudo lograr. Vi llorar amargamente al dirigente, que tenía su mente dividida, le vi orar y llorar con mucho ruego ante Dios, y su lugar le fue restituido, con mucho trabajo, más fue otra vez dirigente de estos jóvenes. Vi cómo [a] los jóvenes se los llevaba la corriente de agua, pero él se abalanzó sobre ellos y los salvó de las aguas turbulentas, y no perecieron. {Daisy Escalante: 13-09-2019 #01, es.p1}

En ese momento, ahí, desperté, pidiéndole al Señor que cada dirigente de familia, cada jefe de familia, o dirigente de familia, ya sea una dama, pues por la situación de que está sola, no tiene esposo, seamos fieles a Dios. No tratemos de congraciarnos con nuestros niños, jóvenes o adultos por conveniencia, sino seamos leales a Dios. Y esa lealtad a Dios salvará a nuestros hijos. Que el Señor me los bendiga.

Testimonio: 13-09-2019 #03

Amados, septiembre, 13, del 2019. A la 1 de la tarde, mientras meditaba en todas las cosas que el Señor me ha dejado saber en este día, vino palabra del Señor a mí diciendo: “Lee Amós 6 y 7”. Y me dijo: “la sentencia está echada. Aunque se levante la voz de bienestar contra el que dice ser mi pueblo, no lo es. Lo que ha de venir, vendrá. Clame el pueblo y lloré por las plazas, alce gemido, porque viento del este hasta el oeste es venido y cruzará sus tierras aún de norte a sur. Porque mi siervo de Asiria vendrá contra ti, contra caballos y gran tempestad, y nada podrá evitarlo porque la maldad que tú incubaste en ti será tu ruina. Yo, que te cuidé desde tu nacimiento, te guié a buenos pastos, te dirigí a mi grande monte, te puse entre piedras preciosas, te separé para Mí, ¡y todo lo que necesitabas te lo entregué! Te vieron, pues, las demás y te respetaron, pero alimentaban ver tu desgracia. Tu infidelidad hacia Mí, abrió la puerta, y ellas entraron congraciándose contigo, y tú les extendiste tu mano, y las trajiste a tu casa que Yo te había dado. No te bastó esto, sino que ellas te presentaron sus amantes, y tú les diste la bienvenida en tus aposentos, y descubriste ante ellos tu desnudez, y te hiciste abominable ante mis ojos. Me acerqué a ti para ver si aún me reconocías, a ver si reconocías mi amor, y me negaste la entrada. Llamé a tu puerta y no tuve contestación. Entonces mandé un siervo y dije: “quizás a él lo escuchen, pues no tendrá vergüenza de él”. Mi siervo fue y le escuchaste, y en tu mente fueron entendidas mis palabras, más con gran ira lo repudiaste, y tu repudio no fue sólo para ti, sino que lo diste a conocer a todos tus súbditos. No obstante, mis palabras fueron escuchadas por otros, y fueron dichas a ti y tú te ensoberbeciste y tu ira fue grande y aborreciste mis palabras y las desechaste. Y, aún, no bastó esto, sino que instigaste a otros a tu mismo parecer, ¿y quién, ahora, será por ti? ¿Quién reconocerá tus vástagos? La tristeza embarga mi ser y no hay consuelo en mis ojos. Destila de ellos agua como ríos al ver tu maldad y en lo que te has convertido. Los que desean escuchar tuvieron que irse lejos de ti, huyendo a tus persecuciones. Más, ellos, escuchando, no volvieron a ti porque reconocieron la voz del Pastor, y siguieron sus huellas. Más, ¡ay de ti que ahora pisoteas!, pronto serás pisoteada, y los que de ti escaparon, hallarán pequeño socorro. Más tú, ¿qué tendrás? Pronto tus puertas serán cerradas, como Jerusalén, y sólo los de afuera serán preservados. Proclamas paz y no la tendrás, hablas de amor y en ti no hay, hablas de verdad, pero está lejos de ti. ¡Pueblo mío, llorad por Jerusalén!, porque lo que hoy es, pronto no será. ¿Cuántas veces quise juntarte como la gallina junta a sus polluelos? más no quisiste. ¡Apartaos de ella, pueblo mío! Avanzad y no miréis hacia atrás. Buscadme mientras pueda ser hallado y en tanto que estoy cercano. Haced pacto conmigo por medio de sacrificios y no toquéis lo inmundo, porque se levantará nación contra nación y pueblo contra pueblo, y será tiempo de angustia cual nunca hubo. Más no temáis, voy presto. Retén lo que tienes para que nadie tome tu corona”. {Daisy Escalante: 13-09-2019 #03, es.p1}

Amados, leamos Amós 6, 7; capítulo 6 y capítulo 7. Y roguemos al Señor por nuestras vidas, y por las de nuestros hermanos. ¡Es muy triste! Mis lágrimas no se pueden contener, pero, ¿qué podemos hacer? Solamente orar por ellos. Quiera Dios que cada uno puede entender y pueda darse cuenta que un Dios tan santo no puede permitir lo que está pasando, sino que su justicia, su verdad, su misericordia, es parte de su carácter, y como tal, eso es lo que Él demanda: verdad pura, verdad implícita, una entrega total a Él. Quiera Dios que cada uno de nosotros podamos entender. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 13-09-2019 #03, es.p2}

Amós 6

1 ¡Ay de los reposados en Sión, y de los confiados en el monte de Samaria, [los que son] llamados príncipes de las naciones, ante quienes acude la casa de Israel!
2 Pasad a Calne, y mirad; y de allí id a la gran Hamat; descended luego a Gat de los filisteos; ved si son aquellos reinos mejores que estos reinos, si su término es mayor que vuestro término.
3 Vosotros que dilatáis el día malo, y acercáis la silla de la iniquidad.
4 Duermen en camas de marfil, y se extienden sobre sus lechos; y comen los corderos del rebaño, y los becerros de en medio del engordadero;
5 gorjean al son de la flauta, e inventan instrumentos de música, como David;
6 beben vino en tazones, y se ungen con los ungüentos más preciosos; y no se afligen por el quebrantamiento de José.
7 Por tanto, ahora irán cautivos, a la cabeza de los que van en cautiverio, y el banquete de los disolutos será removido.
8 Jehová el Señor juró por su alma, Jehová Dios de los ejércitos ha dicho: Tengo en abominación la grandeza de Jacob, y aborrezco sus palacios; y la ciudad y su plenitud entregaré al enemigo.
9 Y acontecerá que si diez hombres quedaren en una casa, morirán.
10 Y su tío tomará a cada uno, y le quemará para sacar los huesos de casa; y dirá al que estará en los rincones de la casa: ¿[Hay] aún [alguno] contigo? Y dirá: No. Entonces dirá [aquél]: Calla que no podemos hacer mención del nombre de Jehová.
11 Porque he aquí, Jehová mandará, y herirá con hendiduras la casa mayor, y la casa menor con aberturas.
12 ¿Correrán los caballos por las peñas? ¿Ararán [en ellas] con bueyes? Porque vosotros habéis tornado el juicio en veneno, y el fruto de justicia en ajenjo.
13 Vosotros que os alegráis en nada, que decís: ¿No nos hemos tomado poderíos con nuestra propia fuerza?
14 Pues he aquí, levantaré yo sobre vosotros, oh casa de Israel, dice Jehová Dios de los ejércitos, gente que os oprimirá desde la entrada de Hamat hasta el arroyo del desierto.

Amós 7

1 Así me ha mostrado el Señor Jehová; y he aquí, Él criaba langostas al principio que comenzaba a crecer el heno tardío; y he aquí, era el heno tardío después de las siegas del rey.
2 Y aconteció que cuando acabó de comer la hierba de la tierra, yo dije: Señor Jehová, perdona, te ruego; ¿quién levantará a Jacob? Porque es pequeño.
3 Se arrepintió Jehová de esto: No será [así], dice Jehová.
4 El Señor Jehová me mostró así; y he aquí, llamaba para juzgar por fuego el Señor Jehová; y consumió un gran abismo, y consumió una parte de la tierra.
5 Y dije: Señor Jehová, cesa ahora; ¿quién levantará a Jacob? Porque [es] pequeño.
6 Se arrepintió Jehová de esto: No será esto tampoco, dijo el Señor Jehová.
7 Me enseñó así: He aquí, el Señor estaba sobre un muro [hecho] a plomo, y en su mano una plomada de albañil.
8 Jehová entonces me dijo: ¿Qué ves, Amós? Y dije: Una plomada de albañil. Y el Señor dijo: He aquí, yo pongo plomada de albañil en medio de mi pueblo Israel: No le pasaré más:
9 Y los altares de Isaac serán destruidos, y los santuarios de Israel serán asolados; y me levantaré con espada sobre la casa de Jeroboam.
10 Entonces Amasías sacerdote de Betel envió [a decir] a Jeroboam, rey de Israel: Amós ha conspirado contra ti en medio de la casa de Israel; la tierra no puede soportar todas sus palabras.
11 Porque así ha dicho Amós: Jeroboam morirá a espada, e Israel pasará de su tierra en cautiverio.
12 Y Amasías dijo a Amós: Vidente, vete, y huye a tierra de Judá, y come allá tu pan, y profetiza allí:
13 Y no profetices más en Betel, porque es santuario del rey, y cabecera del reino.
14 Entonces respondió Amós, y dijo a Amasías: Yo no era profeta, ni hijo de profeta, sino que era boyero, y recogía higos silvestres.
15 Y Jehová me tomó de detrás del ganado, y me dijo Jehová: Ve, y profetiza a mi pueblo Israel.
16 Ahora, pues, oye palabra de Jehová. Tú dices: No profetices contra Israel, ni hables contra la casa de Isaac.
17 Por tanto, así dice Jehová: Tu esposa será ramera en la ciudad, y tus hijos y tus hijas caerán a espada, y tu tierra será repartida a cordel; y tú morirás en tierra inmunda, e Israel será llevado cautivo lejos de su tierra.

Himno 262: Tal como soy
Himno 378: ¡Firmes y adelante!