Manjar Sabático
11-02-2022
Jeremías 4
1 Si te has de convertir, oh Israel, dice Jehová, conviértete a mí; y si quitares de delante de mí tus abominaciones, no andarás de acá para allá.
2 Y jurarás, diciendo: Vive Jehová, en verdad, en juicio y en justicia; y las naciones se bendecirán en Él, y en Él se gloriarán.
3 Porque así dice Jehová a todo varón de Judá y de Jerusalén: Haced barbecho para vosotros, y no sembréis entre espinos.
4 Circuncidaos para Jehová, y quitad los prepucios de vuestro corazón, varones de Judá y moradores de Jerusalén; no sea que mi ira salga como fuego, y se encienda y no haya quien [la] apague, por la maldad de vuestras obras.
5 Anunciad en Judá, y publicad en Jerusalén, y decid: Tocad trompeta en la tierra. Pregonad, juntaos, y decid: Reuníos, y entremos en las ciudades fortificadas.
6 Alzad bandera en Sión, juntaos, no os detengáis; porque yo hago venir mal del norte, y destrucción grande.
7 El león sube de su guarida, y el destructor de los gentiles viene en camino; ha salido de su lugar para tornar tu tierra en desolación; tus ciudades quedarán en ruinas, y sin morador.
8 Por esto vestíos de cilicio, endechad y aullad; porque la ira de Jehová no se ha apartado de nosotros.
9 Y será en aquel día, dice Jehová, que desfallecerá el corazón del rey, y el corazón de los príncipes, y los sacerdotes estarán atónitos, y se maravillarán los profetas.
10 Y dije: ¡Ay, ay, Jehová Dios! verdaderamente en gran manera has engañado a este pueblo y a Jerusalén, diciendo: Paz tendréis; pues la espada ha venido hasta el alma.
11 En aquel tiempo se dirá de este pueblo y de Jerusalén: Viento seco de las alturas del desierto vino a la hija de mi pueblo, no para aventar, ni para limpiar.
12 Viento más vehemente que éste vendrá a mí; y ahora yo pronunciaré juicios contra ellos.
13 He aquí que subirá como nube, y su carro como torbellino; sus caballos son más ligeros que las águilas. ¡Ay de nosotros, porque hemos sido saqueados!
14 Lava tu corazón de maldad, oh Jerusalén, para que seas salva. ¿Hasta cuándo permanecerán en medio de ti los pensamientos de iniquidad?
15 Porque una voz proclama desde Dan, y anuncia calamidad desde el monte de Efraín.
16 Decid a las naciones; he aquí, haced oír sobre Jerusalén: Guardas vienen de tierra lejana, y darán su voz sobre las ciudades de Judá.
17 Como guardas de campo, estuvieron contra ella en derredor, porque se rebeló contra mí, dice Jehová.
18 Tu camino y tus obras te hicieron esto, ésta [es] tu maldad; por lo cual amargura penetrará hasta tu corazón.
19 ¡Mis entrañas, mis entrañas! Me duelen las fibras de mi corazón; mi corazón se agita dentro de mí; no callaré; porque voz de trompeta has oído, oh alma mía, pregón de guerra.
20 Destrucción tras destrucción es anunciada; porque toda la tierra es devastada; de repente son destruidas mis tiendas, en un momento mis cortinas.
21 ¿Hasta cuándo he de ver bandera [y] he de oír sonido de trompeta?
22 Porque mi pueblo es necio; no me han conocido, [son] hijos ignorantes y sin entendimiento; [son] sabios para mal hacer, pero hacer el bien no lo saben.
23 Miré la tierra, y he aquí que [estaba] desordenada y vacía; y los cielos, y no había en ellos luz.
24 Miré los montes, y he aquí que temblaban, y todos los collados fueron destruidos.
25 Miré, y no [había] hombre alguno, y todas las aves del cielo se habían ido.
26 Miré, y he aquí la tierra fértil [era] un desierto, y todas sus ciudades estaban asoladas a la presencia de Jehová, delante del furor de su ira.
27 Porque así dice Jehová: Toda la tierra será asolada; mas no haré consumación.
28 Por esto se enlutará la tierra, y los cielos arriba se oscurecerán, porque hablé, [lo] determiné, y no me arrepentiré, ni me retraeré de ello.
29 Por el estruendo de la gente de a caballo y de los arqueros huirá toda la ciudad; entrarán en las espesuras de los bosques y subirán a los peñascos; todas las ciudades serán abandonadas, y no quedará en ellas morador alguno.
30 Y tú, desolada, ¿qué harás? Aunque te vistas de grana, aunque te adornes con atavíos de oro, aunque pintes con antimonio tus ojos, en vano te engalanas; te menospreciaron tus amantes, buscarán tu vida.
31 Porque oí una voz como de mujer que está de parto, angustia como de primeriza; voz de la hija de Sión que lamenta y extiende sus manos, [diciendo]: ¡Ay ahora de mí! que mi alma desmaya a causa de los asesinos.
Deseado de Todas las Gentes - Capítulo 61: Zaqueo
Este capítulo está basado en Lucas 19:1-10.
En camino a Jerusalén, “habiendo entrado Jesús, iba pasando por Jericó.” A pocas millas del Jordán, en la orilla occidental del valle que se extiende allí formando una llanura, descansaba la ciudad en medio de una vegetación tropical, exuberante de hermosura. Con sus palmeras y ricos jardines regados por manantiales, brillaba como una esmeralda en el marco de colinas de piedra caliza y desoladas barrancas que se interponían entre Jerusalén y la ciudad de la llanura. {DTG 506.1; DA.552.1}
Muchas caravanas en camino a la fiesta pasaban por Jericó. Su arribo era siempre una ocasión festiva, pero ahora un interés más profundo excitaba al pueblo. Se sabía que el Rabino galileo que poco antes había resucitado a Lázaro estaba en la multitud; y aunque abundaban los susurros acerca de las maquinaciones de los sacerdotes, las muchedumbres anhelaban rendirle homenaje. {DTG 506.2; DA.552.2}
Jericó era una de las ciudades apartadas antiguamente para los sacerdotes, y a la sazón un gran número de ellos residía allí. Pero la ciudad tenía también una población de un carácter muy distinto. Era un gran centro de tráfico, y había allí oficiales y soldados romanos, y extranjeros de diferentes regiones, a la vez que la recaudación de los derechos de aduana la convertía en la residencia de muchos publicanos. {DTG 506.3; DA.552.3}
“El principal de los publicanos,” Zaqueo, era judío, pero detestado por sus compatriotas. Su posición y fortuna eran el premio de una profesión que ellos aborrecían y a la cual consideraban como sinónimo de injusticia y extorsión. Sin embargo, el acaudalado funcionario de aduana no era del todo el endurecido hombre de mundo que parecía ser. Bajo su apariencia de mundanalidad y orgullo, había un corazón susceptible a las influencias divinas. Zaqueo había oído hablar de Jesús. Se habían divulgado extensamente las noticias referentes a uno que se había comportado con bondad y cortesía para con las clases proscritas. En este jefe de los publicanos se había despertado un anhelo de vivir una vida mejor. A poca distancia de Jericó, Juan el Bautista había predicado a orillas del Jordán, y Zaqueo había oído el llamamiento al arrepentimiento. La instrucción dada a los publicanos: “No exijáis más de lo que os está ordenado,” aunque exteriormente desatendida, había impresionado su mente. Conocía las Escrituras, y estaba convencido de que su práctica era incorrecta. Ahora, al oír las palabras que se decían venir del gran Maestro, sintió que era pecador a la vista de Dios. Sin embargo, lo que había oído tocante a Jesús encendía la esperanza en su corazón. El arrepentimiento, la reforma de la vida, eran posibles aun para él; ¿no había sido publicano uno de los más fieles discípulos del nuevo Maestro? Zaqueo comenzó inmediatamente a seguir la convicción que se había apoderado de él y a hacer restitución a quienes había perjudicado. {DTG 506.4; DA.552.4}
Ya había empezado a volver así sobre sus pasos, cuando se supo en Jericó que Jesús estaba entrando en la ciudad. Zaqueo resolvió verle. Comenzaba a comprender cuán amargos eran los frutos del pecado, y cuán difícil el camino del que procura volver de una conducta incorrecta. El ser mal entendido, el tropezar con la sospecha y desconfianza en el esfuerzo de corregir sus errores, era difícil de soportar. El jefe de los publicanos anhelaba mirar el rostro de Aquel cuyas palabras habían hecho nacer la esperanza en su corazón. {DTG 507.1; DA.553.1}
Las calles estaban atestadas, y Zaqueo, que era de poca estatura, no iba a ver nada por encima de las cabezas del gentío. Nadie le daría lugar; así que, corriendo delante de la multitud hasta donde un frondoso sicómoro extendía sus ramas sobre el camino, el rico recaudador de impuestos trepó a un sitio entre las ramas desde donde podría examinar a la procesión que pasaba abajo. Mientras el gentío se aproximaba en su recorrido, Zaqueo escudriñaba con ojos anhelantes para distinguir la figura de Aquel a quien ansiaba ver. {DTG 507.2; DA.553.2}
Por encima del clamor de los sacerdotes y rabinos y las voces de bienvenida de la multitud, el inexpresado deseo del principal de los publicanos habló al corazón de Jesús. Repentinamente, bajo el sicómoro, un grupo se detuvo, la compañía que iba adelante y la que iba atrás hicieron alto, y miró arriba Uno cuya mirada parecía leer el alma. Casi dudando de sus sentidos, el hombre que estaba en el árbol oyó las palabras: “Zaqueo, date priesa, desciende, porque hoy es necesario que pose en tu casa.” {DTG 507.3; DA.553.3}
La multitud hizo lugar y Zaqueo, caminando como en sueño, se dirigió hacia su casa. Pero los rabinos miraban con rostros ceñudos y murmuraron con descontento y desdén “que había entrado a posar con un hombre pecador.” {DTG 508.1; DA.554.1}
Zaqueo había sido abrumado, asombrado y reducido al silencio por el amor y la condescendencia de Cristo al rebajarse hasta él, tan indigno. Ahora expresaron sus labios el amor y la alabanza que tributaba a su recién hallado Maestro. Resolvió hacer públicos su confesión y su arrepentimiento. {DTG 508.2; DA.554.2}
En presencia de la multitud, “Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, lo vuelvo con el cuatro tanto. {DTG 508.3; DA.555.1}
“Y Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham.” {DTG 508.4; DA.555.2}
Cuando el joven y rico príncipe se había alejado de Jesús, los discípulos se habían maravillado de las palabras de su Maestro: “¡Cuán difícil es entrar en el reino de Dios, los que confían en las riquezas!” Ellos habían exclamado el uno al otro: “¿Y quién podrá salvarse?” Ahora tenían una demostración de la veracidad de las palabras de Cristo: “Lo que es imposible para con los hombres, posible es para Dios.” Vieron cómo, por la gracia de Dios, un rico podría entrar en el reino. {DTG 508.5; DA.555.3}
Antes que Zaqueo mirara el rostro de Cristo, había iniciado la obra que ponía de manifiesto que era un verdadero penitente. Antes que fuera acusado por el hombre, había confesado su pecado. Se había rendido a la convicción del Espíritu Santo, y había empezado a seguir la enseñanza de las palabras escritas para el antiguo Israel tanto como para nosotros. El Señor había dicho hacía mucho tiempo: “Y cuando tu hermano empobreciere, y se acogiere a ti, tú lo ampararás: como peregrino y extranjero vivirá contigo. No tomarás usura de él, ni aumento; más tendrás temor de tu Dios, y tu hermano vivirá contigo. No le darás tu dinero a usura, ni tu vitualla a ganancia.” “Y no engañe ninguno a su prójimo; más tendrás temor de tu Dios.” Estas palabras habían sido pronunciadas por Cristo mismo cuando estaba envuelto en la columna de nube, y la primera respuesta de Zaqueo al amor de Cristo consistió en manifestar compasión hacia el pobre y doliente. {DTG 508.6; DA.555.4}
Los publicanos habían formado una confederación para oprimir al pueblo y ayudarse mutuamente en sus fraudulentas prácticas. En su extorsión, no estaban sino siguiendo la costumbre que había llegado a ser casi universal. Aun los sacerdotes y rabinos que los despreciaban eran culpables de enriquecerse mediante prácticas deshonestas, bajo el manto de su sagrado cargo. Pero tan pronto como Zaqueo se rindió a la influencia del Espíritu Santo, abandonó toda práctica contraria a la integridad. {DTG 509.1; DA.555.5}
Ningún arrepentimiento que no obre una reforma es genuino. La justicia de Cristo no es un manto para cubrir pecados que no han sido confesados ni abandonados; es un principio de vida que transforma el carácter y rige la conducta. La santidad es integridad para con Dios: es la entrega total del corazón y la vida para que revelen los principios del cielo. {DTG 509.2; DA.555.6}
En sus negocios, el cristiano ha de representar delante del mundo la manera en que nuestro Señor dirigiría las empresas comerciales. En toda transacción ha de dejar manifiesto que Dios es su maestro. Ha de escribirse “Santidad al Señor” en el diario y el libro mayor, en escrituras, recibos y letras de cambio. Los que profesan seguir a Cristo y comercian de un modo injusto dan un testimonio falso contra el carácter de un Dios santo, justo y misericordioso. Toda alma convertida querrá, como Zaqueo, señalar la entrada de Cristo en su corazón mediante el abandono de las prácticas injustas que caracterizaban su vida. A semejanza del príncipe de los publicanos, dará prueba de su sinceridad haciendo restitución. El Señor dice: “Si el impío restituyere la prenda, devolviere lo que hubiere robado, caminare en las ordenanzas de la vida, no haciendo iniquidad … no se le recordará ninguno de sus pecados que había cometido: … vivirá ciertamente.” {DTG 509.3; DA.556.1}
Si hemos perjudicado a otros en cualquier transacción comercial injusta, si nos hemos extralimitado en el comercio o defraudado a algún hombre, aun dentro del marco de la ley, deberíamos confesar nuestro agravio y hacer restitución en la medida de lo posible. Es justo que devolvamos, no solamente lo que hemos tomado, sino todo lo que se habría ganado con ello si se lo hubiese usado correcta y sabiamente durante el tiempo que haya estado en nuestro poder. {DTG 509.4; DA.556.2}
El Salvador dijo a Zaqueo: “Hoy ha venido la salvación a esta casa.” No solamente Zaqueo fue bendecido, sino toda su familia con él. Cristo fue a su casa para darle lecciones de verdad e instruir a su familia en las cosas del reino. Ellos habían sido expulsados de la sinagoga por el desprecio de los rabinos y adoradores; pero ahora su casa era la más favorecida de toda Jericó; acogían bajo su propio techo al divino Maestro y oían por sí mismos las palabras de vida. {DTG 510.1; DA.556.3}
Cuando Cristo es recibido como Salvador personal, la salvación viene al alma. Zaqueo no había recibido a Jesús meramente como a un forastero, sino como al que moraba en el templo del alma. Los escribas y fariseos, que le acusaban de ser pecador, murmuraron contra Cristo porque se hizo su huésped, pero el Señor le reconoció como hijo de Abrahán. Porque “los que son de fe, los tales son hijos de Abraham.” {DTG 510.2; DA.556.4}
Testimonio: 09-11-2017
9 de noviembre, 2017. Era alrededor de las 7:30 pm. [Estaba], pues yo, ya, para ir al receso, meditando en lo que el Señor desea de cada uno de nosotros cada día; este debe ser nuestro meditar —para cada uno de nosotros—. Cuando, en ese momento, vino a mí la palabra del Señor, donde me citó Isaías 7:20, y me dijo: “Isaías 7:20 corre a cumplirse”. Ya luego me siguió diciendo: “no temas, ni desmayes; confía”. Y me citó otro versículo: “Salmos 5:12, que será tu recompensa”, me dijo, “y la de mi pueblo. Para que sepan que Jehová fue quien los salvó”. Y siguió diciéndome que: “todos verán la salvación en ese lugar porque obedecieron a su Salvador”. {Daisy Escalante: 09-11-2017 , es.p1}
Entonces yo decía: “Señor, ¿qué lugar?” comencé a preguntar. Entonces la voz me contestó: “no deben salirse de las instrucciones”. Me dio instrucciones: “casa pequeña en el lugar donde salgan”. ¡Por favor, hermanos, no estén haciendo mega casas, casas lujosas! Ya nos estamos yendo a casa, no hay oportunidad para que estemos ya poniéndole amor a las cosas de este mundo. Hay que hacer cosas pequeñas, como Dios quiere. Hágase la idea de que estamos acampando, porque, ya, nuestra casa, es nuestra casa celestial. Así que el Señor quiere que se hagan casas pequeñas. Que el terreno, el terreno, ya sea un poquito más amplio, para sembrar. Que tenga agua propia, esto es bien importante, amados hermanos. Con esta situación que hemos tenido acá en Puerto Rico, nos hemos dado cuenta que tener agua propia es una bendición. {Daisy Escalante: 09-11-2017 , es.p2}
Otra de las cosas que el Señor volvió a recalcarme, es que no seamos privados de adorar a vuestro Dios, que el lugar donde vamos a escoger no tengamos vecinos alrededor, porque vamos a ser privados de adorar a nuestro Dios, y por eso lo está recalcando de esta manera —otra vez—. Volvió a seguirme diciendo, en la lista: “sitios donde nadie quiere estar”. Si usted ve un sitio donde todo el mundo quiere ir, bueno claro hay lugares donde la gente quiere ir porque ven allí la bendición de Dios, pero hay otros lugares donde la gente quiere ir porque es fácil, porque es cómodo, porque sienten que están cumpliendo con este requisito, pero es cómodo. Tengamos [en] cuenta, Dios dice: “sitios donde nadie quiere estar”. {Daisy Escalante: 09-11-2017 , es.p3}
Otra de las cosas que me dijo es que guardemos semillas para sembrar, y también para comer. Y, por último, me siguió diciendo en la lista: “sólo lo estrictamente necesario”. Hemos visto con el pasar del tiempo, las diferentes facetas en estos movimientos, donde muchos llevan todo lo que tenían, de la ciudad se lo llevan al campo, y el Señor, lo que quiere es que vayamos aliviando la carga. Entonces, cuando él me dijo así: “sólo lo estrictamente necesario”, yo pregunté: “¿que es necesario?” Entonces me dijo: “abrigo, techo, sustento, y medicina”. Cuando le dije: “¿medicina?”, porque [en] esto es siempre que estoy pendiente, pues es [en] lo que estoy trabajando, día tras día, en mi vida. Me recalcó: “las plantas, medicina natural”. {Daisy Escalante: 09-11-2017 , es.p4}
Entonces me siguió diciendo: “y será que todo el que yo enviare allí habitará hasta el fuerte pregón, pues, luego, la tierra será desolada, y mi pueblo refugiado por mi santo ejército. Toda tierra será tierra de chacales, más mi pueblo tendrá su sustento. Diles que no teman pues Yo os envío a tierra no deseable para que hallen paz, ya que la piedra que ellos desecharon llegó a ser la piedra angular. Se avecinan tiempos tormentosos”, me seguía diciendo, “es tiempo, ya, de prepararse para la fase final. El que sea fiel, Yo le daré la corona de la vida”, me decía, “porque el que busque salvar su vida la perderá; más el que no la buscare, salvará su vida”. {Daisy Escalante: 09-11-2017 , es.p5}
Entonces me dijo unos versículos, y me dijo: “dice el Señor: Romanos 3:23, Lucas 4:28, 1 Timoteo 2:1, Habacuc 2:13, Amós 3:2, 1 Corintios 2:4, Oseas 2:7 y Filipenses 2:10”. Estos fueron los versículos que me dieron en este momento. Dios está hablando activamente, amados hermanos, necesitamos prepararnos, no podemos dilatar. Es como yo siempre les digo a las personas; si yo supiese ¿verdad?, estoy en mi casa cómoda, estoy en mi casa lujosa con todo lo que necesito, con todos los servicios al día, pero de repente llega alguien a mi puerta y me dice: “¡salgan corriendo de aquí porque viene un tsunami que ya se está acercando a este lugar y van a ser devastados!” Pues, ¿qué haríamos nosotros?, si queremos salvar la vida, tenemos que salir. {Daisy Escalante: 09-11-2017 , es.p6}
Entonces, esto hermanos, es lo que está llegando, en todos los lugares [lo] estamos viendo. ¡Miren Grecia cómo está! Nunca en su vida habían llegado cosas como las que están llegando a diferentes lugares. El Señor nos está hablando, ya en términos, ya, más contundentes de lo que está viniéndose, y ya no nos tiene, yo creo, que decir mucho, porque ya todos lo estamos viendo. {Daisy Escalante: 09-11-2017 , es.p7}
Así que, quiera Dios, de todo corazón se los digo, amados hermanos, que obedezcamos estas instrucciones:
– que la casa sea pequeña,
– que el terreno sea amplio para que podamos sembrar,
– que tenga agua propia es bien importante,
– que no sean privados de adorar a vuestro Dios,
– que sea un sitio donde nadie quiere estar,
– que guardemos semillas para sembrar y para comer, y
– que solamente lo estrictamente necesario esté allí con nosotros.
– el abrigo, el techo, el sustento y tener nuestras plantas medicinales, que es la medicina que el cielo aprueba. Para que cada uno de nosotros podamos recibir la bendición de Dios. Y, sobre todo, amados hermanos, que estemos a cuentas con Dios, es lo más importante. Porque recordemos, amados, que la propiedad de Dios nadie la toca, así que tenemos que luchar por ser propiedad de Dios. {Daisy Escalante: 09-11-2017 , es.p8}
Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 09-11-2017 , es.p9}
Isaías 7:20
20 En aquel día raerá el Señor con navaja alquilada, con los que habitan al otro lado del río, [es decir], con el rey de Asiria, cabeza y pelo de los pies; y aun la barba también quitará.
Salmos 5:12
12 Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; lo rodearás de benevolencia como [con] un escudo.
Romanos 3:23
23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios;
Lucas 4:28
28 Y cuando oyeron estas cosas, todos en la sinagoga se llenaron de ira;
1 Timoteo 2:1
1 Exhorto, pues, ante todo, que se hagan súplicas, oraciones, intercesiones [y] acciones de gracias, por todos los hombres;
Habacuc 2:13
13 ¿No [es] esto de Jehová de los ejércitos? Los pueblos pues, trabajarán para el fuego, y las gentes se fatigarán en vano.
Amós 3:2
2 A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto visitaré contra vosotros todas vuestras maldades.
1 Corintios 2:4
4 y mi palabra y mi predicación no [fue] con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder;
Oseas 2:7
7 Y seguirá a sus amantes, y no los alcanzará; los buscará, y no los hallará. Entonces dirá: Iré y me volveré a mi primer marido, porque mejor me iba entonces que ahora.
Filipenses 2:10
10 para que al nombre de Jesús, se doble toda rodilla; de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra,
Testimonio: 19-12-2018
Amados, 19 de diciembre de 2018. Mientras oraba al Señor por todas las cosas que están pasando alrededor del mundo, y por protección a sus hijos en la ancha faz de la tierra, se me dejó saber que el tiempo de gracia casi es culminado para el pueblo que conoce el mensaje adventista del séptimo día. {Daisy Escalante: 19-12-2018, es.p1}
No hay tiempo, si realmente queremos ir al cielo, para seguir viviendo livianamente delante de Dios. Si no tomamos en serio nuestra salvación ahora, mañana será muy tarde. El enemigo, amados, nos está jugando una trampa de letargo y demora para nuestras vidas, y estamos consintiendo con esto y esto será sólo nuestra culpa. Tenemos dos armas dadas por Dios para poder vencer, ya nuestro precio de salvación está pagado, solo es aceptarla, y [tomar] la decisión, que es el libre albedrío. {Daisy Escalante: 19-12-2018, es.p2}
Estamos en eventos que corren uno tras el otro en estos momentos, se me dejó saber. Estos son: el juicio de los vivos, la ley dominical, el fin de la gracia para los que conocen el mensaje adventista del séptimo día, y el tiempo de gracia para el mundo. Estos eventos, en un momento, comenzaron y, en un momento, terminarán. Y, si no velamos, sólo será nuestra culpa si nos quedamos fuera. La advertencia nos es dada y el tiempo es cumplido. La decisión es nuestra. Nadie podrá decidir por nadie él ser fiel a Dios, por más que amemos a nuestros seres queridos, familiares, amigos [y] vecinos. {Daisy Escalante: 19-12-2018, es.p3}
Amados, necesitamos, necesitamos ponernos a cuentas con Dios, ¡no hay tiempo que perder! No necesitamos tener todas las condiciones que realmente pensamos para ponernos a cuentas con Dios. Sencillamente lo que necesitamos es ponernos de rodillas, reconocer, reconocer quienes nosotros somos y quién es Él. Pedir perdón, apartarnos de aquello que sabemos que deshonra a nuestro Dios. Y pedir su fuerza y su sabiduría, su inteligencia, para poder caminar por el camino que Él desea que caminemos. Así se nos van a comenzar a abrir puertas que nadie va a poder cerrar. Quiera Dios que cada uno de nosotros entendamos esto, y que podamos darnos cuenta que, si seguimos relajados con nuestra salvación hoy, mañana será muy tarde. Ruego a Dios para que esto no sea así. Ruego a Dios para que su pueblo despierte y comience a darse cuenta de lo que debe estar haciendo en estos momentos. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 19-12-2018, es.p4}
Testimonio: 14-07-2019
14 de julio 2019. En sueños, yo estaba parada frente a una casa multipisos, y tenía que subir unas cosas. Le pedí ayuda a unos jóvenes y éstos cogieron algunas cosas pero, al llegar al lugar, dejaron las cosas y se sentaron. Les animé a continuar y vi a uno que estaba más cerca de mí y le dije: “deja ese celular, ¿no ves que te está adormeciendo?” {Daisy Escalante: 14-07-2019 , es.p1}
Más el joven no lo soltaba. Yo le decía que él estaba acariciando algo malo, pero él decía que no, que era algo inofensivo. Yo le insistía, pero no podía hacerle razonar. Me acerqué para ver más de cerca y ver a sus ojos, para ver si podía hacerle entrar en razón para que lo soltara. En ese momento vi cómo el celular se convirtió en una serpiente con unos dientes muy grandes y afilados. Esta se le enrolló en el cuello y le mordió. Ya se estaba cayendo el joven al piso, con el veneno, y yo agarré la serpiente por la cola, la halé y la quité de encima de él. Comencé a asistirle, pero no reaccionaba. Clamé: “¡Oh Dios, ayúdalo!” Entonces, escuché una voz fuerte, tan fuerte que mi ser tembló, que dijo: “si no suelta la serpiente, ésta está a punto de morderle y ya no habrá más oportunidad, y habrá traspasado el límite de la misericordia y su fin ciertamente llegará”. Entonces la voz siguió diciendo: “¡quitad, quitad el anatema de en medio de vosotros, y buscad los ministros silenciosos con ahínco, y procurad la fortaleza para así vencer. Todo monte será removido y toda colina desecha ante la venida del Todopoderoso. El juicio es casi completado, y, ¿quién podrá permanecer en pie? Permitid la ayuda de lo Alto para, así, vencer; pues ya no hay tiempo de vacilar. Si así hicieres, venceréis; más, si desechas estas palabras, pereceréis”. {Daisy Escalante: 14-07-2019 , es.p2}
Entonces mi acompañante apareció y me dijo, mientras estaba tratando de asistirle: “está a punto de traspasar la misericordia de Dios”.
Ahí desperté amados, quiera Dios que cada uno de nosotros podamos sacar todo anatema de en medio de nosotros y podamos decidirnos por un: “así dice Jehová”. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 14-07-2019 , es.p3}
Testimonio: 03-08-2019
03 de agosto del 2019. En sueños, fui llevada frente a unos grandes edificios, estos edificios se veían muy altos, tan altos que era imposible para mí ver su fin, pues las nubes los cubrían. Yo [los] miraba, cuando una pregunta saltó [en] mi mente: “¿qué hago yo aquí?” En ese momento, miré a mi alrededor y vi muchas personas en las calles que caminaban de aquí para allá sin ninguna preocupación. Más noté que, algunos, no caminaban enérgicamente. Y mi vista, los seguía. {Daisy Escalante: 03-08-2019 , es.p1}
Entonces, escuché una explosión en el cielo; como un trueno, pero con luz. Como un rayo atravesó el cielo encima de aquellos rascacielos, y vi cómo, aquellos que caminaban lentamente antes, cayeron agonizantes al suelo. Seguí el estruendo en los cielos y veía luces como la aurora boreal, con sus esplendorosos colores, circundar el cielo. Nuevamente miré a las personas, cada una de las que caminaba enérgicamente iba perdiendo velocidad, poco a poco, hasta que caían al suelo. Entonces pregunté: “¿qué sucede? ¿qué es esto?” Entonces, dijo mi acompañante: “ondas electromagnéticas, asesinas del sistema nervioso cerebral, atacan, y la maquinaria viviente sucumbe ante ellas. Es hora, salgamos de aquí”. {Daisy Escalante: 03-08-2019 , es.p2}
Me dijo: “corre por las calles y grita a voz en cuello: ‘¡salid, salid! para que no perezcáis'”. Dije: “¡oh, Señor! Se los he dicho antes, ¡y no creen!” Entonces, me contestó: “los entendidos entenderán”. Entonces, en ese momento, amados, corrí. Hice como se me dijo, no miraba hacia atrás, sólo corría y gritaba las palabras que me dictaron. Mis piernas me dejaban [por] el cansancio, y mi voz languidecía. Y, en ese momento, una oscuridad arropó aquel lugar, casi, no veía mis pies. Clamé: “¡Señor, ayúdanos!” En ese momento dije: “¿por qué dije ‘ayúdanos’ si sólo soy yo?” Pero, al decir esto miré hacia atrás mío, y vi a muchos, no pude contarlos, pero no estaba sola. Y dije: “Señor, aquí está tu rebaño, ¡sálvanos, guíanos!” En ese momento, una luz apareció frente a nosotros. Pudimos marchar, a paso seguro, viendo el camino entre las densas tinieblas. Caminamos un largo tramo hasta que salimos del pavimento, llegamos a camino de tierra y luego a camino de hierba. El camino no era plano, sino que se tornó subiendo, cuesta arriba. La luz seguía iluminando nuestro camino y nos internamos en medio de densos árboles. Ahí, entre ellos, la luz paró y reposamos un poco. Miré hacia atrás, desde la montaña hacia la llanura, y veía en el cielo, encima de la ciudad, aquellas luces que había visto antes, cuando estaba en ella. Entonces, miré nuestro cielo, arriba de nosotros. Todo era paz y estaba cuajado de estrellas. En ese momento escuché: “Salmo 2”. {Daisy Escalante: 03-08-2019 , es.p3}
La escena cambió amados, y ahora estábamos en las montañas, en casas pequeñas, con mínimas, mínimas, cosas. Vi cómo, cada mañana salíamos al huerto a cuidar de las plantas, preparar más tierra para sembrar y recoger alimentos. Vi cómo algunas tierras eran fáciles y otras más difíciles, pero cada una cumplía su misión en la vida de cada uno de los que la trabajaban. Se me dejó saber que, mientras más rudo es nuestro carácter, más trabajo tendríamos que pasar. Y, que, cada prueba no pasada, no se apartará de nosotros hasta que la pasemos porque es necesario para el fortalecimiento de nuestro carácter. Mientras oía y veía esto, vi un grupo de personas entre los árboles, cantando, orando y alabando a Dios por sus maravillas. Veía los frutos crecer, no por sus obras, sino [por] el poder de un gran Dios que lo sustentaba con su poder. {Daisy Escalante: 03-08-2019 , es.p4}
Entonces vi un hombre sembrando, su rostro era rudo y de hablar áspero. Este hombre lloraba y gemía por su mal carácter, y con gran ahínco y arduo trabajo labraba la tierra. Lo vi comenzar un surco tras otro. Luego, le vi buscar la semilla y comenzó a sembrar, cuidaba su siembra día a día sin descansar. Vi, entonces, que una oruga llegó a su plantación y comenzó a comer su siembra. Éste, al darse cuenta, gruñó y se desesperó. Luego, mirando al cielo exclamó: “¡Señor, no tengo nada, sólo esto! ¡ayúdame, por favor!” Le vi ir planta por planta buscando a la intrusa oruga hasta que la encontró, y libró su plantación de aquella intrusa. Día tras día, con amante cuidado y abnegación cuidaba su pequeño huerto, así yo lo veía. Le volví a ver al fin de la siembra. Era el momento de la cosecha y pregunté: “¿quién es él?” Se me contestó: “el mismo que la sembró”. Y dije: “no, aquel era un hombre rudo, áspero y de mal hablar, y este es otro”. “Así es”, se me dijo. “Los ministros silenciosos son usados por nuestro grande y poderoso Dios y, sin darse cuenta el ser humano, al hacer esto, cae bajo la influencia de su Espíritu. Y éste [ser humano] es cambiado imperceptiblemente. El enemigo lo sabe y por eso odia y persigue a todos aquellos que desean ir a las montañas. Todo acérrimo enemigo de la verdad, desdeña (trata con indiferencia) este paso tan importante y preparatorio para la transformación del carácter, [este paso] tan vital para la salvación. Recordad”, me dijo, “¿dónde estaba Eliseo cuando Elías lo encontró? Apresúrate a decir, y no calles”, me dijo, “porque aquí el aquilón viene por su presa, ¿y qué será del que aún no esté listo? Sed sumisos y aprended de Aquel que es manso y humilde de corazón, que siendo, también, Dios se sometió a su Padre en todo, hasta la muerte de cruz, para que el mortal pueda llegar a vivir eternamente. No os engañéis, porque el día vendrá, y es ahora, en que toda carne será juzgada por Aquel que pesa los motivos y conoce el corazón, el cual dará a cada uno según sus obras”. {Daisy Escalante: 03-08-2019 , es.p5}
Hizo una pausa, amados, y continuó: “os lo he dicho antes. ¿Qué hace que el cristiano esté siempre lozano?”, preguntó. Recordad al árbol de hojas perennes. Procurad ornamento de un espíritu humilde y tranquilo. Esto, a la vista de Dios, es de gran precio. Cuidad como tesoro el regalo: del amor, la paz, la paciencia, la benignidad, la bondad, la fe, la mansedumbre, la templanza, todos estos frutos del árbol cristiano. Éste, plantado junto a corrientes de agua, su fruto siempre será a su tiempo. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo. El que ha de venir vendrá y no tardará. Alistaos, pues, en Él”. {Daisy Escalante: 03-08-2019 , es.p6}
Que el Señor me los bendiga, y oro porque cada uno de nosotros seamos más que vencedores en Cristo Jesús. Bendiciones. {Daisy Escalante: 03-08-2019 , es.p7}
Salmos 2
1 ¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan vanidad?
2 Se levantan los reyes de la tierra, y los príncipes consultan unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo:
3 Rompamos sus coyundas, y echemos de nosotros sus cuerdas.
4 El que mora en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos.
5 Entonces hablará a ellos en su furor, y los turbará con su ira.
6 Pero yo he puesto a mi Rey sobre Sión, mi santo monte.
7 Yo publicaré el decreto: Jehová me ha dicho: Mi Hijo [eres] tú; yo te engendré hoy.
8 Pídeme, y te daré por heredad las naciones, y [por] posesión tuya los confines de la tierra.
9 Los quebrantarás con vara de hierro; como vaso de alfarero los desmenuzarás.
10 Y ahora, reyes, entended: Admitid corrección, jueces de la tierra.
11 Servid a Jehová con temor, y alegraos con temblor.
12 Besad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino, cuando se encendiere un poco su furor. Bienaventurados todos los que en Él confían.
Testimonio: 15-09-2019 #02
Amados, septiembre, 15, del 2019. El Señor me llevó a Zacarías 4:8-14, y Zacarías 8:4-8, 8:16-17. Luego de eso, el Señor llamó mi atención a Patriarcas y Profetas, el capítulo 7, que habla del diluvio. Y al libro de Testimonios, tomo nueve, página 38, donde nos habla allí que pasó la siega, terminó el verano y nuestra alma no se salvó; y varias preguntas: ¿por qué no busqué un refugio en la fortaleza? ¿por qué jugué con la salvación de mi alma y desprecié al Espíritu de gracia? En todas estas cosas estaba yo meditando cuando el Señor siguió dictándome otros dos versículos más: “Zacarías 3:8-10 y Zacarías 1:1-6”. Leamos la Palabra del Señor, pidamos discernimiento de lo Alto, porque así cada uno de nosotros podrá recibir del Señor lo que Él quiere que sepamos, que entendamos, para que, así, nuestra fe sea aumentada, nuestro conocimiento sea abierto, sea iluminado por el poder del Espíritu Santo, y podamos entender lo que Dios quiere y requiere de cada uno de nosotros. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 15-09-2019 #02, es.p1}
Zacarías 4:8-14
8 Entonces la palabra de Jehová vino a mí, diciendo:
9 Las manos de Zorobabel echarán el fundamento a esta casa, y sus manos la acabarán; y conocerás que Jehová de los ejércitos me envió a vosotros.
10 Porque, ¿quién ha menospreciado el día de las pequeñeces? Pues se alegrarán, y verán la plomada en la mano de Zorobabel. Estos siete [son] los ojos de Jehová que recorren por toda la tierra.
11 Hablé más, y le dije: ¿Qué significan estos dos olivos a la derecha del candelero, y a su izquierda?
12 Hablé aún de nuevo, y le dije: ¿Qué [significan] las dos ramas de olivo que por medio de dos tubos de oro vierten de sí [aceite] como oro?
13 Y me respondió, diciendo: ¿No sabes qué [es] esto? Y dije: No, mi Señor.
14 Entonces Él dijo: Éstos [son] los dos ungidos que están delante del Señor de toda la tierra.
Zacarías 8:4-8
4 Así dice Jehová de los ejércitos: Aún han de morar ancianos y ancianas en las plazas de Jerusalén, y cada cual con bordón en su mano por la multitud de los días.
5 Y las calles de la ciudad se llenarán de muchachos y muchachas que jugarán en sus calles.
6 Así dice Jehová de los ejércitos: Si esto parecerá maravilloso a los ojos del remanente de este pueblo en aquellos días, ¿deberá también ser maravilloso delante de mis ojos? dice Jehová de los ejércitos.
7 Así dice Jehová de los ejércitos: He aquí, yo salvo a mi pueblo de la tierra del oriente, y de la tierra del poniente;
8 Y los traeré, y habitarán en medio de Jerusalén; y ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios en verdad y en justicia.
Zacarías 8:16-17
16 Éstas [son] las cosas que habéis de hacer: Hablad verdad cada cual con su prójimo; juzgad con verdad y juicio de paz en vuestras puertas.
17 Y ninguno de vosotros piense mal en su corazón contra su prójimo, ni améis juramento falso; porque todas éstas [son cosas] que aborrezco, dice Jehová.
Zacarías 3:8-10
8 Escucha pues, ahora, Josué sumo sacerdote, tú y tus compañeros que se sientan delante de ti; porque [son] varones admirables: He aquí, yo traigo a mi siervo, el Renuevo.
9 Porque he aquí aquella piedra que puse delante de Josué; sobre esta única piedra [hay] siete ojos; he aquí, yo grabaré su escultura, dice Jehová de los ejércitos, y quitaré el pecado de la tierra en un día.
10 En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, cada uno de vosotros llamará a su compañero debajo de la vid, y debajo de la higuera.
Zacarías 1:1-6
1 En el mes octavo, en el año segundo de Darío, vino palabra de Jehová a Zacarías profeta, hijo de Berequías, hijo de Iddo, diciendo:
2 Jehová está muy enojado contra vuestros padres.
3 Por tanto, diles: Así dice Jehová de los ejércitos: Volveos a mí, dice Jehová de los ejércitos, y yo me volveré a vosotros, dice Jehová de los ejércitos.
4 No seáis como vuestros padres, a los cuales hablaron los primeros profetas, diciendo: Así dice Jehová de los ejércitos: Volveos ahora de vuestros malos caminos, y [de] vuestras malas obras; pero no atendieron, ni me escucharon, dice Jehová.
5 Vuestros padres, ¿dónde están? y los profetas ¿han de vivir para siempre?
6 Pero mis palabras y mis ordenanzas que mandé a mis siervos los profetas, ¿no alcanzaron a vuestros padres? Por eso se volvieron ellos y dijeron: Así como Jehová de los ejércitos pensó hacer con nosotros conforme a nuestros caminos y conforme a nuestras obras, así ha hecho con nosotros.