Manjar Sabático
20-06-2020
Isaías 20
1 En el año que vino Tartán a Asdod, cuando le envió Sargón rey de Asiria, y peleó contra Asdod y la tomó.
2 En aquel tiempo habló Jehová por Isaías hijo de Amoz, diciendo: Ve, y quita el cilicio de tus lomos, y quita las sandalias de tus pies. Y lo hizo así, andando desnudo y descalzo.
3 Y dijo Jehová: De la manera que anduvo mi siervo Isaías desnudo y descalzo tres años, [por] señal y pronóstico sobre Egipto y sobre Etiopía;
4 así llevará el rey de Asiria a los cautivos de Egipto y a los exiliados de Etiopía, a jóvenes y a viejos, desnudos y descalzos, y con las nalgas descubiertas para vergüenza de Egipto.
5 Y se turbarán y avergonzarán de Etiopía su esperanza, y de Egipto su gloria.
6 Y dirá en aquel día el morador de esta isla: ¡Mirad cuál [es] nuestra esperanza, a dónde acudimos por ayuda para ser libres de la presencia del rey de Asiria! ¿Y cómo escaparemos nosotros?
Profetas y Reyes, Cap 4. "Resultados de la Transgresión"
Entre las causas primarias que indujeron a Salomón a practicar el despilfarro y la opresión, se destacaba el hecho de que no conservó ni fomentó el espíritu de abnegación.
Cuando, al pie del Sinaí, Moisés habló al pueblo de la orden divina: “Hacerme han un santuario, y yo habitaré entre ellos,” la respuesta de los israelitas fué acompañada por dones apropiados. “Y vino todo varón a quien su corazón estimuló, y todo aquel a quien su espíritu le dió voluntad” (Éxodo 25:8; 35:21), y trajeron ofrendas. Fueron necesarios grandes y extensos preparativos para la construcción del santuario; se necesitaban grandes cantidades de materiales preciosos, pero el Señor aceptó tan sólo las ofrendas voluntarias. “De todo varón que la diere de su voluntad, de corazón, tomaréis mi ofrenda” (Éxodo 25:2), fué la orden repetida por Moisés a la congregación. La devoción a Dios y un espíritu de sacrificio eran los primeros requisitos para preparar una morada destinada al Altísimo.
Otra invitación similar, a manifestar abnegación, fué hecha cuando David entregó a Salomón la responsabilidad de construir el templo. David preguntó a la multitud congregada: “¿Y quién quiere hacer hoy ofrenda a Jehová?” 1 Crónicas 29:5. Esta invitación a consagrarse y prestar un servicio voluntario debían recordarla siempre los que tenían algo que ver con la erección del templo.
Para la construcción del tabernáculo en el desierto, ciertos hombres escogidos fueron dotados por Dios de una habilidad y sabiduría especiales. “Y dijo Moisés a los hijos de Israel: Mirad, Jehová ha nombrado a Bezaleel, … de la tribu de Judá; y lo ha henchido de espíritu de Dios, en sabiduría, en inteligencia, y en ciencia, y en todo artificio… Y ha puesto en su corazón el que pueda enseñar, así él como Aholiab, … de la tribu de Dan: y los ha henchido de sabiduría de corazón, para que hagan toda obra de artificio, y de invención, y de recamado en jacinto, y en púrpura, y en carmesí, y en lino fino, y en telar; para que hagan toda labor, e inventen todo diseño. Hizo, pues, Bezaleel y Aholiab, y todo hombre sabio de corazón, a quien Jehová dió sabiduría e inteligencia.” Éxodo 35:30-35; 36:1. Los seres celestiales cooperaron con los obreros a quienes Dios mismo había escogido.
Los descendientes de estos obreros heredaron en gran medida los talentos conferidos a sus antepasados. Durante un tiempo, esos hombres de Judá y de Dan permanecieron humildes y abnegados; pero gradual y casi imperceptiblemente, dejaron de estar relacionados con Dios y perdieron su deseo de servirle desinteresadamente. Basándose en su habilidad superior como artesanos, pedían salarios más elevados por sus servicios. En algunos casos les fueron concedidos, pero con mayor frecuencia hallaban empleo entre las naciones circundantes. En lugar del noble espíritu de abnegación que había llenado el corazón de sus ilustres antecesores, albergaron un espíritu de codicia y fueron cada vez más exigentes. A fin de ver complacidos sus deseos egoístas, dedicaron a servir a los reyes paganos la habilidad que Dios les había dado, y sus talentos a la ejecución de obras que deshonraban a su Hacedor.
Entre esos hombres buscó Salomón al artífice maestro que debía dirigir la construcción del templo sobre el monte Moria. Habían sido confiadas al rey especificaciones minuciosas, por escrito, acerca de toda porción de la estructura sagrada; y él podría haber solicitado con fe a Dios que le diese ayudantes consagrados, a quienes se habría dotado de habilidad especial para hacer con exactitud el trabajo requerido. Pero Salomón no percibió esta oportunidad de ejercer la fe en Dios. Solicitó al rey de Tiro “un hombre hábil, que sepa trabajar en oro, y en plata, y en metal, y en hierro, en púrpura, y en grana, y en cárdeno, y que sepa esculpir con los maestros que están conmigo en Judá y en Jerusalem.” 2 Crónicas 2:7.
El rey fenicio contestó enviando a Hiram, “hijo de una mujer de las hijas de Dan, mas su padre fué de Tiro.” 2 Crónicas 2:14. Hiram era por parte de su madre descendiente de Aholiab a quien, centenares de años antes, Dios había dado sabiduría especial para la construcción del tabernáculo.
De manera que se puso a la cabeza de los obreros que trabajaban para Salomón a un hombre cuyos esfuerzos no eran impulsados por un deseo abnegado de servir a Dios, sino que servía al dios de este mundo, Mammón. Los principios del egoísmo estaban entretejidos con las mismas fibras de su ser.
Considerando su habilidad extraordinaria, Hiram exigió un salario elevado. Gradualmente los principios erróneos que él seguía llegaron a ser aceptados por sus asociados. Mientras trabajaban día tras día con él, hacían comparaciones entre el salario que él recibía y el propio, y empezaron a olvidar el carácter santo de su trabajo. Perdieron el espíritu de abnegación, que fué reemplazado por el de codicia. Como resultado pidieron más salario, y éste les fué concedido.
Las influencias funestas así creadas penetraron en todos los ramos del servicio del Señor, y se extendieron por todo el reino. Los altos salarios exigidos y recibidos daban a muchos oportunidad de vivir en el lujo y el despilfarro. Los pobres eran oprimidos por los ricos; casi se perdió el espíritu de altruísmo. En los efectos abarcantes de estas influencias puede encontrarse una de las causas principales de la terrible apostasía en la cual cayó el que se contó una vez entre los más sabios de los mortales.
El agudo contraste entre el espíritu y los motivos del pueblo que había construído el tabernáculo en el desierto y los que impulsaron a quienes erigían el templo de Salomón, encierra una lección de profundo significado. El egoísmo que caracterizó a quienes trabajaban en el templo halla hoy su contraparte en el egoísmo que existe en el mundo. Abunda el espíritu de codicia, que impulsa a buscar los puestos y los sueldos más altos. Muy rara vez se ve el servicio voluntario y la gozosa abnegación manifestada por los que construían el tabernáculo. Pero un espíritu tal es el único que debiera impulsar a quienes siguen a Jesús. Nuestro divino Maestro nos ha dado un ejemplo de cómo deben trabajar sus discípulos. A aquellos a quienes invitó así: “Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres” (Mateo 4:19), no ofreció ninguna suma definida como recompensa por sus servicios. Debían compartir su abnegación y sacrificio.
Al trabajar no debemos hacerlo por el salario que recibimos. El motivo que nos impulsa a trabajar para Dios no debe tener nada que se asemeje al egoísmo. La devoción abnegada y un espíritu de sacrificio han sido siempre y seguirán siendo el primer requisito de un servicio aceptable. Nuestro Señor y Maestro quiere que no haya una sola fibra de egoísmo entretejida con su obra. Debemos dedicar a nuestros esfuerzos el tacto y la habilidad, la exactitud y la sabiduría, que el Dios de perfección exigió de los constructores del tabernáculo terrenal; y sin embargo en todas nuestras labores debemos recordar que los mayores talentos o los servicios más brillantes son aceptables tan sólo cuando el yo se coloca sobre el altar, como un holocausto vivo.
Otra de las desviaciones de los principios correctos que condujeron finalmente a la caída del rey de Israel, se produjo cuando éste cedió a la tentación de atribuirse a sí mismo la gloria que pertenece sólo a Dios.
Desde el día en que fué confiada a Salomón la obra de edificar el templo hasta el momento en que se terminó, su propósito abierto fué “edificar casa al nombre de Jehová Dios de Israel.” 2 Crónicas 6:7. Este propósito lo confesó ampliamente delante de las huestes de Israel congregadas cuando fué dedicado el templo. En su oración el rey reconoció que Jehová había dicho: “Mi nombre estará allí.” 1 Reyes 8:29.
Uno de los pasajes más conmovedores de la oración elevada por Salomón es aquel en que suplica a Dios en favor de los extranjeros que viniesen de países lejanos a aprender más de Aquel cuya fama se había difundido entre las naciones. Dijo el rey: “Porque oirán de tu grande nombre, y de tu mano fuerte, y de tu brazo extendido.” Y elevó esta petición en favor de cada uno de esos adoradores extranjeros: “Tú oirás, … y harás conforme a todo aquello por lo cual el extranjero hubiere a ti clamado: para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre, y te teman, como tu pueblo Israel, y entiendan que tu nombre es invocado sobre esta casa que yo edifiqué.” 1 Reyes 8:42, 43.
Al final del servicio, Salomón había exhortado a Israel a que fuese fiel a Dios, para que, dijo él, “todos los pueblos de la tierra sepan que Jehová es Dios, y que no hay otro.” 1 Reyes 8:60.
Uno mayor que Salomón había diseñado el templo, y en ese diseño se revelaron la sabiduría y la gloria de Dios. Los que no sabían esto admiraban y alababan naturalmente a Salomón como arquitecto y constructor; pero el rey no se atribuyó ningún mérito por la concepción ni por la construcción.
Así sucedió cuando la reina de Seba vino a visitar a Salomón. Habiendo oído hablar de su sabiduría y del magnífico templo que había construído, resolvió “probarle con preguntas” y conocer por su cuenta sus renombradas obras. Acompañada por un séquito de sirvientes y de camellos que llevaban “especias, y oro en grande abundancia, y piedras preciosas,” hizo el largo viaje a Jerusalén. “Y como vino a Salomón, propúsole todo lo que en su corazón tenía.” Conversó con él de los misterios de la naturaleza; y Salomón la instruyó acerca del Dios de la naturaleza, del gran Creador, que mora en lo más alto de los cielos, y lo rige todo. “Salomón le declaró todas sus palabras: ninguna cosa quedó que Salomón no le declarase.” 1 Reyes 10:1-3; 2 Crónicas 9:1, 2.
“Y cuando la reina de Seba vió toda la sabiduría de Salomón, y la casa que había edificado, … quedóse enajenada.” Reconoció: “Verdad es lo que oí en mi tierra de tus cosas y de tu sabiduría; mas yo no lo creía, hasta que he venido, y mis ojos han visto, que ni aun la mitad fué lo que se me dijo: es mayor tu sabiduría y bien que la fama que yo había oído. Bienaventurados tus varones, dichosos estos tus siervos, que están continuamente delante de ti, y oyen tu sabiduría.” 1 Reyes 10:4-8; 2 Crónicas 9:3-6.
Al llegar al fin de su visita, la reina había sido cabalmente enseñada por Salomón con respecto a la fuente de su sabiduría y prosperidad, y ella se sintió constreñida, no a ensalzar al agente humano, sino a exclamar: “Jehová tu Dios sea bendito, que se agradó de ti para ponerte en el trono de Israel; porque Jehová ha amado siempre a Israel, y te ha puesto por rey, para que hagas derecho y justicia.” 1 Reyes 10:9. Tal era la impresión que Dios quería que recibiesen todos los pueblos. Y cuando “todos los reyes de la tierra procuraban ver el rostro de Salomón, por oír su sabiduría, que Dios había puesto en su corazón” (2 Crónicas 9:23), Salomón honró a Dios durante un tiempo llamándoles la atención al Creador de los cielos y la tierra, gobernante omnisciente del universo.
Si con humildad Salomón hubiese continuado desviando de sí mismo la atención de los hombres para dirigirla hacia Aquel que le había dado sabiduría, riquezas y honores, ¡cuán diferente habría sido su historia! Pero así como la pluma inspirada relata sus virtudes, atestigua también con fidelidad su caída. Elevado al pináculo de la grandeza, y rodeado por los dones de la fortuna, Salomón se dejó marear, perdió el equilibrio y cayó. Constantemente alabado por los hombres del mundo, no pudo a la larga resistir la adulación. La sabiduría que se le había dado para que glorificase al Dador, le llenó de orgullo. Permitió finalmente que los hombres hablasen de él como del ser más digno de alabanza por el esplendor sin parangón del edificio proyectado y erigido para honrar el “nombre de Jehová Dios de Israel.”
Así fué cómo el templo de Jehová llegó a ser conocido entre las naciones como “el templo de Salomón.” El agente humano se atribuyó la gloria que pertenecía a Aquel que “más alto está sobre ellos.” Eclesiastés 5:8. Aun hasta la fecha el templo del cual Salomón declaró: “Tu nombre es invocado sobre esta casa que he edificado yo” (2 Crónicas 6:33), se designa más a menudo como “templo de Salomón,” que como templo de Jehová.
Un hombre no puede manifestar mayor debilidad que la de permitir a los hombres que le tributen honores por los dones que el Cielo le concedió. El verdadero cristiano dará a Dios el primer lugar, el último y el mejor en todo. Ningún motivo ambicioso enfriará su amor hacia Dios, sino que con perseverancia y firmeza honrará a su Padre celestial. Cuando exaltamos fielmente el nombre de Dios, nuestros impulsos están bajo la dirección divina y somos capacitados para desarrollar poder espiritual e intelectual.
Jesús, el divino Maestro, ensalzó siempre el nombre de su Padre celestial. Enseñó a sus discípulos a orar: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.” Mateo 6:9. No debían olvidarse de reconocer: “Tuya es … la gloria.” Mateo 6:13. Tanto cuidado ponía el gran Médico en desviar la atención de sí mismo a la Fuente de su poder, que la multitud asombrada, “viendo hablar los mudos, los mancos sanos, andar los cojos, y ver los ciegos,” no le glorificó a él, sino que “glorificaron al Dios de Israel.” Mateo 15:31. En la admirable oración que Cristo elevó precisamente antes de su crucifixión, declaró: “Yo te he glorificado en la tierra.” “Glorifica a tu Hijo—rogó,—para que también tu Hijo te glorifique a ti.” “Padre justo, el mundo no te ha conocido, mas yo te he conocido; y éstos han conocido que tú me enviaste; y yo les he manifestado tu nombre, y manifestarélo aún; para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.” Juan 17:4, 1, 25, 26.
“Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio, y justicia en la tierra: porque estas cosas quiero, dice Jehová.” Jeremías 9:23, 24.
“Alabaré yo el nombre de Dios, …
Ensalzarélo con alabanza.”
“Señor, digno eres de recibir gloria y honra y virtud.”
“Te alabaré, oh Jehová Dios mío, con todo mi corazón;
Y glorificaré tu nombre para siempre.”
“Engrandeced a Jehová conmigo,
Y ensalcemos su nombre a una.” Salmos 69:30; Apocalipsis 4:11; Salmos 86:12; 34:3.
La introducción de principios que apartaban a la gente de un espíritu de sacrificio y la inducían a glorificarse a sí misma, iba acompañada de otra grosera perversión del plan divino para Israel. Dios quería que su pueblo fuese la luz del mundo. De él debía resplandecer la gloria de su ley mientras la revelaba en la práctica de su vida. Para que este designio se cumpliese, había dispuesto que la nación escogida ocupase una posición estratégica entre las naciones de la tierra.
En los tiempos de Salomón, el reino de Israel se extendía desde Hamath en el norte hasta Egipto en el sur, y desde el mar Mediterráneo hasta el río Eufrates. Por este territorio cruzaban muchos caminos naturales para el comercio del mundo, y las caravanas provenientes de tierras lejanas pasaban constantemente en un sentido y en otro. Esto daba a Salomón y a su pueblo oportunidades favorables para revelar a hombres de todas las naciones el carácter del Rey de reyes y para enseñarles a reverenciarle y obedecerle. Este conocimiento debía comunicarse a todo el mundo. Mediante la enseñanza de los sacrificios y ofrendas, Cristo debía ser ensalzado delante de las naciones, para que todos pudiesen vivir.
Puesto a la cabeza de una nación que había sido establecida como faro para las naciones circundantes, Salomón debiera haber usado la sabiduría que Dios le había dado y el poder de su influencia para organizar y dirigir un gran movimiento destinado a iluminar a los que no conocían a Dios ni su verdad. Se habría obtenido así que multitudes obedeciesen los preceptos divinos, Israel habría quedado protegido de los males practicados por los paganos, y el Señor de gloria habría sido honrado en gran manera. Pero Salomón perdió de vista este elevado propósito. No aprovechó sus magníficas oportunidades para iluminar a los que pasaban continuamente por su territorio o se detenían en las ciudades principales.
El espíritu misionero que Dios había implantado en el corazón de Salomón y en el de todos los verdaderos israelitas fué reemplazado por un espíritu de mercantilismo. Las oportunidades ofrecidas por el trato con muchas naciones fueron utilizadas para el engrandecimiento personal. Salomón procuró fortalecer su situación políticamente edificando ciudades fortificadas en las cabeceras de los caminos dedicados al comercio. Cerca de Joppe, reedificó Gezer, que estaba sobre la ruta entre Egipto y Siria; al oeste de Jerusalén, Beth-orón, que dominaba los pasos del camino que conducía desde el corazón de Judea a Gezer y a la costa; Meguido, situada sobre el camino de las caravanas que iban de Damasco a Egipto y de Jerusalén al norte; así como “Tadmor en el desierto” (2 Crónicas 8:4), sobre el camino que seguían las caravanas del Oriente. Todas esas ciudades fueron fortificadas poderosamente. Las ventajas comerciales de una salida en el extremo del mar Rojo fueron desarrolladas por la construcción de “navíos en Ezión-geber, que es junto … en la ribera del mar Bermejo, en la tierra de Edom.” Adiestrados marineros de Tiro, “con los siervos de Salomón,” tripulaban estos navíos en los viajes “a Ophir,” y sacaban de allí oro y “muy mucha madera de brasil, y piedras preciosas.” 2 Crónicas 8:18; 1 Reyes 9:26, 28; 10:11.
Las rentas del rey y de muchos de sus súbditos aumentaron enormemente, pero ¡a qué costo! Debido a la codicia y a la falta de visión de aquellos a quienes habían sido confiados los oráculos de Dios, las innumerables multitudes que recorrían los caminos fueron dejadas en la ignorancia de cuanto concernía a Jehová.
¡Cuán sorprendente contraste hay entre la conducta de Salomón y la que siguió Cristo cuando estuvo en la tierra! Aunque el Salvador poseía “toda potestad,” nunca hizo uso de ella para engrandecerse a sí mismo. Ningún sueño de conquistas terrenales ni de grandezas mundanales manchó la perfección de su servicio en favor de la humanidad. Dijo: “Las zorras tienen cavernas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del hombre no tiene donde recueste su cabeza.” Mateo 8:20. Los que, respondiendo al llamamiento del momento, hayan comenzado a servir al Artífice maestro, deben estudiar sus métodos. El aprovechaba las oportunidades que encontraba en las grandes arterias de tránsito.
En los intervalos de sus viajes de un lado a otro, Jesús moraba en Capernaúm, que llegó a conocerse como “su ciudad.” Situada sobre un camino que llevaba de Damasco a Jerusalén, así como a Egipto y al Mediterráneo, se prestaba para constituir el centro de la obra que realizaba el Salvador. Por ella pasaban, o se detenían para descansar, personas de muchos países. Allí Jesús se encontraba con habitantes de todas las naciones y de todas las jerarquías, de modo que sus lecciones eran llevadas a otros países y a muchas familias. De esta manera se despertaba el interés en las profecías que anunciaban al Mesías, la atención se dirigía hacia el Salvador, y su misión era presentada al mundo.
En esta época nuestra, las oportunidades para tratar con hombres y mujeres de todas clases y de muchas nacionalidades son aún mayores que en los días de Israel. Las avenidas de tránsito se han multiplicado mil veces.
Como Cristo, los mensajeros del Altísimo deben situarse hoy en esas grandes avenidas, donde pueden encontrarse con las multitudes que pasan de todas partes del mundo. Ocultándose en Dios, como lo hacía él, deben sembrar la semilla del Evangelio, presentar a otros las verdades preciosas de la Santa Escritura, que echarán raíces profundas en las mentes y los corazones y brotarán para vida eterna.
Solemnes son las lecciones que nos enseña el fracaso sufrido por Israel en aquellos años durante los cuales tanto el gobernante como el pueblo se apartaron del alto propósito que habían sido llamados a cumplir. En aquello precisamente en que fueron débiles y fracasaron, el moderno Israel de Dios, los representantes del Cielo que constituyen la verdadera iglesia de Cristo, deben ser fuertes; porque a ellos les incumbe la tarea de terminar la obra confiada a los hombres y de apresurar el día de las recompensas finales. Sin embargo, es necesario hacer frente a las mismas influencias que prevalecieron contra Israel cuando reinaba Salomón. Las fuerzas del enemigo de toda justicia están poderosamente atrincheradas; y sólo por el poder de Dios puede obtenerse la victoria. El conflicto que nos espera exige que ejercitemos un espíritu de abnegación; que desconfiemos de nosotros mismos y dependamos de Dios solo para saber aprovechar sabiamente toda oportunidad de salvar almas. La bendición del Señor acompañará a su iglesia mientras sus miembros avancen unidos, revelando a un mundo postrado en las tinieblas del error la belleza de la santidad según se manifiesta en un espíritu abnegado como el de Cristo, en el ensalzamiento de lo divino más que de lo humano, y sirviendo con amor e incansablemente a aquellos que tanto necesitan las bendiciones del Evangelio.
Testimonio: 05-05-2018
Amados, mayo 5, 2018. Yo nunca le pongo títulos a los sueños, ni nada, pero en este momento se me vino a la mente —cuando medité en este sueño—, le puse: Las facetas”. Porque vi varias facetas de la humanidad descritas en este sueño. {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p1}
Yo estaba en una casa enorme con muchos cuartos, y en ella había cuatro damas. Una de ellas era una bebé, una niña que aproximadamente tenía ocho años, una adolescente, y una mujer que ya podía dar a luz. Me fue mostrada la faceta de cada una en su desarrollo y cómo eran infectadas por el enemigo de las almas. {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p2}
Vi cómo la bebé lloraba, esta bebé lloraba amargamente porque no podía caminar como la de ocho años. En ese momento, también vi cómo la niña de 8 años peleaba por imitar a la adolescente, y vi cómo la adolescente envidiaba a la mujer por ésta ser más autónoma y poder dar a luz. Había en ellas una rivalidad terrible y apenas podían salir de sus cuartos sin mostrar sus pleitos de rivalidad. {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p3}
Entonces, en ese momento, estando viendo allí, vi que aquella casa era bien grande. En este momento, entró un hombre alto que se paseaba por dicha casa, y cada una de las féminas de allí, en sus diferentes facetas, luchaba por llamar su atención al hombre, pero éste se encerró en un cuarto solo y dijo: “ninguna está lista para ser ‘mi amada'”. En ese momento, vi cómo todas esas féminas, en sus diferentes facetas, se enojaron tanto que planeaban echarle, más vi cómo, aquel varón, permanecía inamovible en su lugar. {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p4}
En ese momento entró una quinta fémina, ésta era una joven, y al entrar en la sala de aquella casa lloraba y decía en voz alta pegándose en su pecho: “¡miserable de mí, miserable de mí!” Ella llevaba consigo un libro y comenzó a leer, y mientras lo leía sus lágrimas rodaban por sus mejillas y parecía no tener consuelo. Se me hizo saber las cualidades positivas de esta joven: era tierna como una bebé, era inocente como una niña, era pensante como deben ser los adolescentes, y era una joven que anhelaba saber la verdad en su entera pureza. Ella seguía leyendo el libro y, mientras más leía, aún más lloraba y su angustia crecía. En esos momentos cruciales de angustia, vi cómo salió de su cuarto el hombre alto, y llegó a la sala donde estaba esta joven y le preguntó: “¿qué lees?” Entonces ella le contestó: “leo el Libro de los libros, y me acusa de maldad, pero no logro poder quitármela”. A lo que el hombre le contestó: “no te preocupes”. Le extendió la mano y le dijo: “ven conmigo”. {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p5}
Vi cómo la llevó cuarto por cuarto y le mostró las cualidades de las otras féminas. “La bebé”, le dijo, “era engreída y posesiva, sólo deseaba su propio placer de salirse con lo que deseaba, y manipulaba con su llanto desenfrenado”. Luego la llevó al cuarto de la niña, y le dijo: “aparentaba amistad para poder llamar la atención y sentirse importante, más, cuando no lo lograba, era una fiera enfurecida”. Luego la llevó al cuarto de la adolescente, y le dijo: “su coquetería era su arma y la usaba para vivir a su antojo sin restricciones”. Luego la llevó al cuarto de la mujer, y le dijo lo siguiente: “su seducción era tal que no se podía ni mirar por mucho tiempo. Su poder [era] seductor, destructor y lisonjero”. Dijo el hombre: “no hay para ellas lugar en mi reino”. {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p6}
En ese momento, la joven cayó de rodillas al piso y exclamó: “¡miserable de mí, miserable de mí!” Pero, en ese momento, el caballero la levantó y la guió otra vez a la sala y le dijo tres cosas: “escudriña, internaliza, y vive de acuerdo a ella”. En ese momento se retiró el caballero y fue a una esquina de la sala, allí había un zafacón, yo lo vi agacharse y de allí sacó un libro y lo limpió de la basura externa y lo entregó a la joven de la sala. Este le dijo: “miserable del hombre que cree llevar su camino derecho más su fin es camino de muerte porque sin profecía el pueblo se desenfrena”. Vi el libro, era un Conflicto de los Siglos y lo abrió en la página 572 donde está el capítulo 33: Las Asechanzas del Enemigo. Entonces le dijo: “escudriña y pon por obra y obtendrás la corona de la vida”. {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p7}
Entonces, este hombre se retiró, y fue a un librero desorganizado que había en un rincón de aquella sala enorme. De allí sacó un libro y lo trajo a la joven que no paraba de leer asombrosa el título de aquel capítulo. Le dijo: ¿quieres vivir en una atmósfera celestial? Allí todo es canto de júbilo y alabanza por las eternas maravillas que los rodean. Entonces la joven cogió el libro, lo abrió y él le apuntó a una página, y mis ojos se escurrieron a dicha página y, cuando miré, le estaba apuntando el himno número 92: “Jamás podrá alguien separarnos”. El cantó con ella, ¡este hombre tenía una voz, amados! ¡tan sublime, tan profunda! En esos momentos de profunda inspiración, la sala se llenó de excelsos ángeles, todos formando un armonioso cántico celestial. ¡Amados, esto fue maravilloso: ver aquella hueste angelical que se gozaba con dicho himno! {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p8}
Entonces, al terminar este himno tan maravilloso, cuando todos comenzaron a cantar que era tan precioso, eran tantas voces, pero todas en una armonía tan perfecta, cuando comenzaron a cantar aquello fue tremendo amados hermanos, pero cuando terminaron, todos ellos desaparecieron, y sólo quedó el hombre y la joven. {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p9}
Entonces allí, este caballero le empezó a dar ordenanzas, y le dijo: “lee la Biblia y el Espíritu de Profecía, canta alabanzas del Himnario que ya conoces que es el correcto”. Ella preguntó: “¿cuál es?” Y Él le dijo: “el Himnario Antiguo”. También le dijo: “trabaja arduo en el campo sin murmurar”. Le dijo: “ora siete veces al día de rodillas, ayuna con frecuencia, observa mis sábados, cada día más, se más celosa de mis sábados, estudia el santuario”. También le dijo: “no vivas pensando en el futuro pues tuyo es el ahora, has bien a todos aún al que te ultraja, ama a tu Dios sobre todo, y trata a tu prójimo como deseas ser tratada”. {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p10}
Entonces, en esos momentos, amados, hizo una pausa, y con ternura comenzó a hablar, y le hizo una pregunta: “¿quién salva?” Él mismo contestó: “¿acaso no Soy Yo el que murió en la cruz?” Amados hermanos, entonces, le mostró sus manos, sus manos horadadas y sus agujeros en sus pies. En ese momento, yo caí ante aquella escena, porque una luz radiante fulguró a través de sus manos y sus pies, y mis rodillas me dejaron, y vi cómo la joven también cayó a sus pies y le adoró. Él la levantó y le dijo: “tu misión no es salvar a nadie, y nadie te podrá salvar. Sólo sé heraldo de verdad y tu vida servirá para atraer a otros al camino de la salvación”. Él tomó la Biblia y la abrió y le leyó un texto, allí en aquel momento yo miré, era el salmo 6. {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p11}
Entonces, en eso, mi acompañante me dijo: “vamos”. Salimos y en ese momento fui elevada encima del globo terráqueo, mi vista se agudizó como telescopio, y pude ver que aquella joven representaba lo que estaba pasando simultáneamente alrededor del mundo. Mi acompañante me dijo: “y conoceréis la verdad, y esta os hará libres”. En ese momento, amados, desperté. Desperté con la certeza maravillosa, amados hermanos, que, si seguimos al pie de la letra las instrucciones de nuestro Dios, ningún alma va a perecer. Así que, amados, no nos damos el lujo de no escuchar las instrucciones, las ordenanzas de nuestro Dios, para que podamos ser salvos. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p12}
Conflicto de los Siglos – Capítulo 33: Las asechanzas del enemigo
La gran controversia entre Cristo y Satanás, sostenida desde hace cerca de seis mil años, está por terminar; y Satanás redobla sus esfuerzos para hacer fracasar la obra de Cristo en beneficio del hombre y para sujetar las almas en sus lazos. Su objeto consiste en tener sumido al pueblo en las tinieblas y en la impenitencia hasta que termine la obra mediadora del Salvador y no haya más sacrificio por el pecado. {CS 509.1; GC.518.1} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p13}
Cuando no se hace ningún esfuerzo especial para resistir a su poder, cuando la indiferencia predomina en la iglesia y en el mundo, Satanás está a su gusto, pues no corre peligro de perder a los que tiene cautivos y a merced suya. Pero cuando la atención de los hombres se fija en las cosas eternas y las almas se preguntan: “¿qué debo yo hacer para ser salvo?” él está pronto para oponer su poder al de Cristo y para contrarrestar la influencia del Espíritu Santo. {CS 509.2; GC.518.2} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p14}
Las Sagradas Escrituras declaran que en cierta ocasión, cuando los ángeles de Dios vinieron para presentarse ante el Señor, Satanás vino también con ellos (Job 1:6), no para postrarse ante el Rey eterno sino para mirar por sus propios y malévolos planes contra los justos. Con el mismo objeto está presente allí donde los hombres se reúnen para adorar a Dios. Aunque invisible, trabaja con gran diligencia, tratando de gobernar las mentes de los fieles. Como hábil general que es, fragua sus planes de antemano. Cuando ve al ministro de Dios escudriñad las Escrituras, toma nota del tema que va a ser presentado a la congregación, y hace uso de toda su astucia y pericia para arreglar las cosas de tal modo que el mensaje de vida no llegue a aquellos quienes está engañando precisamente respecto del punto que se ha de tratar. Hará que la persona que más necesite la admonición se vea apurada por algún negocio que requiera su presencia, o impedida de algún otro modo de oír las palabras que hubiesen podido tener para ella sabor de vida para vida. {CS 510.1; GC.518.3} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p15}
Otras veces, Satanás ve a los siervos del Señor agobiados al comprobar las tinieblas espirituales que envuelven a los hombres. Oye sus ardientes oraciones, en que piden a Dios gracia y poder para sacudir la indiferencia y la indolencia de las almas. Entonces despliega sus artes con nuevo ardor. Tienta a los hombres para que cedan a la glotonería o a cualquier otra forma de sensualidad, y adormece de tal modo su sensibilidad que dejan de oír precisamente las cosas que más necesitan saber. {CS 510.2; GC.519.1} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p16}
Bien sabe Satanás que todos aquellos a quienes pueda inducir a descuidar la oración y el estudio de las Sagradas Escrituras serán vencidos por sus ataques. De aquí que invente cuanta estratagema le es posible para tener las mentes distraídas. Siempre ha habido una categoría de personas que profesan santidad, y que, en lugar de procurar crecer en el conocimiento de la verdad, hacen consistir su religión en buscar alguna falta en el carácter de aquellos con quienes no están de acuerdo, o algún error en su credo. Son los mejores agentes de Satanás. Los acusadores de los hermanos no son pocos; siempre son diligentes cuando Dios está obrando y cuando sus hijos le rinden verdadero homenaje. Son ellos los que dan falsa interpretación a las palabras y acciones de los que aman la verdad y la obedecen. Hacen pasar a los más serios, celosos y desinteresados siervos de Cristo por engañados o engañadores. Su obra consiste en desnaturalizar los móviles de toda acción buena y noble, en hacer circular insinuaciones malévolas y despertar sospechas en las mentes poco experimentadas. Harán cuanto sea imaginable porque aparezca lo que es puro y recto como corrupto y de mala fe. {CS 510.3; GC.519.2} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p17}
Pero nadie necesita dejarse engañar por ellos. Fácil es ver la filiación que tienen, el ejemplo que siguen y la obra que realizan. “Por sus frutos los conoceréis”. Mateo 7:16. Su conducta se parece a la de Satanás, el odioso calumniador, “el acusador de nuestros hermanos”. Apocalipsis 12:10. {CS 511.1; GC.519.3} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p18}
El gran seductor dispone de muchos agentes listos para presentar cualquier error para engañar a las almas, herejías preparadas para adaptarse a todos los gustos y capacidades de aquellos a quienes quiere arruinar. Parte de su plan consiste en introducir en la iglesia elementos irregenerados y faltos de sinceridad, elementos que fomenten la duda y la incredulidad y sean un obstáculo para todos los que desean ver adelantar la obra de Dios y adelantar con ella. Muchas personas que no tienen verdadera fe en Dios ni en su Palabra, aceptan algún principio de verdad y pasan por cristianos; y así se hallan en condición de introducir sus errores como si fueran doctrinas de las Escrituras. {CS 511.2; GC.520.1} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p19}
La teoría según la cual nada importa lo que los hombres creen, es uno de los engaños que más éxito da a Satanás. Bien sabe él que la verdad recibida con amor santifica el alma del que la recibe; de aquí que trate siempre de sustituirla con falsas teorías, con fábulas y con otro evangelio. Desde un principio los siervos de Dios han luchado contra los falsos maestros, no solo porque eran hombres viciosos, sino porque inculcaban errores fatales para el alma. Elías, Jeremías y Pablo se opusieron firme y valientemente a los que estaban apartando a los hombres de la Palabra de Dios. Ese género de liberalidad que mira como cosa de poca monta una fe religiosa clara y correcta, no encontró aceptación, entre aquellos santos defensores de la verdad. {CS 511.3; GC.520.2} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p20}
Las interpretaciones vagas y de las Santas Escrituras, así como las muchas teorías contradictorias respecto a la fe religiosa, que se advierten en el mundo cristiano, son obra de nuestro gran adversario, que trata así de confundir las mentes de suerte que no puedan descubrir la verdad. Y la discordia y división que existen entre las iglesias de la cristiandad se deben en gran parte a la costumbre tan general de torcer el sentido de verdad las Sagradas Escrituras con el fin de apoyar alguna doctrina favorita. En lugar de estudiar con esmero y con humildad de corazón la Palabra de Dios con el objeto de llegar al conocimiento de su voluntad, muchos procuran descubrir algo curioso y original. {CS 511.4; GC.520.3} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p21}
Con el fin de sostener doctrinas erróneas o prácticas anticristianas, hay quienes toman, pasajes de la Sagrada Escritura aislados del contexto, no citan tal vez más que la mitad de un versículo para probar su idea, y dejan la segunda mitad que quizá hubiese probado todo lo contrario. Con la astucia de la serpiente se encastillan tras declaraciones sin ilación, entretejidas de manera que favorezcan sus deseos carnales. Es así como gran número de personas pervierten con propósito deliberado la Palabra de Dios. Otros, dotados de viva imaginación, toman figuras y símbolos de las Sagradas Escrituras y los interpretan según su capricho, sin parar mientes en que la Escritura declara ser su propio intérprete; y luego presentan sus extravagancias como enseñanzas de la Biblia. {CS 512.1; GC.521.1} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p22}
Siempre que uno se da al estudio de las Escrituras sin estar animado de un espíritu de oración y humildad, susceptible de recibir enseñanza, los pasajes más claros y sencillos, como los más difíciles, serán desviados de su verdadero sentido. Los dirigentes papales escogen en las Sagradas Escrituras los pasajes que mejor convienen a sus propósitos, los interpretan a su modo y los presentan luego al pueblo a quien rehúsan al mismo tiempo el privilegio de estudiar la Biblia y de entender por sí mismos sus santas verdades. Toda la Biblia debería serle dada al pueblo tal cual es. Más valiera que este no tuviese ninguna instrucción religiosa antes que recibir las enseñanzas de las Santas Escrituras groseramente desnaturalizadas. {CS 512.2; GC.521.2} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p23}
La Biblia estaba destinada a ser una gula para todos aquellos que deseasen conocer la voluntad de su Creador. Dios dio a los hombres la firme palabra profética; ángeles, y hasta el mismo Cristo, vinieron para dar a conocer a Daniel y a Juan las cosas que deben acontecer en breve. Las cosas importantes que conciernen a nuestra salvación no quedaron envueltas en el misterio. No fueron reveladas de manera que confundan y extravíen al que busca sinceramente la verdad. El Señor dijo al profeta Habacuc: “Escribe la visión para que se pueda leer corrientemente”. Habacuc 2:2 (VM). La Palabra de Dios es clara para todos aquellos que la estudian con espíritu de oración. Toda alma verdaderamente sincera alcanzará la luz de la verdad. “Luz está sembrada para el justo”. Salmos 97:11. Y ninguna iglesia puede progresar en santidad si sus miembros no buscan ardientemente la verdad como si fuera un tesoro escondido. {CS 512.3; GC.521.3 } {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p24}
Los alardes de “liberalidad” ciegan a los hombres para que no vean las asechanzas de su adversario, mientras que este sigue trabajando sin cesar y sin cansarse hasta cumplir sus designios. Conforme va consiguiendo suplantar la Biblia por las especulaciones humanas, la ley de Dios va quedando a un lado, y las iglesias caen en la esclavitud del pecado, mientras pretenden ser libres. {CS 513.1; GC.522.1} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p25}
Para muchos, las investigaciones científicas se han vuelto maldición. Al permitir todo género de descubrimientos en las ciencias y en las artes, Dios ha derramado sobre el mundo raudales de luz; pero aun los espíritus más poderosos, si no son guiados en sus investigaciones por la Palabra de Dios, se extravían en sus esfuerzos por encontrar las relaciones existentes entre la ciencia y la revelación. {CS 513.2; GC.522.2} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p26}
Los conocimientos humanos, tanto en lo que se refiere a las cosas materiales como a las espirituales, son limitados e imperfectos; de aquí que muchos sean incapaces de hacer armonizar sus nociones científicas con las declaraciones de las Sagradas Escrituras. Son muchos los que dan por hechos científicos lo que no pasa de ser meras teorías y elucubraciones, y piensan que la Palabra de Dios debe ser probada por las enseñanzas de “la falsamente llamada ciencia”. 1 Timoteo 6:20. El Creador y sus obras les resultan incomprensibles; y como no pueden explicarlos por las leyes naturales, consideran la historia bíblica como sí no mereciese fe. Los que dudan de la verdad de las narraciones del Antiguo Testamento y del Nuevo, dan a menudo un paso más y dudan de la existencia de Dios y atribuye poder infinito a la naturaleza. Habiendo perdido su ancla son arrastrados hacia las rocas de la incredulidad. {CS 513.3; GC.522.3} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p27}
Es así como muchos se alejan de la fe y son seducidos por el diablo. Los hombres procuraron hacerse más sabios que su Creador; la filosofía intentó sondear y explicar misterios que no serán jamás revelados en el curso infinito de las edades. Si los hombres se limitasen a escudriñar y comprender tan solo que Dios les ha revelado respecto de sí mismo y de sus propósitos, llegarían a tal concepto de la gloria, majestad y poder de Jehová, que se darían cuenta de su propia pequeñez y contentarían con lo que fue revelado para ellos y sus hijos. {CS 513.4; GC.522.4} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p28}
Una de las seducciones magistrales de Satanás consiste en mantener a los espíritus de los hombres investigando y haciendo conjeturas sobre las cosas que Dios no ha dado a conocer y que no quiere que entendamos. Así fue como Lucifer perdió su puesto en el cielo. Se indispuso porque no le fueron revelados todos los secretos de los designios de Dios, y no se fijó en lo que le había sido revelado respecto a su propia obra y al elevado puesto que le había sido asignado. Al provocar el mismo descontento entre los ángeles que estaban bajo sus órdenes, causó la caída de ellos. En nuestros días trata de llenar las mentes de los hombres con el mismo espíritu y de inducirlos además a despreciar los mandamientos directos de Dios. {CS 513.5; GC.523.1} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p29}
Los que no quieren aceptar las verdades claras y contundentes de la Biblia están siempre buscando fábulas agradaba que tranquilicen la conciencia. Mientras menos apelen a espiritualidad, a la abnegación y a la humildad las doctrinas presentadas, mayor es la aceptación de que gozan. Esas personas degradan sus facultades intelectuales para servir sus deseos carnales. Demasiado sabias en su propia opinión para escudriñar las Santas Escrituras con contrición y pidiendo ardientemente a Dios que las guie, no tienen escudo contra el error. Satanás está listo para satisfacer los deseos de sus corazones y poner las seducciones en lugar de la verdad. Fue así como el papado estableció su poder sobre los hombres; y al rechazar la verdad porque entraña una cruz, los protestantes siguen el mismo camino. Todos aquellos que descuiden la Palabra de Dios para procurar su comodidad y conveniencia, a fin de no estar en desacuerdo con el mundo, serán abandonados a su propia suerte y aceptarán herejías condenables que considerarán como verdad religiosa. Los que rechacen voluntariamente la verdad concluirán por aceptar todos los errores imaginables; y alguno que mire con horror cierto engaño aceptará gustosamente otro. El apóstol Pablo, hablando de una clase de hombres que “no admitieron el amor de la verdad, para que fuesen salvos”, declara: “Por esto, Dios les envía la eficaz operación de error, a fin de que crean a la mentira; para que sean condenados todos aquellos que no creen a la verdad, sino que se complacen en la injusticia”. 2 Tesalonicenses 2:10-12 (VM). En vista de semejante advertencia nos incumbe ponernos en guardia con respecto a las doctrinas que recibimos. {CS 514.1; GC.523.2} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p30}
Entre las trampas más temibles del gran seductor figuran las enseñanzas engañosas y los fementidos milagros del espiritismo. Disfrazado como ángel de luz, el enemigo tiende sus redes donde menos se espera. Si tan solo los hombres quisieran estudiar el Libro de Dios orando fervientemente por comprenderlo, no serían dejados en las tinieblas para recibir doctrinas falsas. Pero como rechazan la verdad, resultan presa fácil para la seducción. {CS 514.2; GC.524.1} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p31}
Otro error peligroso es el de la doctrina que niega la divinidad de Cristo, y asevera que él no existió antes de su venida a este mundo. Esta teoría encuentra aceptación entre muchos que profesan creer en la Biblia; y sin embargo contradice las declaraciones más positivas de nuestro Salvador respecto a sus relaciones con el Padre, a su divino carácter y a su preexistencia. Esta teoría no puede ser sostenida sino violentando el sentido de las Sagradas Escrituras del modo más incalificable. No solo rebaja nuestro concepto de la obra de redención, sino que también socava la fe en la Biblia como revelación de Dios. Al par que esto hace tanto más peligrosa dicha teoría la hace también más difícil de combatir. Si los hombres rechazan el testimonio que dan las Escrituras inspiradas acerca de la divinidad de Cristo, inútil es querer argumentar con ellos al respecto, pues ningún argumento, por convincente que fuese, podría hacer mella en ellos. “El hombre natural no recibe las cosas del Espíritu de Dios; porque le son insensatez; ni las puede conocer, por cuánto se disciernen espiritualmente”. 1 Corintios 2:14 (VM). Ninguna persona que haya aceptado este error, puede tener justo concepto del carácter o de la misión de Cristo, ni del gran plan de Dios para la redención del hombre. {CS 515.1; GC.524.2} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p32}
Otro error sutil y perjudicial que se está difundiendo rápidamente, consiste en creer que Satanás no es un ser personal; que su nombre se emplea en las Sagradas Escrituras únicamente para representar los malos pensamientos y deseos de los hombres. {CS 515.2; GC.524.3} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p33}
La enseñanza tan generalmente proclamada desde los púlpitos, de que el segundo advenimiento de Cristo se realiza a la muerte de cada individuo, es una estratagema que tiene por objeto distraer la atención de los hombres de la venida personal del Señor en las nubes del cielo. Hace años que Satanás ha estado diciendo: “He aquí […] está […] en las cámaras” (Mateo 24:23-26), y muchas almas se han perdido por haber aceptado este engaño. {CS 515.3; GC.525.1} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p34}
Por otra parte, la sabiduría mundana enseña que la oración no es de todo punto necesaria. Los hombres de ciencia declaran que no puede haber respuesta real a las oraciones; que esto equivaldría a una violación de las leyes naturales, a todo un milagro, y que los milagros no existen. Dicen que el universo está gobernado por leyes inmutables y que Dios mismo no hace nada contrario a esas leyes. De suerte que representan a Dios ligado por sus propias leyes; como si la operación de las leyes divinas excluyese la libertad divina. Tal enseñanza se opone al testimonio de las Sagradas Escrituras. ¿Acaso Cristo y sus apóstoles no hicieron milagros? El mismo Salvador compasivo vive en nuestros días, y está tan dispuesto a escuchar la oración de la fe como cuando andaba en forma visible entre los hombres. Lo natural coopera con lo sobrenatural. Forma parte del plan de Dios concedernos, en respuesta a la oración hecha con fe, lo que no nos daría si no se lo pidiésemos así. {CS 515.4; GC.525.2} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p35}
Innumerables son las doctrinas erróneas y las ideas fantásticas que imperan en el seno de las iglesias de la cristiandad. Es imposible calcular los resultados deplorables que acarrea la eliminación de una sola verdad de la Palabra de Dios. {CS 516.1; GC.525.3} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p36}
Pocos son los que, habiéndose aventurado a hacer cosa semejante, se contentan con rechazar lisa y llanamente una sencilla verdad. Los más siguen rechazando uno tras otro los principios de la verdad, hasta que se convierten en verdaderos incrédulos. {CS 516.2; GC.525.3} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p37}
Los errores de la teología hoy de moda han lanzado al escepticismo muchas almas que de otro modo habrían creído en las Escrituras. Es imposible para ellas aceptar doctrinas que hieren sus sentimientos de justicia misericordia y benevolencia; y como tales doctrinas les son presentadas como enseñadas por la Biblia, rehúsan recibirla como Palabra de Dios. {CS 516.3; GC.525.4} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p38}
Y ese es el objeto que Satanás trata de conseguir. Nada desea él tanto como destruir la confianza en Dios y en su Palabra. Satanás se encuentra al frente de los grandes ejércitos de los que dudan, y trabaja con inconcebible energía para seducir a las almas y atraerlas a sus filas. La duda está de moda hoy. Una clase muy numerosa de personas mira la Palabra de Dios con la misma desconfianza con que fue mirado su Autor: porque ella reprueba y condena el pecado. Los que no desean obedecer a las exigencias de ella tratan de echar por tierra su autoridad. Si leen la Biblia o escuchan sus enseñanzas proclamadas desde el púlpito es tan solo para encontrar errores en las Santas Escrituras o en el sermón. No son pocos los que se vuelven incrédulos para justificarse o para disculpar su descuido del deber. Otros adoptan principios escépticos por orgullo e indolencia. Por demás amigos de su comodidad para distinguirse ejecutando cosa alguna digna de honor y que exija esfuerzos y abnegación, aspiran a hacerse una reputación de sabiduría superior criticando la Biblia. Hay muchas cosas que el espíritu limitado del hombre que no ha sido alumbrado por la sabiduría divina, es incapaz de comprender; y así encuentran motivo para criticar. Son muchos los que parecen creer que es una virtud colocarse del lado de la duda, del escepticismo y de la incredulidad. Pero no dejará de advertirse que, bajo una apariencia de candor y humildad, los móviles de estas personas son la confianza en sí mismas y el orgullo. Muchos se deleitan en buscar en las Sagradas Escrituras algo que confunda las mentes de los demás. Y hasta hay quienes empiezan a criticar y a argumentar contra la verdad por el mero gusto de discutir. No se dan cuenta de que al obrar así se están enredando a sí mismos en el lazo del cazador. Efectivamente, habiendo expresado abiertamente sentimientos de incredulidad, consideran que deben conservar sus posiciones, Y así es como se unen con los impíos y se cierran las puertas del paraíso. {CS 516.4; GC.526.1} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p39}
Dios ha dado en su Palabra pruebas suficientes del divino origen de ella. Las grandes verdades que se relacionan con nuestra redención están presentadas en ella con claridad. Con la ayuda del Espíritu Santo que se promete a todos los que lo pidan con sinceridad, cada cual puede comprender estas verdades por sí mismo. Dios ha dado a los hombres un fundamento firme en que cimentar su fe. {CS 517.1; GC.526.2} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p40}
Con todo, la inteligencia limitada de los hombres resulta inadecuada para comprender los planes del Dios infinito. Nuestras investigaciones no nos harán descubrir jamás las profundidades de Dios. No debemos intentar con mano presuntuosa levantar el velo que encubre su majestad. El apóstol exclama: “¡Cuán incomprensibles son sus juicios, e inescrutables sus caminos!” Romanos 11:33. No obstante podemos comprender lo bastante su modo de tratar con nosotros y los motivos que le hacen obrar como obra, para reconocer un amor y una misericordia infinitos unidos a un poder sin límites. Nuestro Padre celestial dirige todas las cosas con sabiduría y justicia, y no debemos vivir descontentos ni desconfiados, sino inclinarnos en reverente sumisión. Él nos revelará sus designios en la medida en que su conocimiento sea para nuestro bien, y en cuanto a lo demás debemos confiar en Aquel cuya mano es omnipotente y cuyo corazón rebosa de amor. {CS 517.2; GC.527.1} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p41}
Si bien es cierto que Dios ha dado pruebas evidentes para la fe, él no quitará jamás todas las excusas que pueda haber para la incredulidad. Todos los que buscan motivos de duda los encontrarán. Y todos los que rehúsan, aceptar la Palabra de Dios y obedecerla antes que toda objeción haya sido apartada y que no se encuentre más motivo de duda, no llegarán jamás a la luz. {CS 517.3; GC.527.2} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p42}
La desconfianza hacia Dios es producto natural del corazón irregenerado, que está en enemistad con él. Pero la fe es inspirada por el Espíritu Santo y no florecerá más que a medida que se la fomente. Nadie puede robustecer su fe sin un esfuerzo determinado. La incredulidad también se robustece a medida que se la estimula; y si los hombres, en lugar de meditar en las evidencias que Dios les ha dado para sostener su fe, se permiten ponerlo todo en tela de juicio y entregarse a cavilaciones, verán confirmarse más y más sus dudas. {CS 518.1; GC.527.3} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p43}
Pero los que dudan de las promesas de Dios y desconfían de las seguridades de su gracia, le deshonran; y su influencia, en lugar de atraer a otros hacia Cristo, tiende a apartarlos de él; son como los árboles estériles que extienden a lo lejos sus tupidas ramas, las cuales privan de la luz del sol a otras plantas y hacen que estas languidezcan y mueran bajo la fría sombra. La carrera de esas personas resultara como un acto continuo de acusación contra ellas. Las semillas de duda y escepticismo que están propagando producirán infaliblemente su cosecha. {CS 518.2; GC.527.4} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p44}
No hay más que una línea de conducta que puedan seguir los que desean sinceramente librarse de las dudas. En lugar de ponerlo todo en tela de juicio y de entregarse a cavilaciones acerca de cosas que no entienden, presten atención a la luz que ya está brillando en ellos y recibirán aún más luz. Cumplan todo deber que su inteligencia ha entendido y así se pondrán en condición de comprender y realizar también los deberes respecto a los cuales les quedan dudas. {CS 518.3; GC.528.1} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p45}
Satanás puede presentar una impostura tan parecida a la verdad, que engañe a todos los que están dispuestos, a ser engañados y que retroceden ante la abnegación y los sacrificios reclamados por la verdad; pero no puede de ningún modo retener en su poder una sola alma que desee sinceramente y a todo trance conocer la verdad. Cristo es la verdad y “la luz verdadera, que alumbra a todo hombre que viene a este mundo”. Juan 1:9. El espíritu de verdad ha sido enviado para guiar a los hombres en toda verdad. Y la siguiente declaración ha sido hecha bajo la autoridad del Hijo de Dios: “Buscad, y hallaréis”. “El que quisiere hacer su voluntad [del Padre], conocerá de la doctrina”. Mateo 7:7; Juan 7:17. {CS 518.4; GC.528.2} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p46}
Los discípulos de Cristo saben muy poco de las tramas que Satanás y sus huestes urden contra ellos. Pero el que está sentado, en los cielos hará servir todas esas maquinaciones para el cumplimiento de sus altos designios. Si el Señor permite que su pueblo pase por el fuego de la tentación, no es porque se goce en sus penas y aflicciones, sino porque esas pruebas son necesarias para su victoria final. Él no podría, en conformidad con su propia gloria, preservarlo de la tentación; pues el objeto de la prueba es precisamente prepararlo para resistir a todas las seducciones del mal. {CS 518.5; GC.528.3} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p47}
Ni los impíos ni los demonios pueden oponerse a la obra de Dios o privar de su presencia a su pueblo, siempre que este quiera con corazón sumiso y contrito confesar y abandonar sus pecados y aferrarse con fe a las promesas divinas. Toda tentación, toda influencia contraria manifiesta o secreta, ya puede ser resistida victoriosamente: ¡No por esfuerzo, ni con poder, sino por mi Espíritu! dice Jehová de los ejércitos”. Zacarías 4:6 (VM). {CS 519.1; GC.529.1} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p48}
“Los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones […]. ¿Y quién es aquel que os podrá dañar, si vosotros seguís el bien?” 1 Pedro 3:12, 13. Cuando Balaam, tentado por la promesa de ricos regalos, recurrió a encantamientos contra Israel, y quiso por medio de sacrificios ofrecidos al Señor, invocar una maldición sobre su pueblo, el Espíritu de Dios se opuso a la maldición que el profeta apóstata trataba de pronunciar y este se vio obligado a exclamar: “¿Cómo maldeciré a quien no ha maldecido Dios? ¿y cómo derramaré imprecaciones donde no las ha derramado Jehová?” “¡Muera yo de la muerte de los justos, y sea mi postrimería como la suya!” Después de haber ofrecido otro sacrificio, el profeta impío dijo: “He aquí que yo he recibido comisión para bendecir; sí, él ha bendecido, y no podré yo revocarlo. Él no ha reparado la iniquidad en Jacob, y no ha mirado la perversidad en Israel. Jehová su Dios está con él; y en medio de él suenan vítores de rey”. “Que no hay hechizo contra Jacob, ni hay adivinación contra Israel. A su tiempo será dicho de Jacob y de Israel: ¡Mirad lo que ha hecho Dios!” No obstante, se levantaron altares por tercera vez, y Balaam volvió a hacer un nuevo esfuerzo para maldecir a Israel. Pero, por los labios rebeldes del profeta, el Espíritu de Dios anunció la prosperidad de su pueblo escogido y censuró la locura y maldad de sus enemigos: “¡Sean benditos los que te bendicen, y malditos los que te maldicen!” Números 23:8, 10, 20, 21, 23; 24:9 (VM). {CS 519.2; GC.529.2} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p49}
En aquel tiempo el pueblo de Israel era fiel a Dios; y mientras siguiera obedeciendo a su ley, ningún poder de la tierra o del infierno había de prevalecer contra él. Pero la maldición que no se le permitió a Balaam pronunciar contra el pueblo de Dios, él al fin consiguió atraerla sobre dicho pueblo arrastrándolo al pecado. Al quebrantar Israel los mandamientos de Dios, se separó de él y fue abandonado al poder del destructor. {CS 519.3; GC.529.3} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p50}
Satanás sabe muy bien que el alma más débil pero que permanece en Jesús puede más que todas las huestes de las tinieblas, y que si se presentase abiertamente se le haría frente y se le resistirla. Por esto trata de atraer a los soldados de la cruz fuera de su baluarte, mientras que él mismo permanece con sus fuerzas en emboscada, listo para destruir a todos aquellos que se aventuren a entrar en su territorio. Solo podemos estar seguros cuando confiamos humildemente en Dios, y obedecemos todos sus mandamientos. {CS 520.1; GC.530.1} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p51}
Nadie que no ore puede estar seguro un solo día o una sola hora. Debemos sobre todo pedir al Señor que nos dé sabiduría para comprender su Palabra. En ella es donde están puestos de manifiesto los artificios del tentador y las armas que se le pueden oponer con éxito. Satanás es muy hábil para citar las Santas Escrituras e interpretar pasajes a su modo, con lo que espera hacernos tropezar. Debemos estudiar la Biblia con humildad de corazón, sin perder jamás de vista nuestra dependencia de Dios. Y mientras estemos en guardia contra los engaños de Satanás debemos orar con fe diciendo: “No nos dejes caer en tentación”. {CS 520.2; GC.530.2} {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p52}
Himno N° 92: Jamás podrá alguien separarnos
1
Jamás podrá alguien separarnos
de Cristo nuestro Redentor
ni cosa alguna arrebatarnos
el gozo de su tierno amor:
ni luchas, pruebas o dolores,
ni amenazas o aflicción;
ni aun este mundo y sus honores,
su pompa, gloria y tentación.
2
Con furia loca lo azotaron,
y así humillaron al Señor,
y sin piedad atravesaron
las manos de mi Salvador.
A esos pies que caminaron
para sanar y bendecir,
horribles clavos traspasaron,
la suerte humana al compartir.
3
Qué horror que por mi vil pecado
el Salvador así sufrió,
que por mis culpas fue azotado
y burlas crueles recibió.
¿Ingratos hemos de alejarnos
de Aquel que tanto nos amó,
y con anhelo de salvarnos
su propia vida entregó? {Daisy Escalante: 05-05-2018 , es.p53}
Salmos 6
1 «Al Músico principal: en Neginot sobre Seminit: Salmo de David» Oh Jehová, no me reprendas en tu furor, ni me castigues con tu ira.
2 Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque yo estoy debilitado; sáname, oh Jehová, porque mis huesos están conmovidos.
3 Mi alma también está muy turbada; y tú, Jehová, ¿hasta cuándo?
4 Vuélvete, oh Jehová, libra mi alma; sálvame por tu misericordia.
5 Porque en la muerte no [hay] memoria de ti; en el sepulcro, ¿quién te alabará?
6 Fatigado estoy de mi gemir; toda la noche hago nadar mi cama [con mis lágrimas], riego mi lecho con mi llanto.
7 Mis ojos están consumidos de sufrir; se han envejecido a causa de todos mis angustiadores.
8 Apartaos de mí, todos los obradores de iniquidad; porque Jehová ha oído la voz de mi lloro.
9 Jehová ha oído mi ruego; ha recibido Jehová mi oración.
10 Sean avergonzados y muy aterrados todos mis enemigos; que se vuelvan [y] súbitamente sean avergonzados.