Manjar Sabático
14-03-2020
Ezequiel 2
1 Y me dijo: Hijo de hombre, ponte sobre tus pies, y hablaré contigo.
2 Y luego que me habló, entró el Espíritu en mí, y me afirmó sobre mis pies, y oía al que me hablaba.
3 Y me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a gente rebelde que se ha rebelado contra mí; ellos y sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día.
4 Yo, pues, te envío a hijos de duro rostro y de empedernido corazón; y les dirás: Así dice Jehová el Señor.
5 Y ya sea que ellos escuchen; o dejen de escuchar (porque [son] una casa rebelde), [siempre] sabrán que hubo profeta entre ellos.
6 Y tú, hijo de hombre, no temas de ellos, ni tengas miedo de sus palabras, aunque te hallas entre zarzas y espinas, y moras con escorpiones; no tengas miedo de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son casa rebelde.
7 Les hablarás, pues, mis palabras, escuchen o dejen de escuchar; porque [son] muy rebeldes.
8 Mas tú, hijo de hombre, oye lo que yo te hablo; no seas tú rebelde como la casa rebelde; abre tu boca, y come lo que yo te doy.
9 Y miré, y he aquí una mano extendida hacia mí, y en ella [había] un rollo de libro.
10 Y lo extendió delante de mí, y [estaba] escrito por delante y por detrás; y [había] escritas en él endechas, lamentaciones y ayes.
Ezequiel 3
1 Y me dijo: Hijo de hombre, come lo que hallas; come este rollo, y ve y habla a la casa de Israel.
2 Y abrí mi boca, y me hizo comer aquel rollo.
3 Y me dijo: Hijo de hombre, haz a tu vientre que coma, y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y [lo] comí, y fue en mi boca dulce como miel.
4 Me dijo luego: Hijo de hombre, ve y entra a la casa de Israel, y habla a ellos con mis palabras.
5 Porque no [eres] enviado a pueblo de habla profunda ni de lengua difícil, [sino] a la casa de Israel.
6 No a muchos pueblos de habla profunda ni de lengua difícil, cuyas palabras no entiendas; y si a ellos te enviara, ellos te oyeran.
7 Mas la casa de Israel no te querrá oír, porque no me quieren oír a mí; porque toda la casa de Israel [son] duros de frente, y de corazón empedernido.
8 He aquí, yo he hecho tu rostro fuerte contra los rostros de ellos, y tu frente fuerte contra sus frentes.
9 Como diamante, más fuerte que el pedernal he hecho tu frente; no los temas, ni tengas miedo delante de ellos, porque [son] casa rebelde.
10 Y me dijo: Hijo de hombre, toma en tu corazón todas mis palabras que yo te hablaré, y oye con tus oídos.
11 Y ve y entra a los cautivos, a los hijos de tu pueblo, y les hablarás y les dirás: Así dice Jehová el Señor; escuchen, o dejen de escuchar.
12 Entonces el Espíritu me levantó, y oí detrás de mí una voz de grande estruendo, [que decía]: Bendita [sea] la gloria de Jehová desde su lugar.
13 [Oí] también el ruido de las alas de los seres vivientes que se juntaban la una con la otra, y el ruido de las ruedas delante de ellos, y ruido de grande estruendo.
14 Me levantó, pues, el Espíritu, y me tomó; y fui en amargura, en la indignación de mi espíritu; mas la mano de Jehová era fuerte sobre mí.
15 Y vine a los cautivos en Telabib, que moraban junto al río de Quebar, y me senté donde ellos estaban sentados, y allí permanecí siete días atónito entre ellos.
16 Y aconteció que al cabo de los siete días vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
17 Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú, la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte.
18 Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares, ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino, a fin de que viva, el impío morirá por su pecado, pero su sangre demandaré de tu mano.
19 Y si tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad, y de su mal camino, él morirá por su pecado, pero tú habrás librado tu alma.
20 Y cuando el justo se apartare de su justicia, e hiciere maldad, y pusiere yo tropiezo delante de él, él morirá, porque tú no le amonestaste; en su pecado morirá, y sus justicias que había hecho no vendrán en memoria; pero su sangre demandaré de tu mano.
21 Y si al justo amonestares para que el justo no peque, y no pecare, de cierto vivirá, porque fue amonestado; y tú habrás librado tu alma.
22 Y vino allí la mano de Jehová sobre mí, y me dijo: Levántate, y sal al campo, y allí hablaré contigo.
23 Y me levanté, y salí al campo; y he aquí que allí estaba la gloria de Jehová, como la gloria que había visto junto al río de Quebar; y caí sobre mi rostro.
24 Entonces entró el Espíritu en mí, y me afirmó sobre mis pies, y me habló, y me dijo: Entra, y enciérrate dentro de tu casa.
25 Y tú, oh hijo de hombre, he aquí que pondrán sobre ti cuerdas, y con ellas te atarán, y no saldrás entre ellos.
26 Y haré que tu lengua se pegue a tu paladar, y estarás mudo, y no serás a ellos varón que reprende; porque [son] casa rebelde.
27 Mas cuando yo te hubiere hablado, abriré tu boca, y les dirás: Así dice Jehová el Señor: El que oye, oiga; y el que no quiera oír, no oiga; porque casa rebelde [son].
Ezequiel 4
1 Y tú, hijo de hombre, tómate un adobe, y ponlo delante de ti, y diseña sobre él la ciudad de Jerusalén:
2 Y pon contra ella sitio, y edifica contra ella fortaleza, y levanta contra ella baluarte, y pon delante de ella campamento, y coloca contra ella arietes alrededor.
3 Tómate también una plancha de hierro, y ponla en lugar de muro de hierro entre ti y la ciudad; afirma luego tu rostro contra ella, y será sitiada, y tú pondrás sitio contra ella. Ésta [será] señal a la casa de Israel.
4 Y tú te acostarás sobre tu lado izquierdo, y pondrás sobre él la iniquidad de la casa de Israel; el número de los días que dormirás sobre él, llevarás sobre ti la iniquidad de ellos.
5 Yo te he dado los años de su iniquidad por el número de los días, trescientos noventa días; así llevarás la iniquidad de la casa de Israel.
6 Y cumplidos éstos, te acostarás otra vez, sobre tu lado derecho, y llevarás la iniquidad de la casa de Judá cuarenta días; día por año, día por año te lo he dado.
7 Y afirmarás tu rostro al sitio de Jerusalén, y descubierto tu brazo, profetizarás contra ella.
8 Y he aquí, yo pondré sobre ti ataduras, y no te darás vuelta de un lado al otro, hasta que hayas cumplido los días de tu asedio.
9 Y tú toma para ti trigo, cebada, habas, lentejas, maíz y centeno, y ponlos en una vasija, y hazte pan de ellos el número de los días que durmieres sobre tu lado; trescientos noventa días comerás de él.
10 Y la comida que has de comer será por peso de veinte siclos al día; de tiempo a tiempo lo comerás.
11 Y beberás el agua por medida, la sexta parte de un hin; de tiempo a tiempo beberás.
12 Y comerás pan de cebada cocido debajo de la ceniza; y lo cocerás sobre excremento de hombre, a vista de ellos.
13 Y dijo Jehová: Así comerán los hijos de Israel su pan inmundo, entre las naciones a donde los lanzaré yo.
14 Y dije: ¡Ah Señor Jehová! he aquí que mi alma no es inmunda, ni nunca desde mi juventud hasta este tiempo comí cosa mortecina ni despedazada, ni nunca en mi boca entró carne inmunda.
15 Y me respondió: He aquí te doy estiércol de bueyes en lugar del estiércol de hombre, y cocerás tu pan con ellos.
16 Me dijo luego: Hijo de hombre, he aquí quebrantaré la provisión de pan en Jerusalén, y comerán el pan por peso, y con angustia; y beberán el agua por medida, y con espanto.
17 Porque les faltará el pan y el agua, y se espantarán los unos con los otros, y se consumirán por su maldad.
Ezequiel 5
1 Y tú, hijo de hombre, tómate un cuchillo agudo, toma una navaja de barbero, y hazla pasar sobre tu cabeza y tu barba; tómate después un peso de balanza, y divide los [cabellos].
2 Una tercera parte quemarás con fuego en medio de la ciudad, cuando se cumplieren los días del sitio, y tomarás una tercera parte, [y] herirás con espada alrededor de ella; y una tercera parte esparcirás al viento, y yo desenvainaré espada en pos de ellos.
3 Tomarás también de allí unos pocos en número, y los atarás en el borde de tu manto.
4 Y tomarás otra vez de ellos, y los echarás en medio del fuego, y en el fuego los quemarás; de allí saldrá el fuego hacia toda la casa de Israel.
5 Así dice Jehová el Señor: Ésta [es] Jerusalén; la puse en medio de las naciones y de las tierras alrededor de ella.
6 Y ella cambió mis juicios y mis ordenanzas en impiedad más que las naciones, y más que las tierras que [están] alrededor de ella; porque desecharon mis juicios y mis mandamientos, y no anduvieron en ellos.
7 Por tanto, así dice Jehová el Señor: ¿Por haberos multiplicado más que las naciones que [están] alrededor de vosotros, no habéis andado en mis mandamientos, ni habéis guardado mis leyes? Ni siquiera según las leyes de las naciones que [están] alrededor de vosotros habéis hecho.
8 Así pues, dice el Señor Jehová: He aquí yo contra ti; sí, yo, y haré juicios en medio de ti a los ojos de las naciones.
9 Y haré en ti lo que nunca hice, ni jamás haré cosa semejante, a causa de todas tus abominaciones.
10 Por eso los padres comerán a los hijos en medio de ti, y los hijos comerán a sus padres; y haré en ti juicios, y a todo tu remanente esparciré a todos los vientos.
11 Por tanto, vivo yo, dice el Señor Jehová, ciertamente por haber profanado mi santuario con todos tus ídolos detestables y con todas tus abominaciones, [te] quebrantaré yo también; mi ojo no perdonará, ni tampoco tendré yo misericordia.
12 Una tercera parte de ti morirá de pestilencia y será consumida de hambre en medio de ti; y una tercera parte caerá a espada alrededor de ti; y una tercera parte esparciré a todos los vientos, y tras ellos desenvainaré espada.
13 Y se cumplirá mi furor, y haré que mi enojo repose en ellos, y tomaré satisfacción; y sabrán que yo Jehová he hablado en mi celo, cuando haya cumplido en ellos mi enojo.
14 Y te tornaré en desierto y en oprobio entre las naciones que [están] alrededor de ti, a los ojos de todo transeúnte.
15 Y serás oprobio y escarnio y escarmiento y espanto a las naciones que [están] alrededor de ti, cuando yo haga en ti juicios en furor e indignación, y en reprensiones de ira. Yo Jehová he hablado.
16 Cuando arroje yo sobre ellos las perniciosas saetas del hambre, que serán para destrucción, las cuales enviaré para destruiros, entonces aumentaré el hambre sobre vosotros, y quebrantaré entre vosotros la provisión de pan.
17 Enviaré, pues, sobre vosotros hambre, y malas bestias que te destruyan; y pestilencia y sangre pasarán por ti, y meteré sobre ti espada. Yo Jehová he hablado.
Palabras del Señor:
Estas son las palabras que dijo el Señor, luego de decir los textos antes mencionados para el estudio de este Sábado.
Ciertamente dice el Señor: ” Lo que He pensado hacer eso haré y no tardará; y tu da testimonio a muchos de que así será”