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Manjar Sabático

16-11-2019

Oseas 2

1 Decid a vuestros hermanos, Ammi, y a vuestras hermanas, Ruhama:
2 Contended con vuestra madre, contended, porque ella no es mi esposa, y yo no soy su marido; quite, pues, de su rostro sus prostituciones, y sus adulterios de entre sus pechos;
3 no sea que yo la despoje y desnude, y la deje como el día en que nació, y la ponga como un desierto, y la deje como tierra seca, y la mate de sed.
4 Y no tendré misericordia de sus hijos, porque [son] hijos de prostitución.
5 Porque su madre se prostituyó; la que los engendró se deshonró; porque dijo: Iré tras mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida.
6 Por tanto, he aquí yo voy a cercar con espinos su camino, y le pondré vallado, para que no encuentre sus senderos.
7 Y seguirá a sus amantes, y no los alcanzará; los buscará, y no los hallará. Entonces dirá: Iré y me volveré a mi primer marido, porque mejor me iba entonces que ahora.
8 Y ella no reconoció que yo le daba el trigo, el vino y el aceite, y que les multipliqué la plata y el oro que ofrecían a Baal.
9 Por tanto yo volveré, y tomaré mi trigo a su tiempo, y mi vino a su sazón, y quitaré mi lana y mi lino [que le había dado] para cubrir su desnudez.
10 Y ahora descubriré yo su locura delante de los ojos de sus amantes, y nadie la librará de mi mano.
11 Y haré cesar todo su gozo, sus fiestas, sus nuevas lunas y sus sábados, y todas sus festividades.
12 Y haré talar sus vides y sus higueras, de las cuales ha dicho: Mi pago son, que me han dado mis amantes. Y las reduciré a un matorral, y las comerán las bestias del campo.
13 Y visitaré sobre ella los tiempos de los Baales, a los cuales incensaba, y se adornaba de sus zarcillos y de sus joyeles, y se iba tras sus amantes olvidándose de mí, dice Jehová.
14 Pero he aquí, yo la atraeré, y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón.
15 Y le daré sus viñas desde allí, y el valle de Acor por puerta de esperanza; y allí cantará como en los tiempos de su juventud, y como en el día de su subida de la tierra de Egipto.
16 Y será que en aquel tiempo, dice Jehová, me llamarás Ishi, y nunca más me llamarás Baali.
17 Porque quitaré de su boca los nombres de los Baales, y nunca más serán mencionados por sus nombres.
18 Y en aquel tiempo haré para ellos pacto con las bestias del campo, con las aves del cielo y con los reptiles de la tierra; y quebraré arco y espada y la batalla de la tierra, y los haré dormir seguros.
19 Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, y juicio, en compasión, y en misericordias.
20 Y te desposaré conmigo en fe, y conocerás a Jehová.
21 Y será que en aquel tiempo responderé, dice Jehová, yo responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra;
22 Y la tierra responderá al trigo, y al vino, y al aceite, y ellos responderán a Jezreel.
23 Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de la que no ha obtenido misericordia; y diré al que no [era] mi pueblo: Tú [eres] mi pueblo, y él dirá: [Tú eres] mi Dios.

Habacuc 3

1 Oración de Habacuc profeta, sobre Sigionot.
2 Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí: Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer; En la ira acuérdate de la misericordia.
3 Dios viene de Temán, y el Santo del monte de Parán (Selah). Su gloria cubrió los cielos, y la tierra se llenó de su alabanza.
4 Su resplandor era como la luz, y cuernos salían de su mano; allí estaba escondido su poder.
5 Delante de su rostro iba mortandad, y a sus pies salían carbones encendidos.
6 Se paró, y midió la tierra; miró, e hizo temblar las naciones; y los montes antiguos fueron desmenuzados, los collados antiguos se humillaron. Sus caminos [son] eternos.
7 He visto las tiendas de Cusán en aflicción; las tiendas de la tierra de Madián temblaron.
8 ¿Se airó Jehová contra los ríos? ¿Contra los ríos [fue] tu enojo? ¿Tu ira contra el mar, cuando subiste sobre tus caballos, y sobre tus carros de salvación?
9 Se descubrió enteramente tu arco, los juramentos a las tribus, palabra segura (Selah). Hendiste la tierra con ríos.
10 Te vieron, [y] tuvieron temor los montes; pasó la inundación de las aguas; el abismo dio su voz, [y] a lo alto alzó sus manos.
11 El sol [y] la luna se pararon en su estancia; a la luz de tus saetas anduvieron, y al resplandor de tu fulgente lanza.
12 Con ira hollaste la tierra, con furor trillaste las naciones.
13 Saliste para salvar a tu pueblo, para salvar con tu ungido. Traspasaste la cabeza de la casa del impío, desnudando el cimiento hasta el cuello (Selah).
14 Horadaste con sus propias varas las cabezas de sus villas, que como tempestad acometieron para dispersarme; su regocijo [era] como para devorar al pobre encubiertamente.
15 Hiciste camino en el mar a tus caballos, [por] montón de grandes aguas.
16 Oí, y se conmovieron mis entrañas; a la voz temblaron mis labios; pudrición entró en mis huesos, y dentro de mí me estremecí; si bien estaré quieto en el día de la angustia, cuando suba al pueblo el que lo invadirá con sus tropas.
17 Aunque la higuera no florezca, ni [haya] fruto en las vides; aunque falte el fruto del olivo, y los labrados no den mantenimiento; y las ovejas sean quitadas del redil, y no [haya] vacas en los corrales;
18 con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación.
19 Jehová el Señor es mi fortaleza, Él hará mis pies como de ciervas, y me hará andar sobre mis alturas. (Al principal de los cantores, sobre mis instrumentos de cuerdas)

Miqueas 4

1 Y acontecerá en los postreros días [que] el monte de la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y será exaltado más que los collados, y los pueblos correrán a él.
2 Y vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y Él nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus sendas; porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.
3 Y juzgará entre muchos pueblos, y corregirá a naciones poderosas hasta muy lejos; y martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.
4 Y cada uno se sentará debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien amedrente; porque la boca de Jehová de los ejércitos [lo] ha hablado.
5 Bien que todos los pueblos anduvieren cada uno en el nombre de sus dioses, nosotros con todo andaremos en el nombre de Jehová nuestro Dios eternamente y para siempre.
6 En aquel día, dice Jehová, juntaré a la que cojea, y recogeré a la descarriada, y a la que afligí:
7 Y haré un remanente de la que cojea, y de la descarriada una nación poderosa; y Jehová reinará sobre ellos en el monte de Sión desde ahora para siempre.
8 Y tú, oh torre del rebaño, la fortaleza de la hija de Sión vendrá hasta ti: y el señorío primero, el reino vendrá a la hija de Jerusalén.
9 Ahora ¿por qué gritas tanto? ¿No [hay] rey en ti? ¿Pereció tu consejero, que te ha tomado dolor como de mujer de parto?
10 Duélete y gime, hija de Sión como mujer de parto; porque ahora saldrás de la ciudad, y morarás en el campo, y llegarás hasta Babilonia; allí serás librada, allí te redimirá Jehová de la mano de tus enemigos.
11 Ahora también muchas naciones se han juntado contra ti, y dicen: Sea profanada, y vean nuestros ojos su deseo sobre Sión.
12 Mas ellos no conocieron los pensamientos de Jehová, ni entendieron su consejo; por lo cual los juntó como gavillas en la era.
13 Levántate y trilla, hija de Sión, porque tu cuerno tornaré de hierro, y tus uñas de bronce, y desmenuzarás muchos pueblos; y consagrarás a Jehová su despojo, y sus riquezas al Señor de toda la tierra.

Colosenses 2

1 Mas quiero que sepáis cuán grande lucha sostengo por vosotros, y [por] los que están en Laodicea, y [por] todos los que nunca han visto mi rostro en la carne;
2 para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta [alcanzar] todas las riquezas de la plena seguridad del entendimiento; a fin de conocer el misterio de Dios, y del Padre, y de Cristo,
3 en quien están escondidos todos los tesoros de sabiduría y conocimiento.
4 Y esto digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas.
5 Porque aunque esté ausente en la carne, no obstante en espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo.
6 Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en Él;
7 arraigados y sobreedificados en Él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en ella con acciones de gracias.
8 Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y vanas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.
9 Porque en Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad,
10 y vosotros estáis completos en Él, el cual es la cabeza de todo principado y potestad.
11 En quien también sois circuncidados de circuncisión no hecha de mano, en el despojamiento del cuerpo del pecado de la carne, en la circuncisión de Cristo.
12 Sepultados con Él en el bautismo, en el cual también sois resucitados con Él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.
13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con Él; perdonándoos todos los pecados,
14 cancelando el manuscrito de las ordenanzas que había contra nosotros, que nos era contrario, quitándolo de en medio y clavándolo en la cruz;
15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en sí mismo.
16 Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o respecto a días de fiesta o de luna nueva, o de sábados;
17 que son la sombra de lo por venir; mas el cuerpo [es] de Cristo.
18 Nadie os prive de vuestra recompensa, afectando humildad y adoración a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal,
19 y no asiéndose de la cabeza, de la cual todo el cuerpo, nutrido y enlazado por las coyunturas y los ligamentos, crece con el crecimiento de Dios.
20 Si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, entonces, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a ordenanzas
21 [tales como]: No toques, no gustes, no manejes
22 (todas las cuales habrán de perecer con el uso), según mandamientos y doctrinas de hombres?
23 Tales cosas tienen a la verdad cierta apariencia de sabiduría en adoración voluntaria, en humildad, y en duro trato del cuerpo, pero no tienen ningún valor para la satisfacción de la carne.

1 Timoteo 2

1 Exhorto, pues, ante todo, que se hagan súplicas, oraciones, intercesiones [y] acciones de gracias, por todos los hombres;
2 por los reyes y [por] todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.
3 Porque esto [es] bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador,
4 el cual quiere que todos los hombres sean salvos, y vengan al conocimiento de la verdad.
5 Porque [hay] un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre;
6 el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, para testimonio a su debido tiempo.
7 Para lo cual yo soy ordenado predicador y apóstol (digo verdad en Cristo, no miento), maestro de los gentiles en fe y verdad.
8 Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.
9 Asimismo también, que las mujeres se adornen con atavío decoroso, con vergüenza y modestia; no con cabellos encrespados, u oro, o perlas, o vestidos costosos;
10 sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad.
11 La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción.
12 Porque no permito a la mujer enseñar, ni usurpar autoridad sobre el varón, sino estar en silencio.
13 Porque Adán fue formado primero, después Eva;
14 y Adán no fue engañado, sino que la mujer, al ser engañada, cayó en transgresión:
15 Pero será salva engendrando hijos, si permanecieren en fe y amor y santidad, con modestia.

Santiago 2

1 Hermanos míos, no tengáis la fe de nuestro glorioso Señor Jesucristo, en acepción de personas.
2 Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro, con ropa fina, y también entra un pobre vestido en harapos,
3 y miráis con agrado al que trae ropa fina, y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y dijeres al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado;
4 ¿no sois parciales en vosotros mismos, y venís a ser jueces de malos pensamientos?
5 Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha escogido Dios a los pobres de este mundo, ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?
6 Pero vosotros habéis menospreciado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y os arrastran a los juzgados?
7 ¿No blasfeman ellos el buen nombre por el cual sois llamados?
8 Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis;
9 pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y sois convictos por la ley como transgresores.
10 Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.
11 Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también dijo: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley.
12 Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad.
13 Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia se gloría contra el juicio.
14 Hermanos míos, ¿qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?
15 Y si el hermano o la hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día,
16 y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos; pero no les da lo que necesitan para el cuerpo, ¿de qué aprovechará?
17 Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.
18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras; muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.
19 Tú crees que hay un Dios; bien haces; también los demonios creen y tiemblan.
20 ¿Mas quieres saber, oh hombre vano, que la fe sin obras es muerta?
21 ¿No fue justificado por las obras, Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?
22 ¿No ves que la fe actuó con sus obras, y que la fe fue perfeccionada por las obras?
23 Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue imputado por justicia, y fue llamado: Amigo de Dios.
24 Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe.
25 Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino?
26 Porque como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.

Filipenses 2:10

10 para que al nombre de Jesús, se doble toda rodilla; de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra,

Cantares 8

1 ¡Oh que [fueras] tú como mi hermano, que mamó los pechos de mi madre; así, al encontrarte afuera yo te besaría, y no me menospreciarían!
2 Yo te llevaría, te metería en la casa de mi madre, que me enseñaba; te daría a beber vino sazonado del mosto de mis granadas.
3 Su izquierda [esté] debajo de mi cabeza, y su derecha me abrace.
4 Os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, que no despertéis ni hagáis velar al amor, hasta que quiera.
5 ¿Quién [es] ésta que sube del desierto, recostada sobre su amado? Debajo de un manzano te desperté; allí tuvo dolores tu madre, allí tuvo dolores la que te dio a luz.
6 Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo: Porque fuerte como la muerte [es] el amor; duros como el sepulcro los celos; sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama.
7 Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos. Si diese el hombre toda la hacienda de su casa por este amor, de cierto lo menospreciarían.
8 Tenemos una pequeña hermana, que no tiene pechos: ¿Qué haremos a nuestra hermana cuando de ella se hablare?
9 Si ella [es] muro, edificaremos sobre él un palacio de plata; y si [fuere] puerta, la guarneceremos con tablas de cedro.
10 Yo [soy] muro, y mis pechos como torres, desde que fui en sus ojos como la que halla paz.
11 Salomón tuvo una viña en Baal-hamón, la cual entregó a guardas, cada uno de los cuales debía traer mil [piezas] de plata por su fruto.
12 Mi viña, que [es] mía, está delante de mí; las mil serán tuyas, oh Salomón, y doscientas, de los que guardan su fruto.
13 Oh tú la que moras en los huertos, los compañeros escuchan tu voz; házmela oír.
14 Huye, amado mío; y sé semejante al corzo, o al cervatillo, sobre las montañas de los aromas.

Proverbios 10

1 Los proverbios de Salomón. El hijo sabio alegra al padre; pero el hijo necio es tristeza de su madre.
2 Los tesoros de maldad no serán de provecho; mas la justicia libra de muerte.
3 Jehová no dejará padecer hambre al alma del justo; mas arrojará la sustancia de los impíos.
4 La mano negligente hace pobre; mas la mano de los diligentes enriquece.
5 El que recoge en el estío [es] hombre entendido; el que duerme en el tiempo de la siega [es] hijo que avergüenza.
6 Bendiciones sobre la cabeza del justo; pero violencia cubrirá la boca de los impíos.
7 La memoria del justo [será] bendita; mas el nombre de los impíos se pudrirá.
8 El sabio de corazón recibirá los mandamientos; mas el necio de labios caerá.
9 El que camina en integridad, anda confiado; mas el que pervierte sus caminos, será descubierto.
10 El que guiña el ojo acarrea tristeza; y el necio de labios será castigado.
11 Manantial de vida [es] la boca del justo; pero violencia cubrirá la boca de los impíos.
12 El odio despierta rencillas; pero el amor cubrirá todas las faltas.
13 En los labios del prudente se halla sabiduría; mas la vara [es] para la espalda del falto de entendimiento.
14 Los sabios atesoran la sabiduría; mas la boca del necio es calamidad cercana.
15 Las riquezas del rico [son] su ciudad fuerte; y la ruina de los pobres es su pobreza.
16 La obra del justo [es] para vida; mas el fruto del impío es para pecado.
17 Camino a la vida es guardar la instrucción; pero el que rechaza la reprensión, yerra.
18 El que encubre el odio [es] de labios mentirosos; y el que propaga calumnia [es] necio.
19 En las muchas palabras no falta pecado; mas el que refrena sus labios es prudente.
20 Plata escogida [es] la lengua del justo; mas el entendimiento de los impíos es como nada.
21 Los labios del justo alimentan a muchos; mas los necios mueren por falta de entendimiento.
22 La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella.
23 Hacer maldad es como diversión al insensato; pero el hombre entendido tiene sabiduría.
24 Lo que el impío teme, eso le vendrá; mas a los justos les será dado lo que desean.
25 Como pasa el torbellino, así el malo no permanece; mas el justo está fundado para siempre.
26 Como el vinagre a los dientes, y como el humo a los ojos, así es el perezoso a los que lo envían.
27 El temor de Jehová aumentará los días; pero los años de los impíos serán acortados.
28 La esperanza de los justos [es] alegría; mas la esperanza de los impíos perecerá.
29 El camino de Jehová [es] fortaleza al íntegro; pero es destrucción a los que hacen iniquidad.
30 El justo jamás será removido; mas los impíos no habitarán la tierra.
31 La boca del justo producirá sabiduría; mas la lengua perversa será cortada.
32 Los labios del justo saben lo que agrada; mas la boca de los impíos [habla] perversidades.