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Manjar Sabático

20-02-2021

Santiago 4

1 ¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras concupiscencias, las cuales combaten en vuestros miembros?
2 Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar, combatís y guerreáis, y no tenéis porque no pedís.
3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
4 Adúlteros y adúlteras, ¿no sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quisiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.
5 ¿Pensáis que la Escritura dice en vano: El espíritu que mora en nosotros, codicia para envidia?
6 Mas Él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.
7 Someteos, pues, a Dios. Resistid al diablo, y huirá de vosotros.
8 Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad vuestras manos; y vosotros de doble ánimo, purificad vuestros corazones.
9 Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y [vuestro] gozo en tristeza.
10 Humillaos delante del Señor, y Él os exaltará.
11 Hermanos, no habléis mal los unos de los otros. El que habla mal de su hermano, y juzga a su hermano, este tal habla mal de la ley, y juzga la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez.
12 Uno es el dador de la ley, que puede salvar y perder, ¿quién eres tú que juzgas a otro?
13 ¡Vamos ahora! Los que decís: Hoy o mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, compraremos y venderemos, y ganaremos;
14 cuando no sabéis lo que [será] mañana. Porque, ¿qué [es] vuestra vida? Ciertamente es un vapor que aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.
15 En lugar de lo cual [deberíais] decir: Si el Señor quisiere, y si viviéremos, haremos esto o aquello.
16 Mas ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala.
17 Así que, al que sabe hacer lo bueno, y no [lo] hace, [le] es pecado.

Efesios 2

1 Y [Él os dio vida] a vosotros, que estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, conforme a la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia;
3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo; en la concupiscencia de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,
5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),
6 y juntamente [con Él nos] resucitó, y asimismo [nos] hizo sentar con Él, en [lugares] celestiales en Cristo Jesús;
7 para mostrar en las edades venideras las abundantes riquezas de su gracia, en [su] bondad para con nosotros en Cristo Jesús
8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros; [pues es] don de Dios;
9 no por obras, para que nadie se gloríe.
10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
11 Por tanto, acordaos que en otro tiempo vosotros, los gentiles en la carne, erais llamados incircuncisión por la que es llamada circuncisión hecha por mano en la carne;
12 que en aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y extranjeros a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
13 Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.
14 Porque Él es nuestra paz, que de ambos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación;
15 aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos [contenidos] en ordenanzas, para hacer en sí mismo de los dos un nuevo hombre, haciendo [así] la paz;
16 y reconciliar con Dios a ambos en un cuerpo mediante la cruz, matando en sí mismo las enemistades.
17 Y vino, y predicó la paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca;
18 porque por medio de Él ambos tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.
19 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y de la familia de Dios;
20 edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,
21 en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor;
22 en quien también vosotros sois juntamente edificados, para morada de Dios en el Espíritu.

Patriarcas y Profetas, capítulo 38: ''El viaje alrededor de Edom''

Este capítulo está basado en Números 20:14 y 21.

El campamento de Israel en Cades estaba a poca distancia de los límites de Edom, y tanto Moisés como el pueblo tenían muchos deseos de cruzar ese territorio para ir a la tierra prometida; así que, tal como Dios les había mandado, enviaron este mensaje al rey de Edom:

“Así dice Israel tu hermano: Tú has sabido todo el trabajo que nos ha venido: cómo nuestros padres descendieron a Egipto, y estuvimos en Egipto largo tiempo, y los Egipcios nos maltrataron, y a nuestros padres; y clamamos a Jehová, el cual oyó nuestra voz, y envió ángel, y sacónos de Egipto; y he aquí estamos en Cades, ciudad al extremo de tus confines: rogámoste que pasemos por tu tierra; no pasaremos por labranza, ni por viña, ni beberemos agua de pozos: por el camino real iremos, sin apartarnos a la diestra ni a la siniestra, hasta que hayamos pasado tu término.” Números 20:14-20.

Como contestación a esta petición cortés, recibieron una negativa amenazadora: “No pasarás por mi país, de otra manera saldré contra ti armado.”

Sorprendidos por esta negativa, los jefes de Israel enviaron otra súplica al rey, con la promesa: “Por el camino seguido iremos; y si bebiéremos tus aguas yo y mis ganados, daré el precio de ellas: ciertamente sin hacer otra cosa, pasaré de seguida.”

La contestación fué: “No pasarás.” Ya había grupos de edomitas armados en los pasos dificultosos, de manera que cualquier avance pacífico en esa dirección era imposible, y se les había prohibido a los hebreos recurrir a la fuerza para lograr su fin. Tenían que hacer un largo rodeo alrededor de la tierra de Edom.

Si, cuando se le probó, el pueblo hubiera confiado en Dios, el Capitán de la hueste de Jehová la habría guiado a través de Edom, y el temor de ella se habría apoderado de los habitantes de la tierra, de tal manera que, en vez de manifestarles hostilidad, les hubieran hecho favores. Pero los israelitas no obraron inmediatamente según la palabra de Dios, y mientras se quejaban y murmuraban, pasó la oportunidad preciosa. Cuando por último estuvieron dispuestos a presentar su petición al rey, recibieron una negativa. Desde que salieron de Egipto, Satanás estuvo empeñado en poner obstáculos y tentaciones en su camino, para que no llegaran a heredar la tierra de Canaán. Y por su propia incredulidad le habían permitido varias veces que resistiese a los propósitos de Dios.

Es importante creer en la palabra de Dios y actuar de acuerdo a ella en seguida, mientras los ángeles están esperando para obrar en nuestro favor. Los ángeles malos están siempre listos para disputar todo paso hacia adelante. Y cuando la providencia de Dios manda a sus hijos que avancen, cuando él está dispuesto a hacer grandes cosas para ellos, Satanás los tienta a que desagraden al Señor por su vacilación y tardanza; trata de encender un espíritu de contienda y de despertar murmuraciones o incredulidad, a fin de privarlos de las bendiciones que Dios desea otorgarles. Los siervos de Dios deben ser como milicianos, siempre dispuestos a avanzar tan pronto como su providencia les abra el camino. Cualquier tardanza que haya de su parte da tiempo a que Satanás obre para derrotarlos.

En las instrucciones que se le dieron primeramente a Moisés tocante al paso de los israelitas por Edom, después de declarar que los edomitas les tendrían temor, el Señor prohibió a su pueblo que se valiera de esta ventaja. No debían los hebreos saquear a Edom por el hecho de que los favorecía el poder de Dios y de que los temores de los edomitas hacían de ellos una presa fácil. El mandamiento que se les dió fué: “Vosotros guardaos mucho: no os metáis con ellos; que no os daré de su tierra ni aun la holladura de la planta de un pie; porque yo he dado por heredad a Esaú el monte de Seír.” Deuteronomio 2:4, 5. Los edomitas eran descendientes de Abrahán e Isaac, y por amor a estos siervos suyos, Dios había sido favorable a los hijos de Esaú. Les había dado el monte de Seír como posesión, y no se los había de perturbar a menos que por sus pecados se colocaran fuera del alcance de su misericordia. Los hebreos habían de desposeer y destruir totalmente a los habitantes de Canaán, que habían colmado la medida de sus iniquidades; pero los edomitas vivían todavía su tiempo de gracia, por lo cual debían ser tratados misericordiosamente. Dios se complace en la misericordia y manifiesta su compasión antes de aplicar sus juicios. Enseñó a los israelitas a pasar sin hacer daño a Edom, antes de exigirles que destruyeran a los habitantes de Canaán.

Los antepasados de Edom y de Israel eran hermanos, y debieran haber reinado entre ellos la bondad y la cortesía fraternal. Se les prohibió a los israelitas que vengaran entonces o en cualquier momento futuro, la afrenta que se les había hecho al negarles el paso por la tierra. No debían contar con poseer parte alguna de la tierra de Edom. Aunque los israelitas eran el pueblo escogido y favorecido de Dios, debían obedecer todas las restricciones que él les imponía. Dios les había prometido una buena herencia; pero no habían de creer por eso que ellos eran los únicos que tenían derechos en la tierra, ni tratar de expulsar a todos los demás. Se les ordenó que al tratar con los edomitas no les hiciesen injusticia. Habían de comerciar con ellos, comprarles lo que necesitaran y pagar puntualmente por todo lo que recibieran. Como aliciente para que Israel confiara en Dios y obedeciera a su palabra, se le recordó: “Jehová tu Dios te ha bendecido en toda obra de tus manos,… y ninguna cosa te ha faltado.” Deuteronomio 2:7. Israel no dependía de los edomitas, pues tenía un Dios rico y abundante en recursos. Nada debía procurar de ellos por la fuerza o el fraude, sino que más bien en todas sus relaciones debía poner en práctica este principio de la ley divina: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”

Si los hebreos hubiesen cruzado Edom como Dios se había propuesto, su paso habría resultado en una bendición, no sólo para ellos, sino también para los habitantes de la tierra; pues les habría permitido conocer al pueblo de Dios y su culto, y ver cómo el Dios de Jacob había prosperado a los que le amaban y le temían. Pero la incredulidad de Israel había impedido todo esto. Dios le había dado al pueblo agua en contestación a sus clamores, pero hubo de dejar que de su incredulidad proviniera su castigo. Nuevamente debían cruzar el desierto y saciar su sed en la fuente milagrosa que no habrían necesitado más si tan sólo hubieran confiado en él.

Las huestes de Israel se encaminaron, pues, nuevamente hacia el sur por tierras estériles, que les parecían aún más áridas después de haber obtenido vislumbres de los campos verdes entre las colinas y los valles de Edom. En la sierra que domina este sombrío desierto, se levanta el monte Hor, en cuya cima había de morir y ser sepultado Aarón. Cuando los israelitas llegaron a este monte, recibió Moisés la siguiente orden divina: “Toma a Aarón y a Eleazar su hijo, y hazlos subir al monte de Hor, y haz desnudar a Aarón sus vestidos, y viste de ellos a Eleazar su hijo; porque Aarón será reunido a sus pueblos, y allí morirá.” Números 20:22-29.

Juntos los dos ancianos, acompañados del hombre más joven, ascendieron trabajosamente a la cumbre del monte. La cabeza de Moisés y de Aarón estaban ya blancas con la nieve de ciento veinte inviernos. Su vida larga y llena de acontecimientos se había distinguido por las pruebas más profundas y los mayores honores que jamás le hayan tocado en suerte a ser humano alguno. Eran hombres de gran capacidad natural, y todas sus facultades habían sido desarrolladas, exaltadas y dignificadas por su comunión constante con el Infinito. Habían dedicado toda su vida a trabajar desinteresadamente para Dios y sus semejantes; sus semblantes daban evidencia de mucho poder intelectual, firmeza, nobleza de propósitos y fuertes afectos.

Durante muchos años, Moisés y Aarón habían caminado juntos, ayudándose mutuamente en sus cuidados y en sus labores. Juntos habían arrostrado innumerables peligros, y habían compartido la señalada bendición de Dios; pero ya había llegado la hora en que debían separarse. Marchaban lentamente, pues cada momento que pasaban en su compañía mutua les resultaba sumamente precioso. El ascenso era escarpado y penoso; y durante sus frecuentes paradas para descansar, conversaban en perfecta comunión acerca del pasado y del futuro. Ante ellos, hasta donde se perdía la vista, se extendía el escenario de su peregrinación por el desierto. Abajo, en la llanura, acampaban los vastos ejércitos de Israel, a los cuales estos hombres escogidos habían dedicado la mejor parte de su vida; por cuyo bienestar habían sentido tan profundo interés y habían hecho tan grandes sacrificios. En algún sitio más allá de las montañas de Edom, estaba la senda que conducía a la tierra prometida, aquella tierra de cuyas bendiciones Moisés y Aarón no gozarían. Ningún sentimiento rebelde había en su corazón. Ninguna murmuración salió de sus labios, aunque una tristeza solemne embargó sus semblantes cuando recordaron lo que les impedía llegar a la herencia de sus padres.

La obra de Aarón en favor de Israel había terminado. Cuarenta años antes, a la edad de ochenta y tres años, Dios le había llamado para que se uniera a Moisés en su grande e importante misión. Había cooperado con su hermano en la obra de sacar a los hijos de Israel de Egipto. Había sostenido las manos del gran jefe cuando los ejércitos hebreos luchaban denodadamente con Amalec. Se le había permitido ascender al monte Sinaí, aproximarse a la presencia de Dios y contemplar la divina gloria. El Señor había conferido el sacerdocio a la familia de Aarón, y le había honrado con la santa consagración de sumo sacerdote. Le había mantenido en su santo cargo mediante las pavorosas manifestaciones del juicio divino en la destrucción de Coré y su grupo. Gracias a la intercesión de Aarón se detuvo la plaga. Cuando sus dos hijos fueron muertos por haber desacatado el expreso mandamiento de Dios, él no se rebeló ni siquiera murmuró. No obstante, la foja de servicios de su vida noble había sido manchada. Aarón cometió un grave pecado cuando cedió a los clamores del pueblo e hizo el becerro de oro en el Sinaí; y otra vez cuando se unió a María en un arrebato de envidia y murmuración contra Moisés. Y junto con Moisés ofendió al Señor en Cades cuando violaron la orden de hablar a la roca para que diese agua.

Dios quería que estos grandes caudillos de su pueblo representasen a Cristo. Aarón llevaba el nombre de Israel en su pecho. Comunicaba al pueblo la voluntad de Dios. Entraba al lugar santísimo el día de la expiación, “no sin sangre,” como mediador en pro de todo Israel. De esa obra pasaba a bendecir a la congregación, como Cristo vendrá a bendecir a su pueblo que le espera, cuando termine la obra expiatoria que está haciendo en su favor. El exaltado carácter de aquel santo cargo como representante de nuestro gran Sumo Sacerdote, fué lo que hizo tan grave el pecado de Aarón en Cades.

Con profunda tristeza, Moisés despojó a Aarón de sus santas vestiduras y se las puso a Eleazar, quien llegó a ser así sucesor de su padre por nombramiento divino. A causa del pecado que cometió en Cades, se le negó a Aarón el privilegio de oficiar como sumo sacerdote de Dios en Canaán, de ofrecer el primer sacrificio en la buena tierra, y de consagrar así la herencia de Israel. Moisés había de continuar llevando su carga de conducir al pueblo hasta los mismos límites de Canaán. Había de llegar a ver la tierra prometida, pero no había de entrar en ella. Si estos siervos de Dios, cuando estaban frente a la roca de Cades, hubieran soportado sin murmuración alguna la prueba a que allí se los sometió, ¡cuán diferente habría sido su futuro! Jamás puede deshacerse una mala acción. Puede suceder que el trabajo de toda una vida no recobre lo que se perdió en un solo momento de tentación o aun de negligencia.

El hecho de que faltaran del campamento los dos grandes jefes, y de que los acompañara Eleazar, quien, como era bien sabido, había de ser el sucesor de Aarón en el santo cargo, despertó un sentimiento de aprensión; y se aguardó con ansiedad el regreso de ellos. Cuando uno miraba en derredor suyo en aquella enorme congregación, veía que casi todos los adultos que salieron de Egipto habían perecido en el desierto. Un presentimiento tenebroso embargó a todos cuando recordaron la sentencia pronunciada contra Moisés y Aarón. Algunos estaban al tanto del objeto de aquel viaje misterioso a la cima del monte Hor, y su preocupación por sus jefes era intensificada por los amargos recuerdos y las acusaciones que se dirigían a sí mismos.

Por fin, columbraron las siluetas de Moisés y Eleazar, que descendían lentamente por la ladera del monte; pero Aarón no los acompañaba. Eleazar tenía puestas las vestiduras sacerdotales y ello mostraba que había sucedido a su padre en el santo cargo. Cuando el pueblo, con pesadumbre en el corazón, se congregó alrededor de su jefe, Moisés explicó que Aarón había muerto en sus brazos en el monte Hor, y que allá se le había dado sepultura. La congregación prorrumpió en llanto y en lamentación, pues todos amaban de corazón a Aarón, aunque tan a menudo le habían causado dolor. “Hiciéronle duelo por treinta días todas las familias de Israel.” Números 20:29.

Con respecto al entierro del sumo sacerdote de Israel las Escrituras relatan sencillamente: “Allí murió Aarón, y allí fué sepultado.” Deuteronomio 10:6. ¡Qué contraste tan notable hay entre este entierro, llevado a cabo de conformidad al mandamiento expreso de Dios, con los que se acostumbran hoy día! En los tiempos modernos las exequias de un hombre que ocupó una posición elevada son a menudo motivo de demostraciones pomposas y extravagantes. Cuando murió Aarón, uno de los hombres más ilustres que alguna vez hayan vivido, presenciaron su muerte y asistieron a su entierro solamente dos de sus deudos más cercanos. Y aquella tumba solitaria en la cumbre de Hor quedó vedada para siempre a los ojos de Israel. No se honra a Dios en las grandes demostraciones que se hacen a veces a los muertos y en los gastos extravagantes en que se incurre para devolver sus cuerpos al polvo.

Toda la congregación lloró a Aarón, pero nadie pudo sentir la pérdida tan agudamente como Moisés. La muerte de Aarón recordaba vigorosamente a Moisés que su propio fin se aproximaba; pero por corto que fuera el tiempo que aun le tocara permanecer en la tierra, sentía profundamente la pérdida de su constante compañero, del que por tantos largos años había compartido sus gozos y sus tristezas, sus esperanzas y sus temores. Moisés debía ahora continuar la obra solo; pero sabía que Dios era su amigo, y en él se apoyó tanto más.

Poco tiempo después de dejar el monte de Hor, los israelitas sufrieron una derrota en el combate que sostuvieron contra Arad, uno de los reyes cananeos. Pero como pidieron fervientemente la ayuda de Dios, se les otorgó el apoyo divino, y sus enemigos fueron derrotados. La victoria, en vez de inspirarles gratitud e inducirlos a reconocer cuánto dependían de Dios, los volvió jactanciosos y seguros de sí mismos. Pronto se entregaron de nuevo a su viejo hábito de murmurar. Estaban ahora descontentos porque no se había permitido a los ejércitos de Israel que avanzaran sobre Canaán inmediatamente después de su rebelión al oír el informe de los espías, casi cuarenta años antes. Consideraban su larga estada en el desierto como una tardanza innecesaria y argüían que habrían podido vencer a sus enemigos tan fácilmente antes como ahora.

Mientras continuaban su viaje hacia el sur, hubieron de pasar por un valle ardiente y arenoso, sin sombra ni vegetación. El camino parecía largo y trabajoso, y sufrían de cansancio y de sed. Nuevamente no pudieron soportar la prueba de su fe y paciencia. Al pensar a todas horas sólo en la fase triste y tenebrosa de cuanto experimentaban, se fueron separando más y más de Dios. Perdieron de vista el hecho de que si no hubieran murmurado cuando el agua dejó de fluir en Cades, Dios les habría evitado el viaje alrededor de Edom. Dios les deseaba cosas mejores. Debieran haber llenado su corazón de gratitud hacia él porque les había infligido tan ligero castigo por su pecado. En vez de hacerlo, se jactaron diciendo que si Dios y Moisés no hubiesen intervenido, ahora estarían en posesión de la tierra prometida. Después de acarrearse dificultades que les hicieron la suerte mucho más difícil de lo que Dios se había propuesto, le culparon a él de todas sus desgracias. Sintieron amargura con respecto al trato de Dios con ellos, y por último, sintieron descontento por todo. Egipto les parecía más halagüeño y deseable que la libertad y la tierra a la cual Dios les conducía.

Cuando los israelitas daban rienda suelta a su espíritu de descontento, llegaban hasta encontrar faltas en las mismas bendiciones que recibían: “Y habló el pueblo contra Dios y Moisés: ¿Por qué nos hicisteis subir de Egipto para que muramos en este desierto? que ni hay pan, ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano.” Números 21:5.

Moisés indicó fielmente al pueblo la magnitud de su pecado. Era tan sólo el poder de Dios lo que les había conservado la vida en el “desierto grande y espantoso, de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde ningún agua había.” Deuteronomio 8:15. Cada día de su peregrinación habían sido guardados por un milagro de la divina misericordia. En toda la ruta en que Dios los había conducido, habían encontrado agua para los sedientos, pan del cielo que les mitigara el hambre, y paz y seguridad bajo la sombra de la nube de día y el resplandor de la columna de fuego de noche. Los ángeles les habían asistido mientras subían las alturas rocosas o transitaban por los ásperos senderos del desierto. No obstante las penurias que habían soportado, no había una sola persona débil en todas sus filas. Los pies no se les habían hinchado en sus largos viajes, ni sus ropas habían envejecido. Dios había subyugado y dominado ante su paso las fieras y los reptiles ponzoñosos del bosque y del desierto. Si a pesar de todos estos notables indicios de su amor el pueblo continuaba quejándose, el Señor iba a retirarle su protección hasta cuando llegara a apreciar su misericordioso cuidado y se volviera hacia él, arrepentido y humillado.

Porque había estado escudado por el poder divino, Israel no se había dado cuenta de los innumerables peligros que lo habían rodeado continuamente. En su ingratitud e incredulidad había declarado que deseaba la muerte, y ahora el Señor permitió que la muerte le sobreviniera. Las serpientes venenosas que pululaban en el desierto eran llamadas serpientes ardientes a causa de los terribles efectos de su mordedura, pues producía una inflamación violenta y la muerte al poco rato. Cuando la mano protectora de Dios se apartó de Israel, muchísimas personas fueron atacadas por estos reptiles venenosos.

Hubo entonces terror y confusión en todo el campamento. En casi todas las tiendas había muertos o moribundos. Nadie estaba seguro. A menudo rasgaban el silencio de la noche gritos penetrantes que anunciaban nuevas víctimas. Todos estaban atareados para asistir a los dolientes, o con cuidado angustioso trataban de proteger a los que aun no habían sido heridos. Ninguna murmuración salía ahora de sus labios. Cuando comparaban sus dificultades y pruebas anteriores con los sufrimientos por los cuales estaban pasando ahora, aquéllas les parecían baladíes.

El pueblo se humilló entonces ante Dios. Muchos se acercaron a Moisés para hacerle sus confesiones y súplicas. “Pecado hemos—dijeron—por haber hablado contra Jehová, y contra ti.” Números 21:7-9. Poco antes le habían acusado de ser su peor enemigo, la causa de todas sus angustias y aflicciones. Pero aun antes que las palabras dejaran sus labios, sabían perfectamente que los cargos eran falsos; y tan pronto como llegaron las verdaderas dificultades, corrieron hacia él como a la única persona que podía interceder ante Dios por ellos. “Ruega a Jehová—clamaron—que quite de nosotros estas serpientes.”

Dios le ordenó a Moisés que hiciese una serpiente de bronce semejante a las vivas, y que la levantara ante el pueblo. Todos los que habían sido picados habían de mirarla y encontrarían alivio. Hizo lo que se le había mandado, y por todo el campamento cundió la grata noticia de que todos los que habían sido mordidos podían mirar la serpiente de bronce, y vivir. Muchos habían muerto ya, y cuando Moisés hizo levantar la serpiente en un poste, hubo quienes se negaron a creer que con sólo mirar aquella imagen metálica se iban a curar. Estos perecieron en la incredulidad. No obstante, hubo muchos que tuvieron fe en lo provisto por Dios. Padres, madres, hermanos y hermanas se dedicaban afanosamente a ayudar a sus deudos dolientes y moribundos a fijar los ojos lánguidos en la serpiente. Si ellos, aunque desfallecientes y moribundos, podían mirarla una vez, se restablecían por completo.

La gente sabía perfectamente que en aquella serpiente de bronce no había poder alguno para ocasionar un cambio tal en los que la miraban. La virtud curativa venía únicamente de Dios. En su sabiduría eligió esta manera de manifestar su poder. Mediante este procedimiento sencillo se le hizo comprender al pueblo que esta calamidad le había sobrecogido como consecuencia directa de sus pecados. También se le aseguró que mientras obedecieran a Dios no tenían motivo de temor; pues él los preservaría de todo mal.

El alzamiento de la serpiente de bronce tenía por objeto enseñar una lección importante a los israelitas. No podían salvarse del efecto fatal del veneno que había en sus heridas. Solamente Dios podía curarlos. Se les pedía, sin embargo, que demostraran su fe en lo provisto por Dios. Debían mirar para vivir. Su fe era lo aceptable para Dios, y la demostraban mirando la serpiente. Sabían que no había virtud en la serpiente misma, sino que era un símbolo de Cristo; y se les inculcaba así la necesidad de tener fe en los méritos de él. Hasta entonces muchos habían llevado sus ofrendas a Dios, creyendo que con ello expiaban ampliamente sus pecados. No dependían del Redentor que había de venir, de quien estas ofrendas y sacrificios no eran sino una figura o sombra. El Señor quería enseñarles ahora que en sí mismos sus sacrificios no tenían más poder ni virtud que la serpiente de bronce, sino que, como ella, estaban destinados a dirigir su espíritu a Cristo, el gran sacrificio propiciatorio.

“Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre sea levantado; para que todo aquel que en él creyere, no se pierda, sino que tenga vida eterna.” Juan 3:14, 15. Todos los que hayan existido alguna vez en la tierra han sentido la mordedura mortal de “la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás.” Apocalipsis 12:9. Los efectos fatales del pecado pueden eliminarse tan sólo mediante lo provisto por Dios. Los israelitas salvaban su vida mirando la serpiente levantada en el desierto. Aquella mirada implicaba fe. Vivían porque creían la palabra de Dios, y confiaban en los medios provistos para su restablecimiento. Así también puede el pecador mirar a Cristo, y vivir. Recibe el perdón por medio de la fe en el sacrificio expiatorio. En contraste con el símbolo inerte e inanimado, Cristo tiene poder y virtud en sí para curar al pecador arrepentido.

Aunque el pecador no puede salvarse a sí mismo, tiene sin embargo algo que hacer para conseguir la salvación. “Al que a mí viene, no le echo fuera.” Juan 6:37. Pero debemos ir a él; y cuando nos arrepentimos de nuestros pecados, debemos creer que nos acepta y nos perdona. La fe es el don de Dios, pero el poder para ejercitarla es nuestro. La fe es la mano de la cual se vale el alma para asir los ofrecimientos divinos de gracia y misericordia.

Nada excepto la justicia de Cristo puede hacernos merecedores de una sola de las bendiciones del pacto de la gracia. Muchos son los que durante largo plazo han deseado obtener estas bendiciones, pero no las han recibido, porque han creído que podían hacer algo para hacerse dignos de ellas. No apartaron las miradas de sí mismos ni creyeron que Jesús es un Salvador absoluto. No debemos pensar que nuestros propios méritos nos han de salvar; Cristo es nuestra única esperanza de salvación. “Y en ningún otro hay salud; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” Hechos 4:12.

Cuando confiamos plenamente en Dios, cuando dependemos de los méritos de Jesús como Salvador que perdona los pecados, recibimos toda la ayuda que podamos desear. Nadie mire a sí mismo, como si tuviera poder para salvarse. Precisamente porque no podíamos salvarnos, Jesús murió por nosotros. En él se cifra nuestra esperanza, nuestra justificación y nuestra justicia. Cuando vemos nuestra naturaleza pecaminosa, no debemos abatirnos ni temer que no tenemos Salvador, ni dudar de su misericordia hacia nosotros. En ese mismo momento, nos invita a ir a él con nuestra debilidad, y ser salvos.

Muchos de los israelitas no vieron ayuda en el remedio que el Cielo había designado. Por todas partes, los rodeaban los muertos y moribundos, y sabían que, sin la ayuda divina, su propia suerte estaba sellada; pero continuaban lamentándose y quejándose de sus heridas, de sus dolores, de su muerte segura hasta que sus fuerzas se agotaron, hasta que los ojos se les pusieron vidriosos, cuando podían haber sido curados instantáneamente. Si conocemos nuestras necesidades, no debemos dedicar todas nuestras fuerzas a lamentarnos acerca de ellas. Aunque nos demos cuenta de nuestra condición impotente sin Cristo, no debemos ceder al desaliento, sino depender de los méritos del Salvador crucificado y resucitado. Miremos y viviremos. Jesús ha empeñado su palabra; salvará a todos los que acudan a él. Aunque muchos millones de los que necesitan curación rechazarán la misericordia que les ofrece, a ninguno de los que confían en sus méritos lo dejará perecer.

Muchos no quieren aceptar a Cristo antes que todo el misterio del plan de la redención les resulte claro. Se niegan a mirar con fe, a pesar de que ven que miles han mirado a la cruz de Cristo y sentido la eficacia de esa mirada. Muchos andan errantes, por los intrincados laberintos de la filosofía, en busca de razones y evidencias que jamás encontrarán, mientras que rechazan la evidencia que Dios ha tenido a bien darles. Se niegan a caminar en la luz del Sol de Justicia, hasta que se les explique la razón de su resplandor. Todos los que insistan en seguir este camino dejarán de llegar al conocimiento de la verdad. Jamás eliminará Dios todos los motivos de duda. Da suficiente evidencia en que basar la fe, y si esta evidencia no se acepta, la mente es dejada en tinieblas. Si los que eran mordidos por las serpientes se hubieran detenido a dudar y deliberar antes de consentir en mirar, habrían perecido. Es nuestro deber primordial mirar; y la mirada de la fe nos dará vida.

Testimonio: 15-10-2017

El 15 de octubre de 2017, esto fue un sueño, en la madrugada. Yo… se me mostró que fui como a una sala y vi una pantalla como de juego electrónico. Donde varios hombres vestidos de batas blancas jugaban con lo que se me mostraba en esta pantalla, entonces me acerqué y pude ver que era un juego. Era un juego donde se reflejaba el mundo completo. Y vi que el juego se titulaba: “More destruction” o mayor destrucción o más destrucción. Entonces vi el globo terráqueo, y cada uno de ellos tenía su turno. Y a uno le llegó su turno y manejaba una tormenta, y la llevaba al lugar que él deseaba y se gozaba de obtener muchos puntos por la gran destrucción. Luego le tocó el turno a otro, y vi que este escogió fuego y lo llevó a un lugar deseado y también creó gran devastación, y éste también comenzó a gloriarse por el resultado que había tenido en ese juego. Entonces luego vi a otro, y éste eligió un gran tornado y lo llevó a un lugar, el lugar donde él deseaba, entonces todo quedó asolado, entonces a este sí comenzaron a aplaudirle porque había hecho gran desolación. {Daisy Escalante: 15-10-2017 , es.p1}

Entonces, ya le tocaba al último de los jugadores, entonces éste se rió con una una gran risa, una risa que se estremecieron las paredes de aquel lugar y dijo: “yo, yo lo sabré y pasaré, le pasaré a todos, voy a hacer mayores cosas que [las que] ustedes los que han hecho.” Entonces vi que él eligió un gran terremoto, y eligió entonces el lugar donde él quería desencadenar esto, entonces vino este gran terremoto de una magnitud bien grande. Entonces hubo mucha erupción de volcanes porque esto desencadenó que hubiese, por el movimiento, erupción de muchos volcanes y una devastación en línea y esto asolaba las naciones. Entonces, los otros jugadores se espantaron al ver esta tan gran destrucción, y lo comenzaron a venerar y lo aplaudían y lo admiraban. Entonces había una gran destrucción y mortandad mundial, y ellos estaban gozándose por eso. Entonces, yo quedé tan espantada por lo que vi, que pedí salir de aquel lugar, más mi acompañante me dijo: “espera, ahora un poco más y vas a ver otras cosas”. {Daisy Escalante: 15-10-2017 , es.p2}

Entonces llegó un momento donde el panorama comenzó a cambiar y comenzó a verse como una gran fiesta que allí se estaba llevando a cabo, entre ellos, y se veían felices y estaban satisfechos por lo que ellos antes habían hecho en ese juego. Entonces, de repente, mi acompañante me dijo: mira y observa. Entonces miré y aquí vi un letrero que se leía: “Paz y seguridad por siempre”. Entonces me espanté cuando leí esto, y le dije a mi acompañante: “¿qué ahora?” ¿qué más iba a venir? Entonces él me contestó que terribles eran las escenas que iban a venir ya luego de esto. Entonces vi que había terror por doquier, y había un hambre terrible, había una pestilencia terrible, enorme, en todos los lugares, y la violencia estaba a la orden del día. Entonces a grandes y pequeños caminaban y corrían llorando por un bocado de pan, y un lugar seguro, pero no lo encontraban. {Daisy Escalante: 15-10-2017 , es.p3}

Era tal la desesperación, que yo observaba, que ya quería dejar de existir, de no estar más en ese lugar, entonces no pude ver más pues mis ojos estaban llorando mucho por todo lo que estaba pasando en aquel lugar. Era bien terrible lo que se estaba viendo en aquel lugar, ver cómo los niños, cómo las mujeres con los niños pequeños, embarazadas, todos estaban sufriendo, buscando alimento, estaban sufriendo esta hambruna y esta sed y no había quién les ayudase. {Daisy Escalante: 15-10-2017 , es.p4}

Entonces me dijo mi acompañante: “alza tu voz y di; ¿por qué mi pueblo aún no está en su totalidad ubicado? ¿acaso tendrán que ver más para creer?” Entonces cuando él me dijo esto, yo lo grité bien fuerte en el sueño, entonces cuando lo dije, bien fuerte el eco corrió alrededor de la tierra, por alguna razón yo lo podía ver, donde el eco llegaba de lo que yo había dicho, entonces los que oían y escuchaban reaccionaban al llamado a salir de su lugar y comenzaban a caminar, pero otros no. Entonces pregunté ¿por qué unos reaccionan y otros no? Entonces se me contestó: “es que unos oyen y escuchan, y otros solo oyen”, así se me contestó. Entonces siguió la escena, mientras el eco de las palabras que yo había dicho seguía rodeando cada rincón de la tierra. {Daisy Escalante: 15-10-2017 , es.p5}

Entonces mi acompañante de nuevo me dijo: “alza tu voz y di: vayan a las montañas, al sitio donde nadie quiere estar para que no sean privados de adorar al Señor tu Dios, y que haya agua, y allí edificaréis una choza pequeña y tendréis semillas guardadas, y haréis un pequeño huerto”. Entonces yo alcé mi voz y comencé a gritar esto que se me dictó. Entonces iba a preguntar algo, pero se me insistió primero en decir lo que yo había escuchado. Entonces, cuando lo hice, el eco de las palabras comenzó a rodear la tierra y vi que los que habían dejado, que lo hacían, se comenzaron a dejar sus casas, ellos marchaban a los lugares porque ellos entendían y entonces ellos yo los veía que estaban corriendo a hacer las instrucciones que estaban recibiendo, que Dios les estaba dando por medio de estas palabras. {Daisy Escalante: 15-10-2017 , es.p6}

Entonces fue un momento bonito porque yo veía como estas personas corrían, avanzaban para hacer las instrucciones de Dios. Entonces yo les vi edificando, se veían felices, estaban satisfechos con su trabajo, y vi ángeles que los asistían y los libraban de los peligros, y los dirigían, dirigían su labor para que todo estuviera dispuesto y estuviera seguro. Entonces, luego se me permitió preguntar y dije: ¿con qué propósito las semillas guardadas? Entonces, se me citó la experiencia de José en Egipto y se me advirtió que será de gran ayuda alimentaria como alimento y para siembra. Entonces pregunté: “Entonces, ¿cuánto es lo necesario?” “A cada uno nuestro gran Dios le indicará”, se me dijo, se me contestó. Entonces fuimos a un lugar, era un lugar llano, cuando llegamos a ese lugar llano alguien sonó como una campana y me llamó la atención, la atención mía y de todos los que estábamos allí. Entonces mi acompañante me dijo: “oye y escucha”. Entonces mis oídos se abrieron como si hubiera estado al lado del que hablaba. Entonces oí decir: “¡Alegría y regocijo porque tendremos el domingo para descanso, y ya no habrá más jornada laboral!” {Daisy Escalante: 15-10-2017 , es.p7}

Entonces mi ser tembló cuando yo escuché esto. Entonces exclamé: “¡Ya está, se acabó! ¡Esto era lo que estábamos esperando!” Entonces mi acompañante me dijo: “Todo está listo, ya no hay más protesta, todo camino está aparejado para el gran drama mundial. Entonces mi corazón comenzó a latir vigorosamente, mi pecho se henchía de horror, yo me sentía que me faltaba hasta el aire. Entonces pregunté: “¿qué pasará con los que han escapado hasta ahora? ¿y qué pasará con los que están esperando aún y que todavía no han salido?” Entonces me contestó con voz baja y triste: “los que ahora, hasta ahora han esperado, su suerte ha sido echada”. {Daisy Escalante: 15-10-2017 , es.p8}

Entonces, ya estaba yo en ese momento, ahí, triste escuchando esto. Pero la escena cambió, y vi como dicha ley estaba ya en rigor y como sufrían en agonía los que se habían demorado. {Daisy Escalante: 15-10-2017 , es.p9}

Ya entonces vi como comenzaba el proceso de lo que todos estamos esperando, de la ley dominical. Entonces vi, cómo muchos, por alimento y enfermedad caían a los pies de este decreto. Eran muchos que yo veía, y reconocía, que antes hablaban de este tiempo pero que nunca hicieron preparativos. Entonces yo comencé a llorar porque yo sabía que la suerte de ellos estaba echada, y yo quería hacer algo, pero ya no se podía. Ellos no se habían preparado y llegó este momento tan terrible y no encontraron otra cosa que echarse a los pies de este sistema. Entonces vi que eran parte de los que estaban en la demora, de los que no se habían preparado. Entonces no pudieron resistir este decreto. ¡La tribulación para ellos era tan grande, era tan espantosa! {Daisy Escalante: 15-10-2017 , es.p10}

Entonces, luego de esto fui llevada, otra vez, a ver a los de las montañas y vi como éstos vivían alabando y glorificando a Dios por las maravillas diarias para con ellos. Sus rostros, eran rostros que irradiaban paz y confianza en el poder divino. Entonces a estos, el tiempo de no comprar y vender no les afectaba, y aunque con privaciones y poca comodidad se sentían agradecidos y estaban felices. Entonces mientras todo esto pasaba, frente a mí escuché gritos de terror. {Daisy Escalante: 15-10-2017 , es.p11}

Entonces de repente, estuvimos en otra ciudad. Entonces todos lloraban y gritaban de dolor. Eran… de repente yo como que los miré, porque yo decía: “pero, ¿por qué gritan? ¿por qué gritan como con este dolor bien fuerte?” Entonces, de repente, vi unas llagas que tenían en todo su cuerpo, eran unas llagas que eran purulentas. Y como que las llagas, ellas mismas, empezaban a abrirse, a abrirse. Como que les comían la piel, y aun los que curaban, las personas, pues, la padecían y no había quién les ayudase. {Daisy Escalante: 15-10-2017 , es.p12}

Entonces, luego, fui llevada a otra ciudad y era una ciudad como costera. Entonces vi cómo corrían los que estaban en estas embarcaciones, y seguían hasta la orilla y estaban horrorizados; y el olor de aquellas aguas donde estaban estas barcas era terrible porque había gran mortandad en ellas. Entonces yo miré y dije, me acuerdo que pude decir: “¡pero están todas las aguas rojas, están convertidas en sangre!”. Entonces mi acompañe me dijo: “sí, así es. Ellos fueron los que no se prepararon, no quisieron aceptar al Señor, siguieron con las cosas de este mundo y ahora las plagas están cayendo sobre ellos.” {Daisy Escalante: 15-10-2017 , es.p13}

Entonces, por otro lado, mientras esto estaba viéndolo y me terminaban de explicar, escuché otro grito de horror. Entonces vi un riachuelo del mismo color del mar y su olor era semejante, y vi cómo los seres humanos sacaban la lengua, estaban jadeando como jadea un perro cuando está acalorado y no había agua para saciar su sed. Y éstos corrían extenuados de un sitio a otro hasta que caían al suelo, y para ellos no había descanso y no había consuelo. {Daisy Escalante: 15-10-2017 , es.p14}

De repente, volvieron en el suelo a gritar y decían: “¡me quemo, me quemo!” Entonces maldecían al sol y a su Creador.

Todo esto estaba pasando, amados, simultáneamente. Era una cosa terrible lo que estaba pasando. Entonces yo les decía a ellos: “¡no maldigan, humíllense, arrepiéntanse” Mas ellos no me oían y seguían gritando y maldiciendo. Entonces mi acompañante me dijo: “ya su suerte, ya está echada al lagar, ya no hay más esperanza para ellos”. Entonces yo estaba horrorizada por lo que allí veía sin poder hacer nada. Entonces vi grandes, personas grandes, que se creían grandes en este mundo, pequeños, pobres, ricos, todos en esa misma situación y mi corazón desfallecía ante tal escena sin yo poder hacer nada. {Daisy Escalante: 15-10-2017 , es.p15}

Entonces mi acompañante me dijo: “¡vamos! Hoy serás testigo de lo que pasará con los generadores de tal decreto contra la Ley de Dios y la violación de su día santo”. Entonces fui llevada a algo que parecía como un castillo, aquello era hermoso en esplendor, el oro era la orden del día y el color rojo le hacía juego. {Daisy Escalante: 15-10-2017 , es.p16}

Entonces yo los vi felices, ellos estaban regocijándose porque les oí decir sus planes, que ya estaban casi consumados y ellos se alegraban por esto. Entonces, de repente, no pudieron hablar, y yo me les quedé mirando porque mientras ellos estaban gozándose y riéndose, de repente se quedaron como mudos y ya no podían hablar. Entonces les vi con un gran susto, ellos se pusieron sus manos en su boca, y con sus ojos reflejaban horror. Entonces uno de ellos sacó la lengua y ésta estaba podrida, y todo aquel lugar de esplendor se volvió oscuro y ya no pude ver más. Entonces ellos estaban en este lugar y yo los escuchaba que ellos estaban quejándose, pero yo no los podía ver, entonces sólo escuchaba sus quejas y maldiciones. {Daisy Escalante: 15-10-2017 , es.p17}

Entonces en este momento, no estuvimos mucho ahí, fui llevada entonces a un gran río. Este río era enorme, era caudaloso, más de repente se secó, como cuando se cierra la llave de una pluma y no sale más agua. Entonces, tres enormes ranas estaban en esa sequía de aquel gran cauce. Entonces, se instigaba a las multitudes a rebelarse contra Dios y su pequeño pueblo. Entonces, muchos les ponían atención y se gozaban con los planes que estaban expuestos por aquellas tres enormes ranas que les hablaban. Entonces ellos salieron para afligir y acabar con la pequeña grey que estaba dispersa. Pero cuando éstos ya se disponían a ejecutar la sentencia, se oyó una fuerte voz que corrió, esa voz alrededor de todo el globo terráqueo. Entonces, todos quedaron paralizados. {Daisy Escalante: 15-10-2017 , es.p18}

Entonces, los montes comenzaron a temblar y el mar comenzó a rugir, pero una cosa increíble. Entonces todos cayeron al suelo, yo los veía como todos caían, así como muñequitos al suelo, por tan gran movimiento y estruendo, y los montes comenzaron a partirse y caían al mar. Entonces, el mar rugía grandemente y cubría muchas islas, yo veía como muchos pedacitos de tierra, así en diferentes partes del mar, y el mar rugía tanto, entonces tapaba todo y lo que se veía era pura agua. Entonces al ver esto yo me desesperé y dije a mi acompañante: “¡¿van todos a perecer, aún los de las montañas?!” Entonces me contestó y me dijo que: “Él honra a los que le honran, y su sello está sobre ellos y ellos no van a perecer”. {Daisy Escalante: 15-10-2017 , es.p19}

Entonces en ese momento me dio tanta alegría y dije: “¡Aleluya, Santo, bendito Dios por tus maravillas!”.

Entonces cuando terminé de decir esto, de repente vi que en el cielo se abrió, y una luz refulgente comenzó a brillar, y todos los santos exclamaron: “¡Cristo viene! ¡Cristo viene! Todo acabó. ¡Aleluya, aleluya!”. Entonces, amados, mientras estaba en esta situación, que estábamos regocijándonos porque a pesar de que veíamos todo este horror y terror por todos los lugares, estábamos maravillados porque estábamos viendo la señal del Hijo del Hombre en las nubes, en ese momento desperté. {Daisy Escalante: 15-10-2017 , es.p20}

Y fui a mi Biblia y busqué el Apocalipsis y ahí, para mi sorpresa, en el capítulo 16, descubrí este orden de eventos y comencé a leerlos. Y, pues, muchas preguntas corrían en mi mente. Y, mientras me extasiaba en esto, verdad, en estas preguntas que corrían en mi mente, vino palabra a mí y me dijo otra vez: “todo pasará, más mi palabra no pasará, he aquí todo lo he mostrado, y todo lo que te he dicho no tardará”. {Daisy Escalante: 15-10-2017 , es.p21}

Amados, para mí lo más importante es que nos preparemos espiritual, mental y físicamente. Espiritual, aferrándonos a Dios, siguiendo su plan estratégico ya trazado. Y aunque el enemigo también conoce esta estrategia, los que obedezcan estarán protegidos bajo las sombras del Altísimo y nada podrá traspasar esta barrera protectora. Tenemos que confiar en esto porque esta es la palabra fiel y verdadera de Dios. Mentalmente, y físicamente. Recordemos Génesis 1:29 y Génesis 3:18, porque para que nuestra mente se agilice y agudice para poder discernir la plena voluntad de Dios en nuestras vidas, tenemos que tener una buena alimentación, no una alimentación costosa, una alimentación sencilla, pero con todo lo que el Señor nos ha dicho que debemos nutrir nuestro cuerpo. Para que nuestra mente esté despierta y podamos discernir las cosas maravillosas que Dios quiere que entendamos en estos tiempos tan difíciles. Y físicamente tenemos que poner en órbita y en orden en nuestra vida, y complementar en nuestra vida con lo que estamos haciendo de la alimentación y la alimentación espiritual, todos los demás remedios naturales el Señor los ha dejado para que nosotros nos fortalezcamos y nos preparemos para este empuje final que se avecina, amados hermanos. {Daisy Escalante: 15-10-2017 , es.p22}

Es muy triste todo lo que está pasando alrededor del mundo, pero si nosotros seguimos el plan estipulado a través de la Biblia y el Espíritu de Profecía, que Dios en su misericordia nos ha dejado, y hacemos caso y obedecemos, no vamos a padecer más allá de lo que ya está estipulado. Así que la pregunta es: ¿a quién le harás caso? ¿a hombres o a Dios? Quiera Dios que sigamos sólo a Dios, sólo a Él, a su Palabra. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 15-10-2017 , es.p23}

Apocalipsis 16

1 Y oí una gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles: Id, y derramad las copas de la ira de Dios sobre la tierra.
2 Y fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra; y vino una pestilente y maligna úlcera [sobre] los hombres que tenían la marca de la bestia y que adoraban su imagen.
3 Y el segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y éste se convirtió en sangre como de muerto; y murió todo ser viviente en el mar.
4 Y el tercer ángel derramó su copa sobre los ríos, y sobre las fuentes de las aguas, y se tornaron en sangre.
5 Y oí al ángel de las aguas, que decía: Justo eres tú, oh Señor, que eres y que eras, y serás, porque has juzgado así.
6 Por cuanto ellos derramaron la sangre de santos y de profetas, y tú les has dado a beber sangre; pues lo merecen.
7 Y oí a otro que desde el altar decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios [son] verdaderos y justos.
8 Y el cuarto ángel derramó su copa sobre el sol; y le fue dado quemar a los hombres con fuego.
9 Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene potestad sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria.
10 Y el quinto ángel derramó su copa sobre la silla de la bestia; y su reino se cubrió de tinieblas, y se mordían sus lenguas de dolor;
11 y blasfemaron contra el Dios del cielo por causa de sus dolores, y por sus plagas, y no se arrepintieron de sus obras.
12 Y el sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Éufrates; y el agua de éste se secó, para que fuese preparado el camino de los reyes del oriente.
13 Y vi [salir] de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas;
14 porque son espíritus de demonios, haciendo milagros, [que] van a los reyes de la tierra y a todo el mundo, para congregarlos para la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso.
15 He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus vestiduras, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza.
16 Y los congregó en el lugar que en hebreo es llamado Armagedón.
17 Y el séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo: ¡Hecho está!
18 Y hubo voces, y relámpagos y truenos; y hubo un gran temblor, un terremoto tan grande, cual no hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra.
19 Y la gran ciudad fue partida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del furor de su ira.
20 Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados.
21 Y cayó del cielo sobre los hombres un grande granizo como del peso de un talento; y los hombres blasfemaron a Dios por la plaga del granizo; porque su plaga fue muy grande.

Génesis 1:29

29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que [está] sobre la faz de toda la tierra; y todo árbol en que [hay] fruto de árbol que da semilla, os será para comer.

Génesis 3:18

18 espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.

Testimonio: 18-11-2017

Amados, el sábado noviembre 18, 2017. Absorta en un capítulo que el Señor me dio, de Habacuc 2. Estaba pensando en esto y meditando en estas palabras de este capítulo, cuando estaba ya en mi cama. Y fui llevaba en sueños a una iglesia, yo estaba en una iglesia donde alguien predicaba, más nadie le estaba haciendo caso, yo veía que nadie estaba pendiente al tema que allí se estaba viendo. Entonces, cuando puse atención a lo que el predicador estaba hablando, me di cuenta que estaba hablando de la reforma pro salud, pero en ese momento el predicador como que se detuvo, y dijo una pregunta: “¿entendieron lo que leí ahora mismo?”, le dijo a la congregación. Más ellos, todos, comenzaron a reírse y unos decían: “sí, sí, si entendimos”, y como que se burlaban. Pero el predicador acabó, terminó su tema y salió por la puerta de la iglesia, y todos los feligreses salieron y se fueron al comedor de allí de la iglesia. {Daisy Escalante: 18-11-2017 , es.p1}

Entonces, como todos fueron hacia allá pues yo también entré al comedor, y vi unas mesas allí, gigantes, con muchos recipientes. Estos recipientes estaban llenos de comida. Y todos comenzaron a hacer fila para escoger de entre todo lo que allí había. Entonces me abrí paso para ver lo que había en los recipientes, y allí vi: toda clase de carnes de animales, pastas con diferentes quesos, postres confeccionados con leche y huevo. Entonces yo pensé entre mí: “¿qué voy a comer?” Entonces tres damas que había allí, tres hermanas, me miraron, porque yo lo dije en voz alta y comenzaron a burlarse, pero yo las miré fijamente y les dije: “no saben que son lo que comen y si comen muerto eso es lo que tendrán”. {Daisy Escalante: 18-11-2017 , es.p2}

Entonces ellas se siguieron burlando, pero en eso llegó el pastor. El pastor estaba feliz, yo lo vi muy feliz cuando entró, él traía un prisionero y quise ver de cerca quien era el prisionero que él traía porque lo traía atado. {Daisy Escalante: 18-11-2017 , es.p3}

Entonces, cuando lo miré bien, me di cuenta que era el predicador que antes estaba hablando de la reforma pro salud. Entonces allí todos comenzaron a reírse y a burlarse del pobre predicador, lo sentaron cerca de las vasijas de comida y ellos se servían y pasaban sus platos frente a su cara, y luego se iban a sentar y comían mirando hacia a él y riéndose. Pero de pronto, todas las risas allí se pararon, las burlas, todo, todo, todo. Entonces nosotros veíamos —el predicador y yo estábamos [en el] mismo lugar, allí, mirando a estas personas—, empezamos a darnos cuenta que sus vientres, todos, se comenzaron a inflar, de aquellas personas que se estaban burlando. {Daisy Escalante: 18-11-2017 , es.p4}

Entonces, ya todo empezó a cambiar de burlas y risas a desesperación, ellos pedían ayuda, ellos pedían clemencia de parte de Dios pero no les llegaba.

Entonces era terrible ver ese espanto, esa agonía tan grande que ellos estaban pasando, y comenzaron a caer al suelo y sus vientres se seguían hinchando, hinchando, hinchando, casi estaban ya por explotar. Entonces ahí me acerqué rápido corriendo al predicador y lo desaté, porque él estaba atado, y salimos, salimos de aquel lugar, nos fuimos al patio. {Daisy Escalante: 18-11-2017 , es.p5}

Entonces a lo lejos comenzamos a escuchar esos gritos de angustia, esos gritos de dolor, pero no podíamos hacer nada. Entonces escuchamos un ruido como de un animal muy grande y feroz. Entonces en este momento, ambos miramos, y nos espantamos al ver que del techo del comedor salían muchas aves negras, pero una de ellas era la más grande de todas y era la que emitía ese ruido espantoso y estremecedor. Esta ave grande se fijó en nosotros, y venía hacia nosotros cuando mi acompañante apareció, y fuimos llevados de aquel lugar. {Daisy Escalante: 18-11-2017 , es.p6}

Fui llevada, hermanos, ¡a un lugar maravilloso! Era un campo sin igual, donde el color de las flores era tan brillante, tan lindo, y los árboles con sus frutos, ¡eran tan hermosos! ¡sin igual! No hay palabras para explicar aquello tan maravilloso donde fuimos llevados. Allí no había espacio para penas y preocupaciones, y los que estaban allí, sus rostros lo que irradiaban era paz y una salud bien grande, se veían como rosaditos. Entonces pregunté: “¿qué lugar tan hermoso es este?” Y mi acompañante me dijo: “aquí viven los redimidos”. Entonces exclamé muy contenta: “¡alabado sea el Señor por sus maravillas!”. Vi una mesa preciosa, amados hermanos, estaba bajo la sombra de un árbol gigante, grande, y majestuoso. Las hojas de este árbol eran de un color verde hermosísimo, y pregunté qué árbol era aquel. Entonces me contestaron que es el Boj. Yo nunca había visto ese árbol, sus ramas daban la gran sombra donde, el grupo de personas allí, venían a comer de aquella gran mesa que estaba bajo este árbol. Entonces pedí ver lo que había en ella, y se me indicó que podía ver más no podía gustar lo que estaba allí. Así que me acerqué y miré, y lo que vi eran frutas, frutas de muchas clases, algunas ni las reconocí, pero su aspecto era como de frutas recién cortadas, pero en un estado perfecto, y muy grandes. Allí también vi nueces y semillas, y todos ellos comían, de todo lo que había, alegremente y de sus rostros lo que salía era salud. {Daisy Escalante: 18-11-2017 , es.p7}

Luego de eso fui llevada a un río, había una cascada majestuosa y al lado de ésta, había una roca grandota, grandota, ¡grandota! Y, de ahí, salía un chorro de agua pura, limpia y cristalina. Y allá todos los que estaban, ahí bajo la sombra de ese árbol, iban a tomar agua. Yo quería tomar, era tan maravilloso ver aquella agua que salía tan fresca, tan cristalina, ya nada más de verla uno como que podía saborearla, ya, en la boca —¡de tan linda que se veía esa agua! —. Pero no me fue permitido, me dijeron que no era el momento. {Daisy Escalante: 18-11-2017 , es.p8}

Entonces, en esos momentos, fui traída otra vez a este mundo oscuro, es bien difícil, cuando te enseñan un mundo mejor, ya este mundo no tiene encanto —para los que hemos podido ver un poquito lo del mundo mejor—. Entonces, cuando regresaba, mi acompañante me dijo que: “nadie que no acepte la reforma pro salud en su totalidad, luego de esta ser expuesta a ellos, estará en las filas del santo Dios, porque saldrán de ellas y nunca volverán”. {Daisy Escalante: 18-11-2017 , es.p9}

Entonces, cuando me dijo esto me acordé de algo y le pregunté: “no verdes, no vi verdes en la mesa, ¿qué pasó?” Entonces él me contestó: “las hojas serán para la sanidad de las naciones”. Y en ese momento, amados, desperté. ¡Qué maravilloso lo que el Señor tiene para cada uno de nosotros, amados hermanos! ¡Luchemos de todo corazón para que realmente podamos llegar, llegar con la ayuda de nuestro Dios! Para que, así, podamos disfrutar de las maravillas que Dios tiene para cada uno de nosotros. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 18-11-2017 , es.p10}

Habacuc 2

1 Sobre mi guarda estaré, y sobre la fortaleza estaré firme; y velaré para ver qué habrá de decirme, y qué habré de responder cuando yo sea reprendido.
2 Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella.
3 Aunque la visión tardará aún por tiempo, mas al fin hablará, y no mentirá; aunque se tardare, espéralo, que sin duda vendrá; no tardará.
4 He aquí se enorgullece aquel cuya alma no es recta en él; mas el justo por su fe vivirá.
5 Y también, por cuanto peca por el vino, [es] un hombre soberbio, y no queda en casa; el cual ensancha como el infierno su alma, y [es] como la muerte, que no se sacia; antes reúne para sí todas las naciones, y amontona para sí todos los pueblos.
6 ¿No han de levantar todos éstos refrán sobre él, y sarcasmos contra él? Y dirán: ¡Ay del que multiplicó lo que no era suyo! Y, ¿hasta cuándo había de amontonar sobre sí barro espeso?
7 ¿No se levantarán de repente los que te han de morder, y se despertarán los que te han de quitar de tu lugar, y serás a ellos por rapiña?
8 Porque tú has despojado a muchas naciones, todos los que han quedado de los pueblos te despojarán; a causa de la sangre de los hombres, y de la violencia de la tierra, de las ciudades y de todos los que moran en ellas.
9 ¡Ay del que codicia ganancia deshonesta para su casa, para poner en alto su nido, para ser librado del poder del mal!
10 Tomaste consejo vergonzoso para tu casa, asolaste muchos pueblos, y has pecado [contra] tu alma.
11 Porque la piedra clamará desde el muro, y la tabla del enmaderado le responderá.
12 ¡Ay del que edifica la ciudad con sangre, y del que funda una ciudad con iniquidad!
13 ¿No [es] esto de Jehová de los ejércitos? Los pueblos pues, trabajarán para el fuego, y las gentes se fatigarán en vano.
14 Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar.
15 ¡Ay del que da de beber a su compañero! ¡[Ay de ti] que le acercas tu odre y le embriagas, para mirar su desnudez!
16 Te has llenado de deshonra más que de honra; bebe tú también, y serás descubierto; el cáliz de la mano derecha de Jehová volverá sobre ti, y vómito de afrenta sobre tu gloria.
17 Porque la rapiña del Líbano caerá sobre ti, y la destrucción de las fieras lo quebrantará; a causa de la sangre de los hombres, y de la violencia de la tierra, de las ciudades, y de todos los que moran en ellas.
18 ¿De qué sirve la escultura que esculpió el que la hizo? ¿La estatua de fundición, que enseña mentira, para que haciendo imágenes mudas confíe el hacedor en su obra?
19 ¡Ay del que dice al palo; Despiértate; y a la piedra muda: Levántate! ¿Podrá él enseñar? He aquí él está cubierto de oro y plata, y no [hay] espíritu dentro de él.
20 Mas Jehová [está] en su santo templo; calle delante de Él toda la tierra.

Testimonio: 09-06-2018

Amados, en junio 9, 2018. En sueños vi cómo la desolación llegaba a todo lugar sin freno. El sufrimiento, el hambre, y la muerte no eran nada ahora en comparación de lo que allí vi. La gente desmayaba por alimento, por agua, por albergue. Y, por más que buscaban, no encontraban. Los niños lloraban, las madres y los padres estaban desesperados; y vi que algunos de ellos se quitaban la vida porque no encontraban alimento para dar, ni para ellos, ni para sus hijos. {Daisy Escalante: 09-06-2018, es.p1}

Vi muchos edificios en el suelo, muchos escombros, muchos edificios abandonados, todos estos se sumaban en el suelo. Entonces vi cómo la SDA quería recoger esos escombros; pero le era imposible pues, aún, sus templos y feligreses sufrían de igual manera. Entonces fui suspendida en el aire y veía el horror que había por doquier. Vi ángeles, ángeles que estaban comisionados para sostener y sustentar a los hijos fieles de Dios. El mundo estaba convulsionado y desastre tras desastre era. ¡Esto era imparable, no había escapatoria! Sólo [había escapatoria] bajo las alas de aquellos ángeles poderosos que guiaban y cuidaban a los fieles. {Daisy Escalante: 09-06-2018, es.p2}

Entonces, en ese momento, mi acompañante me dijo: observa”. Vi una explosión grande, era grande en sobremanera; el cielo se oscureció, el humo era asfixiante, el calor intenso, el mar se descontroló, y la tierra se movió como una hoja cuando es azotada por el viento. Y el hombre estaba convulsionado por todos los lugares, no sabía qué hacer, no sabían para dónde correr, y el hambre comenzó a reinar. {Daisy Escalante: 09-06-2018, es.p3}

Entonces salimos de ahí y vi cómo todos buscaban el favor de Dios en la adoración del domingo. Entonces dijo mi acompañante: “es casi la hora decisiva, elegid hoy a quien servir”. Ahí desperté, amados hermanos. {Daisy Escalante: 09-06-2018, es.p4}

Quiera Dios que cada uno de nosotros, por nuestras decisiones, por nuestras dilaciones, no vayamos a caer en doblar nuestras rodillas ante Baal y que podamos levantar bandera delante de Dios, y podamos estar aprestos para estas cosas terribles que se nos avecinan. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 09-06-2018, es.p5}

Testimonio: 23-06-2018

Amados, el 23 de junio 2018, a las 9:15 de la mañana, alrededor de esa hora estaba meditando en las cosas que están pasando gravemente en el pueblo que dice ser el pueblo de Dios y conocedor de sus verdades. Estaba leyendo la matutina: Maranata” [el Señor viene] cuando, en esos momentos, escuché una voz que me dijo: “no se entiende la palabra ecumenismo”. {Daisy Escalante: 23-06-2018, es.p1}

En ese momento, todos mis sentidos se pusieron alerta y seguí escuchando: “el ecumenismo es más que una unión interreligiosa, es la unión con el enemigo de Dios para llevar a cabo sus planes, y desterrar todo lo que es santo e ir en pos de lo profano. Siendo así, el primer ecuménico, el príncipe del mal, ha instigado a todos en su fatal pensar”. Y preguntó: “¿y crees tú que por esta práctica librarás tu alma? ¿crees que puedes librarte y librar a otros de tu suerte fatal? Lisonjeas a la juventud con sueños satánicos y lo envalentonas contra Mí ¿acaso no lo sabré? Risas y chistes, modas y desfiles, teatro y danza. ¿Y te atreves a decir ‘casa de Jehová es ésta’? Vivo Yo que nunca mi presencia pisará tal lugar, y mis ángeles allí no entrarán. El Espíritu Santo fue desechado y a una fue apartado, no morará allí el entendido pues quebranto tras quebranto sigue este pueblo. Cavaste hondo y enterraste mis dichos para que tus abominaciones no fueran descubiertas. ¿Acaso te olvidaste del Libro de las Memorias? ¿Acaso humano escribe en él? ¡Faltos de entendimiento y tardos en hacer lo bueno! Con mi adversario fue tu bandera y su misma suerte sobre ti ha sido echada. La verdad desfiló en medio tuyo más no la quisiste, y como a Jerusalén, ¿quién será por ti? Tus risas se volverán llanto y tus amantes correrán tras de ti cuando caigas bajo la mano del opresor y vean que mi mano se ha apartado. Los que entran en tus puertas son ciegos, y perros mudos los reciben. ¿Podrá el desnudo cubrir al que no tiene vestido? ¿Podrá el hambriento dar de comer? ¿Podrá el condenado a muerte librar a otro? ¡Pueblo ciego, falto de entendimiento, que ama la mentira y se siente seguro en la falsedad! ¿Acaso conoces el tiempo? ¿acaso sabes la hora?” {Daisy Escalante: 23-06-2018, es.p2}

“Tus seguidores te aplastarán cuando sepan que su tiempo es pasado. Y, ¿quién te ayudará? Pervertiste mi verdad, la vendiste por precio y los que te siguen en tu maldad recibirán, también, su justo precio. Calumniaron la verdad, y aman la mentira. Tu voz alzas diciendo: ‘¡Jehová está en medio de nosotros!’, ‘¡Jehová está en medio de nosotros!’ Más Yo os digo: ‘Mi presencia no está allí, como nunca ha estado en los lugares de Baal’. Te envalentonaste; pero allí correrá el valiente. Te ensalzaste, pero serás humillada. No hay dentro de tus puertas paz porque Yo he puesto guerra y los que por precio te buscan pronto, contigo, caerán. Tus hechos, todos, los conozco y conocí tus más íntimas prevaricaciones hasta hoy”. {Daisy Escalante: 23-06-2018, es.p3}

“Bueyes gordos acorneadores te dirigen, encebados en la grosura de sus fornicaciones. Pan leudado está en sus mesas y reparten vino adulterado. ¿Cuántos entraron en el arca? ¿Cuántos se salvaron en Sodoma, Gomorra, Adma, y Zeboím? Así también será en la venida del Hijo del hombre. Otros ocuparán tu lugar por cuanto no atendiste el consejo de Jehová tu Dios. Extraños entrarán y te saquearán, y en ese día sabrás que Jehová se había apartado de tus puertas y que su complacencia ya no estaba contigo. El que oiga, escuche y actúe; ese, librará su alma. Pues, ¿cómo pueden andar dos en un camino si no es del mismo pensar? Apartaos y no toquéis lo inmundo para que os vaya bien y viváis”. {Daisy Escalante: 23-06-2018, es.p4}

Estas son las palabras fieles y verdaderas que recibí en ese momento, y luego se me dio un pasaje de la Biblia: “Habacuc 2:4-20”. Quiera Dios que cada uno de los que escuchen estas palabras, puedan entender y puedan tomar bandera bajo la bandera del Príncipe Emanuel. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 23-06-2018, es.p5}

Habacuc 2:4-20

4 He aquí se enorgullece aquel cuya alma no es recta en él; mas el justo por su fe vivirá.
5 Y también, por cuanto peca por el vino, [es] un hombre soberbio, y no queda en casa; el cual ensancha como el infierno su alma, y [es] como la muerte, que no se sacia; antes reúne para sí todas las naciones, y amontona para sí todos los pueblos.
6 ¿No han de levantar todos éstos refrán sobre él, y sarcasmos contra él? Y dirán: ¡Ay del que multiplicó lo que no era suyo! Y, ¿hasta cuándo había de amontonar sobre sí barro espeso?
7 ¿No se levantarán de repente los que te han de morder, y se despertarán los que te han de quitar de tu lugar, y serás a ellos por rapiña?
8 Porque tú has despojado a muchas naciones, todos los que han quedado de los pueblos te despojarán; a causa de la sangre de los hombres, y de la violencia de la tierra, de las ciudades y de todos los que moran en ellas.
9 ¡Ay del que codicia ganancia deshonesta para su casa, para poner en alto su nido, para ser librado del poder del mal!
10 Tomaste consejo vergonzoso para tu casa, asolaste muchos pueblos, y has pecado [contra] tu alma.
11 Porque la piedra clamará desde el muro, y la tabla del enmaderado le responderá.
12 ¡Ay del que edifica la ciudad con sangre, y del que funda una ciudad con iniquidad!
13 ¿No [es] esto de Jehová de los ejércitos? Los pueblos pues, trabajarán para el fuego, y las gentes se fatigarán en vano.
14 Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar.
15 ¡Ay del que da de beber a su compañero! ¡[Ay de ti] que le acercas tu odre y le embriagas, para mirar su desnudez!
16 Te has llenado de deshonra más que de honra; bebe tú también, y serás descubierto; el cáliz de la mano derecha de Jehová volverá sobre ti, y vómito de afrenta sobre tu gloria.
17 Porque la rapiña del Líbano caerá sobre ti, y la destrucción de las fieras lo quebrantará; a causa de la sangre de los hombres, y de la violencia de la tierra, de las ciudades, y de todos los que moran en ellas.
18 ¿De qué sirve la escultura que esculpió el que la hizo? ¿La estatua de fundición, que enseña mentira, para que haciendo imágenes mudas confíe el hacedor en su obra?
19 ¡Ay del que dice al palo; Despiértate; y a la piedra muda: Levántate! ¿Podrá él enseñar? He aquí él está cubierto de oro y plata, y no [hay] espíritu dentro de él.
20 Mas Jehová [está] en su santo templo; calle delante de Él toda la tierra.

Testimonio: 25-04-2019

Amados, 25 de abril 2019. Dijo mi acompañante: “esto es de carácter celestial, todo lo que es desatado en el cielo es desatado en la tierra, y todo lo que es atado en el cielo es atado en la tierra. Muchos aborrecen lo bueno y atribuyen a belcebú lo que es de Dios. Más, estad atentos porque no hay cosa más abominable entre los hombres que sus líderes mortales falseen el derecho y desprecien la verdad. Cantar, cuando es válido llorar. Y [se] envalentonan contra el Altísimo, quien rige los cielos y la tierra. Cae el justo y se levanta, más el injusto, al caer, no se ve más. No hay cosa que no se sepa, ni luz que no brille. Muchos levantarán su cabeza, y muchos se esconderán al saber que el Soberano rige y no es con mente mortal, pues suyo es el mundo y sus habitantes. Él quita y Él pone, sea su Nombre bendito por todas las naciones. Él gobierna y rige a su tiempo, y nada es contrario a su Palabra, porque el mortal sabrá que suyo es el poder para siempre. Amén.” {Daisy Escalante: 25-04-2019 , es.p1}

En ese momento, amados, mi acompañante terminó de hablar. Y yo vi un camino por dónde caminaba, y una división. En un momento, este camino se dividía en dos, y en el mismo medio, en la misma división de este camino, había un ángel con una espada desenvainada, que apuntaba a los que llegaban, casi, a él. Y él les decía: “tú allá, y tú, acá”. Así los distribuía por aquellos dos caminos. No había espacio para que ellos decidieran. Cada uno debía transitar por donde se les ordenaba. Estos, estaban caminando por estos caminos y no tenían derecho a cuestionar nada sino, solamente, obedecer. Ambos caminos, en su comienzo, eran totalmente parecidos. Unos, [desde] un camino, podían observar a los otros del otro lado. Unos, los de la izquierda, iban riendo, hablando en voz muy alta. Los del otro camino iban avanzando llorando y gimiendo. Unos a los otros se escuchaban y se veían, más, mientras seguían caminando, árboles frondosos se interponían entre ambos caminos, y los caminos comenzaban a tomar distancia al punto de que estos no se veían más. {Daisy Escalante: 25-04-2019 , es.p2}

Entonces, yo quedé observando y vi cómo [en] el camino donde iban riéndose y hablando fuerte, salían de las orillas de la calle unas criaturas horribles que, en su cola, tenían una cola de escorpión. Sus caras eran como caras humanas, y atacaban con gran furia a los que transitaban por aquel camino. Entonces volteé a ver a los que transitaban el otro camino y yo les veía llorar y clamar. Vi, entonces que, desde el aire, al lado del camino donde ellos transitaban, salían manos con letreros que las personas leían y sus rostros de llanto se tornaban en rostros de gozo. Y así fue su camino mientras los vi transitar por él. Dijo mi acompañante: “muchos transitan esta vida sin medir consecuencias, más todo es de carácter celestial. Estad apercibidos porque la hora ha de llegar cuando, allí, correrá el valiente y el fuerte caerá, porque no reconocieron el día de su visitación. Muchos no serán, ya, iguales por dentro, y, pronto, su verdadera naturaleza atestiguará de ello, más el que confía en su Señor, su Dios, se esforzará y actuará”. En ese momento me dijo: “Isaías 2”. {Daisy Escalante: 25-04-2019 , es.p3}

Quiera Dios que cada uno de nosotros sean de aquellos que transitan por el lado derecho, viendo estos letreros, que son la Palabra de Dios, que nos dan fortaleza, confianza, fuerza, para poder seguir hacia adelante. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 25-04-2019 , es.p4}

Isaías 2

1 Lo que vio Isaías, hijo de Amoz, tocante a Judá y a Jerusalén.
2 Y acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová por cabeza de los montes, y será ensalzado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones.
3 Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y Él nos enseñará en sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.
4 Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.
5 Venid, oh casa de Jacob, y caminemos a la luz de Jehová.
6 Ciertamente tú has dejado tu pueblo, la casa de Jacob, porque están llenos [de maldades] del oriente, y de agoreros, como los filisteos; y hacen pacto con hijos de extranjeros.
7 Su tierra está llena de plata y oro, sus tesoros no tienen fin. También está su tierra llena de caballos; sus carros [son] innumerables.
8 Además está su tierra llena de ídolos, y a la obra de sus manos se han arrodillado, a lo que fabricaron sus dedos.
9 Y el hombre vil se ha inclinado, y el hombre altivo se ha humillado; por tanto no los perdones.
10 Métete en la piedra, escóndete en el polvo, por la presencia temible de Jehová, y por el esplendor de su majestad.
11 La altivez de los ojos del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y sólo Jehová será exaltado en aquel día.
12 Porque día de Jehová de los ejércitos [vendrá] sobre todo soberbio y altivo, y sobre todo enaltecido; y será abatido;
13 sobre todos los cedros del Líbano altos y erguidos, y sobre todos las encinas de Basán.
14 Y sobre todos los montes altos, y sobre todos los collados levantados;
15 Y sobre toda torre alta, y sobre todo muro fuerte;
16 Y sobre todas las naves de Tarsis, y sobre todas las pinturas preciadas.
17 Y la altivez del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y sólo Jehová será exaltado en aquel día.
18 Y quitará totalmente los ídolos.
19 Y se meterán en las cavernas de las peñas, y en las aberturas de la tierra, por la temible presencia de Jehová, y por el esplendor de su majestad, cuando Él se levante para sacudir la tierra.
20 Aquel día arrojará el hombre, a los topos y murciélagos, sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que le hicieron para que adorase;
21 y se entrarán en las hendiduras de las rocas y en las cavernas de las peñas, por la temible presencia de Jehová, y por el esplendor de su majestad, cuando Él se levante para sacudir la tierra.
22 Dejaos del hombre, cuyo aliento [está] en su nariz; porque ¿de qué es él estimado?

Testimonio: 29-06-2019

Amados, 29 de junio 2019. Se me dejó saber que debemos, ahora, aguantar las pruebas y penurias como vengan, agarrados de la mano de nuestro Redentor y Salvador, pues esto nos preparará en lo sumo para lo que está por venir. Se me dejó muy claramente dicho que no importa dónde estemos, la persecución llegará y todos seremos probados en gran magnitud, más ésta no sobrepasará lo que podamos soportar. Dijo mi acompañante: “el testimonio directo de la verdad producirá esto, y por eso, ¿callará el pueblo?” Vi un pueblo que no quería pasar trabajo, que aún para obtener un lavamanos y ponerlo en su casa, debía ser de su agrado porque, si no, lo rechazaban. Dijo entonces mi acompañante: “todo el que se mueva por gustos y preferencias, se salta los obstáculos que lo pudieron haber preparado para la prueba final, éstos serán hallados faltos”. {Daisy Escalante: 29-06-2019 , es.p1}

Fui llevada entonces a un lugar donde había muchos que pedían saber de la Palabra de Dios, allí se comenzó a desplegar la Palabra, no como ellos acostumbraban a desplegarla. Dijo mi acompañante: “lee e interpreta”. Yo comencé a leer, y ante mis ojos aparecieron unas verdades que antes, aunque las había leído, eran como inentendibles para mí. Y comencé a escuchar una voz que me las explicaba, y yo repetía aquella explicación. Pero, mientras yo lo hacía, varios se levantaban y caminaban fuera de aquel lugar, ellos estaban disgustados por lo directo del mensaje. Yo les exhortaba a que se quedaran, pero ellos no desistieron, así que yo seguí leyendo y explicando. Y observé a uno de ellos regresar, este llegó con otras personas. Escucharon, allí, un rato. Yo acabé y ellos me llamaron para hablar. Entonces, la persona que regresó, me invitó a conversar a su casa. Fui. Al llegar allí con ellos, cuando llegué a su casa, fui agarrada por otras personas que estaban allí, y fui llevada a un grande tráiler donde me entraron ahí y abrieron unas llaves de gas, y procedieron a cerrar la puerta de este tráiler conmigo adentro. Yo veía la puerta cómo iban cerrándola y, en ese momento, escuché una voz que me dijo: “salta del tráiler”. Entonces corrí hasta la puerta doble, que ya, casi, estaba cerrada, y no sé cómo mi cuerpo pasó, pero fue como una gelatina que se escurrió por aquella cavidad aún abierta, y yo pude salir. {Daisy Escalante: 29-06-2019 , es.p2}

Se me ordenó caminar campo adentro. Podía ver, desde allí a lo lejos, cómo una turba enfurecida esperaba la señal para arremeter contra aquellos que guardaban fielmente los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. Estos llamados “acérrimos enemigos del estado”, estaban fichados, según ellos, para destrucción. Entonces dijo mi acompañante: “observa”. Mis ojos se abrieron y pude ver en aquellos grupos de las montañas, ángeles excelsos en gloria que rodeaban los pequeños grupos. Estos, sólo se regían por un Escrito Está y sólo eso. Luego observé a los que encabezaban la turba airada, y vi que los que los encabezaban habían sido de los que formaron parte de aquellos grupos alguna vez y no se quisieron soltar del mundo. {Daisy Escalante: 29-06-2019 , es.p3}

La escena, amados, cambió y fui llevada a muchos lugares en el mundo donde mi vista podía observar los cientos de grupos que obedecieron a Dios, que ya estaban en las montañas pasando grandes pruebas necesarias para moldear sus caracteres. Dijo mi acompañante: “de esto se trata, del carácter. Ninguno que piense que lo que les ha tocado, escogido por el cielo para vosotros, no es necesario para salvación, está equivocado. Porque aún al Hijo del Hombre le fue escogido lugar preparatorio para la misión de salvar al mundo. Todo el que no esté conforme y murmure, luego de entender esto, será removido, porque grandes y últimos preparatorios [se] están haciendo, de carácter celestial”. {Daisy Escalante: 29-06-2019 , es.p4}

Entonces siguió diciendo: “el que tema salvar su vida la perderá y el que no le preocupe su vida ese será salvo. ¿Acaso teme el roble la sequía y se mueve de sus asientos al verla venir? Aunque ésta llegue, éste permanecerá anclado porque ha fijado sus raíces en la roca y en torrentes de aguas vivas. ¿Acaso teme el gorrión la escasez de alimento y la falta de agua? Éste se levanta confiado en que cada día comerá y así, diariamente, el cielo le provee. Procurad sembrar la buena semilla, regadla, porque ésta crecerá y le será dado al ciento por uno, y su cementera nunca pasará, porque el cielo está listo para dar abundantes dádivas a todo aquel que con esmero y ahínco ha sido leal a su labor. No duerman como los demás, velen y sean sobrios, redimiendo el tiempo en todo momento. Todo momento desperdiciado ahora será irremediablemente no recuperado, y vuestras almas correrán peligro. Quitad vuestros ojos de la vanidad mundanal, y a la conveniencia propia arrancadla de vuestras vidas. ¿Acaso no sabéis que el cielo es esfuerzo y abnegación? Nadie, nadie que desee vivir hoy cómodamente llegará, porque aún el hijo del hombre sufrió penurias, y su vida de trabajo fue su preparación para el ministerio de la salvación. ¿O no entendéis que con el árbol verde hicieron así y, ¿cómo serán con las ramas secas? ¿Acaso meditáis en esto? ¿Acaso pide el canario su ración por adelantado y se sienta a esperar por ella? La comodidad y el ocio, el tiempo perdido, es robo ante Dios, pues por esto muchos perderán su alma. Disciplinaos en entendimiento y labor, no deis rienda suelta a vuestra lengua en queja, murmuración y descontento. Recibid mansedumbre y abnegación por medio del arduo trabajo, y no habléis efímeramente porque, aún esto, es minuciosamente anotado. Pedid a Dios”, siguió diciendo, “que os libre de pensamientos de pecaminosidad pasados y no los exterioricéis para que así sean borrados de vuestras vidas. No traigáis el pecado a vuestros labios, si no vivid en humillación ante Dios para qué éstos sean borrados aún de vuestros pensamientos, pues, entonces, estos son borrados y perdonados en el Libro de la Vida. No os engañéis, Dios no puede ser burlado. Vivid aferrados a la vid y venceréis en su Nombre”. Entonces me dijo: “Efesios 4”. {Daisy Escalante: 29-06-2019 , es.p5}

Amados, palabras fieles y verdaderas de Dios, que comparto con ustedes. Que el Señor me los bendiga y que peleemos la buena batalla de la fe agarrados de la mano de Cristo Jesús. Que el Señor los cuide. {Daisy Escalante: 29-06-2019 , es.p6}

Efesios 4

1 Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno del llamamiento con que sois llamados;
2 con toda humildad y mansedumbre, con paciencia soportándoos los unos a los otros en amor,
3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
4 Un cuerpo, y un Espíritu, como sois también llamados en una misma esperanza de vuestro llamamiento.
5 Un Señor, una fe, un bautismo,
6 un Dios y Padre de todos, el cual [es] sobre todo, y por todo, y en todos vosotros.
7 Pero a cada uno de nosotros es dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.
8 Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres.
9 (Ahora, que Él subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?
10 El que descendió, es el mismo que también subió sobre todos los cielos para llenar todas las cosas.)
11 Y Él mismo dio a unos, apóstoles; y a unos, profetas; y a unos, evangelistas; y a unos, pastores y maestros;
12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo;
13 hasta que todos lleguemos en la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
14 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error.
15 Antes hablando la verdad en amor, crezcamos en todas las cosas, en Aquél que es la cabeza, [en] Cristo;
16 de quien todo el cuerpo bien ligado entre sí, y unido por lo que cada coyuntura suple, conforme a la eficacia y medida de cada miembro, hace que el cuerpo crezca para la edificación de sí mismo en amor.
17 Esto, pues, digo y requiero en el Señor; que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente,
18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos a la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;
19 los cuales habiendo perdido toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para con avidez cometer toda clase de impureza.
20 Pero vosotros no habéis aprendido así a Cristo;
21 si es que le habéis oído, y habéis sido por Él enseñados de cómo la verdad está en Jesús.
22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a las concupiscencias engañosas;
23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente,
24 y vestíos del nuevo hombre, que es creado según Dios, en justicia y en santidad verdadera.
25 Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.
26 Airaos, pero no pequéis: No se ponga el sol sobre vuestro enojo;
27 ni deis lugar al diablo.
28 El que hurtaba, no hurte más; antes trabaje, haciendo con [sus] manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padeciere necesidad.
29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca; sino la que sea buena y sirva para edificación, para que dé gracia a los oyentes.
30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual estáis sellados para el día de la redención.
31 Toda amargura, y enojo, e ira, y gritería, y maledicencia, y toda malicia, sea quitada de entre vosotros;
32 y sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como también Dios en Cristo os perdonó.

Testimonio: 25-01-2020 #01

Enero, 25, del 2020. En sueños, vi que unas personas trabajaban cerca de una montaña que tenía muchas rocas, y cerca de esta montaña había una calle que daba a la ciudad. El jefe de estos trabajadores les exigía seguir trabajando en la calle que tenía la montaña cerca, con estas rocas. De pronto un fuerte temblor azotó el lugar y las rocas comenzaron a caer, y los trabajadores corrieron hacia la calle, dejando, aún, hasta las costosas herramientas a su paso. {Daisy Escalante: 25-01-2020 #01, es.p1}

Luego la escena cambió y veía yo cómo, en la ciudad, la educación era muy vana para niños, jóvenes y adultos; pero, aun así, rigurosamente necesaria para poder ser parte de aquella ciudad. {Daisy Escalante: 25-01-2020 #01, es.p2}

Veía cómo niños, jóvenes y adultos quedaban embotados por dicha educación. Y su mente ágil, planificadora y creativa era reducida a añicos para que la educación que recibían monopolizara sus sentidos, entrando, así, en una clasificación que les regía un hombre adinerado. Y éste, así, sólo les ponía al frente las opciones que él deseaba en pro de garantía de empleo o, si no, éste era destituido del apoyo de la ciudad. Vi cómo, muchas personas, muchos, pero muchos, vivían nerviosos, atareados y angustiados, por el temor de perder el apoyo de la ciudad y [de] quien la controlaba. {Daisy Escalante: 25-01-2020 #01, es.p3}

Vi cómo, este hombre, donde había un lugar de entrenamiento misionero lo destruyó, y puso una gran feria con muchas máquinas de diversión, música y muchas luces de colores. Fui a donde este hombre y le dije: “¿por qué hace esto?” Y me contestó su ayudante: “este es su trabajo, él se preocupa por la felicidad de todos”. Y se rió sarcásticamente. Y yo le contesté: “¿qué felicidad? Esto sólo adormece los sentidos para, así, tenerlos en su mano y poder controlarlos con facilidad”. Me miró y me contestó: “este es mi trabajo, y a ellos les gusta”. {Daisy Escalante: 25-01-2020 #01, es.p4}

Vi que muchos no pensaban causa y efecto, y se entregaban al desenfreno del entretenimiento, sin medir consecuencias de su tiempo perdido. Les advertí a voz en cuello, pero sólo una persona despertó de aquel vil letargo y me dijo: “¡ayúdame! ¡este lugar acaba con mi ser, ayúdame!” Agarré a aquella mujer por un brazo y le ayudé hasta salir de aquel lugar de perdición, y de aquella ciudad que, como veneno de serpiente, adormecía [a] todo aquel que estaba en ella hasta que el veneno lo mataba. {Daisy Escalante: 25-01-2020 #01, es.p5}

Fuimos, esta mujer y yo, a un campo, y estábamos allí con otros, tranquilos, y cada día hacíamos la parte que nos tocaba a conciencia. Allí, aquella mujer alababa y glorificaba a Dios por su libertad. {Daisy Escalante: 25-01-2020 #01, es.p6}

De pronto, fui a otro campo, y allí vi a un hombre y a una mujer. Estos se preparaban para entrar en el camino del campo, para estar listos para una tempestad que se veía venir rápidamente. Les vi montar en una camioneta y les dije: “si van por ese camino, no deben ir en camioneta, sólo se debe recorrer a pie. Pero ellos no hicieron caso y montando toda clase de cosas en la camioneta, avanzaron por el camino, y en un punto crítico del camino perdieron la camioneta y todo su contenido, y a duras penas quedaron ellos con vida. La tempestad llegó y los comenzó a azotar, y corrí a ellos con otros que, así, dándoles orientaciones verbales, les pudimos ayudar para no perecer. Les reprendí por su osado caminar y me contestó la mujer: “el miedo por sobrevivir me llevó a esto”. Y el hombre dijo: “el miedo a padecer hambre me cegó”. {Daisy Escalante: 25-01-2020 #01, es.p7}

En ese momento escuché una voz, muy, muy fuerte, proveniente de los cielos que dijo: “llega el momento, y ya es, donde todo lo bueno que conoce el mundo será trastocado, y el mundo verá los verdaderos matices del que lo gobierna. Más mis ojos sólo vigilarán, protegerán y cuidarán a mis escogidos. Muchos, muchos, ¡muchos!”, repitió, “de los que conocían de este momento, decidieron no hacer caso, pero su hora llegará, cuando entre llanto y calamidad desearán lo que despreciaron, y no lo tendrán porque despreciaron el día de las pequeñeces y menospreciaron el plan que yo tracé para la salvación de sus almas”. {Daisy Escalante: 25-01-2020 #01, es.p8}

Mi ser temblaba al escuchar estas palabras, y mis lágrimas no se podían contener, y exclamé: “¡Oh Señor! ¿cuántas veces se advirtió de esto? ¿cuántas veces? Y ahora, ¿qué hacer?” Dijo la voz: “anda tú y tu casa, y alista todo, porque el momento es llegado”. Y siguió diciendo: “muchos correrán de aquí para allá, y buscarán la salvación, más en el momento de actuar, en base a su conocimiento, no sólo fueron rebeldes a esto, sino que hicieron sufrir a aquellos que les advertían, más ahora el sufrimiento es sobre ellos”. Y siguió diciendo: “ninguno que omita su deber, y desprecie los días de las pequeñeces podrá vencer. La muerte se gesta, [se] cría y se propaga en las ciudades, y todo aquel que a sabiendas allí permanece, en desobediencia, ésta llegará a él. Es el momento de las tinieblas y su curso se intensifica, sólo la estricta obediencia a mis leyes, mandatos y estatutos, los podrá librar”. {Daisy Escalante: 25-01-2020 #01, es.p9}

Amados, ahí desperté, ¡con una sensación de urgencia tan tremenda dentro de mi ser! Quiera Dios que cada uno de vosotros la pueda entender, y podamos tener todo listo. Agarrados de Cristo Jesús, que obedezcamos cada cosa que, sabemos, Él nos está indicando para que, así, podamos ser protegidos por su brazo protector. Que el Señor los bendiga. {Daisy Escalante: 25-01-2020 #01, es.p10}

Testimonio: 25-01-2020 #02

25 de enero 2020. A la 1:42 de la tarde, mientras meditaba en el sueño que el Señor me dio en esta madrugada, vino palabra del Señor a mí diciendo: “No hay fuego sin chispa y no hay terror sin espanto; pero, aun así, el pueblo que conoce es necio en su propia opinión”. {Daisy Escalante: 25-01-2020 #02, es.p1}

“¡Si tan sólo supieran lo que les producirá paz y sosiego!, más el que dice ser mi pueblo es rodeado por la destrucción y le da la bienvenida. ¡Insensatos, faltos de entendimiento que corren a la destrucción y le huyen a la salvación! Aún las bestias conocen la magnitud de los eventos y escapan por su vida, más el pueblo que conoce se sienta a esperarlo. ¿Quién escuchará la voz de alerta?”, preguntó, “y, ¿quién verá lo sucedido?” {Daisy Escalante: 25-01-2020 #02, es.p2}

“Se aferran a sus posesiones, que en un segundo se desvanecen, y sus pensamientos se extasían en sueños que, como globos pinchados, dejarán de existir. Desde el cielo veo a todo mortal y leo sus pensamientos, sé sus inclinaciones y conozco antes que ellos sus propósitos. ¿Acaso contenderé con el hombre para siempre? Vivo Yo que no será así, sino que hay un fin y está extremadamente cerca. No hay atalaya que, el que dice ser mi pueblo, escuche. Y no hay súplica que su corazón enternezca porque su corazón está endurecido como piedra y sus pensamientos como el hierro. Pedirán señal, pero no la recibirán; porque menospreciaron mis dichos y abominaron a mis profetas, entre lo santo y lo profano no supieron distinguir, y rechazaron las súplicas de mi amor. Ahora, ¿qué haré con esta generación impía y perversa? Ya mi ojo no les verá, y sólo me gozaré con los que me buscan y andan en mi voluntad”. {Daisy Escalante: 25-01-2020 #02, es.p3}

“Les guiaré por siempre y les amaré por la eternidad. Comerán cosa mortífera y nada les quitará su vida. Temblarán los cimientos del mundo y permanecerán en pie. Rugirá el mar y vivirán confiados. Caerán saetas a su diestra y siniestra y no les tocará, por cuanto mi Palabra era ley para ellos y sus pies eran prestos a cumplirla. Lo verán, pues, mis adversarios, aquellos que me conocían y me desdeñaron, y los maldecirán y buscarán su muerte bajo quebranto, espada y maldición. Más mi mano está alzada, porque el que vela por Israel no duerme y no dormirá jamás, y solo dejará de vigilar a su pueblo cuando éste esté introducido en la Canaán celestial”. {Daisy Escalante: 25-01-2020 #02, es.p4}

“Ahora, pues, escuchad pueblos, naciones y reinos: el que Es, el que Era, y el que ha de Venir, dice así: ustedes pregonan destrucción a mi pueblo, y ponen fechas para su exterminio, más Yo juro por Mí mismo que ninguno de ellos perecerá, y que la maldad que traman contra mi pueblo será ciertamente vengada por Mí. Y conocerán en el mundo, y hasta los confines del universo, que el gran Yo Soy atalaya por su pueblo y ninguno será perdido. Ahora, pues, tú, mi amada, mi novia, ámame enteramente como Yo te amo a ti, y así el mundo verá mi gloria reflejada en ti, y aquellos que hoy no me conocen me conocerán, y serán también mis amados y el fin de todo llegará y viviremos todos juntos por la eternidad. El que quiera oír oiga lo que El Eterno declara hoy sobre todo mortal. Amén”. {Daisy Escalante: 25-01-2020 #02, es.p5}

Palabras fieles y verdaderas del Señor para todos. Que el Señor les bendiga. {Daisy Escalante: 25-01-2020 #02, es.p6}

Testimonio: 31-01-2020

31 de enero 2020. Hablando con un joven que tiene talento para los instrumentos, pero no los toca —porque decía él que sólo le interesaba otra cosa—, vino palabra de Jehová a mí diciendo: “hay un hombre que tiene una computadora extremadamente fuerte y versátil. Y llegas a su casa, y ves ese equipo y dices: ‘esta persona debe hacer muchísimas cosas con este formidable equipo, que está hecho para múltiples cosas’. Voy a preguntar al dueño del equipo. ¡Oiga amigo, muéstreme todo lo que hace con ese maravilloso equipo! El dueño viene amablemente a mostrarle, y el curioso está sumamente atento a lo que le mostrarán. El dueño pone a correr su equipo, abre el programa y le dice: ‘mire aquí lo que hago con ella’. El curioso observa y ve cartas escritas en el “Word” del equipo. Y exclama el observador: “¿y qué más hace?” Dice el dueño: “sólo esto, escribo cartas a personas, las imprimo y ya”. El observador exclama: “¿Cómo? ¿sólo eso? ¡Este equipo es maravilloso para infinidades de cosas! y, ¿sólo hace cartas?” Grande fue su asombro”. {Daisy Escalante: 31-01-2020, es.p1}

“Así”, me dijo el Señor, “más maravilloso es aún el cerebro humano, y muchos son culpables de su atrofia por no usarlo en toda su potencialidad. Escuchad y aprended lo que el Soberano dice a sus criaturas”. {Daisy Escalante: 31-01-2020, es.p2}

Palabras fieles y verdaderas del Señor para todos ustedes. {Daisy Escalante: 31-01-2020, es.p3}

Himno 69: Al Rey, adorad
Himno 48: Señor Jesús, el día ya se fue