Manjar Sabático
21-11-2020
Romanos 2
1 Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; porque en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo.
2 Pero sabemos que el juicio de Dios contra los que hacen tales cosas es según verdad.
3 ¿Y piensas esto, oh hombre, que juzgas a los que hacen tales cosas y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios?
4 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, y paciencia y longanimidad, ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepentimiento?
5 Mas por tu dureza, y tu corazón no arrepentido, atesoras ira para ti mismo, para el día de la ira y de la manifestación del justo juicio de Dios,
6 el cual pagará a cada uno conforme a sus obras:
7 A los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, vida eterna.
8 Pero indignación e ira, a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, antes obedecen a la injusticia.
9 Tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente, y también el griego.
10 Pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente, y también al griego.
11 Porque no hay acepción de personas para con Dios.
12 Porque todos los que sin ley pecaron, sin ley también perecerán, y todos los que en la ley pecaron, por la ley serán juzgados.
13 Porque no [son] los oidores de la ley los justos para con Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados.
14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, no teniendo ley, son ley a sí mismos,
15 mostrando ellos, la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia y [sus] pensamientos, acusándose o aun excusándose unos a otros,
16 en el día en que Dios juzgará por Jesucristo, los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.
17 He aquí, tú tienes el sobrenombre de judío, y te apoyas en la ley, y te glorías en Dios,
18 y conoces [su] voluntad, y apruebas lo mejor; siendo instruido por la ley;
19 y confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas,
20 instructor de los ignorantes, maestro de niños, que tienes la forma del conocimiento, y de la verdad en la ley.
21 Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas?
22 Tú que dices que no se ha de adulterar, ¿adulteras? Tú que abominas a los ídolos, ¿cometes sacrilegio?
23 Tú que te jactas de la ley, ¿con infracción de la ley deshonras a Dios?
24 Porque el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros, como está escrito.
25 Pues la circuncisión ciertamente aprovecha si guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión es hecha incircuncisión.
26 De manera que si el incircunciso guarda la justicia de la ley, ¿no será su incircuncisión contada como circuncisión?
27 Así que el que es incircunciso por naturaleza, si cumple la ley, ¿no te juzgará a ti que con la letra y la circuncisión eres transgresor de la ley?
28 Porque no es judío el que lo es por fuera; ni [es] la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne;
29 sino que es judío el que lo es en el interior; y la circuncisión [es la] del corazón, en espíritu, no en letra; cuya alabanza no [es] de los hombres, sino de Dios.
La Edificación del Carácter, Cap. 11 ''Una Vida de Progreso Constante''
Muchos de los que están buscando con sinceridad la santidad de corazón y la pureza de vida parecen perplejos y desanimados. Están constantemente mirándose a sí mismos, y lamentando su falta de fe; y debido a que no tienen fe sienten que no pueden aspirar a las bendiciones de Dios. Estas personas confunden el sentimiento con la fe. Miran por encima de la sencillez de la verdadera fe, y así traen grandes tinieblas sobre sus almas. Deben volver su mirada de sí mismos, y espaciarse en la misericordia y la bondad de Dios, repasando sus promesas, y entonces sencillamente creer que él cumplirá su palabra. No hemos de confiar en nuestra fe, sino en las promesas de Dios. Cuando nos arrepentimos de nuestras transgresiones pasadas de su ley, y resolvemos prestar obediencia en el futuro, debemos creer que Dios, por causa de Cristo, nos acepta y perdona nuestros pecados.
Las tinieblas y el desánimo a veces vendrán sobre el alma y nos amenazarán con abrumarnos; pero no debemos perder nuestra confianza. Hemos de mantener nuestros ojos fijos en Jesús, ora sintamos o no. Debemos tratar de realizar fielmente todo deber conocido, y entonces descansar con tranquilidad en las promesas de Dios.
La vida de fe
A veces un profundo sentimiento de nuestra indignidad estremecerá nuestra alma con una conmoción de terror; pero esto no es una evidencia de que Dios ha cambiado hacia nosotros, o nosotros hacia Dios. No debe hacerse ningún esfuerzo para hacer que el alma alcance cierta intensidad de emoción. Podemos hoy no sentir la paz y el gozo que sentimos ayer; pero por la fe debemos asirnos de la mano de Cristo, y confiar en él tan plenamente en las tinieblas como en la luz.
Satanás puede susurrar: “Eres muy pecador para que Cristo te salve”. Aun cuando reconozcáis que sois verdaderamente pecadores e indignos, debéis hacer frente al tentador con el clamor: “En virtud de la expiación, yo reclamo a Cristo como mi Salvador. No confío en mis propios méritos, sino en la preciosa sangre de Jesús, que me limpia. En esta circunstancia aferro mi alma impotente a Cristo”. La vida cristiana debe ser una vida de fe viva y constante. Una confianza que no se rinde, una firme dependencia de Cristo, traerá paz y seguridad al alma.
Resistamos la tentación
No os desaniméis porque vuestro corazón parezca duro. Todo obstáculo, todo adversario interno, solamente aumenta vuestra necesidad de Cristo. El vino para quitar el corazón de piedra y daros un corazón de carne. Mirad a él para recibir gracia especial a fin de vencer vuestras faltas peculiares. Cuando sois asaltados por la tentación, resistid con firmeza las malas insinuaciones; decid a vuestra alma: “¿Cómo puedo yo deshonrar a mi Redentor? Me he entregado a Cristo; no puedo hacer las obras de Satanás”. Clamad al querido Salvador por ayuda para sacrificar todo ídolo, y para apartar de vosotros todo pecado acariciado. Que el ojo de la fe vea a Jesús intercediendo ante el trono del Padre, presentando sus manos heridas mientras ruega por vosotros. Creed que el poder os viene por medio de vuestro precioso Salvador.
Mirad con el ojo de la fe
Por la fe mirad las coronas preparadas para aquellos que venzan; escuchad el canto alborozado de los redimidos: ¡Digno, digno es el Cordero que ha sido inmolado y nos ha redimido para Dios! Tratad de considerar estas escenas como reales. Esteban, el primer mártir cristiano, en su terrible conflicto con los principados y potestades, y las potencias espirituales, exclamó: “He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del hombre que está a la diestra de Dios”. Hechos 7:56. El Salvador del mundo le fue revelado como mirándolo desde el cielo con el más profundo interés; y la luz gloriosa del rostro de Cristo brilló sobre Esteban con tal refulgencia, que aun sus enemigos vieron su rostro brillar como el rostro de un ángel.
Si permitimos que nuestra mente se espacie más en Cristo y en el mundo celestial, encontraremos un poderoso estímulo y un sostén para pelear las batallas del Señor. El orgullo y el amor del mundo perderán su poder mientras contemplamos las glorias de aquella tierra mejor que tan pronto ha de ser nuestro hogar. Frente a la hermosura de Cristo, todas las atracciones terrenales parecerán de poco valor.
Que nadie se imagine que sin fervoroso esfuerzo de su parte podrá obtener la seguridad del amor de Dios. Cuando a la mente se le ha permitido durante mucho tiempo espaciarse sólo en las cosas terrenales, es difícil cambiar los hábitos del pensamiento. Lo que el ojo ve y el oído escucha, demasiado a menudo atrae la atención y absorbe el interés. Pero si queremos entrar en la ciudad de Dios, y mirar a Jesús y su gloria, debemos acostumbrarnos a contemplarlo con el ojo de la fe aquí. Las palabras y el carácter de Cristo deben ser a menudo el tema de nuestro pensamiento y de nuestra conversación; y todos los días debería dedicarse un tiempo a la meditación acompañada de oración sobre estos temas sagrados.
No silenciemos al espíritu
La santificación es una obra cotidiana. Que nadie se engañe pensando que Dios perdonará y bendecirá a los que están pisoteando uno de sus requerimientos. La comisión voluntaria de un pecado conocido, silencia el testimonio del Espíritu, y separa el alma de Dios. Cualquiera sea el éxtasis del sentimiento religioso, Jesús no puede morar en el corazón que desobedece la ley divina. Dios honrará a aquellos que lo honran.
“¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis?” Romanos 6:16. Si cedemos a la ira, la concupiscencia, la codicia, el odio, el egoísmo, o algún otro pecado, nos hacemos siervos del pecado. “Ningún siervo puede servir a dos señores”. Lucas 16:13. Si servimos al pecado, no podemos servir a Cristo. El cristiano sentirá las incitaciones del pecado, porque la carne codicia contra el Espíritu; pero el Espíritu batalla contra la carne, manteniéndose en una lucha constante. Aquí es donde se necesita la ayuda de Cristo. La debilidad humana llega a unirse a la fortaleza divina, y la fe exclama: “Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo”. 1 Corintios 15:57.
Hábitos religiosos correctos
Si queremos desarrollar un carácter que Dios pueda aceptar, debemos formar hábitos correctos en nuestra vida religiosa. La oración diaria es algo esencial para el crecimiento en la gracia, aun para la vida espiritual misma, como lo es el alimento temporal para el bienestar físico. Debemos acostumbrarnos a elevar los pensamientos a menudo a Dios en oración. Si la mente vagabundea, debemos volverla de nuevo; por un esfuerzo perseverante, el hábito por fin se impone como algo fácil. No podemos, por un solo momento, separarnos de Cristo con seguridad. Podemos tener su presencia para asistirnos en cada uno de nuestros pasos, pero únicamente al observar las condiciones que él mismo ha establecido.
La religión debe convertirse en la gran ocupación de la vida. Cualquier otra cosa debe ser considerada como subordinada. Todas nuestras facultades, nuestra alma, cuerpo y espíritu, deben empeñarse en la guerra cristiana. Debemos mirar a Cristo para obtener fortaleza y gracia, y ganaremos la victoria tan seguramente como lo hizo Jesús por nosotros.
El precio del alma
Debemos acercarnos más a la cruz de Cristo. El arrepentimiento al pie de la cruz es la primera lección de paz que hemos de aprender. El amor de Jesús, ¿quién puede comprenderlo? ¡Es infinitamente más tierno y abnegado que el amor de una madre! Si queremos conocer el valor de un alma humana, debemos mirar con fe viva a la cruz, y así comenzar a estudiar cuál será la ciencia y el canto de los redimidos por toda la eternidad. El valor de nuestro tiempo y nuestros talentos puede ser estimado únicamente por la grandeza del rescate pagado por nuestra redención. Qué ingratitud manifestamos hacia Dios cuando lo despojamos de lo que le pertenece al no otorgarle nuestros afectos y nuestro servicio. ¿Es demasiado entregarnos a nosotros mismos a Aquel que lo ha sacrificado todo por nosotros? ¿Podemos elegir la amistad del mundo antes que el honor inmortal que Cristo nos confiere, es a saber, “que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”? Apocalipsis 3:21.
Una obra progresiva
La santificación es una obra progresiva. Los pasos sucesivos, según se los presenta en las palabras de Pedro, son los siguientes: “Poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo”. “Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”. 2 Pedro 1:5-8, 10, 11.
He aquí una conducta en virtud de la cual se nos asegura que nunca caeremos. Los que están así trabajando según el plan de la adición para obtener las gracias de Cristo, tienen la seguridad de que Dios obrará según el plan de la multiplicación al concederles los dones de su Espíritu. Pedro se dirige a los que obtuvieron la preciosa fe: “Gracia y paz os sean multiplicadas en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús”. 2 Pedro 1:2.
Por la gracia divina, todos los que quieren pueden ascender los brillantes escalones que unen la tierra con el cielo, y por fin “con alegría” y “gozo perpetuo” (Isaías 35:10), entrarán por las puertas en la ciudad de Dios.
Nuestro Salvador reclama todo lo que tenemos; pide nuestros primeros y más santos pensamientos, nuestros más puros y más intensos afectos. Si en realidad somos participantes de la naturaleza divina, su alabanza estará continuamente en nuestros corazones y en nuestros labios. Nuestra única seguridad es entregar todo lo que somos a él, y estar constantemente creciendo en la gracia y en el conocimiento de la verdad.
Pablo prorrumpe en un cántico de triunfo
El apóstol Pablo fue altamente honrado por Dios, al ser arrebatado en santa visión hasta el tercer cielo, donde observó escenas cuyas glorias no se le permitió revelar. Sin embargo, esto no lo indujo a la jactancia o a la confianza propia. Se daba cuenta de lo importante que era una vigilancia y una abnegación constantes, por eso dice claramente: “Sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado”. 1 Corintios 9:27.
Pablo sufrió por causa de la verdad; y sin embargo no oímos ninguna queja de sus labios. Al repasar su vida de trabajos, cuidados y sacrificios, él dice: “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse”. Romanos 8:18. A través de las edades llega hasta nosotros el cántico de victoria en que prorrumpe el fiel siervo de Dios: “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? … Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”. Romanos 8:35, 37-39.
Aun cuando Pablo fue finalmente confinado en una prisión romana, privado de la luz y del aire del cielo, apartado de sus activas labores en el Evangelio, y momentáneamente esperaba la condena a muerte, sin embargo no se rindió a la duda o al descorazonamiento. Desde aquella celda tenebrosa resonó, poco antes de morir, su testimonio lleno de fe y valor sublimes, que ha inspirado los corazones de los santos y mártires de todas las épocas sucesivas. Sus palabras describen en forma adecuada los resultados de la santificación que hemos tratado de presentar en estas páginas. “Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida”. 2 Timoteo 4:6-8.
Himno 42: Condúceme, Maestro
Himno 122: Amoroso Salvador
Testimonio: 15-09-2018
Amados, en septiembre 15, 2018, se me dio 1 Timoteo 2:8. Se me indicó que Dios ha establecido un grupo de verdades vitales para este último momento de la historia, y se me hizo saber que es vital saber dónde estamos hoy en la historia y el por qué estamos ahí. Y es muy vital el saber por qué la historia se repite, pues esa es la voluntad de Dios. Se me dijo que, aunque nos parezca tedioso o carente de provecho, debemos poner suma atención pues es el deseo de Dios que así se haga. Se me dijo que era necesario que nos quemáramos las pestañas, con ruego y oración pidiendo sabiduría para entender este tema tan vital y poder explicarlo a otros. Entonces se me señaló Proverbios 29:18. La profecía nos entrega, no sólo saber el tiempo en que vivimos sino es, una serie de conocimiento que Dios ha revelado con el tiempo a su verdadero pueblo para que éste crezca en sabiduría espiritual y mental. Para poder ayudar, ayudarse y ayudar a otros; para estar siempre listo ante las pruebas diarias, y finales, de la historia de este mundo. {Daisy Escalante: 15-09-2018, es.p1}
Entonces, en ese momento, mientras me estaban diciendo esto, se me entregaron, en el sueño varios regalos. Eran cajas y estaban forradas de papel de regalo. Se me indicó abrir cada una de ellas y cada una de ellas, cuando la vi, tenía un fundamento vital en el mensaje [que había] dado Dios a su verdadera iglesia. Yo vi [que], en una de las cajas, estaban los diez mandamientos; en otra, el santuario; [en otra] el mensaje de los tres ángeles; [en otra], la reforma pro salud; [en otra], la línea profética; [en otra], el mensaje de salir al campo, etcétera, etcétera. Y, así, cada uno de los mensajes que, como iglesia, ya conocemos. Entonces, mientras yo estaba abriendo estos regalos, se me indicó que estos mensajes tenían que ser internalizados por nosotros. Pero no por nuestra propia sabiduría sino por gracia de Dios y la ayuda del Espíritu Santo. Entonces, íbamos a llegar al producto final que ya estaba por pedacitos en los regalos anteriores o mensajes anteriores. {Daisy Escalante: 15-09-2018, es.p2}
Entonces yo veía que en las cajas que yo abría, de regalo —cada una de ellas—, que encerraba un pilar de fe, tenía una pequeña piecita que, me dijo mi acompañante, que la pusiera aparte. Eran como piezas de un rompecabezas y, aunque armonizaban perfectamente con el contenido del regalo como pilar de fe, a su vez eran como partes de otro esquema sin dejar de coordinar con el mensaje o regalo que me entregaron. Así, cada uno de los regalos que me fueron entregados tenía un pilar de fe. Además, esa piecita de rompecabezas que, aunque encajaba perfectamente con el pilar de fe, se me indicaba que la pusiera aparte. Así comencé a hacerlo. {Daisy Escalante: 15-09-2018, es.p3}
Al terminar de entregarme todos los regalos y sacar todas las piecitas aparte, se me dijo que nadie que no internalizara estos regalos podrá llegar efectivamente al producto final. Entonces, en ese momento, se me dijo: lo que verás ahora ya existe en todos los regalos y cada uno crea una unión más fuerte con Cristo Jesús”. Entonces, mi acompañante cogió las piezas y las unió frente a mí y me dijo: “esta es la etapa final, la que lo solidificará para la última prueba final y el recibimiento de la lluvia tardía”. Entonces vi el rompecabezas, y en éste las palabras: “muerte al yo, el mensaje de la justificación por la fe”. Al ver esto, me quedé asombrada. Me dijo: “estos extractos, sacados de cada mensaje, no dejan en ninguna manera sin validez los mensajes anteriores”. {Daisy Escalante: 15-09-2018, es.p4}
Entonces se me dio: “Apocalipsis 22:18”, y se me dijo: “el mensaje de la justificación por la fe no es más que [el que] nosotros debemos llegar a estar crucificados con Cristo Jesús”. En ese momento me dieron dos citas bíblicas: “Gálatas 2:20 y Romanos 7:19-24”. Me siguió diciendo que, si no entiendo lo más sencillo, lo desmembrado, los primeros pasos preparativos [no podré] llegar a lo más fuerte. Hizo una pregunta: “¿cómo voy a lograrlo?” él preguntó. Y luego formuló otra pregunta: “¿diré, pues, esto: ‘lo anterior carece de valor puesto que ya tengo lo último’?” Y él mismo contestó: “de ninguna manera”. Entonces formuló otra pregunta: “¿diré, pues, esto: ‘lo enterito carece de valor puesto que ya tengo lo último’?” Y él mismo contestó: “no, de ninguna manera”. {Daisy Escalante: 15-09-2018, es.p5}
Entonces se me indicó: “Lucas 11:40-42 y Mateo 5:17-18 y Proverbios 15:32”. Mientras yo veía estos versículos, él formuló otra pregunta: “¿acaso porque no lo sabía carece de significado o, porque no lo entiendo, carece de valor?” Y él mismo respondió: “no, de ninguna manera”. {Daisy Escalante: 15-09-2018, es.p6}
Y dijo: “ninguna cosa que ha sido, o sea, dirigida a vosotros antes de la segunda venida carecerá de valor salvífico para vosotros”. Y prosiguió diciendo: “quien así no lo acepte, será culpable de pecado y de juicio delante de Dios y de los santos ángeles”. Entonces me dio tres citas más: “Romanos 2:6, Gálatas 6:7 y Hebreos 2”. Y prosiguió preguntando: “¿acaso porque el hijo murió rechazaré al Padre y al Espíritu Santo?” Y contestó: “de ninguna manera. Puesto que tres son los dignatarios celestiales en pro de la salvación del hombre”. Al escuchar esto, amados, yo recordé lo dicho en el libro de Evangelismo en el capítulo titulado: El trato con la falsa ciencia, los cultos, los ismos y las sociedades secretas”. {Daisy Escalante: 15-09-2018, es.p7}
Entonces mientras yo recordaba esto, se me dijo: “Romanos 5:9”. Y me dijo una pregunta, y preguntó lo siguiente: “¿qué es la justificación por la fe?” Y él mismo contestó: “la justificación por la fe es la obra de Dios por la cual cada persona que cree en Jesucristo y se arrepiente de sus pecados será convertido en un hombre justo”. Cuando escuché esto, amados, realmente fue como si una pantalla, algo diferente, algo que nunca había visto —en ese sentido tan profundo—, surgió frente a mí. “La justificación por la fe es la obra de Dios por la cual cada persona que cree en Jesucristo y se arrepiente de sus pecados será convertido en un hombre justo”. {Daisy Escalante: 15-09-2018, es.p8}
Desperté, amados hermanos, sintiendo esto —que era tan profundo—, que me habían mencionado. Queriendo atesorarlo y escribiéndolo lo más pronto posible para no perder ninguno de los detalles. En ese momento, mientras estaba haciendo esto, se me vinieron otros versículos que quiero compartir con ustedes: “Apocalipsis 12:10, Efesios 2:12, Romanos 4:25, Romanos 3:24, Romanos 8:33, Hechos 10:34, Hechos 13:39, Romanos 3:26-28, Santiago 2:20-22, Romanos 3:20-25, Gálatas 5:6, Romanos 5:9, Romanos 5:1, Tito 3:7, y Romanos 8:28-39”. {Daisy Escalante: 15-09-2018, es.p9}
Quiera el Señor que cada uno de estos versículos y estos mensajes caigan en terreno fértil, en terreno que esté buscando realmente al Señor para que así podamos, amados hermanos, aferrarnos al Todopoderoso, porque solamente por Su justicia, solamente por Su perdón, solamente por Su gracia, alcanzaremos la victoria. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 15-09-2018, es.p10}
1 Timoteo 2:8
8 Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.
Proverbios 29:18
18 Donde no [hay] visión el pueblo perece; mas el que guarda la ley, es bienaventurado.
Apocalipsis 22:18
18 Porque yo testifico a cualquiera que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios añadirá sobre él las plagas que están escritas en este libro.
Gálatas 2:20
20 Con Cristo estoy juntamente crucificado; mas vivo, ya no yo, sino que Cristo vive en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Romanos 7:19-24
19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, éste hago.
20 Y si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado que mora en mí.
21 Hallo, pues, esta ley, que cuando quiero hacer el bien, el mal está en mí.
22 Porque según el hombre interior me deleito en la ley de Dios;
23 mas veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
24 ¡Miserable hombre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?
Lucas 11:40-42
40 Necios, ¿el que hizo lo de fuera, no hizo también lo de dentro?
41 Pero dad limosna de lo que tenéis; y he aquí, todo os es limpio.
42 Mas ¡ay de vosotros, fariseos! que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza; mas el juicio y el amor de Dios pasáis por alto. Esto os era necesario hacer, sin dejar de hacer lo otro.
Mateo 5:17-18
17 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.
18 Porque de cierto os digo [que] hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo sea cumplido.
Proverbios 15:32
32 El que tiene en poco la disciplina, menosprecia su alma; mas el que escucha la corrección, tiene entendimiento.
Romanos 2:6
6 el cual pagará a cada uno conforme a sus obras:
Gálatas 6:7
7 No os engañéis; Dios no [puede] ser burlado; pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
Hebreos 2
1 Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos.
2 Porque si la palabra dicha por los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución,
3 ¿cómo escaparemos nosotros, si tuviéremos en poco una salvación tan grande? La cual, habiendo sido publicada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que [le] oyeron;
4 testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros, y dones del Espíritu Santo según su voluntad.
5 Porque no sujetó a los ángeles el mundo venidero, del cual hablamos;
6 pero alguien testificó en cierto lugar, diciendo: ¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, o el hijo del hombre, para que le visites?
7 Le hiciste un poco menor que los ángeles, le coronaste de gloria y de honra, y le pusiste sobre las obras de tus manos.
8 Todo lo sujetaste bajo sus pies. Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no sea sujeto a Él; mas aún no vemos que todas las cosas le sean sujetas.
9 Pero vemos a Jesús coronado de gloria y de honra, el cual fue hecho un poco menor que los ángeles, por el padecimiento de su muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.
10 Porque le era preciso a Aquél por cuya causa [son] todas las cosas y por quien todas las cosas subsisten, habiendo de llevar a la gloria a muchos hijos, perfeccionar por aflicciones al autor de la salvación de ellos.
11 Porque el que santifica y los que son santificados, de uno [son] todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos,
12 diciendo: Anunciaré tu nombre a mis hermanos, en medio de la iglesia te alabaré.
13 Y otra vez: Yo en Él pondré mi confianza. Y otra vez: He aquí, yo y los hijos que Dios me dio.
14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, Él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,
15 y librar a los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.
16 Porque ciertamente no tomó [para sí la naturaleza de] los ángeles, sino que tomó la de la simiente de Abraham.
17 Por cuanto le era preciso ser en todo semejante a [sus] hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel Sumo Sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.
18 Porque en cuanto Él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.
Romanos 5:9
9 Mucho más ahora, estando ya justificados en su sangre, por Él seremos salvos de la ira.
Apocalipsis 12:10
10 Y oí una gran voz en el cielo que decía: Ahora ha venido la salvación, y el poder, y el reino de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo; porque el acusador de nuestros hermanos ha sido derribado, el cual los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.
Efesios 2:12
12 que en aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y extranjeros a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
Romanos 4:25
25 el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.
Romanos 3:24
24 siendo justificados gratuitamente por su gracia mediante la redención que es en Cristo Jesús;
Romanos 8:33
33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios [es el] que justifica.
Hechos 10:34
34 Entonces Pedro, abriendo [su] boca, dijo: A la verdad entiendo que Dios no hace acepción de personas;
Hechos 13:39
39 y por Él, todos los que creen, son justificados de todas las cosas que no pudieron ser justificados por la ley de Moisés.
Romanos 3:26-28
26 para manifestar su justicia en este tiempo; para que Él sea justo, y el que justifica al que cree en Jesús.
27 ¿Dónde, pues, [está] la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿De las obras? No, sino por la ley de la fe.
28 Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.
Santiago 2:20-22
20 ¿Mas quieres saber, oh hombre vano, que la fe sin obras es muerta?
21 ¿No fue justificado por las obras, Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?
22 ¿No ves que la fe actuó con sus obras, y que la fe fue perfeccionada por las obras?
Romanos 3:20-25
20 Por tanto, por las obras de la ley ninguna carne será justificada delante de Él; pues por la ley es el conocimiento del pecado.
21 Mas ahora, aparte de la ley, la justicia de Dios es manifestada, siendo testificada por la ley y los profetas;
22 la justicia de Dios [que es] por la fe de Jesucristo, para todos y sobre todos los que creen; porque no hay diferencia;
23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios;
24 siendo justificados gratuitamente por su gracia mediante la redención que es en Cristo Jesús;
25 a quien Dios ha puesto en propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia por la remisión de los pecados pasados, en la paciencia de Dios,
Gálatas 5:6
6 Porque en Jesucristo ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por amor.
Romanos 5:9
9 Mucho más ahora, estando ya justificados en su sangre, por Él seremos salvos de la ira.
Romanos 5:1
1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo,
Tito 3:7
7 para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.
Romanos 8:28-39
28 Y sabemos que todas las cosas ayudan a bien, a los que aman a Dios, a los que conforme a [su] propósito son llamados.
29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó [para que fuesen] hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos.
30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.
31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios por nosotros, ¿quién contra nosotros?
32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con Él todas las cosas?
33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios [es el] que justifica.
34 ¿Quién [es] el que condenará? Cristo es el que murió, y más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.
35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
36 Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero.
37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquél que nos amó.
38 Por lo cual estoy seguro que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,
39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra criatura nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Testimonio: 14-02-2019 #01
Amados, febrero 14, 2019. En sueños, vi una llanura extensa, muchos balancines y sube y baja. En estos balancines había muchas personas y, al mirar atentamente, vi que eran jóvenes y jóvenes adultos en su mayoría. Éstos, montados en los balancines, subían y bajaban. Yo quedé observando. Cuando vi que habían, suspendidos en el aire encima de ellos, lazos (como de cazador), que estaban dispuestos a cazar caballos u otro animal, y enormes tijeras. Estos, los lazos, se movían en forma circular y las tijeras abrían y cerraban encima de ellos, también. Me percaté del peligro y corrí entre ellos diciendo: “¡bajen! ¡bajen de los balancines!” Más ellos me miraban como zombis y no reaccionaban. {Daisy Escalante: 14-02-2019 #01, es.p1}
Entonces, comencé a reconocer rostros y vi cómo, uno de ellos, fue atrapado por un lazo y quedó suspendido en el aire hasta que murió asfixiado. Volteé mi rostro a otro lugar y vi cómo, a otro, cómo las tijeras lo cortaban cada vez que él subía y bajaba, hasta caer al suelo sin vida. ¡Mi espanto era enorme! Pero, por más que daba la alerta, no respondían ellos a mis ruegos. Entonces, quedé allí, entre ellos. Y, de repente, vi, a lo lejos, un león corriendo a todo galope entre los balancines. No atacaba a ninguno [de los] que estaban en los balancines y venía en dirección a donde yo estaba. Sus ojos, rojos como el fuego, y su rostro feroz, me hizo temblar. Y, al verlo, repasé con la vista a los que estaban al lado mío, en los balancines, y reconocí a dos de ellos. Los agarré por las manos y comencé a querer bajarlos de los balancines, pero ellos, con una mano se aferraban al balancín. Y les grité: “¡ahí viene el león! ¡corran, corran!” Más ellos no querían soltarse. Clamé a Dios y dije: “¡Señor, ayúdame a despertarlos de esto!” Tiré nuevamente de ellos y los tumbé al suelo, y ellos despertaron del adormecimiento que tenían, y al ver al león salieron corriendo. Los vi subir a una montaña y escapar de esta bestia feroz. [A] esta bestia, la vi devorar a todos aquellos que habían sido cazados por el lazo y las tijeras. ¡Fue tremenda aquella escena, amados! {Daisy Escalante: 14-02-2019 #01, es.p2}
En eso, mi acompañante me dijo: “¡corre! ¡corre entre ellos! y diles a voz en cuello: ‘¡el juicio es sólo uno, el juicio es sólo uno! ¡una vez y para siempre!'”. Corrí entre los balancines gritando con todas mis fuerzas, diciendo estas palabras. Las personas de los balancines me miraban, pero su mirada estaba distraída, perdida, ¡se sentían bien cómodos en los balancines! Se me indicó salir de ahí con una última advertencia. “Grita a voz en cuello”, se me ordenó nuevamente: “¡el juicio es sólo uno! Y, cuando su nombre pase, ya estará decidido y no habrá otra oportunidad, ¡una sola vez y el juicio!” Grité con todas mis fuerzas, más ninguno que estaba en los balancines corrió, sino que quedaron allí en su lugar. {Daisy Escalante: 14-02-2019 #01, es.p3}
Con una gran aflicción desperté, amados hermanos. Entonces, en ese momento, ahí, me dijeron: “Isaías 8”. Amados, quiera Dios que cada uno de nosotros, no seamos de los que estemos en los balancines, sino que podamos despertar, podamos darnos cuenta del tiempo en que estamos y podamos ponernos a cuentas con Dios. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 14-02-2019 #01, es.p4}
Isaías 8
1 Y me dijo Jehová: Toma una tabla grande, y escribe en ella en estilo de hombre tocante a Maher-salal-has-baz.
2 Y tomé conmigo como testigos fieles para que confirmaran, al sacerdote Urías y a Zacarías hijo de Jeberequías.
3 Y me allegué a la profetisa, la cual concibió y dio a luz un hijo. Y me dijo Jehová: Ponle por nombre Maher-salal-has-baz.
4 Porque antes que el niño sepa decir: Padre mío, y madre mía, será quitada la fuerza de Damasco y los despojos de Samaria, en la presencia del rey de Asiria.
5 Otra vez volvió Jehová a hablarme, diciendo:
6 Por cuanto este pueblo desechó las aguas de Siloé, que corren mansamente, y se regocijó con Rezín y con el hijo de Remalías,
7 por tanto, he aquí que el Señor hace subir sobre ellos aguas de ríos, impetuosas y muchas, a saber, al rey de Asiria con todo su poder; el cual subirá sobre todos sus ríos, y pasará sobre todas sus riberas;
8 y pasando hasta Judá, inundará y seguirá adelante, y llegará hasta el cuello; y extendiendo sus alas, llenará la anchura de tu tierra, oh Emmanuel.
9 Reuníos, pueblos, y seréis quebrantados; oíd, todos los que sois de lejanas tierras; ceñíos, y seréis quebrantados; apercibíos, y seréis quebrantados.
10 Tomad consejo, y será frustrado; proferid palabra, y no será firme; porque Dios [está] con nosotros.
11 Porque Jehová me habló así con mano fuerte, y me enseñó que no caminase por el camino de este pueblo, diciendo:
12 No llaméis conspiración, a todas las cosas a que este pueblo llama conspiración, ni temáis lo que temen, ni tengáis miedo.
13 A Jehová de los ejércitos, a Él santificad; [sea] Él vuestro temor, y Él [sea] vuestro miedo.
14 Entonces Él será por santuario; mas a las dos casas de Israel por piedra para tropezar, y por tropezadero para caer, y por lazo y por red a los moradores de Jerusalén.
15 Y muchos tropezarán entre ellos, y caerán, y serán quebrantados; se enredarán, y serán apresados.
16 Ata el testimonio, sella la ley entre mis discípulos.
17 Esperaré, pues, en Jehová, el cual escondió su rostro de la casa de Jacob, y a Él buscaré.
18 He aquí, yo y los hijos que me dio Jehová, por señales y prodigios en Israel, de parte de Jehová de los ejércitos que mora en el monte de Sión.
19 Y cuando os dijeren: Consultad a los que evocan a los muertos y a los adivinos, que susurran y murmuran, [responded]: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos?
20 ¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.
21 Y pasarán por la tierra fatigados y hambrientos, y acontecerá que teniendo hambre, se enojarán y maldecirán a su rey y a su Dios, levantando el rostro en alto.
22 Y mirarán a la tierra, y he aquí tribulación y tinieblas, oscuridad y angustia; y [serán] lanzados a las tinieblas.
Testimonio: 14-02-2019 #02
Amados, febrero 14, 2019. El Señor me dio un segundo sueño. En sueños, vi una pecera. ¡Era grande en tamaño! En ella había muchas culebras. Estas culebras, de muchos tamaños y colores, se veían mansas y no infundían temor. Vi cómo muchos niños, jóvenes y adultos entraban su mano en la pecera para tocarlas, y éstas, mansamente, se dejaban acariciar por ellos. Mientras veía esto, mis ojos se abrieron y pude ver en el fondo de la pecera, a través del cristal de ésta, una enorme serpiente con grandes colmillos; y su boca siempre estaba abierta. Al percatarme de esto comencé a dar voces: “¡saquen la mano de la pecera o los morderá la serpiente!” Corrí hasta ellos dando voces, de la misma manera, hasta que llegué donde ellos. Éstos, con risas burlonas, y otros, con rostros que reflejaban grande enojo, me miraron y continuaron su actividad. {Daisy Escalante: 14-02-2019 #02, es.p1}
Les insté hasta el cansancio, pero aún los adultos alentaban a los jóvenes y niños a continuar acariciando las serpientes. De pronto, la serpiente sacó su cabeza por encima de las culebras que acariciaban y, con la velocidad de un relámpago, mordió cada mano de los que acariciaban las culebras. Estos, al sentir el dolor y al ver su mano con dos agujeros en ella, gritaban de dolor y terror. Mientras corrían, estos se tambaleaban hasta que caían al piso sudando fuertemente y casi sin respiración. Vi, entonces, la grande serpiente salir de la pecera, imponente, y se arrastró en medio de los cuerpos inertes. Y llegaba a otras peceras y se escondía de igual manera y, ahí, atacaba a otras personas y, también, los mordía. Entonces, oí una voz que me dijo: “esta es la serpiente antigua que se llama diablo y satanás, que ha redoblado sus esfuerzos para destruir, saquear y matar. ¡No toquéis lo inmundo! Rogad al Señor de la siega que os limpie de vuestras prevaricaciones e iniquidades pues, si no, la destrucción será vuestro destino. Enderezad calzadas, reparad portillos, preparaos para la lluvia porque vuestra redención está cerca.” {Daisy Escalante: 14-02-2019 #02, es.p2}
En ese momento, desperté, amados, rogando a Dios por cada hijo suyo en la ancha faz de la tierra, para que podamos estar firmes y todos podamos estar listos para su encuentro. Esta es mi oración y ruego. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 14-02-2019 #02, es.p3}