Manjar Sabático
24-10-2020
Daniel 11
1 Y en el año primero de Darío el medo, yo estuve para animarlo y fortalecerlo.
2 Y ahora yo te mostraré la verdad. He aquí que aún habrá tres reyes en Persia, y el cuarto se hará de grandes riquezas más que todos; y fortificándose con sus riquezas, incitará a todos contra el reino de Grecia.
3 Se levantará luego un rey poderoso, el cual señoreará con gran dominio, y hará según su voluntad.
4 Pero cuando se haya levantado, su reino será quebrantado, y repartido por los cuatro vientos del cielo; y no a sus descendientes, ni según el señorío con que él señoreó; porque su reino será arrancado, y [será] para otros fuera de ellos.
5 Y se hará fuerte el rey del sur; mas uno de los príncipes de aquél le sobrepujará, y se hará poderoso; su dominio [será] gran dominio.
6 Y al cabo de años harán alianza entre ellos, y la hija del rey del sur vendrá al rey del norte para hacer un convenio. Pero ella no podrá retener la fuerza del brazo; ni permanecerá él, ni su brazo; porque será entregada ella, y los que la habían traído, asimismo su hijo, y los que estaban de parte de ella en [aquellos] tiempos.
7 Mas del renuevo de sus raíces se levantará uno en su lugar, y vendrá con ejército, y entrará en la fortaleza del rey del norte, y hará en ellos a su arbitrio, y predominará.
8 Y aun los dioses de ellos, con sus príncipes, con sus vasos preciosos de plata y de oro, llevará cautivos a Egipto; y por [muchos] años se mantendrá él contra el rey del norte.
9 Así entrará en [su] reino el rey del sur, y volverá a su tierra.
10 Mas los hijos de aquél se airarán y reunirán multitud de grandes ejércitos: y vendrá a gran prisa, e inundará, y pasará, y tornará, y llegará con ira hasta su fortaleza.
11 Por lo cual se enfurecerá el rey del sur, y saldrá, y peleará con el mismo rey del norte; y pondrá en campo gran multitud, y toda aquella multitud será entregada en su mano.
12 Y la multitud se ensoberbecerá, se elevará su corazón, y derribará muchos millares; mas no prevalecerá.
13 Y el rey del norte volverá a poner en campaña una multitud mayor que la primera, y al cabo de algunos años vendrá a gran prisa con grande ejército y con muchas riquezas.
14 Y en aquellos tiempos se levantarán muchos contra el rey del sur; e hijos de disipadores de tu pueblo se levantarán para confirmar la profecía, pero caerán.
15 Vendrá, pues, el rey del norte, y fundará baluartes, y tomará la ciudad fuerte; y los brazos del sur no podrán permanecer, ni su pueblo escogido, ni [habrá] fortaleza que pueda resistir.
16 Y el que vendrá contra él, hará a su voluntad, y no habrá quien se pueda parar delante de él; y estará en la tierra gloriosa, la cual será consumida en su poder.
17 Pondrá luego su rostro para venir con el poder de todo su reino; y hará con aquél cosas rectas, y le dará una hija de mujeres para corromperle; pero no le respaldará ni estará de su lado.
18 Volverá después su rostro a las islas, y tomará muchas; mas un príncipe le hará parar su afrenta, y aun tornará sobre él su oprobio.
19 Luego volverá su rostro a las fortalezas de su tierra; mas tropezará y caerá, y no será hallado.
20 Entonces se levantará en su lugar un recaudador de impuestos en la gloria del reino; pero a los pocos días será destruido, no en enojo, ni en batalla.
21 Y en su lugar se levantará un hombre vil, al cual no darán la honra del reino; pero vendrá con paz, y tomará el reino con halagos.
22 Y con los brazos de inundación serán inundados delante de él, y serán quebrantados; y aun también el príncipe del pacto.
23 Y después de la alianza [hecha] con él, él hará engaño, y subirá, y saldrá vencedor con poca gente.
24 Estando la provincia en paz y en abundancia, entrará y hará lo que no hicieron sus padres, ni los padres de sus padres; presa, y despojos, y riquezas repartirá a sus soldados; y contra las fortalezas formará sus designios: y esto por tiempo.
25 Y despertará sus fuerzas y su corazón contra el rey del sur con grande ejército; y el rey del sur se moverá a la guerra con grande y muy fuerte ejército; mas no prevalecerá, porque le harán traición.
26 Aun los que comen de su pan, le destruirán; y su ejército será destruido, y caerán muchos muertos.
27 Y el corazón de estos dos reyes [será] para hacer mal, y en una misma mesa tratarán mentira; mas no servirá de nada, porque el plazo aún [ha de venir] al tiempo señalado.
28 Y se volverá a su tierra con grande riqueza, y su corazón será contra el pacto santo; actuará, pues, [contra éste], y se volverá a su tierra.
29 Al tiempo señalado volverá, y vendrá hacia el sur; mas no será la postrera venida como la primera.
30 Porque vendrán contra él naves de Quitim, y él se contristará, y volverá, y se enojará contra el pacto santo, y actuará [contra éste]; volverá, pues, y se entenderá con los que abandonan el santo pacto.
31 Y se levantarán brazos de su parte; y contaminarán el santuario de fortaleza, y quitarán el continuo [sacrificio], y pondrán la abominación desoladora.
32 Y con lisonjas hará pecar a los violadores del pacto; mas el pueblo que conoce a su Dios, se esforzará y hará [proezas].
33 Y los sabios del pueblo instruirán a muchos; pero caerán a espada y a fuego, en cautividad y despojo, por [muchos] días.
34 Y en su caer serán ayudados de pequeño socorro; y muchos se juntarán a ellos con lisonjas.
35 Y [algunos] de los sabios caerán para ser purificados, y limpiados, y emblanquecidos, hasta el tiempo determinado; porque aun para esto [hay] plazo.
36 Y el rey hará a su voluntad; y se enaltecerá y se engrandecerá sobre todo dios; y contra el Dios de los dioses hablará maravillas, y prosperará, hasta que sea consumada la ira; porque lo que está determinado se cumplirá.
37 No hará caso del Dios de sus padres, ni del amor de las mujeres: ni se cuidará de dios alguno, porque sobre todo se engrandecerá.
38 Mas honrará en su lugar al dios de las fortalezas, dios que sus padres no conocieron; lo honrará con oro, y plata, y piedras preciosas, y con cosas de gran precio.
39 Y actuará contra los baluartes más fuertes con el dios ajeno que él reconocerá y colmará de honores; y los hará señorear sobre muchos, y por interés repartirá la tierra.
40 Pero al cabo del tiempo el rey del sur se enfrentará con él; y el rey del norte se levantará contra él como una tempestad, con carros y gente de a caballo, y muchos navíos; y entrará por las tierras, e inundará, y pasará.
41 Y vendrá a la tierra gloriosa, y muchas [naciones] caerán; mas éstas escaparán de su mano: Edom, y Moab, y lo mejor de los hijos de Amón.
42 Asimismo extenderá su mano a las otras tierras, y no escapará el país de Egipto.
43 Y se apoderará de los tesoros de oro y plata, y de todas las cosas preciosas de Egipto. Libios y etíopes seguirán sus pasos.
44 Pero noticias del oriente y del norte lo estremecerán; y saldrá con grande ira para destruir y matar a muchos.
45 Y plantará las tiendas de su palacio entre los mares, en el monte deseable del santuario; y vendrá hasta su fin, y no tendrá quien le ayude.
EGW: La Edificación del carácter, Cap 7 titulado “La transformación del carácter de Juan”
El apostol San Juan fue distinguido por sobre sus hermanos como el “discípulo a quien amaba Jesús”. Juan 21:20. Aunque no era en el más mínimo grado cobarde, débil o vacilante en carácter, poseía una disposición amable, y un corazón cálido y amoroso. Parecía haber gozado, en un sentido preeminente, de la amistad de Cristo, y recibía muchas muestras de la confianza y del amor de su Salvador. El fue uno de los tres a quienes se les permitió presenciar la gloria de Cristo sobre el monte de la transfiguración, y su agonía en el Getsemaní; y a Juan, nuestro Señor confió el cuidado de su madre en las últimas horas de angustia sobre la cruz. {ECFP 51.1}
El afecto del Salvador por el discípulo amado fue retribuido con toda la fuerza de su ardiente devoción. Juan se asió de Cristo como la vid se adhiere al imponente pilar. Por causa de su Maestro hizo frente con valentía a los peligros de la sala del juicio, y se quedó cerca de la cruz; y ante las noticias de que Jesús había resucitado, se apresuró ir al sepulcro, ganando en su celo aun al impetuoso Pedro. {ECFP 51.2}
El amor de Juan por su Maestro no era una mera amistad humana; sino que era el amor de un pecador arrepentido, que sentía que había sido redimido por la preciosa sangre de Cristo. Estimaba como el mayor honor trabajar y sufrir en el servicio de su Señor. Su amor por Jesús lo inducía a amar a todos aquellos por quienes Cristo murió. Su religión era práctica. Razonaba que el amor a Dios debía manifestarse en el amor a sus hijos. Se lo oyó reiteradamente diciendo: “Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros”. “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?” 1 Juan 4:11, 19, 20. La vida del apóstol estaba en armonía con sus enseñanzas. El amor que brillaba en su corazón por Cristo, lo indujo a realizar el más ferviente esfuerzo y la más incansable labor por sus semejantes, especialmente por sus hermanos en la iglesia cristiana. Era un poderoso predicador, ferviente y profundo en su sinceridad, y sus palabras llevaban consigo el peso de la convicción. {ECFP 51.3}
Una nueva criatura
El amor confiado y la devoción abnegada revelados en la vida y el carácter de Juan, presentan lecciones de indecible valor para la iglesia cristiana. Algunos pueden presentarlo como poseyendo este amor, independiente de la gracia divina; pero Juan tenía, por naturaleza, serios defectos de carácter; era orgulloso y ambicioso, y ligero para resentirse por el desaire y la injuria. {ECFP 52.1}
La profundidad y el fervor del afecto de Juan por su Maestro no era la causa del amor de Cristo por él, sino el efecto de ese amor. Juan deseaba llegar a ser semejante a Jesús, y bajo la influencia transformadora del amor de Cristo, llegó a ser manso y humilde de corazón. El yo estaba escondido en Jesús. Estaba íntimamente unido con la vid viviente, y así llegó a ser participante de la naturaleza divina. Tal será siempre el resultado de la comunión con Cristo. Esto es verdadera santificación. {ECFP 52.2}
Puede haber defectos notables en el carácter de un individuo, y sin embargo, cuando éste llega a ser un verdadero discípulo de Jesús, el poder de la gracia divina lo convierte en una nueva criatura. El amor de Cristo lo transforma, lo santifica, pero cuando las personas profesan ser cristianas y su religión no las hace mejores hombres y mujeres en todas las relaciones de la vida—representantes vivos de Cristo en disposición y carácter—no son de él. {ECFP 53.1}
Lecciones en la edificación del carácter
En una oportunidad Juan estaba empeñado en una disputa con varios de sus hermanos, sobre cuál de ellos sería considerado el mayor. No tenían la intención de que sus palabras llegaran a oídos del Maestro; pero Jesús leyó su corazones, y aprovechó la oportunidad para dar a sus discípulos una lección de humildad. Esta no era sólo para el pequeño grupo que escuchaba sus palabras, sino que había de ser registrada para beneficio de todos sus seguidores, hasta la terminación del tiempo. “Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos”. Marcos 9:35. {ECFP 53.2}
Los que poseen el espíritu de Cristo no tendrán ambición de ocupar una posición por encima de sus hermanos. Aquellos que son pequeños a sus propios ojos son los que serán considerados grandes a la vista de Dios. “Y tomó a un niño, y lo puso en medio de ellos; y tomándole en sus brazos, les dijo: El que reciba en mi nombre a un niño como éste, me recibe a mí; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí sino al que me envió”. Marcos 9:36, 37. {ECFP 54.1}
¡Qué preciosa lección es ésta para todos los seguidores de Cristo! Los que descuidan los deberes de la vida que les incumben directamente, los que no usan de misericordia y bondad, cortesía y amor, aun hacia un niñito, están descuidando a Cristo. Juan sintió la fuerza de esta lección y la aprovechó. {ECFP 54.2}
En otra oportunidad, su hermano Santiago y él mismo habían visto a un hombre echando demonios en el nombre de Jesús, y debido a que no se vinculó inmediatamente con su grupo, decidieron que no tenía derecho a hacer esta obra, y consecuentemente se lo prohibieron. Con la sinceridad de su corazón, Juan relató la circunstancia a su Maestro. Jesús dijo: “No se lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de mí. Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es”. Marcos 9:39, 40. {ECFP 54.3}
En cierta ocasión, Santiago y Juan presentaron por medio de su madre la petición de que se les permitiera ocupar las más altas posiciones de honor en el reino de Cristo. El Salvador contestó: “No sabéis lo que pedís”. Marcos 10:38. ¡Cuán poco entendemos muchos de nosotros la verdadera importancia de nuestras oraciones! Jesús conocía el sacrificio infinito que costaría adquirir esa gloria, cuando “por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio”. Hebreos 12:2. Ese gozo consistía en ver almas salvadas por su humillación, su agonía, y el derramamiento de su sangre. {ECFP 54.4}
Esta era la gloria que Cristo había de recibir, y que estos dos discípulos habían solicitado que se les permitiera compartir. Jesús les preguntó: “¿Podéis beber del vaso que yo bebo, o ser bautizados del bautismo con que yo soy bautizado? Ellos dijeron: Podemos”. Marcos 10:38, 39. {ECFP 55.1}
¡Cuán poco comprendían ellos lo que significaba ese bautismo! “A la verdad, del vaso que yo bebo, beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados; pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado”. Marcos 10:39, 40. {ECFP 55.2}
El orgullo y la ambición reprobados
Jesús comprendía los motivos que impulsaron el pedido, y así reprobó el orgullo y la ambición de los dos discípulos: “Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos. Porque el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”. Marcos 10:42-45. {ECFP 55.3}
En una ocasión, Cristo envió mensajeros delante de él a una aldea de los samaritanos, pidiendo a la gente que preparara alojamiento para él y sus discípulos. Pero cuando el Salvador se acercó a la población, pareció querer seguir hacia Jerusalén. Esto suscitó la enemistad de los samaritanos, y en lugar de enviar mensajeros para invitarlo y aun urgirlo a que se detuviera con ellos, le retiraron las cortesías que habrían dispensado a un caminante común. Jesús nunca impuso su presencia a nadie, y los samaritanos perdieron la bendición que les habría sido otorgada, si hubieran solicitado que fuera su huésped. {ECFP 55.4}
Podemos maravillarnos de este trato descortés hacia la Majestad del cielo; pero cuán frecuentemente somos nosotros, los que profesamos ser seguidores de Cristo, culpables de un descuido similar. ¿Le pedimos a Jesús que haga su morada en nuestros corazones y en nuestros hogares? El está lleno de amor, de gracia, de bendición, y está listo para concedernos estos dones; pero, a semejanza de los samaritanos, muchas veces nos contentamos sin ellos. {ECFP 56.1}
Los discípulos estaban conscientes del propósito que Cristo tenía de bendecir a los samaritanos con su presencia; cuando vieron la frialdad, los celos, y la falta de respeto manifestados hacia su Maestro, se llenaron de sorpresa e indignación. Santiago y Juan estaban especialmente excitados. Que el que ellos tan altamente reverenciaban fuera tratado de esta suerte, les parecía un crimen demasiado grande para ser pasado por alto sin un castigo inmediato. En su celo le dijeron: “Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma?” Lucas 9:54. Se referían a la destrucción de dos capitanes y sus compañías enviados para tomar al profeta Elías. {ECFP 56.2}
Jesús reprendió a sus discípulos diciendo: “Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; porque el Hijo del hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas”. Lucas 9:55, 56. Juan y los otros discípulos estaban en una escuela, en la cual Cristo era el Maestro. Los que estaban listos para ver sus propios defectos, y se sentían ansiosos de mejorar su carácter, tenían amplia oportunidad de lograrlo. Juan atesoraba cada lección, y constantemente trataba de colocar su vida en armonía con el Modelo divino. Las lecciones de Jesús, que enseñaban que la mansedumbre, la humildad y el amor eran esenciales para el crecimiento en la gracia, y un requisito que los capacitaba para su trabajo, eran del más alto valor para Juan. Estas lecciones nos son dirigidas a nosotros como individuos y como hermanos en la iglesia, así como a los primeros discípulos de Cristo. {ECFP 56.3}
Juan y Judas
Puede obtenerse una lección instructiva del notable contraste entre el carácter de Juan y el de Judas. Juan era una ilustración viva de santificación. Por el otro lado, Judas poseía una forma de piedad, mientras su carácter era más satánico que divino. Profesaba ser discípulo de Cristo, pero en palabras y obras lo negaba. {ECFP 57.1}
Judas tenía las mismas preciosas oportunidades que Juan para estudiar e imitar el Modelo. Escuchaba las lecciones de Cristo, y su carácter debía haberse transformado por la gracia divina. Pero mientras Juan luchaba fervorosamente contra sus propias faltas, y trataba de asimilarse a Cristo, Judas estaba violando su conciencia, cediendo a la tentación, y formando en su persona hábitos de deshonestidad que lo iban a transformar a la imagen de Satanás. {ECFP 57.2}
Estos dos discípulos representan el mundo cristiano. Todos profesan ser seguidores de Cristo; pero mientras una clase anda en humildad y mansedumbre, aprendiendo de Jesús, la otra muestra que no se compone de hacedores de la verdad, sino de oidores solamente. Una clase está santificada por medio de la verdad; la otra no sabe nada del poder transformador de la gracia divina. La primera está muriendo todos los días al yo y está venciendo el pecado. La última complace sus propios deseos, y sus miembros se constituyen en siervos de Satanás. {ECFP 58.1}
Testimonio: 19-09-2018
Amados, esta madrugada 19 de septiembre de 2018. En sueños, el Señor me mostró cómo era la sutileza por la cual Satanás implantaba la prevaricación y la iniquidad en nuestras vidas. Vi cómo, en los niños, éstas llegaban por juegos supuestamente inocentes —juegos así catalogados por sus padres—, y veía cómo salía una serpiente de dichos juegos y mordía [en] la yugular a nuestros hijos, contaminándolos así con la prevaricación. Y, por último, se cosechaba la iniquidad en ellos. {Daisy Escalante: 19-09-2018 , es.p1}
Se me mostraron jóvenes adormecidos, entregando su libre albedrío, que es la capacidad de decidir, al enemigo de Dios. Levantando ellos, en su mente y corazón, altares a Mamón en lugares donde eran pertenecientes al Rey del cielo. {Daisy Escalante: 19-09-2018 , es.p2}
Aberraciones de adicciones carnales eran la orden del día y [en] cada uno de ellos, el altar era mucho más grande y más exaltado a mamón. Estos, como adormecidos, quedaban recogidos en manojos para ser estopa. {Daisy Escalante: 19-09-2018 , es.p3}
También vi, entre los profesos adultos, que no había más piedad que la que caracterizaba a Sodoma y Gomorra. Vi que toda injusticia, por mínima que sea, no será pasada por alto; y todo está en el registro eterno. Yo también veía cómo los padres sacrificaban sus hijos a Moloc, entregándolos a este mundo por supuestos beneficios financieros. Y se me dijo que esto no sería aceptado y sería condenado. Se me dejó saber que cada hijo, cuando tiene la capacidad de decidir, ya pasa a ser juzgado personalmente ante Dios. Pues, su intelecto y capacidad, está de tal manera desarrollada que ya sabe, y decide, cuál es su curso a tomar. {Daisy Escalante: 19-09-2018 , es.p4}
Por eso no habrá excusas para el pecado, su perdón sólo podrá ser bajo un arrepentimiento total y genuino que produzca frutos de arrepentimiento”, se me dijo. {Daisy Escalante: 19-09-2018 , es.p5}
“No hay verdadero arrepentimiento sin buenos frutos”, me siguió diciendo, “pues uno lleva al otro y uno, sin el otro, es inexistente”. También se me hicieron unas preguntas: “¿cómo podéis orar por otros, si vuestra casa está desierta? ¿y cómo apelaréis caso ajeno si el vuestro está sin resolver? Mostrad frutos dignos de arrepentimiento y hallaréis perdón para vuestras almas, y entonces vuestro Padre que os ve en secreto [os] recompensará en público”, se me dijo. {Daisy Escalante: 19-09-2018 , es.p6}
Vi, entonces, cómo adultos se dejaban seducir por pecados sutiles que los llevaban a grandes bajezas: encerrados tras la pared, eran como animales sin raciocinio dejándose llevar por pasiones degradantes y, así, eran separados de la protección y presencia de Dios. En ese momento, amados, se me dictaron dos palabras que no son nuevas para mí, escucharlas, pues la Biblia las menciona, estas fueron: “prevaricación e iniquidad”, y se me dieron sus definiciones. {Daisy Escalante: 19-09-2018 , es.p7}
“Prevaricación: aquello que nos gusta y acariciamos, y no infringe a la creación severo dolor hasta poco antes de ser estopa, pero crea dolor por la eternidad al Creador”. {Daisy Escalante: 19-09-2018 , es.p8}
“Iniquidad: es aquello que nos gusta y nos adormece, y carece de arrepentimiento”.
Amados, cuando escuché estas palabras, realmente me quedé desconcertada y pregunté al Señor: “¿cuál era la diferencia de las dos si las dos terminaban en la destrucción?” Entonces se me indicó que sí hay una diferencia entre acariciar y adormecer, y se me refirió algo. Se me mostró una culebra, y vi cómo un hombre la tenía en brazos y éste la acariciaba, pero estaba alerta por la serpiente. Pero ésta vino y lo mordió, y éste pasó, de estado de alerta, a estado de adormecido. {Daisy Escalante: 19-09-2018 , es.p9}
Vinieron a socorrerle y vi cómo le ponían un antídoto y éste, poco a poco, se recuperó. Y, al tener sus sentidos despiertos, repudió la serpiente y ya no la acarició más; y agradeció a los que le pusieron el antídoto y salvaron su vida. {Daisy Escalante: 19-09-2018 , es.p10}
Entonces, yo escuché a los que le pusieron el antídoto decirle: “¿jugarás, o acariciarás, otra vez la culebra?” Y él respondió: “no, nunca”. Entonces se me hizo saber que, aunque las dos situaciones llevan a lo mismo, los pasos son diferentes. {Daisy Escalante: 19-09-2018 , es.p11}
En ese momento, ahí desperté, amados hermanos. Espero por gracia del Señor que esto cave hondo en nuestras vidas y que podamos darnos cuenta que todas estas cosas que tenemos dentro, necesitamos entregarlas a los pies de la cruz. Entregárselas a Cristo Jesús, porque Él es el único que nos puede limpiar de toda esta maldad, de toda esta inmundicia, para que podamos ser aceptados en Él; y podamos vivir con Él eternamente. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 19-09-2018 , es.p12}
Testimonio: 23-09-2018
Amados, septiembre 23, 2018. En la madrugada, el Señor me comenzó a hablar acerca de que debemos tener todo pecado confeso delante de Él para poder estar listos ante la prueba final. Se me dijo que todo pecado que llega a nuestra memoria del pasado, es aquel que no está debidamente confesado y perdonado. No es sólo pedir perdón”, se me instruyó, “sino pedir perdón con un corazón contrito y humillado, y con un genuino arrepentimiento, y apartarse de dicho pecado y no mirar atrás. Este es el tiempo de hacerlo”, se me dijo, “el Espíritu Santo, si así lo desean y lo piden, os recordará todos vuestros pecados inconfesos, y tendrán en su mente una escena exacta de dicho momento, con detalles, para poder darse cuenta de dicho pecado y poder confesarlo como el cielo demanda delante de Dios”. {Daisy Escalante: 23-09-2018, es.p1}
“Esta es la obra final que Cristo Jesús está haciendo en el Lugar Santísimo del Santuario Celestial”, se me dijo. “Y es el momento de ponernos a cuentas para que, así, podamos soportar la hora de prueba”. Entonces, en ese momento, pregunté: “Señor, mi mente finita, ¿cómo podrá saber si ya estoy totalmente a cuentas contigo?” Entonces se me dejó saber que, al ser estos pecados perdonados, ya no nos acordaremos más de ellos por gracia y misericordia de su Nombre. Entonces en ese momento exclamé: “¡Aleluya, bendito Dios! ¡Santo, Santo! ¡porque tus caminos son justos y verdaderos!” Entonces se me dijo: “recuerda”. Y comenzó a darme una lista: “el Espíritu Santo tocará la puerta, se le debe dejar entrar. Él los convencerá de pecado y de juicio. El obrará en el que lo deje entrar en genuino arrepentimiento. Su vida pecaminosa pasará como película ante ustedes para que reconozcan que Yo Soy Dios y todo lo sé y nada se esconde a mi presencia. Aceptar con corazón contrito y humillado la reprensión y confesarlo y apartarse enteramente. Sólo así podrán ser aceptados y perdonados y, ante el fuego, no serán consumidos, sino que éste los refinará. Y, así, podrán obtener la victoria, pues podré morar en ustedes y serán por siempre mi tesoro especial”. {Daisy Escalante: 23-09-2018, es.p2}
“La prueba final ya es venida”, me dijo, “y mi trabajo es casi terminado. ¡Dichoso el que en Mí confía! ¡Dichoso el que pone la mano en el arado y no vuelve atrás! ¡Dichoso el que no teme llamar al pecado por su nombre! ¡Dichoso el que es leal a Dios antes que a los hombres! ¡Dichoso el que deja todo lo que el mundo ofrece por el reino de Dios! ¡Dichoso el que toma su cruz y me sigue! ¡Dichoso el que su único pensamiento es hacer mi voluntad! ¡Dichoso el que es maltratado y aborrecido por mi Nombre! ¡Dichoso el que ama siendo odiado! ¡Dichoso el que lucha por el bien hacer con todas sus fuerzas! ¡Dichoso el que odia el pecado, pero ama al pecador! ¡Dichoso el que medita en mi ley, ordenanzas y estatutos! ¡Dichoso el que vive ante mi presencia! ¡Dichoso el que lleva la palabra de mi paciencia a este mundo, aunque éste la rechace! ¡Dichoso el perseguido sin causa alguna! Pues el que así hiciere heredará el reino de los cielos”. Me dijo: “haced, pues, esto y viviréis”. {Daisy Escalante: 23-09-2018, es.p3}
¡Bendito Dios por su amor! Ese amor y su fidelidad que no merecemos, [es la] que [hizo que], siendo pecadores, Cristo murió por cada uno de nosotros. Amados, al despertar yo estaba feliz al saber que un Dios tan infinito, excelso y sublime, es tan grande en misericordia, justicia y amor, y la imparte a cada uno de sus hijos. ¡Bendito el Eterno Dios por siempre! Cuando desperté, amados hermanos, se me dieron tres versículos: “Habacuc 2:4, Miqueas 4:8 y Malaquías 4”. {Daisy Escalante: 23-09-2018, es.p4}
Quiera el Señor que cada uno de nosotros podamos ponernos a cuentas con Dios, ¡con un Dios tan bello, tan misericordioso, tan sublime, tan excelso! Un Dios que hace todo y nos dice todo lo que debemos hacer para que podamos estar a cuentas con Él. Su amor no lo entendemos, es demasiado grande. Nuestro corazón se enternece al saber que un Dios tan infinito se compadece de cada uno de nosotros que no lo merecemos. Sólo su amor y su gracia es la que llega hacia nosotros para que nosotros podamos, si somos, ¿verdad? fieles, seres pensantes, seres racionales, agarrarnos de ese amor. Y no soltarlo, para así poder pasar la prueba final y estar con Él eternamente, vivir con Él eternamente en la Patria Celestial. {Daisy Escalante: 23-09-2018, es.p5}
Es mi deseo y oración que cada uno de nosotros pueda llegar allá, podamos ser más que vencedores en Cristo Jesús. No por nosotros, solamente Él en nosotros. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 23-09-2018, es.p6}
Habacuc 2:4
4 He aquí se enorgullece aquel cuya alma no es recta en él; mas el justo por su fe vivirá.
Miqueas 4:8
8 Y tú, oh torre del rebaño, la fortaleza de la hija de Sión vendrá hasta ti: y el señorío primero, el reino vendrá a la hija de Jerusalén.
Malaquías 4
1 Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno; y todos los soberbios, y todos los que hacen maldad, serán estopa; y aquel día vendrá y los abrasará, dice Jehová de los ejércitos, el cual no les dejará ni raíz ni rama.
2 Mas para vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.
3 Y hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo haré esto, dice Jehová de los ejércitos.
4 Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel.
5 He aquí, yo os envío a Elías el profeta, antes que venga el día de Jehová grande y terrible.
6 Él convertirá el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres; no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.