Elegidos por Dios, inspirados por Cristo, impactando vidas.

In Search of the Master Plan

Manjar Sabático

25-03-2023

Efesios 2

1 Y [Él os dio vida] a vosotros, que estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, conforme a la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia;
3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo; en la concupiscencia de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,
5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),
6 y juntamente [con Él nos] resucitó, y asimismo [nos] hizo sentar con Él, en [lugares] celestiales en Cristo Jesús;
7 para mostrar en las edades venideras las abundantes riquezas de su gracia, en [su] bondad para con nosotros en Cristo Jesús
8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros; [pues es] don de Dios;
9 no por obras, para que nadie se gloríe.
10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
11 Por tanto, acordaos que en otro tiempo vosotros, los gentiles en la carne, erais llamados incircuncisión por la que es llamada circuncisión hecha por mano en la carne;
12 que en aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y extranjeros a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
13 Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.
14 Porque Él es nuestra paz, que de ambos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación;
15 aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos [contenidos] en ordenanzas, para hacer en sí mismo de los dos un nuevo hombre, haciendo [así] la paz;
16 y reconciliar con Dios a ambos en un cuerpo mediante la cruz, matando en sí mismo las enemistades.
17 Y vino, y predicó la paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca;
18 porque por medio de Él ambos tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.
19 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y de la familia de Dios;
20 edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,
21 en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor;
22 en quien también vosotros sois juntamente edificados, para morada de Dios en el Espíritu.

La oración (Or). Capítulo 1: Dios nos invita a orar

Vinculándonos con Dios mediante la oración

Es algo maravilloso que podamos orar eficazmente; que seres mortales indignos y sujetos a yerro posean la facultad de presentar sus peticiones a Dios. ¿Qué facultad más elevada podría desear el hombre que la de estar unido con el Dios infinito? El hombre débil y pecaminoso tiene el privilegio de hablar a su Hacedor. Podemos pronunciar palabras que alcanzan el trono del Monarca del universo. Podemos hablar con Jesús mientras andamos por el camino, y él dice: “Estoy a tu diestra”. {Or 9.1; Pr.7.1}

Podemos comulgar con Dios en nuestros corazones; podemos andar en compañerismo con Cristo. Mientras atendemos a nuestro trabajo diario, podemos exhalar el deseo de nuestro corazón, sin que lo oiga oído humano alguno; pero aquella palabra no puede perderse en el silencio, ni puede caer en el olvido. Nada puede ahogar el deseo del alma. Se eleva por encima del trajín de la calle, por encima del ruido de la maquinaria. Es a Dios a quien hablamos, y él oye nuestra oración. {Or 9.2; Pr.7.2}

Pedid, pues; pedid y recibiréis. Pedid humildad, sabiduría, valor, aumento de fe. Cada oración sincera recibirá una contestación. Tal vez no llegue esta exactamente como deseáis, o cuando la esperéis; pero llegará de la manera y en la ocasión que mejor cuadren a vuestra necesidad. Las oraciones que elevéis en la soledad, en el cansancio, en la prueba, Dios las contestará, no siempre según lo esperabais, pero siempre para vuestro bien. —Obreros Evangélicos, 271, 272. {Or 10.1; Pr.7.3}

Jesús nos invita a orar

El Señor nos da el privilegio de buscarlo en forma individual en oración ferviente, o de descargar el alma ante él, sin ocultar nada a Aquel que nos ha invitado: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. ¡Oh, cuán agradecidos debemos sentirnos de que Jesús esté dispuesto a llevar todas nuestras dolencias, y lo puede hacer, fortaleciéndonos y sanando todas nuestras enfermedades si ha de ser para nuestro bien y para su gloria!—El ministerio médico, 20. {Or 10.2; Pr.8.1}

“Venid a mí”, es su invitación. Cualesquiera que sean nuestras ansiedades y pruebas, presentemos nuestro caso ante el Señor. —El Deseado de Todas las Gentes, 296. {Or 10.3; Pr.8.2}

Presentemos a Jesús todas nuestras necesidades

Son pocos los que aprecian o aprovechan debidamente el precioso privilegio de la oración. Debemos ir a Jesús y explicarle todas nuestras necesidades. Podemos presentarle nuestras pequeñas cuitas y perplejidades, como también nuestras dificultades mayores. Debemos llevar al Señor en oración cualquier cosa que se suscite para perturbarnos o angustiarnos. Cuando sintamos que necesitamos la presencia de Cristo a cada paso, Satanás tendrá poca oportunidad de introducir sus tentaciones. Su estudiado esfuerzo consiste en apartarnos de nuestro mejor Amigo, el que más simpatiza con nosotros. A nadie, fuera de Jesús, debiéramos hacer confidente nuestro. Podemos comunicarle con seguridad todo lo que está en nuestro corazón. —Joyas de los Testimonios 2:60. {Or 10.4; Pr.8.3}

Abramos el corazón a un amigo

Orar es el acto de abrir nuestro corazón a Dios como a un amigo. No es que se necesite esto para que Dios sepa lo que somos, sino a fin de capacitarnos para recibirlo. La oración no baja a Dios hasta nosotros, antes bien nos eleva a él. Cuando Jesús estuvo sobre la tierra, enseñó a sus discípulos a orar. Les enseñó a presentar a Dios sus necesidades diarias y a echar toda su solicitud sobre él. Y la seguridad que les dio de que sus oraciones serían oídas, nos es dada también a nosotros. —El Camino a Cristo, 92. {Or 11.1; Pr.8.5}

Dios nos da la bienvenida a su trono

Nos acercamos a Dios por invitación especial, y él nos espera para darnos la bienvenida a su sala de audiencia. Los primeros discípulos que siguieron a Jesús no se satisficieron con una conversación apresurada en el camino; dijeron: “Rabí… ¿dónde moras?… Fueron, y vieron dónde moraba, y se quedaron con él aquel día”. Juan 1:38, 39. De la misma manera, también nosotros podemos ser admitidos a la intimidad y comunión más estrecha con Dios. “El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente”. Salmos 91:1. Llamen los que desean la bendición de Dios, y esperen a la puerta de la misericordia con firme seguridad, diciendo: “Tú, Señor, has dicho que cualquiera que pide, recibe; y el qué busca halla; y al que llama, se le abrirá”. —El Discurso Maestro de Jesucristo, 107, 108. {Or 11.2; Pr.9.1}

Una necesidad y un privilegio extraordinario

Cuando están en dificultades, cuando son asaltados por fieras tentaciones, tienen el privilegio de la oración. ¡Qué exaltado privilegio! Los seres finitos, de polvo y ceniza, admitidos por la mediación de Cristo en la cámara de audiencia del Altísimo. Con tales prácticas, el alma es colocada dentro de una sagrada proximidad con Dios y es renovada en conocimiento y verdadera santidad y fortalecida contra los asaltos del enemigo. —Conducción del Niño, 441. {Or 11.3; Pr.9.2}

Los que han profesado amar a Cristo no han comprendido la relación que existe entre ellos y Dios… No comprenden cuán grandes privilegios y necesidades son la oración, el arrepentimiento y el cumplir las órdenes de Cristo. —Mensajes Selectos 1:156. {Or 12.1; Pr.9.3}

La oración nos capacita para vivir en la luz de su presencia

Es nuestro privilegio abrir el corazón y permitir que los rayos de la presencia de Cristo entren en él. Hermano mío, hermana mía, dad el rostro a la luz. Poneos en contacto verdadero y personal con Cristo, para que podáis ejercer una influencia elevadora y vivificadora. Que vuestra fe sea fuerte, pura y firme. Que la gratitud a Dios llene vuestro corazón. Cuando os levantáis en la mañana, arrodillaos junto a vuestro lecho, y pedid a Dios que os fortalezca para cumplir los deberes del día, y hacer frente a sus tentaciones. Pedidle que os ayude a poner en vuestra obra la dulzura del carácter de Cristo. Pedidle que os ayude a pronunciar palabras que inspiren esperanza y ánimo a los que os rodean, y que os acerquen al Salvador. —Hijos e Hijas de Dios, 202. {Or 12.2; Pr.9.4}

Nuestras oraciones nunca molestan a Dios

No hay tiempo o lugar en que sea impropio orar a Dios. No hay nada que pueda impedirnos elevar nuestro corazón en ferviente oración. En medio de las multitudes y del afán de nuestros negocios, podemos ofrecer a Dios nuestras peticiones e implorar la divina dirección, como lo hizo Nehemías cuando hizo la petición delante del rey Artajerjes. En dondequiera que estemos podemos estar en comunión con él. Debemos tener abierta continuamente la puerta del corazón, e invitar siempre a Jesús a venir y morar en el alma como huésped celestial. {Or 12.3; Pr.10.1}

Aunque estemos rodeados de una atmósfera corrompida y manchada, no necesitamos respirar sus miasmas, antes bien podemos vivir en la atmósfera limpia del cielo. Podemos cerrar la entrada a toda imaginación impura y a todo pensamiento perverso, elevando el alma a Dios mediante la oración sincera. Aquellos cuyo corazón esté abierto para recibir el apoyo y la bendición de Dios, andarán en una atmósfera más santa que la del mundo y tendrán constante comunión con el cielo. {Or 12.4; Pr.10.2}

Necesitamos tener ideas más claras de Jesús y una comprensión más completa de las realidades eternas. La hermosura de la santidad ha de consolar el corazón de los hijos de Dios; y para que esto se lleve a cabo, debemos buscar las revelaciones divinas de las cosas celestiales. {Or 13.1; Pr.10.3}

Extiéndase y elévese el alma para que Dios pueda concedernos respirar la atmósfera celestial. Podemos mantenernos tan cerca de Dios que en cualquier prueba inesperada nuestros pensamientos se vuelvan a él tan naturalmente como la flor se vuelve al sol. {Or 13.2; Pr.10.4}

Presentad a Dios vuestras necesidades, gozos, tristezas, cuidados y temores. No podéis agobiarlo ni cansarlo. El que tiene contados los cabellos de vuestra cabeza, no es indiferente a las necesidades de sus hijos. “Porque el Señor es muy misericordioso y compasivo”. Santiago 5:11. Su amoroso corazón se conmueve por nuestras tristezas y aún por nuestra presentación de ellas. Llevadle todo lo que confunda vuestra mente. Ninguna cosa es demasiado grande para que él no la pueda soportar; él sostiene los mundos y gobierna todos los asuntos del universo. {Or 13.3; Pr.11.1}

Ninguna cosa que de alguna manera afecte nuestra paz es tan pequeña que él no la note. No hay en nuestra experiencia ningún pasaje tan oscuro que él no pueda leer, ni perplejidad tan grande que él no pueda desenredar… Las relaciones entre Dios y cada una de las almas son tan claras y plenas como si no hubiese otra alma por la cual hubiera dado a su Hijo amado. —El Camino a Cristo, 72, 73 (2003). {Or 13.4; Pr.11.2}

Un anticipo del cielo

Descansad completamente en las manos de Jesús. Contemplad su gran amor, y mientras meditáis en su abnegación, su infinito sacrificio hecho en nuestro favor a fin de que creyéramos en él, vuestro corazón se llenará de santo gozo, tranquila paz e indescriptible amor. Mientras hablamos de Jesús, mientras lo invocamos en oración, se fortalece nuestra confianza de que es nuestro Salvador personal y amante, y su carácter aparecerá cada vez más hermoso… Podremos disfrutar de ricos festines de amor, y al creer plenamente que somos suyos por adopción, podremos gustar del cielo por anticipado. Esperad en el Señor con fe. Mientras oramos, él atrae nuestra alma y nos hace sentir su precioso amor. Nos aproximamos a él, y podemos mantener una dulce comunión con él. Vemos con claridad su ternura y compasión, y el corazón se quebranta y enternece al contemplar el amor que nos es dado. Ciertamente sentimos que hay un Cristo que mora en el alma. Vivimos en él, y nos sentimos a gusto con Jesús. Las promesas llenan el alma. Nuestra paz es como un río; ola tras ola de gloria inundan el corazón, y, sin duda, cenamos con Jesús y él con nosotros. Tenemos la sensación de que comprendemos el amor de Dios y descansamos en su amor. Ningún lenguaje puede describir esto; está más allá del conocimiento. Somos uno con Cristo; nuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Sentimos la seguridad de que cuando se manifieste Aquel que es nuestra vida, entonces también seremos manifestados con él en gloria. Con profunda confianza podemos llamar a Dios nuestro Padre. —Comentario Bíblico Adventista 3:1165, 1166. {Or 13.5; Pr.11.3}

La oración refresca el alma

Nuestra vida ha de estar unida con la de Cristo; hemos de recibir constantemente de él, participando de él, el pan vivo que descendió del cielo, bebiendo de una fuente siempre fresca, que siempre ofrece sus abundantes tesoros. Si mantenemos al Señor constantemente delante de nosotros, permitiendo que nuestros corazones expresen el agradecimiento y la alabanza a él debidos, tendremos una frescura perdurable en nuestra vida religiosa. Nuestras oraciones tomarán la forma de una conversación con Dios, como si habláramos con un amigo. Él nos dirá personalmente sus misterios. A menudo nos vendrá un dulce y gozoso sentimiento de la presencia de Jesús. A menudo nuestros corazones arderán dentro de nosotros mientras él se acerque para ponerse en comunión con nosotros como lo hizo con Enoc. Cuando esta es en verdad la experiencia del cristiano, se ven en su vida una sencillez, una humildad, una mansedumbre y bondad de corazón que muestran a todo aquel con quien se relacione que ha estado con Jesús y aprendido de él. —Palabras de Vida del Gran Maestro, 99, 100. {Or 14.1; Pr.12.2}

Un refugio siempre abierto

El camino hacia el trono de Dios siempre está abierto. No podéis estar continuamente arrodillados en oración, pero vuestras peticiones silenciosas pueden ascender constantemente a Dios en busca de fuerza y dirección. Al ser tentados, podéis huir al lugar secreto del Altísimo. Sus brazos eternos os rodearán. —En Lugares Celestiales, 86. {Or 15.1}

El secreto del poder espiritual

La oración es el aliento del alma. Es el secreto del poder espiritual. No puede ser sustituida por ningún otro medio de gracia, y conservar, sin embargo, la salud del alma. La oración pone al corazón en inmediato contacto con la Fuente de la vida, y fortalece los tendones y músculos de la experiencia religiosa. Descuídese el ejercicio de la oración, u órese espasmódicamente, de vez en cuando, según parezca propio, y se perderá la relación con Dios. Las facultades espirituales perderán su vitalidad, la experiencia religiosa carecerá de salud y vigor… {Or 15.2; Pr.12.4}

Es algo maravilloso que podamos orar eficazmente; que seres mortales indignos y sujetos a yerro posean la facultad de presentar sus peticiones a Dios. ¿Qué facultad más elevada podría desear el hombre que la de estar unido con el Dios infinito? El hombre débil y pecaminoso tiene el privilegio de hablar a su Hacedor. Podemos pronunciar palabras que alcancen el trono del Monarca del universo. Podemos hablar con Jesús mientras andamos por el camino, y él dice: Estoy a tu diestra. —Mensajes para los Jóvenes, 247, 248. {Or 15.3; Pr.13.1}

La oración secreta, el alma de la religión

No descuidéis la oración secreta, porque es el alma de la religión. Con oración ferviente y sincera, solicitad pureza para vuestra alma. Interceded tan ferviente y ardorosamente como lo haríais por vuestra vida mortal, si estuviese en juego. Permaneced delante de Dios hasta que se enciendan en vosotros anhelos indecibles de salvación, y obtengáis la dulce evidencia de que vuestro pecado está perdonado. —Joyas de los Testimonios 1:56, 57. {Or 16.1; Pr.13.2}

Toda oración sincera es oída

Hasta entonces los discípulos no conocían los recursos y el poder ilimitado del Salvador. Él les dijo: “Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre”. Juan 16:24. Explicó que el secreto de su éxito consistiría en pedir fuerza y gracia en su nombre. Estaría delante del Padre para pedir por ellos. La oración del humilde suplicante es presentada por él como su propio deseo en favor de aquella alma. Cada oración sincera es oída en el cielo. Tal vez no sea expresada con fluidez; pero si procede del corazón ascenderá al santuario donde Jesús ministra, y él la presentará al Padre sin balbuceos, hermosa y fragante con el incienso de su propia perfección. {Or 16.2; Pr.13.3}

La senda de la sinceridad e integridad no es una senda libre de obstrucción, pero en toda dificultad hemos de ver una invitación a orar. Ningún ser viviente tiene poder que no haya recibido de Dios, y la fuente de donde proviene está abierta para el ser humano más débil. “Todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre—dijo Jesús—esto haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré”. {Or 16.3; Pr.13.4}

“En mi nombre”, ordenó Cristo a sus discípulos que orasen. En el nombre de Cristo han de permanecer siguiéndole delante de Dios. Por el valor del sacrificio hecho por ellos, son estimables a los ojos del Señor. A causa de la imputada justicia de Cristo, son tenidos por preciosos. Por causa de Cristo, el Señor perdona a los que le temen. No ve en ellos la vileza del pecador. Reconoce en ellos la semejanza de su Hijo en quien creen. —El Deseado de Todas las Gentes, 620, 621. {Or 16.4; Pr.14.1}

Los ángeles toman nota de nuestras oraciones e influyen para nuestro bien

Cuando os levantáis por la mañana, ¿sentís vuestra impotencia y vuestra necesidad de fuerza divina? ¿Y dais a conocer humildemente, de todo corazón, vuestras necesidades a vuestro Padre celestial? En tal caso, los ángeles notan vuestras oraciones, y si estas no han salido de labios fingidores, cuando estéis en peligro de pecar inconscientemente y de ejercer una influencia que induciría a otros a hacer el mal, vuestro ángel custodio estará a vuestro lado, para induciros a seguir una conducta mejor, escoger las palabras que habéis de pronunciar, y para influir en vuestras acciones. {Or 17.1; Pr.14.2}

Si no os consideráis en peligro y si no oráis por ayuda y fortaleza para resistir las tentaciones, os extraviaréis seguramente; vuestro descuido del deber quedará anotado en el libro de Dios en el cielo, y seréis hallados faltos en el día de prueba. —Joyas de los Testimonios 1:347, 348. {Or 17.2; Pr.14.3}

Como Moisés, podemos disfrutar de una comunión íntima con Dios

Esa mano que hizo el mundo, que sostiene las montañas en sus lugares, toma a este hombre del polvo, este hombre de poderosa fe; y, misericordiosamente, lo oculta en la hendidura de la peña, mientras la gloria de Dios y toda su benignidad pasan delante de él. ¿Podemos asombrarnos de que “la magnífica gloria” resplandecía en el rostro de Moisés con tanto brillo que la gente no le podía mirar? La impresión de Dios estaba sobre él, haciéndole aparecer como uno de los resplandecientes ángeles del trono. {Or 17.3; Pr.14.4}

Este incidente, y sobre todo la seguridad de que Dios oiría su oración, y de que la presencia divina lo acompañaría, eran de más valor para Moisés como caudillo que el saber de Egipto, o todo lo que alcanzara en la ciencia militar. Ningún poder, habilidad o saber terrenales pueden reemplazar la inmediata presencia de Dios. En la historia de Moisés podemos ver cuán íntima comunión con Dios puede gozar el hombre. Para el transgresor es algo terrible caer en las manos del Dios viviente. Pero Moisés no tenía miedo de estar a solas con el Autor de aquella ley que había sido pronunciada con tan pavorosa sublimidad desde el monte Sinaí; porque su alma estaba en armonía con la voluntad de su Hacedor. {Or 17.4; Pr.15.1}

Orar es el acto de abrir el corazón a Dios como a un amigo. El ojo de la fe discernirá a Dios muy cerca, y el suplicante puede obtener preciosa evidencia del amor y del cuidado que Dios manifiesta por él. —Testimonios Selectos 3:384, 385. {Or 18.1; Pr.15.2}

Oremos con santa audacia

“Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho”. Presentad esta promesa cuando oráis. Tenemos el privilegio de ir ante Dios con santa osadía. Si le pedimos con sinceridad que haga brillar su luz sobre nosotros, nos oirá y contestará. —Conducción del Niño, 472. {Or 18.2; Pr.15.3}

El cielo está abierto a nuestras peticiones y se nos invita a ir “confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”. Hebreos 4:16. Debemos ir con fe, creyendo que obtendremos exactamente las cosas que le pedimos. —En Lugares Celestiales, 80. {Or 18.3; Pr.15.4}

Pidamos por nuestras necesidades

Toda promesa de la Palabra de Dios viene a ser un motivo para orar, pues su cumplimiento nos es garantizado por la palabra empleada por Jehová. Tenemos el privilegio de pedir por medio de Jesús cualquier bendición espiritual que necesitemos. Podemos decir al Señor exactamente lo que necesitamos, con la sencillez de un niño. Podemos exponerle nuestros asuntos temporales, y suplicarle pan y ropa, así como el pan de vida y el manto de la justicia de Cristo. Nuestro Padre celestial sabe que necesitamos todas estas cosas, y nos invita a pedírselas. En el nombre de Jesús es como se recibe todo favor. Dios honrará ese nombre y suplirá nuestras necesidades con las riquezas de su liberalidad. —El Discurso Maestro de Jesucristo, 112, 113. {Or 18.4; Pr.15.5}

Pidamos con toda confianza y fe

Cuando pidáis a Dios que os ayude, honrad a vuestro Salvador creyendo que recibís su bendición. Todo poder y toda sabiduría están a nuestra disposición. No tenemos más que pedir. {Or 19.1; Pr.16.1}

Andad siempre en la luz de Dios. Meditad día y noche en su carácter. Entonces veréis su belleza y os alegraréis en su bondad. Vuestro corazón brillará con un destello de su amor. Seréis levantados como si os llevaran brazos eternos. Con el poder y la luz que Dios os comunica, podéis comprender, abarcar y realizar más que lo que jamás os pareció posible. —El Ministerio de Curación, 412. {Or 19.2; Pr.16.2}

Avancemos, confiando en Dios

Debemos animarnos mutuamente en esa fe viva que Cristo ha hecho accesible a todo creyente. La obra debe hacerse a medida que el Señor prepara el camino. Cuando conduce a los suyos por lugares difíciles, tienen la ventaja de poder reunirse para orar, recordando que todas las cosas vienen de Dios. Aquellos a quienes no les ha tocado todavía su parte en las vicisitudes que acompañan a la obra en estos últimos días, pronto tendrán que pasar por escenas que probarán fuertemente su confianza en Dios. Cuando su pueblo no percibe ninguna salida, y tienen delante de sí el Mar Rojo y a sus espaldas un ejército que lo persigue, el Señor le dice: “¡Adelante!” Obra así para probar su fe. Cuando os confronten tales circunstancias, id adelante, confiando en Jesús. Andad paso a paso en el camino que os señala. Os sobrevendrán pruebas, pero id adelante. Adquiriréis así una experiencia que confirmará vuestra fe en Dios y os hará idóneos para servirle más fielmente. —Testimonios para la Iglesia 9:218. {Or 19.3; Pr.16.3}

Testimonio: 29-12-2018

Diciembre 29, 2018. Estamos ante las fronteras de Canaán y mis ojos no pueden dejar de llorar al ver la condición del pueblo que dice ser parte del remanente fiel de Dios. Mi corazón sufre y sólo en Dios puedo recibir consuelo. No hay más encanto para mí en esta tierra pues he podido ver una tierra mejor, es decir, la celestial. Se me ha dejado saber que no estoy llamada a convencer a nadie de sus errores, más, si ellos mismos no se humillan y piden por sabiduría celestial, nunca la tendrán. Se me dejó saber que toda arrogancia, maltrato verbal, y mala disposición nos inhabilitará de la verdadera sabiduría. Miqueas 6:8 era la norma de fe de Abraham, Isaac y Jacob, y también de Daniel y Juan el discípulo amado. {Daisy Escalante: 29-12-2018, es.p1}

No toca a nadie salvar la vida de nadie porque sólo hay un mediador y salvador entre vosotros, Jesucristo; más nuestra única tarea es exhortar en el bien hacer, orar unos por los otros, y vivir vidas que representen bien la embajada celestial. No os entréis en contiendas en quien tiene la razón, más pues id a Dios en ruego y súplica y éste os dejará saber. Dejaos de dar alardes de sabiduría humana pues para Dios un día es como mil años y mil años como un día. Sed más bien celosos en vuestra salvación con temor y temblor y dad frutos dignos de arrepentimiento. Sed pues celosos, porque vuestro adversario el diablo anda como león para destruir no sólo el cuerpo, sino lo que es aún más importante, el alma. Estamos en vísperas de una gran prueba, y nadie podrá pasarla con la ayuda de nadie. ¿Cómo, pues, podéis extasiaros en otra cosa, que no sea ésta, para vuestro provecho? Muchos ciegos y sordos, casi palpan la prueba final, más su mente entregada a la reprobación aclama: mi Señor tarda en venir”. ¡Insensatos!, habláis de Mí pero vivís fuera de Mí. ¿No sabéis que el que en Mí no está injertado nunca llevará verdadero fruto?” {Daisy Escalante: 29-12-2018, es.p2}

“Oíd qué fue dicho por los profetas: ‘voz que clama en el desierto, enderezad calzadas y dad frutos dignos de arrepentimiento y hallaréis descanso para vuestras almas’. Más Yo os digo que el que en Mí ya está, éste lleva mucho fruto y mi amor está en él. Por esto lo reconoceréis: su vida está estimada sin valor y su única razón de ser es servir en mi nombre. Más esta generación perversa, de labios me honra, pues sus opiniones y grandezas tienen su copa llena. ¿Qué, pues, haré? Iré a la viña y ordenaré sacarles antes de llegar a mi granero, y les pondré fuego para que no contaminen nunca más mi viña. Esto, pues, haré para vindicar la voz de mis siervos. Estos fueron violentados por generaciones por aquellos que decían venir en mi nombre, más Yo nunca les envié, y así serán vindicados”. {Daisy Escalante: 29-12-2018, es.p3}

“¡Preparaos, pues, mi real rebaño! pues las moradas ya están listas, y la mesa de dulces manjares está servida. El número es casi completado y todo está, ya, dispuesto. Preguntad por las calles: ‘¿quién sabe llegar al cielo?’ Luego pensad: ‘¿he encontrado alguno?’ Vivo Yo que no encontraréis a nadie, por[que] todos los que han sido trasladados en vida nunca más han caminado entre ustedes, ni caminarán hasta la restauración de todas las cosas. Más si esto es ya revelado, ¿cómo pues seguís hombres por su renombre? ¿Acaso en mi Palabra, lámpara no es ‘lámpara a tus pies y lumbrera mi camino’? ¡Insensatos! ¡Faltos de entendimiento, que vivís declarando vuestros logros y fantasías en vanas especulaciones! ¿Acaso las señales no hablan por sí solas? ¿acaso no veis teniendo ojos y escucháis teniendo oídos?” {Daisy Escalante: 29-12-2018, es.p4}

“El día espurio es venido, y todo aquel que ocultare este hecho está del lado de mi adversario. ¿No Soy Yo, acaso, el que rijo el universo y todo lo que en él existe? ¿No sabré lo que está por venir? ¡Insensatos!, ¡amadores de sus ideas más que de Dios! ¿cómo, pues, podéis tener discernimiento si sólo buscáis vuestro propio placer? Más mi pueblo me busca en la soledad, en el silbido apacible, en las grandes alturas. Allí mi poder y sabiduría es depositada en ellos y les prepara para el gran acontecimiento final donde la luz rodea la tierra con mi verdad. Más los insensatos desprecian este encuentro y, atareados en sus planes, menospreciando un ‘así dice Jehová’, no sacan este tiempo —de gran valor para ellos— para encontrarse conmigo para la preparación final. Y luego, ¿qué dirán? ‘Señor, en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos esto y aquello’. Más Yo diré: ‘apartaos de Mí, obradores de maldad”. {Daisy Escalante: 29-12-2018, es.p5}

“¿Cuántos perecerán por no seguir instrucciones?” Y Él contestó: “muchos”. ¿Cuántos vivirán por seguirlas?, y Él mismo contestó: “pocos, más serán suficientes para el cometido final. El tiempo es casi cumplido para mi pueblo. Más ellos engañan su corazón con falsas esperanzas de un futuro más largo, lleno de vanos placeres. Estos dicen ser judíos y no lo son, sino que son címbalos que retiñen. ¡Humillaos! humillad vuestros corazones y someteos en alma y espíritu a la búsqueda de la real verdad, y al perdón de vuestros pecados”. {Daisy Escalante: 29-12-2018, es.p6}

“¿Qué más haré con esta viña? la labré, la sembré, la cuidé, la podé y no dio fruto. ¿Qué, pues, dijo el que me envió? Id y sembrad otra viña fuera de mi campo. Así que fui fuera de mi viña y sembré, y vi que mis cuidados daban resultados y comencé a cosechar frutos. Más el que me envió dijo: ‘no voltees más a la viña antigua, sino que prosigue en esta y recoge la mejor semilla, y labra más campo y siembra con la buena semilla'”. Entonces dije: “Señor, ¿pero la primera viña no tenía también buena semilla? Así es”, contestó, “más las piedras, espinas y aves arremetieron contra ella porque su tierra era propicia para esto. Más esta es tierra virgen, con mucho vigor y abundante agua, y aunque las piedras y espinas y aves arremetan no podrán esterilizarla del todo porque yo he puesto mi vigor en ella”. “Señor”, contesté, “¿no pusiste tu vigor en la primera?” Y contestó: “sí, más ella dejó de fluir el agua que le daba vida, y se tornó en estéril. Ahora, pues, ¿qué haré? ¿Quedaré afligido por su esterilidad?” Y Él mismo contestó: “no, de ninguna manera. Iré a otro campo y sembraré en él la buena semilla. El que tiene oídos para oír oiga, pues los entendidos entenderán. No hay profeta en su propia tierra, ni herrero en su propia herrería. ¿Por eso diremos: no es profeta ni herrero?” {Daisy Escalante: 29-12-2018, es.p7}

“Mis ángeles ministradores toman nota de cada acto y palabra. Mis párpados examinan a los hijos de los hombres. ¿Quién se esconderá de Mí y podrá prevalecer por su propia justicia? Rápidos de palabra y tardos en oír, estos son como el tamo que los arrebata el viento. ¿Acaso no sabéis que seréis juzgados y esto ya está? ¿porque vivís en tal indiferencia, aborreciéndoos los unos a los otros? ¿Quién os enseñó a aborrecer a vuestro prójimo? ¿cuándo os dije esto? Amad a vuestros enemigos, orad por los que os persiguen y [os] ultrajan, esto sí es dicho. Aborreced al pecado, más amad al pecador, apartaos y no toquéis lo inmundo. Más vuestra prevaricación e iniquidad os apartaron del bien hacer, y a lo malo lo llaman bueno y a lo bueno malo. ¡Generación torcida y perversa, que aborrecéis la verdad y amáis la mentira! ¡Vuestros reyes y príncipes os engañan! ¡y tergiversan mis palabras en vanidades humanas! Buscadme mientras pueda ser hallado y en tanto estoy cercano, pronto, muy pronto, el Espíritu Santo no estará más entre vosotros, y sólo los que aceptaron la lluvia temprana recibirán la lluvia tardía, porque no podrán recibir la última sin la primera. ¿Qué, pues, haréis al ver que no les es otorgada? Gritará, allí, el valiente y no habrá quién le consuele”. {Daisy Escalante: 29-12-2018, es.p8}

“Yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz entraré a él, cenaré con él y él conmigo. Si escuchas hoy mi voz, no endurezcas tu corazón. Sólo así podréis ser salvos”. {Daisy Escalante: 29-12-2018, es.p9}

Luego que se me dictó esto, se me dijo: “Marcos 4”. Fielmente se lo paso a ustedes, y oro por cada uno de ustedes. Y espero sus oraciones para conmigo, también. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 29-12-2018, es.p10}

Miqueas 6:8

8 Oh hombre, Él te ha declarado lo que [es] bueno, y ¿qué pide Jehová de ti? Solamente hacer justicia, y amar misericordia, y caminar humildemente con tu Dios.

Marcos 4

1 Y otra vez comenzó a enseñar junto al mar, y una gran multitud se reunió alrededor de Él; tanto que entró en una barca, y se sentó [en ella] en el mar, y toda la multitud estaba en tierra junto al mar.
2 Y les enseñaba por parábolas muchas cosas, y les decía en su doctrina:
3 Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar;
4 y aconteció que al sembrar, una parte cayó junto al camino; y vinieron las aves del cielo y la devoraron.
5 Y otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y enseguida brotó, porque no tenía profundidad de tierra;
6 pero cuando salió el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.
7 Y otra parte cayó entre espinos; y crecieron los espinos y la ahogaron, y no dio fruto.
8 Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto que brotó y creció; y produjo, una a treinta, otra a sesenta, y otra a ciento [por uno].
9 Y les dijo: El que tiene oídos para oír, oiga.
10 Y cuando estuvo solo, los que estaban cerca de Él con los doce le preguntaron sobre la parábola.
11 Y les dijo: A vosotros es dado el saber los misterios del reino de Dios; mas a los que están fuera, todo es hecho por parábolas;
12 para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan; para que no se conviertan y les sean perdonados [sus] pecados.
13 Y les dijo: ¿No entendéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas?
14 El sembrador [es el que] siembra la palabra.
15 Y éstos son los de junto al camino; en quienes se siembra la palabra, pero después que la oyen, en seguida viene Satanás, y quita la palabra que fue sembrada en sus corazones.
16 Y de igual modo, éstos son los que son sembrados en pedregales; quienes habiendo oído la palabra, al momento la reciben con gozo;
17 pero no tienen raíz en sí, sino que duran poco tiempo; pero luego, cuando viene la aflicción o la persecución por causa de la palabra, enseguida se escandalizan.
18 Y éstos son los que fueron sembrados entre espinos; los que oyen la palabra,
19 pero los afanes de este mundo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
20 Y éstos son los que fueron sembrados en buena tierra; los que oyen la palabra y la reciben, y llevan fruto, uno a treinta, otro a sesenta, y otro a ciento por uno.
21 Y les dijo: ¿Se trae el candil para ponerse debajo del almud, o debajo de la cama? ¿No es para ponerse en el candelero?
22 Porque nada hay oculto que no haya de ser manifestado; ni secreto, que no haya de ser descubierto.
23 Si alguno tiene oídos para oír, oiga.
24 Y les dijo: Mirad lo que oís; porque con la medida que medís, se os medirá, y a vosotros los que oís, más os será añadido.
25 Porque al que tiene, se le dará; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
26 Y dijo: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra;
27 y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin saber él cómo.
28 Porque de suyo fructifica la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga.
29 Y cuando ha dado el fruto, en seguida se mete la hoz, porque la siega es llegada.
30 Y dijo: ¿A qué haremos semejante el reino de Dios, o con qué parábola le compararemos?
31 [Es] como el grano de mostaza, que cuando se siembra en tierra, es la más pequeña de todas las semillas que hay en la tierra;
32 pero después de sembrado, crece, y se hace la más grande de todas las hortalizas, y echa grandes ramas, de manera que las aves del cielo pueden anidar bajo su sombra.
33 Y con muchas parábolas semejantes les hablaba la palabra, conforme ellos podían oír.
34 Y sin parábola no les hablaba, mas a sus discípulos en privado les aclaraba todas las cosas.
35 Y aquel día, cuando cayó la tarde, les dijo: Pasemos al otro lado.
36 Y despidiendo a la multitud, le recibieron como estaba en la barca; y había también con Él otras barcas.
37 Y se levantó una gran tempestad de viento, y las olas azotaban la barca, de manera que ya se anegaba.
38 Y Él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal, y despertándole, le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?
39 Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento. Y se hizo grande bonanza.
40 Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo es que no tenéis fe?
41 Y temieron en gran manera, y se decían el uno al otro: ¿Qué clase de hombre es Éste, que aun el viento y el mar le obedecen?

Testimonio: 18-04-2020 #02

Amados, 18 de abril del 2020, a las 12:39 de la tarde, mientras estudiaba la Palabra del Señor, vino palabra del Señor a mí diciendo: “Yo Soy el que soy, y no hay variación en Mí. Lo mismo que hice en Egipto para libertar a mi pueblo, aún [mayores cosas] haré en la liberación final y total de mi pueblo. No habrá hombre que se imponga, ni cadenas malignas que no sucumban ante mi gloria, por tanto, Yo te aconsejo que no vires ni a derecha ni a izquierda, y sigas tras mis pisadas. Porque rugirá el cielo y la tierra temblará como ebrio, el mar se desasentará, los ríos cambiarán su cauce y los montes gritarán; más, mis verdaderos hijos vivirán confiados bajo mis alas. Apártense de todo aquel que no desee invocar mi Nombre, porque Yo traeré sobre ellos dolor y aflicción de espíritu, por cuanto conocieron y aborrecieron mis dichos, violaron mi pacto, tergiversaron mi Ley y no dieron oídos a mis estatutos que perpetué por vuestras generaciones. Por tanto, tendré misericordia del que tendré misericordia. Del perverso y del malvado me encargaré Yo. Y libraré a mi redil de su sufrimiento, pero éste no encontrará quien le libre porque Yo esconderé de él mi rostro. Por cuanto me desechó, Yo también lo desecho. {Daisy Escalante: 18-04-2020 #02, es.p1}

Palabras fieles y verdaderas del Señor para cada uno de vosotros. Que el Señor nos bendiga. {Daisy Escalante: 18-04-2020 #02, es.p2}

Testimonio: 05-08-2021

Agosto 5, 2021. En la madrugada, EL ETERNO me despertó y me dijo: “atiende”. En ese momento, al despertar, escuché la lectura de Fe y Obras. Tengo un teléfono pequeño, muy antiguo, [que] siempre lo pongo para escuchar el Espíritu de Profecía o la Biblia —en la noche—, mientras dormimos. {Daisy Escalante: 05-08-2021 , es.p1}

Ahí estaba este teléfono, sonando en el libro de Fe y Obras, estaba hablando en el capítulo 19. Rápidamente lo busqué y vi que el título era: “Las Opiniones y Prácticas deben Ajustarse a la Palabra de Dios”. Yo meditaba en esto. Oré. Luego de un rato, me volví a acostar. {Daisy Escalante: 05-08-2021 , es.p2}

Entonces, tuve un sueño. Me veía en una casa, ésta era normal, como cualquier casa amplia. Yo veía que la dueña de la casa era muy meticulosa, ésta se esmeraba en [la] limpieza [de] dicha [casa], recogía la basura de cada cuarto. Y, pronto, vi que acabó y bajó a un sótano. Allí le vi ir con la basura. En el sótano, había cientos y cientos de bolsas de basura. Y me percaté que muchos animales se escurrían entre ellas. Yo me preguntaba cómo una mujer tan meticulosa en la limpieza hacía esto. ¿Por qué no sacar la basura fuera de la casa [en lugar de] ponerla en el sótano de su casa? {Daisy Escalante: 05-08-2021 , es.p3}

Vi que la mujer salió del sótano y se fue a descansar. Pasado un tiempo del descanso de ésta, un fuerte ruido se escuchó y, acto seguido, vi que todos los animalejos se escurrían entre las bolsas de basura. Y la embistieron. ¡Y la devoraron! Y ya no vi más. {Daisy Escalante: 05-08-2021 , es.p4}

En ese momento, me desperté. Y se me dijo: “muchos creen que el pecado [cuando es] ínfimo es indefenso. Las especulaciones, los aires de grandeza, los sentimientos de siempre saber lo correcto, sentido de autoridad sobre otros, el creer tener 99% de verdad, pero con una mezcla de mentira, esto —y otros, serán la causa de que muchos que descansan en esto confiadamente, por el hábito que tienen de tanto tiempo—, será su ruina”. {Daisy Escalante: 05-08-2021 , es.p5}

¡Oh, amados hermanos! Dejo estas palabras fieles y verdaderas que he recibido del SEÑOR en esta hora para cada uno de vosotros. Que el SEÑOR nos bendiga.

 

Fe y Obras. Elena White, 1984.

Capítulo 19: Las opiniones y prácticas deben ajustarse a la palabra de Dios

Parte de un artículo publicado en la The Review and Herald, 25 de marzo de 1902.

Hay muchos que afirman que han sido santificados a Dios, y sin embargo, cuando se presenta ante ellos la gran norma de santidad, se excitan grandemente y manifiestan un espíritu que demuestra que nada saben de lo que significa ser santo. No tienen la mente de Cristo; porque quienes están verdaderamente santificados han de reverenciar y obedecer la Palabra de Dios tan pronto como es abierta delante de ellos, y expresarán un vehemente deseo de saber qué es la verdad en cada punto de doctrina. Un sentimiento de gran regocijo no es evidencia de santificación. La afirmación: “Soy salvo, soy salvo”, no prueba que el alma esté salva o santificada. {FO 123.1; FW.121.1} {Daisy Escalante: 05-08-2021 , es.p6}

A muchos que están grandemente excitados se les dice que están santificados, cuando los tales no tienen una idea inteligente de lo que significa el término, porque no conocen las Escrituras ni el poder de Dios. Se halagan a sí mismos creyendo que están en conformidad con la voluntad de Dios porque se sienten contentos; pero cuando son probados, cuando se presenta la Palabra de Dios para cotejarla con su experiencia, cierran sus oídos a la verdad, diciendo: “Estoy santificado”, y eso pone fin al debate. No querrán escudriñar las Escrituras para saber qué es verdad y comprobar que se han engañado terriblemente a sí mismos. La santificación significa muchísimo más que un arranque de sentimiento. {FO 123.2; FW.121.2} {Daisy Escalante: 05-08-2021 , es.p7}

Excitación no es santificación. Únicamente la completa conformidad con la voluntad de nuestro Padre que está en el cielo es santificación, y la voluntad de Dios está expresada en su santa ley. La observancia de todos los mandamientos de Dios es santificación. Evidenciar que somos hijos obedientes a la Palabra de Dios es santificación. La Palabra de Dios debe ser nuestra guía, no las opiniones o ideas humanas. Los que han de ser verdaderamente santificados, escudriñen la Palabra de Dios con paciencia, con oración, y con humildad y contrición de alma. Recuerden que Jesús oró: “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad”. Juan 17:17. {FO 124.1; FW.121.3} {Daisy Escalante: 05-08-2021 , es.p8}

Vivir de toda palabra de Dios

El cristianismo es simplemente vivir de toda palabra que sale de la boca de Dios. Debemos creer en Cristo, y vivir en Cristo, quien es el camino, y la verdad, y la vida. Tenemos fe en Dios cuando creemos en su Palabra; confiamos en Dios y lo obedecemos cuando guardamos sus mandamientos; y amamos a Dios cuando amamos su ley. {FO 124.2; FW.122.1} {Daisy Escalante: 05-08-2021 , es.p9}

Creer una mentira no pondrá a ninguno de nosotros en el camino de ser santificado. Si todos los ministros del mundo nos dijeran que estamos a salvo aunque desobedezcamos algún precepto de la sagrada norma de santidad, eso no disminuiría nuestras obligaciones ni haría menor nuestra culpa, si rechazamos un claro “Harás” o “No harás”. No necesitamos pensar que porque nuestros padres obraron de un cierto modo y murieron felices, nosotros podemos seguir sus pasos y ser aceptados al rendir el mismo servicio y hacer las mismas obras que ellos realizaron. {FO 124.3; FW.122.2} {Daisy Escalante: 05-08-2021 , es.p10}

Nosotros tenemos más luz que la que ellos tuvieron en sus días; y si hemos de ser aceptados por Dios, debemos ser fieles en obedecer la luz y caminar en ella como lo fueron ellos al recibir y obedecer la luz que Dios les envió. Debemos aceptar y perfeccionar la luz que brilla en nuestro sendero tan fielmente como ellos aceptaron y perfeccionaron la luz que iluminó su sendero en su generación. Hemos de ser juzgados de acuerdo con la luz que brilla en el templo del alma en nuestros días; y si seguimos esa luz, seremos hombres y mujeres libres en Cristo Jesús. { FO 124.4; FW.122.3 } {Daisy Escalante: 05-08-2021 , es.p11}

 

{Daisy Escalante: 05-08-2021 , es.p12}

Himno 84: Se oye un canto en alta esfera
Himno 118: Dios tu tristeza entiende