Manjar Sabático
29-05-2021
Tito 2
1 Pero tú habla lo que armoniza con la sana doctrina.
2 Que los ancianos sean sobrios, honestos, templados, sanos en la fe, en la caridad, en la paciencia.
3 Las ancianas asimismo, [sean] de un porte santo, no calumniadoras, no dadas a mucho vino, maestras de honestidad;
4 que enseñen a las mujeres jóvenes a ser prudentes, a que amen a sus maridos, a que amen a sus hijos;
5 [a ser] discretas, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos; para que la palabra de Dios no sea blasfemada.
6 Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes;
7 presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en doctrina, [mostrando] integridad, honestidad, sinceridad,
8 palabra sana, e irreprochable; para que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros.
9 [Exhorta] a los siervos a ser obedientes a sus amos, [y] a que [les] agraden en todo; que no [sean] respondones;
10 no defraudando, sino mostrando toda buena lealtad; para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador.
11 Porque la gracia de Dios que trae salvación se ha manifestado a todos los hombres,
12 enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a las concupiscencias mundanas, vivamos en este presente mundo, sobria, justa y piadosamente.
13 Aguardando aquella esperanza bienaventurada, y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,
14 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad, y purificar para sí un pueblo peculiar, celoso de buenas obras.
15 Estas cosas habla y exhorta, y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie.
Filemón 1
1 Pablo, prisionero de Jesucristo, y [nuestro] hermano Timoteo, a Filemón, amado, y colaborador nuestro,
2 y a [nuestra] amada Apia, y a Arquipo, nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa.
3 Gracia a vosotros, y paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
4 Doy gracias a mi Dios, haciendo siempre mención de ti en mis oraciones,
5 oyendo de tu amor, y de la fe que tienes hacia el Señor Jesús, y para con todos los santos;
6 para que la comunicación de tu fe sea eficaz en el reconocimiento de todo el bien que está en vosotros en Cristo Jesús.
7 Porque tenemos gran gozo y consolación en tu amor, de que por ti, oh hermano, han sido recreadas las entrañas de los santos.
8 Por lo cual, aunque tengo mucha resolución en Cristo para mandarte lo que conviene,
9 más bien te ruego por amor, siendo como soy, Pablo ya anciano, y ahora además, prisionero de Jesucristo.
10 Te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones,
11 el cual en otro tiempo te fue inútil, mas ahora a ti y a mí nos es útil,
12 el cual vuelvo a enviarte; tú, pues, recíbele como a mis entrañas.
13 Yo quería retenerle conmigo, para que en lugar tuyo me sirviese en las prisiones del evangelio;
14 pero nada quise hacer sin tu consentimiento; para que tu favor no fuese como de necesidad, sino voluntario.
15 Porque quizá para esto se apartó [de ti] por algún tiempo, para que le recibieses para siempre;
16 no ya como siervo, sino [como] más que siervo, [como] hermano amado, mayormente para mí, pero cuánto más para ti, tanto en la carne como en el Señor.
17 Así que, si me tienes por compañero, recíbele como a mí mismo.
18 Y si en algo te dañó, o te debe, cárgalo a mi cuenta.
19 Yo Pablo [lo] escribí de mi propia mano, yo [lo] pagaré; por no decirte que aun tú mismo te me debes además.
20 Sí, hermano, góceme yo de ti en el Señor; recrea mis entrañas en el Señor.
21 Te he escrito confiando en tu obediencia, sabiendo que harás aun más de lo que te digo.
22 Y asimismo prepárame también alojamiento; porque espero que por vuestras oraciones os seré concedido.
23 Te saludan Epafras, mi compañero en la prisión por Cristo Jesús,
24 Marcos, Aristarco, Demas, Lucas, mis colaboradores.
25 La gracia de nuestro Señor Jesucristo [sea] con vuestro espíritu. Amén.
Patriarcas y Profetas, capítulo 31: “El pecado de Nadab y Abiú”
Este capítulo está basado en Levítico 10:1-11.
Después de la dedicación del tabernáculo fueron consagrados los sacerdotes para su oficio sagrado. Estos servicios requirieron siete días, y en cada uno de ellos se celebraron importantes ceremonias. Al octavo día iniciaron su ministerio. Ayudado por sus hijos, Aarón ofreció los sacrificios que Dios estipulaba, y alzó sus manos y bendijo al pueblo. Todo se había hecho conforme a las instrucciones de Dios, y el Señor aceptó el sacrificio y reveló su gloria de una manera extraordinaria: descendió fuego de Dios y consumió la víctima que estaba sobre el altar. El pueblo observó estas maravillosas manifestaciones del poder divino, con reverencia y sumo interés. Las tuvo por señal de la gloria y el favor de Dios, y todos a una elevaron sus voces en alabanza y adoración, y se postraron como si estuvieran en la inmediata presencia de Jehová. {PP 327.1}
Pero, poco tiempo después cayó una calamidad repentina y terrible sobre la familia del sumo sacerdote. A la hora del culto, cuando las oraciones y las alabanzas del pueblo ascendían a Dios, dos de los hijos de Aarón tomaron cada uno su incensario, y quemaron incienso, para que ascendiera como agradable perfume ante el Señor. Pero violaron las órdenes de Dios usando “fuego extraño”. Para quemar el incienso se valieron de fuego común en lugar del fuego sagrado que Dios mismo había encendido, y cuyo uso había ordenado para este objeto. Por causa de este pecado, salió fuego de la presencia del Señor y los devoró a la vista del pueblo. {PP 327.2}
Después de Moisés y de Aarón, Nadab y Abiú ocupaban la posición más elevada en Israel. Habían sido especialmente honrados por el Señor, y juntamente con los setenta ancianos se les permitió contemplar su gloria en el monte. Pero su transgresión no debía disculparse ni considerarse con ligereza. Todo aquello hacía su pecado aun más grave. Por el hecho de que los hombres hayan recibido gran luz, y como los príncipes de Israel, hayan ascendido al monte, hayan gozado de la comunión con Dios y hayan morado en la luz de su gloria, no deben lisonjearse de que pueden pecar impunemente; no deben creer que porque fueron honrados de esa forma, Dios no castigará estrictamente su iniquidad. Este es un engaño fatal. La gran luz y los privilegios otorgados demandan reciprocidad, que debe manifestarse en una virtud y santidad correspondientes a la luz recibida. Dios no aceptará nada menos que esto. Las grandes bendiciones o privilegios no deben adormecer a los hombres en la seguridad o la negligencia. Nunca deben dar licencia para pecar, ni deben creer los favorecidos que Dios no será estricto con ellos. Todas las ventajas que Dios concede son medios suyos para dar ardor al espíritu, celo al esfuerzo y vigor en el cumplimiento de su santa voluntad. {PP 328.1}
En su juventud, Nadab y Abiú no fueron educados para que desarrollaran hábitos de dominio propio. La disposición indulgente del padre, su falta de firmeza en lo recto, lo habían llevado a descuidar la disciplina de sus hijos. Les había permitido seguir sus propias inclinaciones. Los hábitos de complacencia propia, practicados durante mucho tiempo, los dominaban de tal manera que ni la responsabilidad del cargo más sagrado tenía poder para romperlos. No se les había enseñado a respetar la autoridad de su padre, y por eso no comprendían la necesidad de ser fieles en su obediencia a los requisitos de Dios. La indulgencia equivocada de Aarón respecto a sus hijos, los preparó para que fueran objeto del castigo divino. {PP 328.2}
Dios quiso enseñar al pueblo que debía acercarse a él con toda reverencia y veneración y exactamente como él indicaba. El Señor no puede aceptar una obediencia parcial. No bastaba que en el solemne tiempo del culto se hiciera casi todo como él había ordenado. Dios ha pronunciado una maldición sobre los que se alejan de sus mandamientos y no establecen diferencia entre las cosas comunes y las santas. Declara por medio del profeta: “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas! […]. ¡Ay de los que son sabios ante sus propios ojos, de los que son prudentes delante de sí mismos! […] ¡Los que por soborno declaran justo al culpable, y al justo le quitan su derecho! […] Porque desecharon la ley de Jehová de los ejércitos y abominaron la palabra del Santo de Israel”. Isaías 5:20-24. {PP 328.3}
Nadie se engañe a sí mismo con la creencia de que una parte de los mandamientos de Dios no es esencial, o que él aceptará un sustituto en reemplazo de lo que él ha ordenado. El profeta Jeremías dijo: “¿Quién puede decir que algo sucede sin que el Señor lo mande?” Lamentaciones 3:37. Dios no ha puesto ningún mandamiento en su Palabra que los hombres puedan obedecer o desobedecer a voluntad sin sufrir las consecuencias. Si el hombre elige cualquier otro camino que no sea el de la estricta obediencia, encontrará que “su fin son caminos de muerte”. Proverbios 14:12. {PP 329.1}
“Entonces Moisés dijo a Aarón y a sus hijos Eleazar e Itamar: “No descubráis vuestras cabezas ni rasguéis vuestros vestidos en señal de duelo, para que no muráis, ni se levante la ira sobre toda la congregación […], pues el aceite de la unción de Jehová está sobre vosotros””. El gran jefe recordó a su hermano las palabras de Dios: “En los que a mí se acercan me santificaré, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado”. Levítico 10:6, 7, 3. Aarón guardó silencio. La muerte de sus hijos, aniquilados sin ninguna advertencia, por un pecado terrible, que él reconocía ahora como resultado de su propia negligencia en el cumplimiento de sus deberes, entristeció angustiosamente el corazón del padre, pero no expresó sus sentimientos. No debía hacer ninguna manifestación de dolor que demostrara compasión por el pecado. No debía actuar en forma que pudiera inducir a la congregación a murmurar contra Dios. {PP 329.2}
El Señor quería enseñar a su pueblo a reconocer la justicia de sus castigos, para que otros temieran. Había en Israel algunos a quienes la amonestación de este terrible juicio podría evitar que abusaran de la tolerancia de Dios hasta el extremo de sellar también su propio destino. La amonestación divina se hace sentir sobre la falsa condolencia hacia el pecador, que trata de excusar su pecado. El pecado adormece la percepción moral, de tal manera que el pecador no comprende la enormidad de su transgresión; y sin el poder convincente del Espíritu Santo permanece parcialmente ciego en lo referente a su pecado. Es deber de los siervos de Cristo enseñar a estos descarriados el peligro en que están. Los que destruyen el efecto de la advertencia, cegando los ojos de los pecadores para que no vean el carácter y los verdaderos resultados del pecado, a menudo se lisonjean de que en esa forma demuestran su caridad; pero lo que hacen es oponerse directamente a la obra del Espíritu Santo de Dios e impedirla; arrullan al pecador para que se duerma al borde de la destrucción, se hacen partícipes de su culpa, y asumen una terrible responsabilidad por su impenitencia. Muchísimos han descendido a la ruina como resultado de esta falsa y engañosa condolencia. {PP 329.3}
Nunca habrían cometido Nadab y Abiú su fatal pecado, si antes no se hubieran intoxicado parcialmente bebiendo mucho vino. Sabían que era necesario hacer la preparación más cuidadosa y solemne antes de presentarse en el santuario donde se manifestaba la presencia divina; pero debido a su intemperancia se habían descalificado para ejercer su santo oficio. Su mente se confundió y se embotaron sus percepciones morales, de tal manera que no pudieron discernir la diferencia que había entre lo sagrado y lo común. A Aarón y a sus hijos sobrevivientes, se les dio la amonestación: “Ni tú ni tus hijos debéis beber vino ni sidra cuando entréis en el Tabernáculo de reunión, para que no muráis. Estatuto perpetuo será para vuestras generaciones, para poder discernir entre lo santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio, y enseñar a los hijos de Israel todos los estatutos que Jehová les ha dado por medio de Moisés”. Levítico 10:9-11. El consumo de bebidas alcohólicas debilita el cuerpo, confunde la mente y degrada las facultades morales. Impide a los hombres comprender la santidad de las cosas sagradas y el rigor de los mandamientos de Dios. Todos los que ocupaban puestos de responsabilidad sagrada deben ser hombres estrictamente temperantes, para que tengan lucidez para diferenciar entre lo bueno y lo malo, firmeza de principios y sabiduría para administrar justicia y manifestar misericordia. {PP 330.1}
La misma obligación descansa sobre cada discípulo de Cristo. El apóstol Pedro declara: “Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, gente santa, pueblo adquirido”. 1 Pedro 2:9. Dios requiere que conservemos todas nuestras facultades en las mejores condiciones, a fin de poder prestar un servicio aceptable a nuestro Creador. Si se ingieren bebidas intoxicantes, producirán los mismos efectos que en el caso de aquellos sacerdotes de Israel. La conciencia perderá su sensibilidad al pecado, y con toda seguridad se sufrirá un proceso de endurecimiento en lo que toca a la iniquidad, hasta que lo común y lo sagrado pierda toda diferencia de significado. ¿Cómo podremos entonces ajustarnos a la norma y a los requerimientos divinos? “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual habéis recibido de Dios, y que no sois vuestros?, pues habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. “Si, pues, coméis o bebéis o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”. A la iglesia de Cristo de todas las edades se le dirige esta solemne y terrible advertencia: “Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es”. 1 Corintios 6:19, 20; 10:31; 3:17. {PP 330.2}
Testimonio: 14-08-2017
Amados, en agosto 14 de 2017, de madrugada me dieron un sueño. En este sueño me llevaron a una montaña y yo veía cómo las damas y caballeros, ahí, se desenvolvían durante el día, —en las actividades—. Las damas trabajaban sembrando, y estaban recolectando en las siembras, y los caballeros preparaban la tierra y buscaban la leña. Entonces, en un momento dado, vi cómo las damas preparaban el alimento, y lo servían en mesas grandes de madera, y llamaban a los demás para compartir el alimento que con tanto amor ellas habían hecho. Así que todos llegaron y comenzaron a orar por los alimentos. En ese momento apareció mi acompañante y me dijo: “observa y escucha”. Entonces me puse bien atenta a lo que estaba pasando allí. Escuché [a] un hombre decir a otro: “tendremos que desistir pues la tierra es mala”. A lo que el otro le contestó: “perezoso, ¿quién dijo que sería fácil? Con mucho trabajo, pero rendirá frutos, ya lo verás. No te preocupes”. Y ahí ellos tenían esa conversación de la situación que estaban teniendo con la siembra por la tierra. {Daisy Escalante: 14-08-2017 , es.p1}
Terminaron de comer y los vi cuando salieron al campo de siembra. En este momento se me mostraron dos familias: una sembraba, construía de sol a sol, laboraba, al final del día estaba bien cansada pero se sentía que estaba satisfecha; pero la otra, laboraba por sólo un poco de tiempo muy corto, y luego se pasaba todo el tiempo descansando. Y entonces mi acompañante se acercó y me dijo: “¿quién crees que lo logrará?” Le contesté: “pues los que trabajan de sol a sol”. {Daisy Escalante: 14-08-2017 , es.p2}
En ese momento vi, luego, cómo corría el tiempo y la familia laboriosa ya tenía una casita pequeña, sólo para dormir y cubrirse de las inclemencias del tiempo. También vi que tenían un sistema de riego casero, era como por canales, madera, parecido a bambú, a cosas así. Entonces vi, también, que [en] la siembra había todo tipo de alimentos, como: hojas, frutos menores, mayores, también les vi bastantes plantas medicinales —podía apreciar, también, en aquel huerto—. Ellos, los vi que, eran felices y no tenían ninguna preocupación. En ese momento se me mostró que ellos estaban en un Sábado. Estaban debajo de un árbol muy frondoso, ellos se reunían ahí. Empezaron a hablar de la Biblia, la Palabra de Dios, el Libro sagrado. También leían el Espíritu de la Profecía y, los escuché que, entonaban himnos del Himnario Adventista viejo. Entonces, ellos estaban tan felices, estaban tan gozosos, ellos se veían que estaban en paz, se sentían seguros en aquel lugar. Me acerqué para escuchar y ver lo que leían, porque de repente vi que sus rostros estaban como agradecidos, pero a la vez preocupados. Entonces, cuando me acerqué y me fijé, vi que tenían la Biblia abierta en Daniel 11:40-45. Ahí apuntaba el dedo del padre de aquella familia, que era el que estaba leyendo. Entonces, mis ojos quedaron clavados en esos versículos. Entonces, ellos lo leían y agradecían a Dios porque a pesar de todo lo que surgía afuera, ellos estaban seguros. Pues, yo decía: “¿qué es lo que está pasando fuera?”. Entonces mi acompañante me dijo: “ven y ve”. {Daisy Escalante: 14-08-2017 , es.p3}
Salimos de aquella montaña y nos elevamos para ver el planeta bastante arriba, desde la tierra —yo la veía porque estaba en lo alto y podía ver hacia abajo la tierra—; y comencé a escuchar detonaciones, detonaciones bien fuertes, y ver bombas en diferentes lugares. Habían muertos por dondequiera; entonces, unos corrían con gran desesperación. Entonces, en ese momento, me aterroricé y dije: “¡Dios mío, Dios mío, ¿qué está pasando?!” Mi acompañante me dijo: “es el momento de la gran matanza”. Entonces, había tal desesperación: las naciones estaban enloquecidas, no paraban de agredirse una a la otra, ¡el espectáculo era terrible de lo que estaba pasando allí! Empecé a ver: terror, hambre, había desolación, todo esto cubría de negrura el planeta tierra. Entonces, mi acompañante me dijo: “vamos”. Entonces le dije: “¿a dónde vamos?” Y me dijo: “ven y verás”. {Daisy Escalante: 14-08-2017 , es.p4}
Entonces, fui llevada otra vez a las montañas, allí vi otra vez aquella familia que era laboriosa y feliz, y vi también la familia que no trabajaba mucho. Vi cómo esta familia lloraba y se lamentaban de su dilación, ellos oraban por socorro, más éste no les llegaba. Su poco alimento escaseaba. Yo pude ver que, en sus vasijas de comida, no tenían casi nada. Entonces, el hambre los invistió y yo comencé a verlos bajar de la montaña y que se postraban ante el sistema para poder obtener alimento. Entonces me desesperé y dije: “¡Señor, por favor, haz algo!” Entonces, mi acompañante me dijo: “su suerte está echada. Todo estuvo predicho: el plan trazado, pero el pueblo pereció por falta de conocimiento”. {Daisy Escalante: 14-08-2017 , es.p5}
Entonces vi cómo esta familia, después de obtener este alimento, fueron luego brutalmente muertos. ¡Fue muy triste lo que estaba allí pasando, amados, en esta escena! {Daisy Escalante: 14-08-2017 , es.p6}
Entonces comencé a llorar, porque yo conocía [a] esta familia, y sentí que mi corazón se iba a desgarrar. Entonces, al ya no saber qué hacer, dije: “¡Señor!, ¿qué está pasando? ¿por qué tu pueblo no está haciendo caso a lo que está pasando? Entonces yo me di cuenta, se me vino como una revelación, como si fuera una película, donde yo misma les había aconsejado y expuesto el Plan Divino, pero ellos tomaron todo como sugerencia y no como mandato —obedecer de Dios—, y ahora, por esto, habían perecido. {Daisy Escalante: 14-08-2017 , es.p7}
¡Fue tan triste que yo caí al suelo y ya no quería ver! Lloré, lloré, y pregunté: “¿Por qué?, ¿por qué?, ¿por qué no hacen caso si la destrucción es predicha?” Entonces mi acompañante me dijo: “ninguno tiene excusa. El Espíritu Santo apeló a todos y ellos cerraron la puerta. Entonces me dijo: “diles que todo está presto y que, si no obedecen, perecerán. El Santo de Israel abrirá puertas para los que estén dispuestos”. {Daisy Escalante: 14-08-2017 , es.p8}
Entonces me dio estas pequeñas instrucciones que quiero compartir con ustedes:
– debemos orar sin cesar,
– debemos ayunar,
– debemos estudiar la Biblia, el Espíritu de la Profecía,
– estar pendientes a los eventos,
– humillarnos delante de Dios, y,
– tomar acción en el nombre del Señor.
Luego de esto se me dijo: “recuerda, recuerda lo que viste: cabaña pequeña, terreno que tenga agua, siembra y abrigo. Es todo lo que necesitan, diles que vuelvan a las sendas antiguas”. Me dijo: “y que no demoren si desean salvarse”. Entonces, en ese momento, hubo un silencio y, de repente, volvió y me dijo: “el Rey de reyes y Señor de señores está alistando todo, y su enemigo también. Diles que sólo por obediencia sin reserva podrán ser salvos”. {Daisy Escalante: 14-08-2017 , es.p9}
Ahí amados, en ese momento, luego de esas palabras, yo desperté, ¡con una premura de alistar los últimos detalles para poder ser cobijada por Dios!
En mi ser, en ese momento, sonaban las palabras: “la propiedad de Dios, nadie la puede tocar”. Entonces me preguntaba: “¿qué debo hacer para ser propiedad de mi Dios?” En ese momento, despierta, cuando pregunté esto, tres cosas vinieron a mi mente inmediatamente y las quiero compartir con ustedes. {Daisy Escalante: 14-08-2017 , es.p10}
– Primero, reconocer, reconocer que somos inútiles y que debemos depender totalmente de Dios.
– Luego, pedir perdón, pedir perdón a Dios, a los que hemos ofendido de nuestros semejantes y, luego,
– enmendar. Enmendar, reparar y restituir aquello que sabemos que podemos hacer.
En ese momento, se me vinieron las palabras a mi oído, como si alguien me las estuviera dictando: “Por los frutos los conoceréis, dice el Señor”. Ojalá, amados, que todos podamos alcanzar esa medida, esa medida necesaria para poder ser propiedad de Dios, es mi deseo y es mi oración en esta hora. {Daisy Escalante: 14-08-2017 , es.p11}
Daniel 11:40-45
40 Pero al cabo del tiempo el rey del sur se enfrentará con él; y el rey del norte se levantará contra él como una tempestad, con carros y gente de a caballo, y muchos navíos; y entrará por las tierras, e inundará, y pasará.
41 Y vendrá a la tierra gloriosa, y muchas [naciones] caerán; mas éstas escaparán de su mano: Edom, y Moab, y lo mejor de los hijos de Amón.
42 Asimismo extenderá su mano a las otras tierras, y no escapará el país de Egipto.
43 Y se apoderará de los tesoros de oro y plata, y de todas las cosas preciosas de Egipto. Libios y etíopes seguirán sus pasos.
44 Pero noticias del oriente y del norte lo estremecerán; y saldrá con grande ira para destruir y matar a muchos.
45 Y plantará las tiendas de su palacio entre los mares, en el monte deseable del santuario; y vendrá hasta su fin, y no tendrá quien le ayude.
Testimonio: 13-11-2017
Amados, quiero contarles un sueño que el Señor me dio el 13 de noviembre del 2017. Yo en ese sueño vi que había una mesa grande y redonda, y muchos allí trataban de entender los tiempos, pero era bien difícil porque cada uno decía e interpretaba de una forma diferente. El tema en ese momento eran las trompetas. Entonces, uno decía que ya habían sonado y que ya no iban a volver a sonar. Entonces, otros [decían] que habían sonado y que iban a volver. Y otros, que ni siquiera habían pasado y que todavía no estaban sonando. Entonces todo esto era el tema de discusión en esta mesa grande, donde yo vi a aquellas personas que estaban allí sentadas. Y, pues, otros quedaban mudos, no sabían ni qué decir. {Daisy Escalante: 13-11-2017 , es.p1}
Entonces, en ese momento, yo vi un ser grande acercándose vestido de negro, tenía una cuellera blanca, y con una voz bien autoritaria les dijo: “¡ineptos! ¿ni aún saben el tiempo en que viven?” Entonces, se retiró con una carcajada gigante, y se retiró a un cuarto y de ahí salió con un vaso lleno de un líquido rojo. Y este hombre lo bebía felizmente. Así, pasó entre medio de ellos y se retiró. Entonces, cuando yo vi este ser, quedé espantada, y por más que quería que ellos lo vieran, era como si yo sola lo veía pues todos ellos estaban absortos en el tema de las trompetas porque no lograban compaginar lo que estaba viviendo el mundo y lo que ellos estaban entendiendo. {Daisy Escalante: 13-11-2017 , es.p2}
Entonces mientras estaba pasando esta escena en mi mente, también yo pensaba: “¿no son estos los que enseñan al pueblo, al rebaño? ¿y ni entre ellos mismos están de acuerdo?” Y yo me extasiaba en esto. Entonces en ese momento apareció mi acompañante, y me dijo: “toma este rollo”. Entonces yo lo tomé, y cuando lo abrí, decía: “Apocalipsis 9:12 en adelante”. Yo lo comencé a leer, había unas letras grandes y doradas, y yo comencé a leer. {Daisy Escalante: 13-11-2017 , es.p3}
Entonces ya que lo leí, se me indicó que me parara al frente de estas personas que estaban en esta confusión, en esta mesa redonda. Y comencé a leerles. Entonces, cuando me paré frente a ellos y les leí, cuando ellos escuchaban lo que yo les estaba leyendo sus semblantes cambiaron de color, ellos se horrorizaron y se levantaron de aquella mesa y estaban tan turbados que chocaban unos con otros. Ninguno podía aceptar lo que habían escuchado. Entonces ellos decían: “¿cómo fue? ¿cuándo pasó [lo de] las primeras cinco y no fue revelado a nosotros y nosotros no lo supimos?” Entonces, ellos se preguntaban esto y estaban absortos en esta pregunta y caminando de aquí para allá y de allá para acá. {Daisy Escalante: 13-11-2017 , es.p4}
Entonces, en esos momentos, uno de ellos que sobresalía en estatura a la de todos los demás, pasó entre ellos y me miró y me dijo: “¿qué has dicho?” —me preguntó. Entonces yo no le contesté. Sencillamente, él siguió hablando y dijo: “yo sé lo que te digo, yo lo sabré primero y luego todos estos, y ellos lo pasarán al pueblo. Tú, ¿quién te crees?” —me siguió preguntando, me siguió diciendo. {Daisy Escalante: 13-11-2017 , es.p5}
Entonces este personaje se acercó a mí, trató de arrebatarme el rollo, pero mi acompañante apareció y lo impidió. Entonces, luego de ahí, fui llevada a un valle, había no sé si cientos o miles de personas, eran muchas y mi acompañante me guió a un lugar alto y me dijo: “lee”. Entonces, yo abrí el rollo y comencé a leer Apocalipsis 9, del 12 en adelante, y cuando hube leído, me dijo mi acompañante: “¡basta, es hora! Anda pueblo mío entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas en tanto pasa la indignación”. Entonces, todos en el valle, todas las cientos y miles de personas que había allí, un montón de gente que había en aquel valle que yo podía ver, todos salieron y fueron camino a las montañas. Yo los veía cómo ellos subían, como si fueran hormiguitas subiendo por las montañas. Entonces mi acompañante me dijo: “observa y entiende”. {Daisy Escalante: 13-11-2017 , es.p6}
Entonces me fue dado otro rollo, pero éste cuando lo abrí, allí yo lo que leía era Apocalipsis 8 del 7 en adelante, era lo que había allí. Entonces mis ojos se fijaron en Apocalipsis 8:7 y cuando leí lo que allí decía, en ese momento se me pasó una película, y vi cómo, en EEUU estaban pasando grandes calamidades y su caída era cada vez más, y más, y más, y más, hasta que llegaba a una ruina indescriptible, ¡era algo muy terrible!, ¡era algo que no hay palabras ni para describir de todo lo que realmente llegó a pasar en esa situación, en ese momento, lo que se me estaba mostrando! {Daisy Escalante: 13-11-2017 , es.p7}
Entonces leí Apocalipsis 8:8. Y allí, cuando terminé de leer, en esos momentos, otra vez pasó otra película ante mí, y vi como allá en Europa una desgracia tras desgracia llegaba y no cesaba. Entonces ellos trataban de reponerse, pero no había forma, era como si todo esto fuera como maldiciones para estos lugares, y ellos por más que luchaban y trataban, no podían recuperarse. {Daisy Escalante: 13-11-2017 , es.p8}
Entonces yo seguí leyendo en el rollo, y siguió Apocalipsis 8:10. Nomás leí esto, entonces empezó otra vez a pasar frente a mí como países, estos países ya eran más pequeños, pero yo los veía que eran muy productivos. Ellos sembraban muchas cosas, o hacían muchas cosas. Entonces, ellos transportaban esto a otros lugares. Pero, de repente, llegó la devastación a donde ellos, y también comenzó una destrucción por diferentes lugares. La destrucción era por diferentes elementos que estaban pasando en el aire, cielo, tierra, mar. Entonces estaban tan devastados, que en ellos reinaba una amargura en su espíritu, una cosa tan grande, era como si ya sintieran la muerte detrás de ellos. Y muchos, por más que se esforzaban, no superaban las tragedias producidas por estos elementos. {Daisy Escalante: 13-11-2017 , es.p9}
Entonces luego de eso, pude leer Apocalipsis 8:12, allí luego que terminé de leer, entonces ya se me mostró, vi cómo el ecumenismo, cómo todo el recogimiento de todas las religiones, cómo estaban llegando a comunes acuerdos. Entonces esto afloró más y entró como una desolación en las iglesias de diferentes religiones, incluyendo la nuestra. Entonces, el caos reinaba entre ellas. Vi como que la luz que había en medio de ellas se fue oscureciendo hasta que no pude ver más luz en medio de ninguna, pues el ecumenismo había sofocado toda la luz. Entonces, cuando yo vi esto, me alarmé, y dije al ángel que estaba allí: “¿dónde está el verdadero pueblo de Dios? ¿dónde está? ¡No lo estoy viendo! ¿qué está pasando con todo esto? ¡No entiendo, explícame!” Entonces, en ese momento fui alzada al cielo y de ahí veía el globo terráqueo. Entonces, mi acompañante me dijo: “mira y ve”. Entonces cuando yo miré, vi esparcidas muchas lucecitas por el mundo alrededor del globo terráqueo. Entonces, pregunté: “¿dónde está el templo?” Entonces, mi acompañante me dijo: “ellos son el templo”. Entonces, ya me quedé más tranquila. Estaba tan sofocada, tan intranquila por todo lo que había visto al principio, y ya, ahí, pues, pude respirar mejor. Estaba más calmada, pero seguía ahí, suspendida, viendo la desolación de aquellas primeras cuatro trompetas. {Daisy Escalante: 13-11-2017 , es.p10}
Entonces vi algo que me llenó de temor, nunca antes visto delante de mí. Delante de mi acompañante y yo pasó volando rápidamente un ángel que no nos miró, él iba presto a donde iba y en su mano tenía una trompeta. Entonces él la tocaba y fue al lugar que estaba designado para él, entonces él se volteó y quedó como mirando hacia nosotros. Entonces yo vi que él abrió su mano y una llave cayó al vacío, y mientras esta llave bajaba por el espacio hacia el globo terráqueo, este exclamó con una voz muy fuerte: “¡ay! ¡ay! ¡ay de los moradores de la tierra!” repitió el ay tres veces. Entonces me acordé de lo que había leído en Apocalipsis, y al terminar él de decir esto, vi cómo la llave llegó al suelo. Y, donde cayó, hizo un hueco bien profundo. {Daisy Escalante: 13-11-2017 , es.p11}
Entonces comenzaron a salir langostas como cuando un hormiguero es revolcado sobre el suelo, así también éstos salían sobre la faz de la tierra. Entonces comencé a ver cómo estas langostas, por dondequiera que salían, llegaban a los humanos y los comenzaban a atormentar. Era tanto el tormento que ellos no encontraban donde estar. Entonces [era como una] locura que les producía. Yo los veía a ellos que caían enfermos en los hospitales. Otros, estaban en sus camas tomando varias pastillas para poder quitarse ese tormento, para poder dormir anestesiados, porque ya no querían más, ni tan siquiera, vivir. Otros, sencillamente salían corriendo tratando de quitarse su vida por diferentes maneras. Pero todo lo que estas langostas [hacían era que,] a dondequiera que ellos llegaban, ¡ellos sufrían tantas agonías! Y, aunque buscaban la muerte y dejar de existir, no lo podían lograr; por alguna razón, no podían llegar hasta ese punto. {Daisy Escalante: 13-11-2017 , es.p12}
Entonces para mí fue tan difícil aquella escena, ¡fue tan grande mi agonía! ¡Fue tan grande al ver todo esto! Porque pude ver personas que yo sabía que eran personas que conocían de este evangelio. Entonces, estaba viéndolas también en esta agonía, demasiado grande, según yo, para ellos. Entonces exclamé con llanto, porque ya no me pude aguantar más: “¡¿quién podrá librarse?! ¡Ayúdame! Hazme entender, ¡esto es terrible! ¡es demasiado!” Entonces, mi acompañante me dijo: “no temas, los hijos del Altísimo están seguros”. Entonces, en eso miré, y vi cómo, los templos vivientes, aquellas lucecitas que había visto esparcidas por diferentes partes en el globo terráqueo, clamaban y oraban día y noche porque las langostas querían llegar donde ellos. Más, por alguna razón, no podían atravesar una barrera que protegía a estos que clamaban y que gemían día y noche delante del Señor. Pero con todo y eso, aunque ellos sabían que tenían como que esa protección —porque por alguna razón las langostas no querían llegar, no podían llegar, sobre ellos—, ellos no paraban de orar. Ellos no paraban de clamar día y noche. Entonces, mientras yo veía esto, mi acompañante me dijo: “para esto hay plazo, pronto pasará”. Entonces, en ese momento vi cómo las langostas se formaban como un gran ejército. Ellas estaban bien organizadas, hacían un ruido que estremecía todo a su paso, pero todas estaban, ya, listas esperando —pareciese como una señal—, para seguir avanzando. Pero, en ese momento, cuando estoy viendo todo eso, veo una que sobresale, era más grande que todas las demás. Entonces, me di cuenta que esa era la que los estaba dirigiendo. {Daisy Escalante: 13-11-2017 , es.p13}
Entonces, mientras se me fue mostrada ésta tan horrible escena, otro ángel pasó frente a nosotros. Ya, con un gran sonido como de trompeta, se oyó nuevamente, y del cielo salió una voz y dijo: “es la hora de desatar los vientos”. Entonces, yo me asusté: “¿es la hora de desatar los vientos?” Entonces yo decía: “pero, ¿más, aún, de lo que está ya pasando?” Entonces mi acompañante me dijo: “llegó la hora”. Entonces dije, y pregunté: “¿la hora de qué?” Y él me dijo: “mira y observa”. Entonces, comenzó una gran matanza por aire, agua, tierra. Esto no paraba, parecía que todo iba a acabar y no quedaría ni un mortal sobre la tierra. Vi muchos muriendo. A ellos la muerte les llegaba con fuego, con humo que subía, yo olía como un olor como si fuera asfixiante, era como un olor a volcán, como a erupción. {Daisy Escalante: 13-11-2017 , es.p14}
Entonces, pensé que también yo iba a perecer porque el fuego, humo y olor asfixiante —yo sentía que—, también me sofocaba. Pero mi acompañante, en ese momento, me dijo: “hoy eres testigo de esto. Observa”. Entonces, me fijé más y vi que aun los que habían sobrevivido a tal mortandad seguían sin humillarse, estaban desobedeciendo la ley de Dios. Ellos, abiertamente, ¡estaban desobedeciendo todos esos diez mandamientos maravillosos que Dios dejó! Ya no les importaban más, aún en estos momentos. Entonces corrían a venerar otros dioses, dioses de plástico, de madera, de cemento, de oro, de plata, que no ven, ni oyen, ni hablan y que no los podían salvar en esta situación que estaban pasando. Pero, por alguna razón ellos seguían haciendo esto, y cada vez eran más malos. Cada vez se transformaban en algo más malo para, unos a los otros, pues, como que atacarse. ¡Estaban como poseídos en ese momento! {Daisy Escalante: 13-11-2017 , es.p15}
Entonces mi acompañante me dijo: “esta es la hora. Por un momento más seguirá y sólo el gran Yo Soy la acabará”. Entonces, tan pronto me dijo esas palabras, amados, ahí desperté. Ya no vi más. Pero, ¡esto es terrible, amados hermanos! ¡Nosotros tenemos que darnos cuenta en los tiempos solemnes en que estamos viviendo! El cielo toma cuenta de todo lo que está pasando. No porque quiere nuestra destrucción, sino porque quiere que volvamos a Él. Porque, ¡Él quiere salvarnos! ¡y quiere salvarnos de todas estas situaciones bien difíciles! {Daisy Escalante: 13-11-2017 , es.p16}
Yo estoy muy conmovida con todo esto, porque me doy cuenta de que no importa lo que el Señor nos haya dejado a través de su Palabra, como que seguimos en la indolencia. Como que seguimos dormidos, y no nos estamos dando cuenta, muchos no se están dando cuenta, de esto que está pasando. ¡Quiera Dios que despertemos! ¡Quiera Dios que nos demos cuenta que el tiempo está muy corto, y que nuestro Señor viene ya! [Que nos demos cuenta] que tenemos que prepararnos porque de nuestra preparación depende que muchos otros puedan encontrarse con Cristo Jesús. Mi oración queda con todos ustedes, y mi ruego delante del Señor es que los entendidos que entiendan puedan prepararse para que estas cosas no lleguen sobre ellos. Y que —como esas langostas que yo veía, que querían atacar a aquellos que clamaban día y noche—, la protección del Altísimo esté con cada uno de nosotros y que no perezcamos. ¡Que el Señor me los bendiga! {Daisy Escalante: 13-11-2017 , es.p17}
Apocalipsis 9:12-21
12 El primer ay es pasado; he aquí, vienen aún dos ayes más después de estas cosas.
13 Y el sexto ángel tocó la trompeta; y oí una voz de los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios,
14 diciendo al sexto ángel que tenía la trompeta: Desata los cuatro ángeles que están atados en el gran río Éufrates.
15 Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, y el día, y el mes y el año, para matar la tercera parte de los hombres.
16 Y el número del ejército de los de a caballo [era] doscientos millones. Y oí el número de ellos.
17 Y así vi en visión los caballos y a los que sobre ellos estaban sentados, los cuales tenían corazas de fuego, de jacinto, y de azufre. Y las cabezas de los caballos [eran] como cabezas de leones; y de su boca salía fuego y humo y azufre.
18 Por estas tres [plagas] fue muerta la tercera parte de los hombres; por el fuego, y por el humo, y por el azufre que salía de su boca.
19 Porque su poder está en su boca y en sus colas; porque sus colas [eran] semejantes a serpientes, y tenían cabezas, y con ellas dañan.
20 Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, para que no adorasen a los demonios, y a las imágenes de oro, y plata, y bronce, y piedra, y de madera; las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar,
21 y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos.
Apocalipsis 8:7-13
7 Y el primer ángel tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego mezclados con sangre, y fueron arrojados sobre la tierra; y la tercera parte de los árboles fue quemada, y toda la hierba verde fue quemada.
8 Y el segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo con fuego fue lanzada en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre.
9 Y murió la tercera parte de las criaturas que estaban en el mar, las cuales tenían vida; y la tercera parte de los navíos fue destruida.
10 Y el tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una grande estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre las fuentes de las aguas.
11 Y el nombre de la estrella se dice Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas fue tornada en ajenjo; y muchos hombres murieron por las aguas, porque fueron hechas amargas.
12 Y el cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas; de tal manera que se oscureció la tercera parte de ellos, y no alumbraba la tercera parte del día, y lo mismo de la noche.
13 Y miré, y oí un ángel volar por medio del cielo, diciendo en alta voz: ¡Ay, ay, ay de los que moran en la tierra! A causa de los otros sonidos de trompeta de los tres ángeles que están por tocar.
Testimonio: 26-02-2018
Amados, febrero 26, 2018. En sueños, me fue mostrada una casa con una sala grande y allí se estaba llevando a cabo un tema sobre cómo ser un verdadero hijo de Dios y ser aceptado por Él. Era un tema muy interesante, muy elevador y, mientras se desarrollaba el tema, vi cómo se comenzaban a parar algunos oyentes y salían y se montaban en sus carros. En ese momento me quedé muy sorprendida, al ver cómo sólo unos poquitos quedamos, allí, escuchando aquel bello e importante tema de salvación. {Daisy Escalante: 26-02-2018, es.p1}
Entonces salí y fui a uno de los carros. Yo toqué el cristal del carro de aquella puerta y me abrieron, entonces le dije: ¿por qué se salió? ¡El tema es vital para salvación!” Entonces, en ese momento, me miró como con ojos no muy alegres y me contestó: “lo que él dice, ya yo lo sé, y eso ya me aburre; no voy a entrar a escuchar más, vaya usted”, me dijo, “y disfrúteselo”. {Daisy Escalante: 26-02-2018, es.p2}
Entonces, en ese momento, yo dije: “Señor, ¡¿cómo puede ser?!” No podía creer que ante estas personas estaba la salvación, sin rodeos, y no la querían. Entonces fui a otro, y a otro, y todos buscaban excusas para no entrar. Entonces, triste y sin saber qué más hacer, me retiré de ellos para volver a la casa donde se llevaba la prédica a cabo. Entonces comencé a subir las escaleras y mi acompañante me dijo estas palabras: “sólo, [¿podrá?] vencer aquel que disfrute de todo corazón la Palabra de Dios y medite en ella día y noche. [Éste] lo podrá alcanzar, los que no logren esto, no podrán vencer”. En ese momento me dijo: “Salmo 24”, y ahí desperté. {Daisy Escalante: 26-02-2018, es.p3}
Salmos 24
1 «Salmo de David» De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo y los que en él habitan.
2 Porque Él la fundó sobre los mares, y la afirmó sobre los ríos.
3 ¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo?
4 El limpio de manos, y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a la vanidad, ni jurado con engaño.
5 Él recibirá bendición de Jehová, y justicia del Dios de su salvación.
6 Tal es la generación de los que le buscan, de los que buscan tu rostro, oh Jacob. (Selah)
7 Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el Rey de gloria.
8 ¿Quién [es] este Rey de gloria? Jehová el fuerte y valiente, Jehová el poderoso en batalla.
9 Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el Rey de gloria.
10 ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová de los ejércitos, Él [es] el Rey de gloria. (Selah)
Testimonio: 08-10-2018
Amados, octubre 8 del 2018. Seguía yo preguntándole al Señor: Señor, ¿qué más? ¿qué más Tú quieres decir a tu pueblo en este congreso?” Y el Señor me dio otro título. No puedo decir que es más interesante que los anteriores, más es de mucha igual importancia porque todo lo que viene del Señor es sumamente importante y el título fue: “¿Quién rige tu vida frente a la línea de fuego?” Y me dijo: “si pues coméis o bebéis o hacéis otra cosa, hacedlo para gloria y honra de Dios. El Señor dice: “A la ley y al testimonio, si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido. Pues el tal es mentiroso y no hay verdad en él. Sé pues celoso y arrepiéntete”. Me siguió diciendo que sólo hay dos potestades, una menor que otra. Todos tenemos el deber de decidir, si por la vida o vacilar, y automáticamente, tener la muerte. {Daisy Escalante: 08-10-2018, es.p1}
“Todos, muy pronto, estaremos poseídos permanentemente ya sea por Dios o por el enemigo, y no hay término medio”, me siguió diciendo, “¿cómo pues estáis tranquilos y pensáis que vosotros regís vuestra vida cuando estáis frente a una decisión de vida o muerte? ¿Acaso no comprendéis los tiempos? Mirad la tierra, temblando como ebrio, y el mar, desquiciado, y los gigantes, despertando. Humo, fuego y azufre, revoloteando. ¿Acaso no os hablé de estas cosas? Y, ¿cómo decís: ‘mi Señor tarda en venir’? ¡Oh, siervo malo, indolente! ¿Acaso tus esfuerzos te salvarán sin seguir el plan perfecto de Dios? ¿acaso podréis vencer con vuestro propio razonamiento? Ved mi estrategia, procurad por ella y vividla en gozo y agradecimiento, pues os digo que, en la batalla terrenal, unos, aunque se preparen, perecerán. Más en mi batalla, mi ejército: aquel que siga todas mis estrategias de guerra, oyendo Mi voz y poniéndola por obra, ninguno caerá a muerte y será más que vencedor. Estudiad, escudriñad, aprended, haced y viviréis. ¿Acaso un soldado, en su entrenamiento, puede vacilar y no estar concentrado en él? De cierto os digo que, si así fuere, ciertamente morirá. Elegid hoy a quien servir, pues el tiempo es cumplido”. {Daisy Escalante: 08-10-2018, es.p2}
Amados, el Señor aquí me habló de muchas cosas, me habló de las etapas que debemos pasar, y estar viviendo en el campo, todas las cosas que debemos estar haciendo para que Él pueda obrar una transformación en nosotros, para que así la preparación del carácter, que es lo más importante —porque es lo que realmente vamos a llevar al cielo—, esté listo. Me habló, también, de que debemos estar listos para el tiempo de no comprar y vender para que estemos próximamente listos para un derramamiento del Espíritu Santo, para que así podamos tener la investidura necesaria para dar el Fuerte Pregón. Y, por ende, amados hermanos, vendrán las plagas y con esto [se] desatará la persecución para los verdaderos hijos de Dios. Pero ya la cosecha estará lista, completa, y ya, entonces, Él será nuestro protector. Sus ángeles poderosos lucharán por nosotros. Él ya tiene su ejército listo en pro de las almas de los que van a ser salvos. {Daisy Escalante: 08-10-2018, es.p3}
Mientras estaba yo en todas estas cosas, extasiada, mientras Dios me estaba diciendo todo esto, me dio otro título para este congreso: “¿Podré ser salvo ante la línea de fuego?” Entonces me dijo: “¿podrán, los que pueden morir, soportar este gran mal? ¿acaso Acán no sabía lo que debía hacer? ¿acaso Elí midió su destino? ¡Ojalá pudieras ver y entender cuál es tu lugar para obtener la salvación! ¿Podrá algún mortal subsistir a la lucha final sin ayuda especial? No, de ninguna manera”, contestó. “Entonces, ¿por qué me desecháis siguiendo los deseos de vuestro engañoso corazón? ¿acaso vuestros estudios os salvarán? ¿acaso vuestro dinero será de ayuda? ¿Será que vuestros bienes os serán de garantía de vida? ¿dirá la leña al fuego: no me quemes? Sólo sobre una estricta observancia a mis órdenes será que podéis ser salvos. Mi yugo es ligero y liviano, mi carga también, más vosotros vais bajo vuestro propio razonamiento y éste os será de perdición. Las huestes invisibles”, me dijo, “están listas en batalla y mi trabajo está por acabar. ¿Cómo podéis osar demorarte en tus razonamientos y pensar que saldrás ileso? ¡Amadores de sí mismos más que de Dios, que no teméis hacer vuestros propios caminos que llevan a la perdición y teméis andar por el camino que lleva a la vida eterna! ¿Acaso dejaréis a vuestro hijo caminar entre serpientes y no le advertiréis? Más Yo os digo, que no sólo vuestro razonamiento os hará caminar entre serpientes, sino que éstas os matarán por cuanto la mano del Señor está extendida y no la quisisteis y su salvación no deseaste”. He hizo una pregunta: “¿será que tus deseos, que son como estopa, serán más que mis deseos de gloria eterna para ti?” Y contestó: “avanzad en mis caminos y viviréis y hallaréis descanso para vuestras almas. ¿Cómo osaréis salvar a vuestros hijos si vosotros mismos no deseáis los requerimientos de la salvación?”, —preguntó. “Yo dejé todo por vosotros, más vosotros me dais de lo que sobra. ¿Acaso Yo no soy tu Creador y Sustentador? Decís que sí, más no confías en Mí, solo confías en lo que hacen vuestras manos. Más Yo os digo que sólo podrá ser salvo en la línea de fuego el que en Mí confía”. {Daisy Escalante: 08-10-2018, es.p4}
Amados hermanos, esto fue tremendo para mi vida, por eso fielmente se los comparto, quiera Dios que puedan calar hondo en cada uno de nosotros y podamos decidirnos por el Señor. Que el Señor les bendiga. {Daisy Escalante: 08-10-2018, es.p5}
Testimonio: 09-03-2019
Amados, 9 de marzo 2019. En sueños, fui llevada a un lugar donde varios hermanos estaban en el afán de moverse al campo para tener listo todo lo posible para la crisis venidera. Vi un grupo de hermanos que iban a un banco y allí no les querían entregar su dinero. Por más que insistían, no lograban obtener nada. Ellos salieron frustrados de aquel gran banco, donde, también, algo raro en él llamó mi atención, pues: ¡no había gente que circulara en él! {Daisy Escalante: 09-03-2019 , es.p1}
Mi acompañante me dijo: “observa”. Y vi el letrero de aquel gran banco, decía: “Reserva Federal”. Entonces corrí hacia los hermanos y les dije: “¡ánimo! ¿cuánto tienen?” Me contestaron: “no mucho, nuestro gran capital está en este banco y no nos los quieren entregar”. {Daisy Escalante: 09-03-2019 , es.p2}
Les animé a unirse a otra familia y así los vi comenzar los preparativos. Estaba observando cuando vi unas personas, también, preparándose para esto y se preparaban dentro de un islote de un gran río. Les hablé desde la orilla y les dije: “no edifiquen allí pues van a llegar las aguas y todo se irá, incluyendo ustedes”. Pero ellos no hacían caso a mis súplicas. {Daisy Escalante: 09-03-2019 , es.p3}
En ese momento también vi otras personas que ponían enormes vigas dentro del agua para edificar en lo alto, para que el río pasara por debajo de estos. Y les dije: “no hagáis esto, la tempestad hará que esas enormes vigas cedan”. Más ellos continuaban, continuaban, con su trabajo. {Daisy Escalante: 09-03-2019 , es.p4}
Vi otro grupo, este grupo estaba sentado frente al lago y se tiraban a nadar en él muy confiados más, cuando entraban en el lago, éste se elevaba en profundidad y, luego, ya no podían salir. En ese momento vi una dama, una dama que se tiró al agua en esa profundidad, ella estaba muy confiada, la vi que nadaba con gran presteza, más una turbulencia la agarró y ella no podía salir por más que batallaba con todas sus fuerzas. En ese momento vi un letrero frente a ella, tenía unas oraciones escritas, vi cómo ella trataba de leer lo que allí había, y, mientras más leía las líneas, éstas se ponían más brillantes. Y, mientras más ella leía las líneas, más subía y más subía de aquellas aguas enfurecidas hasta que terminó la última línea y, ¡por fin! pudo sacar su cabeza a flote. En ese momento, yo grité a un caballero de la orilla que le ayudara, y éste se dispuso a ayudarla y éste se salvó de aquellas aguas enfurecidas y la pudo salvar a ella también. {Daisy Escalante: 09-03-2019 , es.p5}
Por doquier yo veía el desánimo, amados. Muchos hijos de Dios estaban frustrados por sus malas decisiones, y su confianza absoluta en el sistema monetario terrenal. Vi cómo, muchos, pensaron que esto no sucedería tan pronto y repentino; más, cuando llegó, no estaban listos y su amargura y desilusión fue muy grande. {Daisy Escalante: 09-03-2019 , es.p6}
Vi a otros que, con lágrimas y esfuerzo, dejando todo atrás: bienes, hijos, esposos, padres, avanzaban sin demora por el estrecho camino, aunque su corazón estaba entristecido por esta separación y clamaban a Dios por sus seres queridos que dejaban atrás. Y un poder de lo Alto, y una convicción en su espíritu, les guiaba por el seguro sendero. Les vi vivir vidas de mucha faena y arduo trabajo desde el amanecer hasta el alba. Su faena era intensa, pero les veía gozosos por haber completado su arduo trabajo. Su comida, techo y abrigo, que eran su grande posesión, era la causa de su arduo trabajo. No aspiraban grandezas, ni comodidad, su fin era estar listos y seguir arduamente los caminos de Dios. Vi que su lluvia llegaba a su tiempo y que su cementera no faltaba, vi ángeles en el campo de la siembra trabajando con ellos, y luego, al anochecer, custodiaban sus casas, y las personas de allí se veían muy felices. Se me dejó saber que ningún anatema debe estar en nuestras casas pues esto parará la bendición de aquel lugar. Sólo una estricta obediencia, se me dejó saber, será la salvaguarda segura. Una humillación ante Dios y una búsqueda segura serán, sólo, la garantía de la protección y salvación. Vi que pocos llegaban a este nivel, pero se me dejó saber que no es imposible llegar. Sólo hacer Su voluntad sin preguntar es lo que nos asegurará el éxito. {Daisy Escalante: 09-03-2019 , es.p7}
Quiera Dios que lo podamos lograr, es mi deseo y es mi oración. Que el Señor les bendiga. {Daisy Escalante: 09-03-2019 , es.p8}
Testimonio: 12-03-2019
Amados, 12 de marzo 2019. Se me dejó saber acerca de siete diferentes formas de caída:
– La fuerza, pero se me dejó saber que esta no podrá controlar ni dominar una conciencia y decisión firme por Cristo Jesús.
– La segunda de ellas, el sentimentalismo, este será grandemente probado en todo su enérgico poder, más una entera confianza sin reservas en Cristo Jesús es lo que nos garantizará la victoria. {Daisy Escalante: 12-03-2019 , es.p1}
– La tercera de ellas, la complacencia, ésta en pro del bien común será una amplia puerta para destrucción, más no la debemos consentir, sino que debemos ejercer la libertad de conciencia bajo un Escrito Está y, así, podremos vencer. {Daisy Escalante: 12-03-2019 , es.p2}
– La cuarta de ellas, el orgullo, éste es tan sutil y a la vez tan obvio, más este último disfrazado de la conveniencia propia, y calificado como válido a nuestro entender, será [la] ruina y cerrará la puerta real de la salvación. Sólo una humillación total a Dios nos dará la victoria en Él. {Daisy Escalante: 12-03-2019 , es.p3}
– La quinta de éstas, que se me habló, fue la calumnia, ésta es la muerte para el que la practica, y aunque su espada mortífera desea ser clavada ante su adversario, ésta sólo atraviesa el corazón de quien la porta. “Resistid al diablo”, se me dijo, “y de vosotros huirá y no toquéis lo inmundo. Habrá aflicciones, más confiad porque Yo he vencido al mundo. Rogad al Dios de la siega que os junte en su granero”. {Daisy Escalante: 12-03-2019 , es.p4}
– La sexta de éstas, de que se me habló fue la dilación, acción sutil pero una gran arma de destrucción. Ésta es una forma de vida que ataca el pensar humano y lo adormece. Adormece el pensamiento y retrasa la acción del deber de cumplir [el mandato] celestial. Es tan mortíferamente sutil que da la ilusión de que lo terrenal es mucho más importante que lo celestial, o sea, lo que es perecedero es más importante que lo que perdurará para siempre. Orad, orad sin cesar, ayunad y buscad el rostro de Cristo Jesús para que podáis vencer ante esta arma de la dilación. {Daisy Escalante: 12-03-2019 , es.p5}
– La séptima, que se me dijo fue, la sensualidad. “Mi pueblo pereció por falta de conocimiento”. Este acto desenfrenado, con acciones ilícitas dentro del matrimonio, es puesto, aún, en primer lugar, antes del deber de cumplir [el mandato] divino. A los tales digo ahora: “coméis y bebéis y estáis en fiesta, pero vendrán los días en que el Esposo no estará y será tiempo de ayuno y oración porque el león rugiente está alrededor de vuestras casas. Y éstas han sido pedidas para ser grandemente zarandeadas, y así será hecho. Más pedid al Dios de la siega que os reserve a salvo en su granero. Sed, pues, celosos y arrepentíos porque vendrá la aflicción y, ¿quién podrá permanecer en pie?” En ese momento terminaron diciéndome: “Ezequiel 20”. {Daisy Escalante: 12-03-2019 , es.p6}
Así que, amados, palabras fieles y verdaderas del Señor que dejo con cada uno de vosotros para que podamos, en el nombre del Señor, vencer. Que el Señor me los bendiga. {Daisy Escalante: 12-03-2019 , es.p7}
Ezequiel 20
1 Y aconteció en el año séptimo, en [el mes] quinto, a los diez del mes, [que] vinieron algunos de los ancianos de Israel a consultar a Jehová, y se sentaron delante de mí.
2 Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
3 Hijo de hombre, habla a los ancianos de Israel, y diles: Así dice Jehová el Señor: ¿A consultarme venís vosotros? Vivo yo, que yo no os responderé, dice Jehová el Señor.
4 ¿Quieres tú juzgarlos? ¿Los quieres juzgar tú, hijo de hombre? Hazles saber las abominaciones de sus padres;
5 y diles: Así dice Jehová el Señor: El día que escogí a Israel, e hice juramento a la simiente de la casa de Jacob, y que fui conocido de ellos en la tierra de Egipto, cuando alcé mi mano a ellos [y les juré], diciendo: Yo soy Jehová vuestro Dios;
6 Aquel día [que] les alcé mi mano, [jurando así] que los sacaría de la tierra de Egipto a la tierra que les había provisto, que fluye leche y miel, la cual [es] la más hermosa de todas las tierras;
7 entonces les dije: Cada uno eche de sí las abominaciones de sus ojos, y no os contaminéis con los ídolos de Egipto. Yo soy Jehová vuestro Dios.
8 Mas ellos se rebelaron contra mí, y no quisieron obedecerme; no echó de sí cada uno las abominaciones de sus ojos, ni dejaron los ídolos de Egipto; y dije que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en medio de la tierra de Egipto.
9 Pero actué por causa de mi nombre, para que no se infamase ante los ojos de las naciones en medio de las cuales [estaban], en cuyos ojos me di a conocer sacándolos de la tierra de Egipto.
10 Los saqué, pues, de la tierra de Egipto, y los traje al desierto;
11 y les di mis ordenanzas, y les declaré mis decretos, los cuales el hombre que los hiciere, vivirá por ellos.
12 Y les di también mis sábados que fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico.
13 Mas se rebeló contra mí la casa de Israel en el desierto; no anduvieron en mis ordenanzas, y desecharon mis decretos, los cuales el hombre que los hiciere, vivirá por ellos; y mis sábados profanaron en gran manera; dije, por tanto, que había de derramar sobre ellos mi ira en el desierto para consumirlos.
14 Pero actué por causa de mi nombre, para que [éste] no se infamase a vista de las naciones, delante de cuyos ojos los saqué.
15 Y también yo les alcé mi mano en el desierto, jurando que no los metería en la tierra que les había dado, que fluye leche y miel, la cual [es] la más hermosa de todas las tierras;
16 porque desecharon mis decretos, y no anduvieron en mis ordenanzas, y mis sábados profanaron; porque tras sus ídolos iba su corazón.
17 Con todo, los perdonó mi ojo, no matándolos, ni los consumí en el desierto;
18 antes dije en el desierto a sus hijos: No andéis en las ordenanzas de vuestros padres, ni guardéis sus leyes, ni os contaminéis con sus ídolos.
19 Yo soy Jehová vuestro Dios; andad en mis estatutos, y guardad mis decretos, y ponedlos por obra;
20 y santificad mis sábados, y sean por señal entre mí y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová vuestro Dios.
21 Sin embargo los hijos se rebelaron contra mí; no anduvieron en mis estatutos, ni guardaron mis decretos para ponerlos por obra, los cuales el hombre que los hiciere, vivirá por ellos; profanaron mis sábados. Dije entonces que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo contra ellos en el desierto.
22 Mas retraje mi mano, y actué por causa de mi nombre, para que no se infamase a la vista de las naciones, delante de cuyos ojos los saqué.
23 Y también les alcé yo mi mano en el desierto, [jurando] que los dispersaría entre las naciones, y que los esparciría por las tierras;
24 porque no pusieron por obra mis decretos, y desecharon mis ordenanzas, y profanaron mis sábados, y tras los ídolos de sus padres se les fueron sus ojos.
25 Por eso yo también les di estatutos [que] no [eran] buenos, y decretos por los cuales no podrían vivir.
26 Y los contaminé en sus ofrendas cuando hacían pasar [por el fuego a] todo primogénito, para desolarlos, a fin de que supiesen que yo soy Jehová.
27 Por tanto, hijo de hombre, habla a la casa de Israel, y diles: Así dice Jehová el Señor: Aun en esto me afrentaron vuestros padres cuando cometieron contra mí rebelión.
28 Porque yo los metí en la tierra sobre la cual había alzado mi mano [jurando] que había de dársela, y miraron a todo collado alto, y a todo árbol frondoso, y allí sacrificaron sus víctimas, y allí presentaron la provocación de sus ofrendas, allí pusieron también el olor de su suavidad, y allí derramaron sus libaciones.
29 Y yo les dije: ¿Qué [es] ese lugar alto adonde vosotros vais? Y fue llamado su nombre Bama hasta el día de hoy.
30 Di, pues, a la casa de Israel: Así dice Jehová el Señor: ¿No os contamináis vosotros a la manera de vuestros padres, y fornicáis tras sus abominaciones?
31 Porque ofreciendo vuestras ofrendas, haciendo pasar vuestros hijos por el fuego, os habéis contaminado con todos vuestros ídolos hasta hoy; ¿y he de ser consultado por vosotros, oh casa de Israel? Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no os responderé.
32 Y no ha de ser lo que habéis pensado. Porque vosotros decís: Seamos como las naciones, como las familias de las tierras, que sirven a la madera y a la piedra.
33 Vivo yo, dice Jehová el Señor, que con mano fuerte, y brazo extendido, y enojo derramado, he de reinar sobre vosotros;
34 y os sacaré de entre los pueblos, y os juntaré de las tierras en que estáis esparcidos, con mano fuerte, y brazo extendido, y enojo derramado;
35 y os traeré al desierto de los pueblos, y allí entraré en juicio con vosotros cara a cara.
36 Como entré a juicio con vuestros padres en el desierto de la tierra de Egipto, así entraré en juicio con vosotros, dice Jehová el Señor.
37 Y os haré pasar bajo la vara y os haré entrar en el vínculo del pacto;
38 y apartaré de entre vosotros a los rebeldes, y a los que se rebelaron contra mí; de la tierra de sus peregrinaciones los sacaré, mas a la tierra de Israel no entrarán, y sabréis que yo soy Jehová.
39 Y vosotros, oh casa de Israel, así dice Jehová el Señor: Andad cada uno tras sus ídolos, y servidles, pues que a mí no me obedecéis; y no profanéis más mi santo nombre con vuestras ofrendas, y con vuestros ídolos.
40 Porque en mi santo monte, en el alto monte de Israel, dice Jehová el Señor, allí me servirá toda la casa de Israel, toda ella en la tierra; allí los aceptaré, y allí demandaré vuestras ofrendas, y las primicias de vuestros dones, con todas vuestras cosas consagradas.
41 En olor de suavidad os aceptaré, cuando os hubiere sacado de entre los pueblos, y os hubiere reunido de entre las tierras en que estáis esparcidos; y seré santificado en vosotros a los ojos de las naciones.
42 Y sabréis que yo soy Jehová, cuando os hubiere metido en la tierra de Israel, en la tierra por la cual alcé mi mano [jurando] que la daría a vuestros padres.
43 Y allí os acordaréis de vuestros caminos, y de todos vuestros hechos en que os contaminasteis; y os detestaréis a vosotros mismos por todos vuestros pecados que cometisteis.
44 Y sabréis que yo soy Jehová cuando haga con vosotros por amor de mi nombre, no según vuestros malos caminos, ni según vuestras perversas obras, oh casa de Israel, dice Jehová el Señor.
45 Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
46 Hijo de hombre, pon tu rostro hacia el sur, y derrama [tu palabra] hacia la parte austral, y profetiza contra el bosque de la región del sur.
47 Y dirás al bosque del sur: Oye palabra de Jehová: Así dice Jehová el Señor: He aquí que yo enciendo en ti fuego, el cual consumirá en ti todo árbol verde, y todo árbol seco; no se apagará la llama del fuego; y serán quemados en ella todos los rostros, desde el sur hasta el norte.
48 Y verá toda carne que yo Jehová lo encendí; no se apagará.
49 Y dije: ¡Ah, Señor Jehová! ellos dicen de mí: ¿No profiere éste parábolas?
Testimonio: 09-03-2020
Amados, 09 de marzo del 2020. En sueños, yo estaba como en un puerto, e iba a coger un barco con otras personas porque había que llegar a otro lugar, porque había que salir con urgencia de esa ciudad grande donde estábamos. Así que nos montamos en el barco —y nos fuimos a un lugar donde no había muchas personas—, para estar allí, tranquilos. Llegamos, entonces, al lugar que íbamos y comenzamos a desembarcar. Pero una situación muy difícil se desató, y tuvimos que quedarnos, en el lugar [en el] que bajamos, unos días, hasta que se calmara la situación para poder llegar al lugar a donde íbamos, que era una montaña. {Daisy Escalante: 09-03-2020, es.p1}
Mientras estábamos ahí, esperando, vimos a una familia que conocía yo desde [hace] tiempo. Era una familia adventista. Comenzamos a hablar de las cosas que estaban pasando y de la preparación que Dios requería para estos tiempos finales. Les llevamos con nosotros hasta cierta distancia para ir al campo, pero ellos no quisieron continuar con nosotros porque tenían compromisos, y deseaban seguir con los protocolos de iglesia. Pues, ellos se sentían bien, según expresaban, en el ámbito en que ellos estaban. Así que se regresaron y nosotros continuamos el camino hacia la montaña. {Daisy Escalante: 09-03-2020, es.p2}
Cuando llegamos a la montaña había otras parejas más, una pareja de esposos, la dama estaba embarazada y estaba a punto de dar a luz, pero aún no tenía dolores. En ese momento agradecimos a Dios por haber estado en esa confusión y esa algarabía de esa ciudad, y haber salido ilesos de ahí, y haber llegado al campo. Así que salimos de una cabaña donde estábamos, a ver el cielo. En ese momento era de noche, se veían las estrellas muy claras y hermosas. En ese momento mientras estábamos observando el bello cielo, vimos un avión a distancia, que le podíamos distinguir como que era un avión. De repente comencé a escuchar como tiros que salían de diferentes lugares, y no sabía de dónde porque era de noche; y mientras estaba tratando de resolver de dónde salían esos tiros, veo ráfagas de fuego que se concentraban en ese avión, y las ráfagas provenían de este, oeste, norte y sur. Y veo la nave caer, y con espanto le digo a todos los que estaban allí conmigo: “¡miren, le disparan de muchos lugares a esa nave y se cayó! Pero, ¿cómo puede ser? ¿hasta dónde llega la maldad?”, y todos los que venían ahí, murieron. {Daisy Escalante: 09-03-2020, es.p3}
En ese momento, mientras estábamos todos asombrados por esto que pasó, en el cielo se hizo una raya, donde estábamos nosotros en la montaña. Desde allí salía esa raya hasta donde nuestra vista alcanzaba a ver, hasta otras montañas bien lejos; era una raya de un color rojo vivo. Yo le dije a un joven que estaba allí: “¡corre, corre, trae tu telescopio”. Pusimos el telescopio, y cuando comenzamos a ver la línea, la línea era de fuego; pero a simple vista no se veía el fuego, y cada vez se intensificaba más. Mientras observábamos la línea, ahí, del lado derecho de nosotros en el cielo, otra línea igualita salió al lado izquierdo de nosotros en el cielo, pero más pequeña. Y de la línea grande, de la derecha, salió como una ráfaga de fuego en forma de hombre, y corrió hacia la línea de la izquierda, que también era una línea de fuego, y comenzó a fusionarse con la línea; se le vio como con una forma de paloma, con alas muy grandes. Entonces los que veían conmigo esto, lo sucedido, me dijeron: “¡mira, se convirtió en un ave!”. Y yo les decía: “sí, pero esa no es un ave cualquiera, sino que tiene forma de paloma, y la paloma es representativa del Espíritu Santo”. Entonces, ella se fusionó con la línea, y se siguió extendiendo a muchas partes, esa línea, en muchas direcciones, hasta que ya no veíamos el fin de esas líneas que engrosaban rápidamente y el fuego era más intenso. Veíamos toda esta actividad que era extremadamente rápida en el cielo, de pronto, de la primera línea que vimos, bien larga, que no veíamos su fin, que estaba a la derecha, salió un reloj. Y el reloj, aunque estaba bien a la distancia, porque se veía en el cielo, yo vi bien claros los números de aquel reloj. Y estaba, la aguja, para dar las doce, extremadamente cerca del número doce. En ese momento, al ver esto, corrí a decirles a las personas: “¡miren, miren, ese reloj de fuego, atiendan!”. Pero unas personas decían: “¡ay, pero si dice las 11:30 pm!”. Y yo les decía: “¡no, no dice las 11:30, miren bien! ¡Miren bien, la aguja, esa aguja grande, está llegando al 12, casi ya está ahí, le falta una o dos rayitas para llegar al 12! Y eso que ustedes están viendo de 11:30, según ustedes, es el segundero, el segundero va por el número 6, y va corriendo hacia el 12, eso quiere decir que cuando llegue allí, la aguja grande va a estar mucho más cerca de las 12 de la noche; pero no es que esté diciendo las 11:30”. En ese momento muchos comenzaron a correr, por muchos lugares estaban corriendo, y yo comencé a decirles: “¡miren, miren, el tiempo se está acabando! ¡Por favor, arrepiéntanse!” Y corrí con otros por muchos lugares, también diciendo a voz en cuello a muchos, que se prepararan. {Daisy Escalante: 09-03-2020, es.p4}
Pero las personas estaban pendientes a sus transacciones bancarias, a que la bolsa de valores se estaba cayendo, a toda transacción normal que se hace en el mundo, pero no estaban pendientes del cielo. Yo les instaba a que miraran hacia arriba, ¡porque estaba pasando algo ante ellos! ¡el evento y las líneas de fuego que estaban corriendo por diferentes lugares!, pero ellos no se estaban dando cuenta. Entonces, mientras corríamos avisándole a todo el que podíamos por el camino, encuentro a la familia con la que yo había estado al principio, que le había dicho que se preparara, que el tiempo era ya casi cumplido, y yo le señalaba para el cielo para que viera las líneas de fuego, pero ellos miraban y no las podían ver. Ellos se gozaban por los que yo les contaba, y lo que yo veía, pero ellos no podían ver las líneas. Entonces, mientras ellos miraban sin ver nada de la actividad celeste, se comenzaron a escuchar estallidos por diferentes lugares. Vi que las líneas de fuego se pusieron mucho más grandes y se esparcieron por todo el cielo y lo llenaron de lado a lado. Y yo les decía: “¡miren, vean!” Pero ellos no veían. Entonces, vi que comenzaron a salir, de esas líneas de fuego, destellos que alumbraban todo el cielo, y estábamos atónitos viendo aquello, pero tristes al mismo tiempo porque, los que nosotros queríamos que vieran, no las podían ver. Vi mucha confusión en la tierra, pero el evento celeste arrobaba nuestra atención, era maravilloso aquel evento. Vi que los destellos que alumbraban con luz brillante eran ángeles, sus alas enormes y sumamente brillantes captaban toda mi atención. Les vi listos como para un gran combate, y pronto se multiplicaron como un cielo cuajado de estrellas y comenzaron su descenso a la tierra. Amados, ahí desperté. {Daisy Escalante: 09-03-2020, es.p5}
¡Qué espectáculo, amados! No tengo palabras para describir lo que mi ser sintió y siente ante tal evento. Mi ser rebosa de alegría y gratitud infinita ante el Padre celestial por dejarnos saber que no importa lo que esté pasando en este mundo, Él está al pendiente de sus hijos. ¡Bendito Dios por sus misericordias que son nuevas por nosotros cada día! Que Señor les bendiga, amados, a todos. {Daisy Escalante: 09-03-2020, es.p6}
Testimonio: 21-03-2020 #01
Amados, marzo, 21, del 2020. Así dice el Señor: “obedezcan los 8 remedios naturales a conciencia. Usen la verbena azul, el noni, neem y moringa. Consúmanlos diariamente”. {Daisy Escalante: 21-03-2020 #01, es.p1}
“Esto no cesará, sino que irá de mal en peor. Calamidad tras calamidad, peste tras peste correrán por la ancha faz de la tierra, y solamente la obediencia implícita, no por temor, sino por convencimiento y amor os salvarán. ¡Salid, salid de las ciudades! Porque sólo tendré misericordia del que tendré misericordia. Sólo así la peste no les tocará, ni la plaga sus moradas, porque me han puesto por su esperanza y por su habitación”. {Daisy Escalante: 21-03-2020 #01, es.p2}
“¿Queréis ser liberados? Sed sumisos y obedientes a mis mandatos, y hallaréis descanso para vuestras almas. Hay muchos atormentados por entidades malignas en la noche, porque aún para esto hay plazo. Estos viven su vida en doble ánimo, y su corazón y su mente están centrados en sí mismos. Esto es una característica del maligno, y por eso el maligno se allega a ellos. Sed, pues, santos como Yo Soy santo. En Mí no existe egocentrismo, ni disvariación. Sed, pues, imitadores de Mí, [y] hallaréis descanso para vuestras almas. Lucháis por vuestra comodidad y vuestra complacencia propia, así sólo atraeréis el mal a vosotros. Recordad que mientras estuve entre vosotros, no tuve ni donde recostar mi cabeza, más, aun así, esparcí entre vosotros todas mis dádivas. Juntáis para vosotros un sin fin de cosas, más éstas se amontonarán como ascuas sobre vuestras cabezas. Mis verdaderos hijos vivieron en tiendas, moradas pequeñas, humildes y sencillas, la incomodidad y el trabajo fue, y es, su diaria tarea. No se detienen en buscar su propio bien, más bien su vida consiste en buscar el bien de su prójimo: en esto conocerán quiénes son mis hijos. La abnegación aleja la amargura, el estrés, la depresión y, por ende, la opresión y la posesión”. {Daisy Escalante: 21-03-2020 #01, es.p3}
“Los 144.000, en cuyas bocas no se halla engaño, y no viven para sí, no ceden ante la presunción, ni se dejan presionar, ni aun, a costa de su propia vida. No temen a la muerte física, sólo le temen a la muerte espiritual. Reconocen la maldad y no temen llamarla por su nombre. No tienen expectativas propias, sino que, como las aves, confían y viven cada día haciendo su cometido sin esperar nada a cambio. Mi ojo todo lo observa, lo escudriña todo, y ciertamente recibirán su recompensa. Su alma se estremece por el dolor ajeno, y siempre buscan el bien de ellos. Claman a Mí por sabiduría, no para su bien, sino para el bien de otros. Más Yo Soy justo, y mi reino es de justicia, y ciertamente les daré en abundancia para otros, y para aquellos que claman día y noche en abnegación. Mi ojo observa [a] cada uno de ellos, y mi cuidado los prepara, ante las crisis, para ser embajadores de mi reino. Pronto se conocerán y serán conocidos, y nada ni nadie los podrá detener. Les verán muchos y al principio [se] les burlarán, más mi Espíritu está con ellos, y nada les podrá detener. Humillaos con temor y temblor, y buscadme; sólo así podréis vencer. Mira la semilla tan pequeña de la mostaza, su semilla nadie la alaba, más cuando crece, es apreciada por muchos, así será con aquellos que me honran y siguen mis mandamientos, mis ordenanzas y mis estatutos”. {Daisy Escalante: 21-03-2020 #01, es.p4}
“Alejaos de la presunción, y no alentéis al presuntuoso. Mirad a vuestro alrededor, mirad los árboles, ¿se fatigan ellos con la maldad existente? ¿se fatigan los animales? ¿Deja el mar su asiento y desobedece mi mandato? ¿Acaso el sol cesa de dar su calor y la luna su luz? ¿deja el viento de soplar por la maldad? ¿No os dije antes que el enemigo estudia la naturaleza para maldad? Más mis hijos la estudian, con mi sabiduría, para salvaguardar vuestras vidas”. {Daisy Escalante: 21-03-2020 #01, es.p5}
“Prestad atención y sed obedientes a mi voz: comed la fruta del noni, comed hojas de moringa y neem, y tomad té de verbena azul. Comed vuestras comidas con ajo y cebolla, y, donde no tengáis, comed anamú*. Mi sierva lleva la mitad de su jornada en la alimentación especial que le dicté, y ved a vuestro alrededor lo que acontece. Más, al final de este tiempo, será aún más tormentoso. ¡Preparaos! Porque otra vez os digo que para cabañas se desatará tormenta. Y, si ahora os cansáis con los de a pie, ¿cómo será con los de a caballo? Descansad en Mí, y sólo así hallaréis descanso para vuestras almas. Leed Apocalipsis 3:15, Isaías 1:2-9; Marcos 1:23-34; Apocalipsis 13:11-18 y Apocalipsis 22:11-21. Estudiad a la ley y al testimonio la vida de Elías, Moisés y Abraham, la sabiduría reparatoria de José. Internalizad los Salmos”. {Daisy Escalante: 21-03-2020 #01, es.p6}
Amados, quiera Dios que cada uno de nosotros podamos entender lo que el Señor nos quiere decir a cada uno de nosotros. Que el Señor nos bendiga.
*Anamú: petiveria alliacea.
Apocalipsis 3:15
15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío, ni caliente. ¡Quisiera que fueses frío o caliente!
Isaías 1:2-9
2 Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí.
3 El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor: [Pero] Israel no conoce, mi pueblo no tiene entendimiento.
4 ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se tornaron atrás.
5 ¿Para qué habéis de ser castigados aún? Todavía os rebelaréis; Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente.
6 Desde la planta del pie hasta la cabeza no [hay] en él cosa sana, [sino] herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite.
7 Vuestra tierra [está] destruida, vuestras ciudades puestas a fuego, vuestra tierra la devoran extranjeros delante de vosotros, y [es] asolada como asolamiento de extraños.
8 Y queda la hija de Sión como choza en viña, y como cabaña en melonar, como ciudad asolada.
9 Si Jehová de los ejércitos no nos hubiese dejado un pequeño remanente, como Sodoma fuéramos, [y] semejantes a Gomorra.
Marcos 1:23-24
23 Y había en la sinagoga de ellos un hombre con un espíritu inmundo, el cual dio voces,
24 diciendo: ¡Déjanos! ¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios.
Apocalipsis 13:11-18
11 Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como un dragón.
12 Y ejerce todo el poder de la primera bestia en presencia de ella; y hace a la tierra y a los moradores de ella adorar la primera bestia, cuya herida de muerte fue sanada.
13 Y hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres.
14 Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que le ha sido dado hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió.
15 Y le fue dado que diese vida a la imagen de la bestia, para que la imagen de la bestia hablase; e hiciese que todos los que no adorasen la imagen de la bestia fuesen muertos.
16 Y hace que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos, se les ponga una marca en su mano derecha, o en su frente;
17 y que ninguno pueda comprar o vender, sino el que tenga la marca, o el nombre de la bestia, o el número de su nombre.
18 Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia; porque es el número del hombre; y su número es seiscientos sesenta y seis.
Apocalipsis 22:11-21
11 El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es sucio, ensúciese todavía; y el que es justo, sea justo todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.
12 Y he aquí, yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según fuere su obra.
13 Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el postrero.
14 Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para tener derecho al árbol de la vida, y poder entrar por las puertas en la ciudad.
15 Mas los perros estarán afuera, y los hechiceros, y los disolutos, y los homicidas, y los idólatras, y cualquiera que ama y hace mentira.
16 Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, y la estrella resplandeciente de la mañana.
17 Y el Espíritu y la esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiere, tome del agua de la vida gratuitamente.
18 Porque yo testifico a cualquiera que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios añadirá sobre él las plagas que están escritas en este libro.
19 Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad, y de las cosas que están escritas en este libro.
20 El que da testimonio de estas cosas, dice: Ciertamente vengo en breve. Amén, así sea. Ven: Señor Jesús.
21 La gracia de nuestro Señor Jesucristo [sea] con todos vosotros. Amén.