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In Search of the Master Plan

Himnario Adventista 1962

Himno 324

¡Oh, buen Maestro, despierta!

1

¡Oh, buen Maestro, despierta!

¡Ve, ruge la tempestad!

¡La gran extensión de los cielos

se llena de oscuridad!

¿No ves que aquí perecemos?

¿Puedes dormir así

cuando el mar agitado nos abre

profundo sepulcro aquí?

( Chorus )

Los vientos, las ondas oirán tu voz:

“Haya paz”

Calmas las iras del negro mar;

las luchas del alma las haces cesar,

y así la barquilla do va El Señor

hundirse no puede en el mar traidor.

Doquier se cumpla tu voluntad:

“Haya paz, haya paz”

Tu voz resuena en la inmensidad:

“Paz, haya paz”.

2

Despavorido, oh Maestro,

te busco con ansiedad.

Mi alma angustiada se abate;

arrecia la tempestad.

Pasa el pecado a torrentes

sobre mi frágil ser,

y perezco, perezco, Maestro,

¡oh, quiéreme socorrer!

( Chorus )

Los vientos, las ondas oirán tu voz:

“Haya paz”

Calmas las iras del negro mar;

las luchas del alma las haces cesar,

y así la barquilla do va El Señor

hundirse no puede en el mar traidor.

Doquier se cumpla tu voluntad:

“Haya paz, haya paz”

Tu voz resuena en la inmensidad:

“Paz, haya paz”.

3

Vino la calma, Maestro.

Los vientos no rugen ya.

Y sobre el cristal de las aguas

el sol resplandecerá.

Cristo, prolonga esta calma;

no me abandones más;

cruzaré los abismos contigo

al puerto de eterna paz.

( Chorus )

Los vientos, las ondas oirán tu voz:

“Haya paz”

Calmas las iras del negro mar;

las luchas del alma las haces cesar,

y así la barquilla do va El Señor

hundirse no puede en el mar traidor.

Doquier se cumpla tu voluntad:

“Haya paz, haya paz”

Tu voz resuena en la inmensidad:

“Paz, haya paz”.