Himnario Adventista 1962
Himno 125
Abrigadas y salvas en el redil
1
Abrigadas y salvas en el redil
las noventa y nueve están;
pero allá en el bosque perdida
va una pobre rendida de afán,
por el monte escabroso y aterrador,
muy lejos vagando del Pastor,
muy lejos vagando del Pastor.
2
“¿Del rebaño no bastan, tierno Pastor,
las noventa y nueve aquí?”
Mas responde el Pastor: “Una oveja
hoy descarriada va lejos de Mí.
Y en la sierra escarpada ya voy a entrar,
mi pobre oveja a rescatar,
mi pobre oveja a rescatar”
3
No sabrá el mortal del río veloz
que el Pastor tuvo que cruzar;
ni cuán negra la noche fue en que Él
salió su oveja perdida a buscar.
Sus gemidos y quejas podía oír;
enferma estaba y por morir,
enferma estaba y por morir.
4
“Estas huellas sangrientas, ¿quién las dejó?
¿No lo puedes decir, Señor?”
“Cuando fue a buscar la que se extravió,
las dejó vuestro amante Pastor.”
“Y tus manos, Señor, ¿quién las laceró?”
“El áspero bosque las hirió,
el áspero bosque las hirió”
5
Una grande algazara luego se oyó,
por doquier retumbando fue,
a la célica puerta la voz llegó:
“Alegraos, que mi oveja encontré.”
Y cantaban los ángeles en redor:
“¡Lo suyo rescata el buen Pastor,
lo suyo rescata el buen Pastor!”